os - s.todoroki (1)
QUIRKLESS, SHOTO TODOROKI
¿PENSABAS CONTÁRMELO?, CAPÍTULO 1
⋆
Shoto estaba harto de oír hablar a su padre de la chica que había encontrado para él.
Ya de por sí le molestaba la sola idea de los matrimonios concertados con el único fin de fortalecer los dones, creando combinaciones inimaginables para que sus descendientes desarrollasen un poder mayor. Era algo que le robó a su madre durante muchos años, casi habiéndola vuelto completamente loca y sintiendo un profundo rechazo por sus hijos.
Shoto no podría soportar una experiencia similar. Había crecido creyendo que su madre le odiaba, algo que era incapaz de entender. Sólo sabía que el culpable de todo ello era su padre, el mismo al que había visto pegarla a ella y a él. Nunca importaba cuánto llorasen, cuán cansado estaba de tanto entrenar, si incluso vomitaba de la impotencia o del esfuerzo... Para Endeavor nunca fue suficiente.
Había sufrido el maltrato desde muy pequeño. De ninguna manera se convertiría en un maltratador.
Aunque accediese a casarse con esa chica, era consciente de que un matrimonio sin amor también sería de lo más dañino. No quería que esa pobre inocente pensase de su propia vida como una prisión. La gente piensa que casarse con un héroe rico y famoso debe de ser un sueño. Y podría serlo, pero no todas las circunstancias lo son.
Aunque no se hable de ello, muchos héroes siguen recurriendo a este tipo de matrimonios. Es emocionante para la prensa tener noticia de que otro hijo de un héroe profesional haya conseguido plaza en la U.A. u otra escuela de renombre para futuros héroes. Cada vez que Shoto leía algo así, sólo esperaba que ese adolescente no hubiera tenido la vida que él, que, aunque sus padres no estuviesen enamorados, que al menos pudiesen ser unos padres unidos.
Shoto no quería esa vida para él.
Claro que le gustaría tener hijos algún día, pero preferiría que su matrimonio no fuese una farsa.
Día tras día, parecía hacerse a la idea. Se resignaba creyendo que algún día podría enamorarse de la amabilidad y simpatía de esa chica que su padre le presentó. Era una chica encantadora y admitía que podía disfrutar de su compañía a pesar de lo incómoda que era la situación y lo tensos que estaban al principio. Pero entonces te conoció a ti.
Ocurrió sin que lo pretendiese. Bastante complicada se estaba volviendo su existencia como para entrar en un extraño triángulo amoroso en que, además, su padre tendría un papel, tirando de él para que se decantase por el vértice que más le convenía.
Quizá no fuera tan malo que Shoto hubiera encontrado una chica que le gustase de verdad, una chica con la que se sintiese cómodo y pudiese actuar con total naturalidad. Su padre podría intentar alegrarse por ello y hacerse a un lado, ¿no?
Pues no.
Para Endeavor, la sola idea de que llevases su apellido era inaceptable. Y todo porque no tenías un don.
✶
Desde el principio te pareció normal que Shoto ocultase vuestra relación a la prensa. Era un chico tímido y comprendías que no quisiera que su vida personal saliese a la luz de esa manera. Pensándolo bien, agradecías la discreción. Si un puñado de paparazi te esperase todos los días al salir del trabajo para preguntarte por tu relación con el héroe del fuego y hielo, a lo mejor te daba un ataque.
Por supuesto que vuestra relación te hacía ilusión. Shoto era un verdadero encanto una vez se le conocía un poco mejor.
Tenía muchos fans, sí, pero siempre daba una imagen de seriedad que podía hacer que la gente se cuestionase si sería el típico héroe que luego resultase un borde en persona.
La cuestión es que cuando llevabais juntos unos meses, le preguntaste si estaba dispuesto a conocer a tu familia. Su cara tan inexpresiva con frecuencia te llevaba a pensar que no estaba por la labor de aceptar los planes que le proponías, por lo que te pusiste nerviosa y trataste de intentar calmarle, diciendo que no sería nada especial. No tenías por qué llevarle a casa de tus padres, tú misma te encargarías de todo, de recibirles en tu casa si eso le resultaba menos incómodo.
Te perdiste en un monólogo interminable, pensando que él estaría más nervioso que tú porque su cara no había cambiado ni un ápice.
En algún momento, Shoto se sintió culpable porque hubieras reaccionado así. Frunció una ceja y ladeó la cabeza antes de acercarse a ti y tomar tu cara con ambas manos, haciendo que te callases al instante. Ambos os perdisteis en los ojos del otro, y tú sonreíste avergonzada por lo que acababas de hacer.
