Universo sin quirks. Omegaverse.

Estar embarazado era tan difícil.

Su pancita de 3 meses no era muy grande apenas se notaba y su aroma ya olía a Omega embarazado y el estaba intentando ocultarlo a su esposo alfa.

Así que en una página para Omegas embarazos se hizo amigo de una Omega de 6 meses de embarazo y 26 años de edad. Así se salía con ella y le pidió guardar el secreto, y de esta forma excusaba el aroma a embarazo.

Pudo notar la decepción en la cara del rubio cuando le dijo que el aroma a batazo era de una amiga que acaba de conocer.

Se emocionó al saber que si alfa también deseaba con la misma intensidad un bebé.

Respiro profundamente y puso todo lo necesario en la caja.

Guardo la prueba de embarazo en la cajita junto con el folio con fotos de su bebé (de 4 meses) y su género primario revelado.

La envolvió y dejo con el resto de regalos en la mesa y se encargó de pedirle a su amigo bicolor grabar la reacción del rubio al abrir el regalo.

Después de un rato de que el cenizo se quejará de tanta atención el pecoso le pasó su regalo.

-izuku no tenías que darme nada eres mi esposo- le dijo con un ligero sonrojo que nadie más que el noto.

-vamos solo ábrelo- le alento- se que este te va a gustar.

Katsuki abrió la caja encontrándose primero con una pequeña gorrita que aprecia ser de un muñeco pero tenía una "k" naranja, saco otro gordito muy pequeño que tenía una "I" en verde pino. Extrañado busco más en la caja encontrándose con una pequeña cajita.

-¿Que es esto?- saco la caja mostrándole.

-Ese es el punto de un regalo kacchan,  descúbrelo tu solo.

El cenizo soltó un par de maldiciones pero abrió la caja despacio. Cuando vio su contenido abrió los ojos sorprendido y lo miro con la boca abierta.

-Dime que no es una maldita broma Izuku- le dijo con un tono de súplica en su voz.

Izuku negó con la cabeza y los demás invitados (los padres de ambos y sus amigos) lo vieron levantarse tembloroso y abrazar a izuku. Katsuki despegó un poco el parche de olor de izuku y se pegó a su cuello aspirando profundo, suspirando gustoso al percibir el característico aroma a Omega embarazado. Lloro en su hombro y izuku lo consoló con caricias.

-Te falta mas del regalo kacchan

El rubio se separó para sorpresa de todos con los ojos llorosos y siguió buscando cosas.

Encontró el folio y lo abrió llorando de nuevo al ver las fotos de la ecografía de su bebé.

Así paso el 5 mes.

Izuku lloraba a mares mientras Katsuki le daba masajitos en los pies con algunas lociones y agua caliente. Con su mano derecha sobaba su pancita abultada y el rubio lo miraba con calma.

-Tranquilo, estás tan hermoso como siempre- beso su vientre abultado y después su mano- te lo prometo.

El pecoso asintió y dejo de llorar, soltaba pequeños jadeos por el dolor en pies levemente hinchados. Su cuerpo dolía y su panza pesaba, esos últimos días eran difíciles.

-Tengo hambre- susurro avergonzado- tu bebé tiene hambre.

Katsuki rio pero asintió.

-¿Hambre de que?

-katsudon..........y coca.

El rubio lo miro mal y negó.

-coca no

-coca si

Al final Izuku lloro por una hora pero acepto no tomar coca, a cambio obtuvo doble porción de comida.

El sexto mes Izuku experimentaba una tragedia.

-¡Mi ropa ya no me queda!- grito llorando.

El rubio lo abrazo y acomodó su ropa.

-No te preocupes amor, iremos por esas camisas grandes que tanto te gustan en un rato.

Cuando fueron al centro comercial la gente miraba a izuku con ternura. Sus rizos desordenados, sus pecas, su nariz y mejillas rosadas.  Y por supuesto su pancita abultada.

Se paseo de la mano del rubio y señalaba todo la ropa bonita que quería, Katsuki la metía en el carrito y seguían en su paseo, la ropa seguro le quedaría hasta el noveno mes y después del embarazo.

De la nada Izuku se detuvo frente a un tienda. Katsuki lo miro con curiosidad y con las bolsas se detuvo a su lado viendo lo que veía.

Una tienda con cosas para bebés.

Lo miro y vio en sus ojos ese brillo especial que siempre tenía su pareja peor está vez más intenso.

Tan intenso igual cuando lo miraba a el.

Tomo su mano besando su anillo y lo jalo hasta la puerta. El pecoso lo miro sorprendido.

-Vamos se que quieres entrar.

Izuku sonrió y ambos entraron.

Apenas entraron una mujer los recibió y les indico dónde estaba cada cosa. Se pasearon entre los pasillos de ropita y vio a izuku derretirse ante las ropitas adorables. Compro varios mamelucos de distintos colores y texturas, el rubio también eligió varios. Compraron chupones, bolsas y biberones.

Cuando estubo en el octavo mes las pataditas de su hijo lo sacaban de juicio.

No lo dejaban dormir y aveces dolían tanto que lloraba.

-Deja de patear a tu madre- le hablo el rubio a la pancita abultada y con una mano limpió las gruesas lágrimas de izuku.

Para su sorpresa obedeció.

Katsuki dió caricias a su vientre y el ronroneo de gusto.

Para su noveno mes las cosas fueron diferentes.

Les llegaron muchos regalos de sus fans para el bebé.

Por qué si, ambos eran actores y modelos. Tenían su propia cadena de modelaje y salian en películas muy famosas.

Ganaban casi 20 millones de dólares en total.

Izuku comenzó a dar saltos en una pelota y a hacer ejercicios en una clase a la que el rubio era obligado a ir.

La gente los miraba con un sonrojo en sus rostros y no prestaban mucha atención a la clase. Izuku y katsuki trataban de ignorar las miradas y ponían atención.

Mientras Izuku se recostaba en su pecho cansado, sentados en el piso derrepente un dolor agudo se instalo en su vientre y grito de dolor.

Todos las parejas lo miraron asustados y la instructora se acercó a ambos.

-¿Está bien?- le pregunto.

Izuku asintió pero los dolores y sus gritos se hicieron más fuertes y repetitivos.

Al final Katsuki llevo a izuku al hospital y luego de varias horas su bebé finalmente estaba en sus brazos.

Lo vistieron con unas ropitas amarillas y izuku fue llevado a casa y resivió con amor a su casa.

-awww que lindo es

Fue lo que le dijieron las demás parejas de su clase, se despidió de todos.

Le hacía tan feliz tener a su bebé en sus brazos y darle pecho. Amaba verlo dormir en su cunita y los besitos que le daba kacchan al bebé mientras creía que el no lo veía. Como el cantaba canciones que estaban muy alejadas de ser de cuna.

A veces escuchaba al rubio cantar las canciónes de Gloria Trevi de forma más tranquilas. La favorita de ambos era una que decía "a mí me gusta andar de pelo suelto"

Su vida era perfecta y agradecía a todos los santos por ella.

Mirando a su bebé y como este daba grititos y risas felices, como su esposo rubio reía y le sonreía con tanto amor al bebé y a el.

Es lindo.

Fin