Mi mente se sentía confusa, pero a la ves tenía mucha calma.

No recordaba este sentimiento, hacía mucho tiempo que no lograba sentir algo así.

Cuando trate de mirar alrededor, solo pude ver una luz resplandeciente.

Un cálido tacto me estaba me empezó a rodear, me lleno de un calor que no siento hace...

-Izuku...

Esa voz... no puede ser verdad.

Cuando finalmente logre ver algo, pude ver una silueta femenina acariciando mi cabello.

Su cabello verde tan hermoso y sedoso, el cual apenas me dejaba ver su rostro tan fino e impecable.

Mi cabeza estaba recostado en su regazo, podía sentir su cuerpo rozando con el mío.

Por favor... que esto no sea un...

-M-mamá...

-Encuéntralo...

Pude oír un susurro antes de notar como todo el ambiente de luz se desvanecía.

La luz se volvió carmesí y líquida, pude sentir en mi cuerpo recorrer aquello.

La sangre empezó a bañarme en un lluvia torrencial.

Una última petición fue la que escuche de mi madre.

-Encuentra a tu padre, Izuku.

Con eso último, mi mente finalmente se libero.

***

Luego de la sacudida, finalmente desperté.

Deje escapar un grito de desesperación repentina, culpa de haber sido sacado de un recuerdo.

-... ¡Ah!

Me tomo unos segundos calmarme, pero finalmente logré recobrar la compostura.

Tome mi cabeza con la mano y la agarre con algo de fuerza, sentía un dolor parecido a la migraña.

Ese recuerdo había sido tan vivido que incluso lo confundí con la realidad.

Pero no había forma de que fuera real, después de todo...

-Ha pasado mucho tiempo desde que ella...

Es doloroso recordar el día en el cual la perdí, el día en el que perdí todo lo que consideraba un hogar.

He pasado tanto tiempo en el yermo que ya hasta olvido de donde vengo.

A veces me pregunto si es que alguna ves volveré a ese refugio, a los muros de concreto y acero que me protegían de lo que ahora debo vivir.

Pero no puedo lamentarme del pasado, solo puedo intentar sobrevivir a lo que es ahora mi presente.

-Que dolor de cabeza.

Mientras me perdía en mis pensamientos, logre notar como algo le miraba a mi lado.

Era Ochako, la salvaje a la cual nombre en la noche anterior.

Ella me miraba con interés y curiosidad, claramente la había despertado mi repentino grito.

Más le vale acostumbrarse si es que piensa quedarse conmigo, porque estas pesadillas son muy recurrentes.

Pero ya estoy divagando con el futuro, esto no me hará ningún bien.

Ahora tengo un rumbo al cual ir por el día de hoy, así que por ahora...

-¿Tienes hambre?

***

Luego de desayunar, partimos rumbo hacia el borde de la montaña.

Un punto bueno de que ella sea una salvaje, es su inmunidad a la radiación.

Le puedo dar de comer cualquier porquería comestible y irradiada, no le hará nada malo.

Con eso me aseguro nuevamente que no estaré escaso de comida, ya que le di una lata de frijoles de hace años.

Ya listos caminamos durante un rato, ella me está siguiendo sin decir nada o siquiera intentar refunfuñar.

Claramente esta teniendo alguna especie de síndrome de María Antonieta, esta sintiendo apego hacia alguien que prácticamente es su dueño.

Aunque más que apego, solamente diría que ella está siguiendo un instinto de supervivencia.

Pero ya me estoy desviando del tema, ahora mejor me céntrate en mi objetivo.

Cerca del medio día logre encontrarlo al lado de la desembocadura del río, era una caravana abandonada.

El saqueador tenía razón, transportan algo más que solamente recursos de mercaderes.

Me doy cuenta por los cadáveres alrededor, estos son soldados de los Preceptos de la Muerte.

Pensar que contratarían mercenarios para transportar una caravana, ahora si tengo interés.

Logre recuperar algo de suministros, hasta que algo llamó mi atención.

-¿Hmm?

Al ver dentro del todo terreno estrellado, vi que este tenía una carga atrás.

Intente abrirlo, pero estaba bastante atascado y era difícil acceder.

-¡Egh! ¡MIERDA!

Luego de intentar jalar por un rato, casi me doy por vencido.

Pero Ochako se acercó hacia la puerta, señalándola con su dedo.

-¿Uma?

-¿Huh? ¿Quieres intentar?

Aunque sea una salvaje, su cuerpo está en un estado bastante deteriorado por la mala alimentación.

Sus brazos son muy flacos, dudo que ella...

Clam*

*Forzar*

Un sonido metálico se escucho, haciéndome percatar que la puerta ahora estaba abierta.

Ella... lo abrió como si no fuera nada.

-¿No eres una mutante?

No tiene sentido que una persona con algo de mejora genética por la radiación sea tan fuerte.

Aunque no lo sé, nunca me he topado con un salvaje por gracia de Dios.

Ellos no dejan absolutamente nada de sus enemigos y sus enemigos son todos los que intentan tratar con ellos.

Lo último que supe de una tribu cercana, fue que migraron hacia las cordilleras de China con Mongolia.

-Gracias... Supongo.

Gracias a ella ahora pude acceder al interior del contenedor detrás del vehículo.

Ahora entiendo porque no pudieron acceder a su interior, claramente esto...

Esta no es una caravana de comerciantes.

Mis labios dejaron escapar una frase de la sorpresa.

-Por mi ma... ¿Hace cuanto no veo una así?

Me acerque para tocar el bloqueo, el cual tenia la forma de una puerta de contención reforzada.

La última ves que vi una fue en la base militar en un refugio de seguridad de "Pandora" cerca de la costa.

Estas cosas solo pueden ser abiertas por llaves de rango Omega, y por sorpresa...

Yo tengo una de estas.

Saque de mi camisa un colgante oculto, el cual tenía una llave de forma extraña en su punta.

Me acerque para abrir la puerta, la cual no se forzó una ves que la introduje.

Clack*

Cuando la logre abrir, intente separar con dificultad las puertas.

Pero son muy pesadas para hacerlo solo.

-¡Hey, Ochako! ¿Me das una mano?

-¡Ugah!

-Mano, una mano en esto.

Intente hacer mímica para que ella entendiera mi intensión, cosa que tardó.

Una ves que logró comprender, me ayudó a separar las puertas de metal.

¡Homp!*

Sentía mis brazos algo entumecidos luego del esfuerzo, aunque ahora tenía paso libre para su interior.

Cuando vi el interior, francamente... no esperaba algo como esto.

Frente a mí había una especie de armadura de metal, colocaba y estática.

El pasar de los años había cobrado factura, pues su estado era bastante maltrecho e incluso oxidado.

-¿Qué es esto...?

Intente acercarme para tocar la armadura de metal, pero escuché como Ochako empezó a gruñir.

-¡Grrr! ¡Ryah! ¡RYAH!

Ella me comenzó a jalar con fuerza hacia atrás, no quería que me acercara a la armadura.

-Hey, tranquila... No es nada, no pasa nada.

Intente darle mimos como aprendí para lograr calmarla, pero pude sentir como toda su piel estaba entumecida.

Claramente le disgusta ver aquella armadura de metal, pero la cosa es...

¿Por qué le tiene esa precaución?

Ahora solo tenía más dudas que respuestas, no se que diablos esta pasando.

Por el momento... mejor la alejare de esto.

***

Luego de un rato, Ochako finalmente le logró calmar.

La deje esperando fuera mientras que yo revisaba todo lo que había alrededor de esa armadura de metal.

Encontré munición, aunque lo malo es que era de grado militar.

Y yo... no tengo armamento militar para poder usar esta munición, así que estoy jodido.

Podría venderla a algún grupo, estamos de camino hacia el asentamiento de "Raiwn", así que puedo vendérselo a algún comerciante errante.

Por ahora, lo que más me está molestando es esa armadura.

Que yo sepa los únicos que tienen una potencia militar y tecnología para hacer algo así son los del "Paladines de la espada y el escudo" o los "Predicadores de la luz".

Pero no hay rastro alguno de ninguno de los dos en esta caravana, más parece... que quiera pasar desapercibido.

Tome la mejor decisión al intentar investigar más de la armadura, pero no tengo forma de acceder a ella.

El mecanismo que debería funcionar como la apertura y su núcleo está averiado.

Es más, creo que ni siquiera tiene un núcleo.

Llegue a la conclusión que necesita uno de eso por el simple peso que tiene, es demasiado para que algún humano lo use.

Además que los cables que sobresalen me dan a entender que es eléctrica o algo así.

Por ahora, solo desconecte todo lo posible para evitar que esto caiga en malas manos.

-Uff~... Que día.

Me limpie parte del sudor en mi frente y salí del vehículo para continuar mi camino.

Ochako estaba esperándome sentada, viendo con algo de intensión agresiva hacia la caravana.

Tengo curiosidad del porqué tiene tanto odio por ver la armadura inusual, pero es imposible saber que piensan.

No sabe hablar y no tengo las ganas suficientes como para irritarme al enseñarle.

-Nos dirigiremos hacia el norte, cerca de la costa hay una ciudad y tal ves ya tenga ganas de irme del país.

Me gusta vivir en Yermo y en las ruinas de Japón, al menos eso diría hace 2 años.

No hay muchos recursos en esta isla, cosa por la cual varios ya empezaron a migrar hacia los demás puertos.

Lo malo... si me voy hacia la salida segura entonces saldría por territorio Ruso.

Y se... que lo último que quiero es estar en las "Tierras de la sangre" y los "Vikingos".

He leído historia general en mi pasado, así que no le veo el sentido de haber Vikingos en Rusia.

Pero poca cosa puedo hacer, así que me queda el camino malo.

Lo malo es que debo ir hacia un asentamiento de la escoria del Yermo.

Ya me vi la estafa y el ojo de la cara que me costará comprar un boleto hacia la frontera con Corea.

Pero ya no puedo seguir aquí, pues está es la última vuelta que di en todo Japón.

Durante los últimos años recorrí todo Japón y no... lo encontré, padre no está en estas tierras.

Así que es hora de salir de aquí, además varios de mis conocidos ya han migrado hacia otras tierras.

No me queda a nadie aquí... Aunque me queda Ochako, no es lo mismo.

No siento deseo sexual por ella, la comencé a ver como... ¿una mascota?

-¿Uyag?

-Si, si... Uyag.

Dios... ¿no soy muy buena persona?

Digo, cualquiera en mi posición ya la ubiera dejado a su suerte o peor... ya hubiera abusado de ella.

Claro, esto también pasó por mí cabeza al conocerla.

Pero estaba tan irritado que termine tirando el control del collar y ahora... si me quiere matar no hay nada que la detenga.

Por ahora, solo me iré de aquí hasta lograr tener otra platica civilizada.

-Sirve de algo y ayúdame a cargar estas cosas, hay buena mercancía aquí.

-¿Makanse...?

-Si, esto es Makanse, ahora carga.

Ahora en camino hacia "Raiwn".

***

Al anochecer, logre encontrar un lugar bastante lindo en camino a la ciudad.

Decidí descansar en esta zona, nunca es seguro moverse durante la noche.

Además, desde aquí tenemos lindas vistas de lo que es una ciudad post apocalíptica.

Entre dentro de una tienda y hice la fogata para intentar cocinar algo de carne que había logrado robar de los saqueadores antes.

Sinceramente, me sorprende que no hayan sido caníbales.

Es bastante normal toparse con un caníbal hoy en día, aunque distinguirlos es bastante fácil.

¿Por qué es eso?

Pues debido al consumo constante de carne humana, su cuerpo tiene un tono más amarillento que el asiático común.

Incluso sus extremidades tiemblan constantemente debido a los nervios psicológicos.

Varias veces he tenido que arreglármelas para no ser la cena de alguno.

Por ahora, solo sigo viendo como Ochako se mantiene a una distancia de mi, aunque concentrada en mis acciones.

¿Acaso quiere más mimos?

-¿No vas a comer?

Le deje una lata de atún delante suyo, parece que no tiene ganas de comer.

Eso o no le gusta el pescado que posiblemente en vida pudiera tener 10 ojos.

No es mi culpa, no tengo mucha comida como para gastarla en una salvaje.

-¿Por qué me miras tanto?

Cuando la mire bien, me di cuenta que ella miraba la carne en mis manos.

Creo que enserio no le gusta comer nada más que carne, al menos mas que el pescado.

Normalmente no lo haría, pero eres lo único de compañía que tendré hasta unos días.

Llegar a Raiwn es algo complicado, más por culpa de las ruinas y escombros.

-Bien, tu ganas. Quédate con esto.

Cuando extendí mi comida hacia Ochako, ella salto en un segundo para empezar a comer.

-¡Ruawm!

Si que tenía hambre, aunque nuevamente se acerca mucho a mi cuando come.

En un segundo ella dejó de comer, mirándome con unos ojos enojados.

-Rghmm.

-¿Qué?

Ella tomó mi mano para ponerla en su cabeza, haciendo señal de que quería que la acariciara.

Pará ser una salvaje con instintos de asesina, es bastante mimada.

Por ahora solo le seguiré el juego, notando como pasaba a comer feliz una ves que recibía cariños.

Lo confirmó, ella es como un perro abandonado acostumbrándose a un nuevo amo.

No es como si hubiera tenido un perro... pero es algo similar.

¿Siquiera tuve una masco...?

-¡Argh!

Toque mi cabeza cuando de repente sentí un nuevo dolor en ella.

Siempre que trato de recordar tengo una leve migraña o algo similar.

No entiendo para nada.

-¿Izahm?

Ochako me empezó a mirar preocupada, aunque es normal, viendo que grite adolorido.

-No es nada, solo... voy a dormir un poco.

Me recosté al lado de la fogata para sentir su calor, teniendo a Ochako en mi pecho.

Ella reposo su cabeza en mi para escuchar mis latidos, o al menos así lo intérprete.

Por ahora solo voy a... dormir un poco.