―Me encantaría conocer a tu familia ―te dijo asintiendo una vez.
A veces te sentías estúpida por no haber aprendido a leer sus expresiones aún, pero viendo la manera en la que te miraba, pestañeando con lentitud, sabías que haría lo que fuera por hacerte feliz. Se inclinó lentamente y, ofreciendo una pequeña sonrisa, besó tu frente.
Shoto sí que sabía cómo tranquilizarte. Suspiraste cerrando los ojos, adorando la manera en la que sus suaves labios te acariciaban la piel. Luego tuviste que reírte por las cosquillas que te estaba haciendo, besando tu cara una y otra vez hasta que encontró tus labios.
A su lado te sentías casi como una niña. Tan pequeña en comparación, tan acogida entre sus brazos, tan dispuesta a dejarte proteger por él, a dejarte querer...
El roce de su piel con la tuya mientras os abrazabais entre las sábanas era casi como una droga para ti. Pero nunca dormías tan bien como cuando estabas entre sus brazos, siempre en el lado más conveniente según la estación. Si era invierno, Shoto te tenía a su izquierda para asegurarse de que no cogías frío, si era verano, te tenía a su derecha para ayudarte a mantenerte fresca.
No es que fueses muy fan de madrugar, pero dado que Shoto tenía un horario un poquito más ajetreado que el tuyo, si pasabas la noche con él te resultaría imposible no despertarte a la vez que él. Aunque que tu novio apareciese por la puerta de la habitación con una taza humeante y un beso en tu frente, hacía que mereciese la pena por completo. De todas formas, te despertabas habiendo descansado, así que no tenías nada de lo que quejarte a lo largo del día. Sólo te quedaba contar los minutos hasta el mismo momento en el que volveríais a veros.
La comida con tu familia fue bien.
No dejaste de estudiar el lenguaje corporal de tu novio durante la interacción con tu familia, queriendo saber si por lo que sea le estaban incomodando. Por una parte, era normal. Uno no conoce a un héroe profesional todos los días, y siendo sinceros, te lo habías tenido muy calladito. Llegar a tu casa y encontrarse a Shoto Todoroki fue una verdadera sorpresa.
No dejaste de sonreír en todo el día, y tras haberos despedido de tu familia, Shoto tuvo que sonreír también cuando estuvisteis a solas de nuevo. Se acercó a ti, acariciando tus mejillas con dulzura para darte un beso en la frente.
―Ahora entiendo muchas cosas ―te susurró, con los labios rozando aún tu piel.
Frunciste el ceño con diversión. Sabiendo lo observador que era Shoto, no podía sorprenderte que hubiera detectado ciertos patrones de personalidad en tu familia, pequeñas manías que teníais en común.
Quisiste reírte, pensando que lo había dicho de broma, y al principio sí. Tan pronto como te separaste un poco de él notaste su mirada perdida. Entonces te acordaste de lo que se supo de su familia hacía unos años, cuando su hermano mayor difundió un vídeo en el que exponía por completo a su padre y la situación que tenían en casa.
Darte cuenta de que Shoto podía seguir arrastrando parte de ese trauma hizo que se te encogiese el corazón.
Sabías que Endeavor había hecho lo posible porque su familia volviese a unirse, por pasar página porque, era perfectamente consciente de que no podría cambiar el pasado. Además, Dabi seguía en la cárcel. Estaba claro que, por mucho que trabajase en ello, los Todoroki tenían heridas abiertas.
Shoto solía quejarse de su padre alguna vez, pero nada que te hiciera pensar que había vuelto a ser el padre abusivo de su infancia. Eran quejas corrientes, las que cualquiera podría tener sobre su padre tratando de dirigir su vida, creyendo que hacían lo mejor por sus hijos.
Ojalá hubieras preguntado por qué se quejaba realmente. De qué iban esas comidas familiares a las que tan poco le gustaba ir...
✶
Pasaron un par de semanas desde que Shoto conoció a tu familia. Incluso habíais vuelto a cenar con ellos en otra ocasión, y fue idea de Shoto. Él escogió el restaurante e insistió en pagarlo todo. Te sentiste mal cuando prácticamente tuvo que pelear para que nadie más sacase la cartera, no querías sentir que te estabas aprovechando de su fama, pero te encantaba que se tomase tantas molestias para que tus familiares se sintiesen cómodos.
Pero había algo que te incomodaba cada vez más y, no sabías cómo sacar el tema porque no querías forzar la situación.
