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Capitulo 27

El entrenamiento con Gran Torino era todo menos sencillo. Izuku Midoriya, cubierto de sudor y jadeando, mantenía una postura defensiva mientras el anciano héroe, rápido como un rayo, zigzagueaba por la habitación, apenas visible. Los movimientos de Torino eran casi imperceptibles, desafiando incluso los reflejos mejorados de Izuku con el One For All al 10%.

G.T: ¡Vamos, chico! Si sigues así de lento, nunca serás un símbolo de la paz, ni mucho menos un héroe decente- gritó  desapareciendo en el aire para aparecer detrás de Izuku, dándole un golpe rápido en la pierna para desestabilizarlo. Izuku apenas logró mantenerse en pie, impulsándose con el 10% de su poder para esquivar un segundo ataque.

Izuku: ¡Lo sé, Gran Torino! Pero aún estoy ajustándome... esto es más difícil de lo que pensé- exclamó sus ojos brillando con determinación mientras intentaba anticipar el siguiente movimiento de su maestro.

Gran Torino aterrizó sobre un estante cercano, observándolo con una mirada crítica.

G.T::Difícil, ¿eh? Difícil es lo que All Might tuvo que pasar para perfeccionar este poder. Lo que haces ahora no es más que gatear. Si sigues dependiendo de tus excusas, nunca alcanzarás el nivel que necesitas para proteger a los demás.

Izuku apretó los dientes. Sus piernas temblaban por el esfuerzo, pero su resolución era inquebrantable.

Izuku: ¡No estoy buscando excusas! Solo... necesito más tiempo para aprender a controlarlo. Pero no me rendiré.

Torino alzó una ceja, su expresión suavizándose un poco.

G.T: Hmph, al menos tienes el espíritu. Pero si no encuentras cómo superar tus límites, ese espíritu no significará nada. Ahora, vamos a intentarlo de nuevo.

Antes de que Izuku pudiera responder, Gran Torino se lanzó hacia él nuevamente, un torbellino de velocidad y precisión. Izuku, en un esfuerzo por adaptarse, activó el One For All en sus piernas, esta vez tratando de predecir el patrón errático de Torino. En un giro rápido, logró saltar justo a tiempo para evitar un golpe directo, aterrizando con más control que antes.

Gran Torino frenó en seco, quedando frente a Izuku.

G.T: Eso estuvo mejor. Pero sigues sin comprender una cosa importante- dijo, señalando con un dedo- El One For All no se trata solo de fuerza y velocidad. Es un poder que conecta. La verdadera fuerza de este Quirk está en cómo lo usas para proteger, inspirar y conectar con los demás. Hasta que lo entiendas, no podrás desbloquear todo su potencial.

Izuku lo miró con los ojos abiertos.

Izuku: ¿Conectar? ¿Qué quieres decir?

Gran Torino cruzó los brazos, observándolo con paciencia.

G.T: Piensa en por qué All Might se convirtió en el símbolo de la paz. No era solo porque podía derrotar a cualquier villano. Era porque inspiraba esperanza. El One For All no es un poder egoísta; es algo que compartes con el mundo.

Las palabras de Gran Torino resonaron profundamente en Izuku, como si una nueva pieza del rompecabezas hubiera encajado en su mente. Apretó los puños, mirando sus manos.

Izuku: Proteger... inspirar... conectar... Lo entiendo. Lo intentaré de nuevo.

Gran Torino sonrió ligeramente.

G.T: Eso quería escuchar. Ahora, prepárate, porque no voy a contenerme esta vez.

Izuku adoptó una postura lista, sus ojos llenos de una nueva determinación. La habitación se llenó de una tensión palpable mientras el entrenamiento continuaba, cada movimiento de Torino empujando a Izuku a sus límites y más allá. Aunque solo controlaba un 10% del One For All, el futuro símbolo de la paz estaba un paso más cerca de comprender el verdadero propósito de su poder.

La clase 1-A se había dividido entre agencias de héroes profesionales, cada uno enfrentando desafíos únicos en sus respectivas pasantías. La experiencia era tan diversa como sus habilidades y personalidades, y cada estudiante estaba aprendiendo lecciones valiosas sobre lo que significaba ser un héroe en el mundo real.

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Katsuki Bakugo - Agencia de Best Jeanist

En la agencia de Best Jeanist, Bakugo luchaba contra su temperamento explosivo.

Bakugo: ¿En serio esperas que me concentre en algo tan inútil como la moda?- gritó mientras Best Jeanist ajustaba su uniforme con un nivel de precisión casi obsesivo.

Best Jeanist: Controlar tu imagen es parte de ser un héroe- respondió con calma- Si no puedes controlar tu apariencia, menos podrás controlar tus acciones.

Bakugo apretó los dientes, pero no pudo evitar notar cómo incluso los civiles miraban con admiración a Best Jeanist mientras patrullaban la ciudad. Aunque lo odiara, Bakugo estaba aprendiendo a manejarse con más compostura en público.

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Shiori Todoroki - Agencia de Endeavor

Todoroki, por su parte, entrenaba en la agencia de su padre, Endeavor. Aunque las tensiones entre ellos seguían siendo evidentes, Endeavor no dejaba de empujarlo al límite.

Endeavor: Tu fuego es fuerte, pero sigue siendo ineficaz si no puedes controlarlo completamente- decía mientras lanzaba un torrente de llamas hacia un simulador de villanos- Demuestra que no eres débil.

Shiori: miró a su padre con una mezcla de frustración y determinación.

Shiori: No soy débil. Pero tampoco seré como tú.- Usando su fuego y hielo en combinación, logró neutralizar un obstáculo difícil, dejando a Endeavor impresionado, aunque no lo mostrara.

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Ochako Uraraka - Agencia de Gunhead

En la agencia de Gunhead, Uraraka se enfocaba en combate cuerpo a cuerpo. A pesar de su apariencia gentil, estaba desarrollando habilidades que sorprendían incluso a su mentor.

Gunhead: ¡Buena postura, Uravity! Pero recuerda, un héroe debe anticipar los movimientos de su enemigo- dijo mientras Uraraka esquivaba un golpe.

Ella asintió con determinación, usando su Quirk para flotar y luego caer con precisión, aplicando una llave que dejó a Gunhead inmovilizado por un momento.

Uraraka: ¡Lo logré!- exclamó, emocionada. Gunhead sonrió, viendo el potencial en ella.

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Eijiro Kirishima - Agencia de Fourth Kind

Kirishima enfrentaba un entrenamiento riguroso con Fourth Kind, quien no aceptaba nada menos que perfección.

F.K: ¡Eres demasiado blando, Kirishima! Si quieres ser un héroe irrompible, actúa como uno-  gritó mientras golpeaba un saco de arena reforzado.

Kirishima, sudando y con los brazos endurecidos al máximo, respondió.

Kirishima: ¡Soy más duro de lo que parezco! ¡No me rendiré!-  Aunque el entrenamiento era brutal, su determinación crecía con cada sesión, fortaleciéndose tanto física como mentalmente.

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Tenya Iida - Agencia de Manual

Iida, trabajando con Manual, aprendía que ser un héroe no siempre significaba enfrentarse a villanos poderosos, sino también ayudar con tareas simples y conectar con la comunidad.

Manual: Ser un héroe es más que pelear, Iida. Es entender las necesidades de la gente- dijo mientras ayudaban a dirigir el tráfico después de un accidente menor.

Iida, aunque inicialmente frustrado, comenzó a comprender la importancia de los pequeños actos heroicos.

Lida: Entiendo, Manual. Un héroe debe ser un pilar en todos los aspectos de la sociedad.

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Tsuyu Asui- Agencia de Selkie

En la agencia de Selkie, Tsuyu se entrenaban en rescates acuáticos y operaciones encubiertas.

Selkie: ¡Mantengan la calma y sigan el plan!- ordenó mientras los dos realizaban un simulacro de rescate en altamar.

Tsuyu, usando sus habilidades de rana, recuperó a los "heridos".

Tsuyu: Esto es muy diferente a lo que esperaba- comentó Tokoyami- pero cada misión es una oportunidad para crecer.

Mientras tanto, otros estudiantes como Mina, Denki y Momo también enfrentaban desafíos únicos en sus agencias, cada uno aprendiendo lecciones esenciales para su desarrollo como héroes. A pesar de estar separados, todos compartían un objetivo común: volverse más fuertes y acercarse a sus ideales heroicos.

Akemi respiraba profundamente mientras el aire a su alrededor se calentaba, rodeada de chispas que bailaban en la atmósfera. Frente a ella, varios villanos estaban causando estragos en una fábrica abandonada. Su mentora, Mirko, estaba a su lado, sonriendo con emoción mientras ajustaba sus guantes, lista para entrar en acción.

Mirko: ¿Lista para patear traseros, Nixa?- preguntó con una sonrisa confiada.

Akemi asintió, concentrando su energía.

Akemi: Sí, pero no garantizo que quede algo de ellos.

Los villanos se dieron cuenta de su presencia y comenzaron a atacar. Uno de ellos, con un Quirk que permitía lanzar cuchillas de aire comprimido, disparó directamente hacia Mirko. La heroína esquivó ágilmente, saltando sobre una pared para lanzarse hacia el villano principal con una patada devastadora.

Mientras tanto, otro villano trató de atacar a Akemi con cadenas metálicas que controlaba con su Quirk. Akemi extendió su mano, y una corriente de fuego negro en forma de alas de fénix emergió de su cuerpo, incinerando las cadenas antes de que pudieran tocarla.

Akemi: ¿Es todo lo que tienen?- dijo con calma, mientras su fuego ardía más intensamente.

De repente, dos villanos más se unieron al combate, uno de ellos lanzando una granada de humo para cegarla. Pero Akemi simplemente absorbió las partículas con su fuego, disipando la nube y dejando a los villanos expuestos. Con un movimiento fluido, formó un tornado de fuego que los rodeó, inmovilizándolos sin causarles daño mortal.

Mirko, quien ya había neutralizado a su oponente, miró a Akemi con una sonrisa de aprobación.

Mirko: Buen trabajo, pero no te confíes. ¡Todavía quedan más!

Justo cuando pensaban que la situación estaba bajo control, el líder del grupo apareció. Su Quirk le permitía manipular magma, y el suelo comenzó a temblar mientras grietas incandescentes se abrían a su alrededor.

Lider: ¡Pequeñas heroínas! ¡No tienen oportunidad contra mí!- gritó mientras lanzaba una ola de magma hacia ellas.

Mirko saltó para esquivarla, pero Akemi dio un paso al frente, extendiendo ambas manos. Con una mirada seria, absorbió parte del calor del magma y lo transformó en una tormenta de fuego que lanzó de vuelta hacia el líder.

El impacto creó una explosión masiva que sacudió la fábrica. Cuando el humo se disipó, el líder aún estaba de pie, pero claramente debilitado. Mirko aprovechó el momento para cargar hacia él con toda su fuerza, derribándolo con una patada directa al pecho que lo dejó fuera de combate.

Con todos los villanos neutralizados, Mirko miró a Akemi mientras los policías llegaban para arrestar a los criminales.

Mirko: Tienes talento, Akemi. Pero necesitas controlar mejor la intensidad de tus ataques. No siempre puedes ir al máximo si hay civiles cerca.

Akemi asintió, todavía recuperándose del esfuerzo.

Akemi: Lo entiendo, Mirko. Aún estoy aprendiendo a medir mis poderes. Pero quiero ser alguien que pueda proteger a todos, como tú.

Mirko le dio una palmada en la espalda, sonriendo.

Mirko: Tienes potencial. Solo necesitas pulirlo. Ahora, volvamos. ¡Hay más traseros que patear mañana!

Akemi sonrió, sintiendo que cada día se acercaba más a convertirse en la heroína que soñaba ser.

Lila caminaba tranquila por la ciudad, disfrutando de un breve descanso en su pasantía con un héroe profesional. De repente, un grito rompió la calma:

"¡Alto! ¡Detengan a ese ladrón!"

Giró su mirada para ver a un hombre corriendo entre la multitud con una bolsa de dinero en las manos. Sin pensarlo dos veces, Lila inhaló profundamente y colocó sus manos en una posición en forma de triángulo, concentrando su energía.

Lila:(¡Es mi oportunidad para practicar!)-  pensó, mientras un brillo de determinación iluminaba sus ojos.

Con un movimiento suave de sus manos hacia adelante, creó una ráfaga de viento que desvió los objetos que el ladrón había tirado para obstaculizar a sus perseguidores. El hombre miró hacia atrás, sorprendido, al sentir el aire volverse en su contra.

Lila: ¡Oye, quédate quieto!- gritó  aumentando la intensidad del viento para ralentizar al ladrón.

El criminal trató de acelerar, pero Lila ajustó su posición, colocando una mano hacia abajo y otra en diagonal hacia el frente. Esto creó un torbellino que levantó hojas y polvo, obligándolo a cubrirse los ojos y detenerse por un instante.

El ladrón, molesto por la interferencia, sacó un cuchillo y lanzó un ataque desesperado hacia ella. Lila, manteniendo la calma, respiró profundamente y movió sus manos en un gesto circular, creando una corriente de aire que desvió el arma antes de que pudiera alcanzarla.

Lila: ¿Eso es todo lo que tienes?- dijo con una leve sonrisa.

Cambiando su postura, levantó ambas manos hacia el cielo y luego las movió hacia abajo rápidamente, generando una ráfaga de viento vertical que derribó al ladrón, dejándolo en el suelo con el cuchillo fuera de su alcance.

Minutos después, los policías llegaron al lugar y arrestaron al ladrón. Uno de los oficiales miró a Lila con admiración.

Oficiales: Buen trabajo. ¿Estás en entrenamiento para convertirte en heroína?

Lila asintió, un poco avergonzada.

Lila: Sí, solo estoy empezando, pero quiero ser útil para la gente.

El oficial sonrió.

Oficial: Si sigues así, estoy seguro de que lo lograrás.

Mientras volvía a la agencia, Lila no podía evitar sonreír. Había sido un pequeño incidente, pero para ella era un paso más hacia su sueño de convertirse en una heroína profesional.

Lila:(Cada ráfaga cuenta)- pensó, ajustando sus guantes y preparándose para lo que el futuro le deparara.

En otra parte

Yaito se encontraba sentado debajo de un frondoso árbol, con las piernas cruzadas y los ojos cerrados. El viento soplaba suavemente, meciendo las hojas y llenando el aire con el susurro de la naturaleza. Pero en su mente, las palabras de Zhu Bajie resonaban con fuerza:

"Tu inseguridad está interfiriendo con tu control. No es que no puedas hacer estas cosas; es que no crees que puedas, y esa duda te hace desperdiciar poder innecesariamente. Es como si intentaras usar un martillo para aplastar una mosca."

Yaito frunció ligeramente el ceño mientras reflexionaba.

Yaito: Inseguridad...- murmuró para sí mismo.

Recordaba todas las veces que había dudado de su capacidad, que había permitido que el miedo al fracaso lo detuviera. Desde pequeño, siempre había sentido que tenía que esforzarse el doble para demostrar su valía.

Yaito: (Pero... ¿qué si realmente soy capaz?) pensó.

Zhu Bajie tenía razón. Cada vez que usaba su fuerza, lo hacía con miedo a fallar, aplicando más poder del necesario o sin la precisión adecuada. Era como si su mente se saboteara antes de intentarlo.

Abrió los ojos y observó su entorno. Los árboles se mecían suavemente con el viento, pero ninguno de ellos se rompía. El agua del río fluía con fuerza, pero nunca se desbordaba. Todo en la naturaleza era un ejemplo perfecto de equilibrio y control.

Yaito inhaló profundamente, llenando sus pulmones con el aire fresco del bosque, y exhaló lentamente.

Yaito: Si quiero dominar mi fuerza, primero debo dominar mi mente- se dijo, colocando una mano sobre su corazón. -No puedo seguir dejando que mi inseguridad sea más fuerte que mi voluntad.

Extendió su mano frente a él, observándola con detenimiento. Su objetivo era simple: levantar una pequeña roca cercana sin destruirla. Concentró su energía, enfocando su mente en el resultado deseado, pero sin apresurarse.

Yaito: Menos fuerza... más control- murmuró.

La roca comenzó a elevarse lentamente. Yaito sintió la energía fluir de manera diferente esta vez, más suave, más precisa. Pero, al mínimo atisbo de duda, la roca tembló en el aire y se partió en dos.

Yaito: ¡Tsk! Otra vez...- dijo frustrado, pero esta vez se detuvo.

En lugar de caer en la desesperación, recordó las palabras de Zhu Bajie.

"Es un proceso. No se trata de ser perfecto al instante."

Emma apareció en el claro, observándolo desde lejos antes de acercarse.

Emma: ¿Sigues intentando?- preguntó con una sonrisa.

Yaito asintió.

Yaito: Sí, pero aún no lo consigo.

Emma cruzó los brazos.

Emma: Te he visto mejorar, aunque no lo notes. Tal vez no sea el resultado que esperabas, pero estás avanzando.

Sus palabras encendieron algo dentro de él.

Yaito: Avanzar... Eso es lo importante.

Yaito cerró los ojos nuevamente y retomó su meditación, esta vez con una nueva determinación. No tenía que lograrlo todo de una vez; cada intento era un paso hacia el control que tanto anhelaba.

Yaito: (No más martillos para aplastar moscas)- pensó, sonriendo ligeramente.

En el horizonte, Zhu Bajie observaba desde las sombras, con una expresión de orgullo y expectativa en su rostro.

Bajie: Es hora de subir el nivel- menciono con una sonrisa viendo los resultado de yaito.

Yaito miraba a Zhu Bajie con una mezcla de incredulidad y temor. "¿Subir de nivel?", preguntó, con una ceja levantada. Pero antes de que pudiera obtener más detalles, el panorama a su alrededor cambió abruptamente.

De repente, Yaito estaba parado sobre una montaña puntiaguda, rodeado de picos afilados que parecían estar esperando su caída. El aire era frío y cada paso que daba hacía que el suelo bajo sus pies se tambaleara ligeramente.

Yaito:¡¿Qué es esto?!- exclamó mirando hacia Zhu Bajie, quien se encontraba sentado cómodamente en una roca cercana, comiendo un melón con total despreocupación.

Bajie: Este es tu próximo entrenamiento," dijo con una sonrisa divertida- Control bajo presión. Si no logras mantener el equilibrio entre tu fuerza física y mental, caerás... y créeme, no será agradable.

Yaito tragó saliva, observando los picos que parecían más amenazantes con cada segundo que pasaba.

Con cuidado, Yaito comenzó a caminar sobre el estrecho camino de roca puntiaguda. Sus pasos eran lentos, y cada vez que miraba hacia abajo, un escalofrío recorría su espalda.

Yaito: (Esto no puede ser real)-pensó, pero las palabras de Bajie resonaban en su mente.

"Si no enfrentas tu inseguridad ahora, nunca aprenderás a controlar tu poder."

Pero conforme avanzaba, imágenes comenzaron a invadir su mente: el caos del ataque en la U.S.J., el dolor de su profesor herido, y Akemi lastimada. Su respiración se aceleró, y sus pasos se volvieron más torpes.

Yaito: No puedo... No puedo hacerlo- murmuró para sí mismo.

De repente, su pie resbaló, y Yaito perdió el equilibrio.

Yaito: ¡No, no, no!- gritó mientras su cuerpo se inclinaba hacia el vacío. Por más que intentó aferrarse al borde, la roca era demasiado resbaladiza.

El aire zumbaba en sus oídos mientras caía hacia las afiladas rocas. Cerró los ojos, esperando el impacto.

Emma: ¡Yaito!- gritó una voz conocida.

En el último segundo, un conjunto de hilos plateados surgió de la nada, envolviendo su cuerpo y deteniendo su caída. Emma apareció en el borde del precipicio, con sus manos extendidas y un hilo de telaraña conectándola a Yaito.

Con esfuerzo, Emma comenzó a tirar de Yaito hacia arriba, manteniendo su mirada fija en él.

Emma: ¿Qué demonios estabas haciendo? ¡Se supone que este es tu entrenamiento, no un intento de suicidio!- le gritó mientras lo colocaba de vuelta en un lugar seguro.

Yaito, jadeando, se sentó en el suelo, con el corazón latiendo a toda velocidad.

Yaito: No pude hacerlo... No podía concentrarme- admitió, golpeando el suelo con frustración.

Zhu Bajie apareció detrás de Emma, todavía masticando su melón.

Bajie: ¿Sabes cuál fue tu error?- preguntó con calma.

Yaito alzó la mirada, pero no dijo nada.

Bajie: Dejaste que tus recuerdos te dominaran. En lugar de controlar tu mente, permitiste que ella te controlara. Ese es el verdadero enemigo, Yaito: no las rocas, no el vacío, sino tus propios miedos e inseguridades.

Emma cruzó los brazos, mirando a Yaito.

Emma: Tal vez deberías empezar con algo más pequeño antes de enfrentarte a algo así,- sugirió, aunque había una nota de orgullo en su voz por haberlo salvado.

Zhu Bajie negó con la cabeza.

Bajie: No hay atajos para esto, Hija. Pero es cierto que Yaito necesita un momento para calmar su mente.

Bajie miró a Yaito y sonrió.

Bajie: Tómate un respiro, pero no demasiado largo. Este fue solo el primer paso. Mañana lo intentaremos de nuevo... y la próxima vez, sin redes de seguridad.

El sol se deslizaba lentamente hacia el horizonte, tiñendo el cielo de tonos naranjas y rojos. La cima de la roca donde Yaito estaba sentado parecía un lugar ajeno al tiempo, un refugio de calma en medio del caos que había vivido. El joven mantenía la mirada fija en el atardecer, su mente perdida en un remolino de pensamientos.

Yaito: De todos los portadores... soy el peor- murmuró para sí mismo, recordando las palabras de Zhu Bajie.

Los momentos recientes desfilaban por su mente: su inseguridad lo había llevado a perder el control, sus recuerdos lo habían distraído, y el entrenamiento casi le había costado la vida.

De pronto, una figura familiar apareció a su lado. Zhu Bajie se sentó con un movimiento lento y pausado, como si no quisiera perturbar la paz del momento.

Bajie: Así que aquí estás-  dijo rompiendo el silencio con un tono neutro- Lamentándote por tus errores, supongo.

Yaito no respondió de inmediato. Bajie no lo presionó, simplemente se quedó mirando el mismo atardecer, dejando que el tiempo hiciera su trabajo.

Después de un largo silencio, Yaito finalmente habló, su voz baja pero cargada de emociones.

Yaito: Tenías razón. Mi inseguridad es mi peor enemigo. Ni siquiera sé por qué me eligieron como portador. Sun Wukong seguramente estaría avergonzado de verme.

Bajie rió suavemente, una carcajada que no tenía burla, sino comprensión.

Bajie: ¿Avergonzado? Tal vez. Pero Wukong también era alguien que entendía que todos tenemos que empezar desde algún lugar. