Universo sin quirks 

Izuku Midoriya era un ser especial.

Eso es lo que pensaba katsuki.

Lo conocía desde los 4 años y siempre pensó que era especial.

Lo conoció una tarde de verano con el sol quemando su piel y con la cubeta de agua mojaba a las personas lanzándoles el cubo. Algunos reían y otros lo regañaban.

Cuando vio a un niño sentando en una banquita dentro del kiosco decidió que el seria su siguiente victima.

Camino hasta el y cuando estuvo a punto de lanzarle la cubeta el niño lo miro a los ojos con una sonrisa.

-Guau pero que hermosa es esa cubeta. ¿Es de la colección de playa de All Might verdad? Yo estoy ahorrando para una.

El rubio quedo anonado con el peliverde.

Sus lindos y enormes ojos verdes, su cabello alborotado del mismo color y su sonrisa con un diente faltante. Tenía unos enormes lentes negros y una ropita de color celeste claro. Su corazón palpito fuerte y su rostro se puso rojito.

Sin saber que hacer salió corriendo y fue hasta los brazos de su mama.

-Mamá- grito- ese niño hizo que mi corazón latiera fuerte y mi cara fuera un tomate y se sintiera calientita.

Su madre sonrió.

-¿Qué niño cielo?- katsuki señalo al peliverde y su mama sonrió más- y lo conozco ¿quieres conocerlo?

Katsuki asintió y su madre lo jalo hasta el niño, este miro a su madre con una sonrisa y a katsuki con otra.

-Hola saliste corriendo muy rápido.

Katsuki se sintió avergonzado y se sonrojo ante la presencia del peliverde. Su madre sonrió con ternura.

-izuku ¿quieres venir a mi casa? Ya le avise a tu mama que estabas aquí.

Izuku asintió.

-Claro tía mitsuki.

Los dos niños fueron tomados por la mujer rubia y sentados en la sala.

Desde ese día se reunía con el peliverde en el kiosco del parque. Incluso cuando fueron adolescentes.

-Hola kacchan- sonrió y el rubio se acerco para darle un piquito en los labios tomandolo con cuidado de la nuca.

-Hola nerd- lo abrazo por la cintura y sento al peliverde en sus piernas.

Siempre pasaban sus tardes en ese lugar, incluso celebraban ahí su aniversario.

Y hoy años después aquí es donde se están jurando amor eterno y juntar sus vidas para siempre.

Y cuando sus labios sellaron su promesa se juraron amor eterno en el mismo lugar donde se conocieron. En parque en la banca del kiosco.