Entendías que le costase tratar a su padre como tal, pero sabías que Shoto visitaba a su madre con frecuencia y comía con sus hermanos. Incluso iba a ver a Toya a la cárcel de vez en cuando. Es posible que quisiera tomarse su tiempo para que Endeavor o Dabi te conociesen, pero, ¿y los demás?
Una vez ibais por la calle cuando su hermana le llamó para verse más tarde. Le sugeriste acercaros a una cafetería que había a medio camino, pero él dijo que no hacía falta y que ya hablaría con Fuyumi más tarde.
Te resultó bastante hiriente darte cuenta de que evitaba por todos los medios que conocieses a su familia, cosa que te hizo pensar que se avergonzaba de ti. ¿De verdad eras tan poca cosa?
Un día, estando acurrucados en su sofá viendo una película, ya no pudiste contenerte más. Habías notado además que, durante la última semana, Shoto parecía más molesto aún con la idea de hablar con su padre, rodando la vista con desdén cada vez que veía su contacto aparecer en la pantalla de su teléfono en forma de llamada.
Tenías que decir algo.
―Oye, Shoto ―murmuraste agachando la mirada―. ¿Hay alguna razón por la que no me hayas presentado a tu familia? ―preguntaste.
El que Shoto suspirase profundamente mirando a la nada, no ayudó a calmar tus sospechas. Te sentiste de lo más incómoda ante su silencio, pero ya no te atrevías a decir nada más. No sabías si disculparte o insistir para que te diese alguna respuesta.
Al notar Shoto tu abatimiento, se pasó una mano por la cara, tratando de pensar detenidamente cómo actuar. Suspiró, sabiendo que lo que te iba a contar, podría sentarte verdaderamente mal. No quería hacerte daño, pero comprendía que había cosas que no había sabido disimular lo suficientemente bien.
―¿Puedo contarte un secreto? ―preguntó mirándote.
Y te lo contó. Todo.
Si a Shoto le estaba costando más de lo normal hablar con Endeavor, era porque había considerado que ya era el momento de ponerle una fecha a la boda. Sí, a una boda de la que no te había dicho nada con una chica de la que no habías oído hablar nunca.
Endeavor estaba empeñado en que Shoto empezase a dejarse ver con ella, para que la gente pueda pensar que su relación progresaba con naturalidad. Ya la conocía, ¿no? Le había permitido tomarse un tiempo para conocerla, ahora tocaba demostrar lo bien que se supone que la conocía, paseando con ella de su brazo delante de los curiosos ojos de sus fans.
Si no te había dicho nada, era porque te había conocido a ti. Se enamoró de ti, se olvidó por completo del plan de su padre...
No, no era cierto. Shoto siguió viendo a su supuesta prometida durante vuestro noviazgo porque en eso consistían las comidas con su padre, en otra ocasión para interactuar con la chica del don adecuado para él.
Por mucho que te dijera que nunca significó nada, no eras capaz de decir una sola palabra, el nudo de tu garganta comprimía tu pecho y te lo hacía imposible.
¿Cómo había podido ocultarte algo así durante tanto tiempo? ¿Había estado jugando contigo?
Pestañeaste un par de veces, tratando de mantener la compostura y no echarte a llorar.
Shoto dijo tu nombre, pero apenas lo escuchaste como un eco lejano. Te sacó de tus pensamientos lo suficiente como para que quisieras recobrar el sentido y reaccionar de alguna manera.
No sabías qué decir. Sólo le miraste de nuevo y, con gran pesar en tu corazón, te levantaste del sofá.
―Tengo que irme ―murmuraste echando a andar.
―No, espera ―dijo él poniéndose en pie, pero tú ya habías cruzado el salón a toda prisa cogiendo tus cosas. Te siguió hasta la puerta, pero no consiguió alcanzarte antes de que cerrases la puerta tras de ti.
No fue capaz de atravesar esa puerta. Se quedó mirando la madera como un idiota. Cerró los ojos y suspiró con lástima, sabiendo que la había pifiado de verdad.
Te había perdido.
¿Habrá segunda parte? Pues claro.
A ver, la obra se llama quirkless, ¿verdad? Y es porque, lo siento, pero no voy a aceptar pedidos que involucren OCs o lectoras con poderes. No tenéis poderes, asumidlo.
También acepto preguntas de cómo reaccionarían a determinados escenarios o headcanons. Así tipo post de Tumblr.
Y me reservo el derecho absoluto a negarme a tomar determinados pedidos - ya pasé por esto antes, me llegaron a pedir muchas ridiculeces 😓.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro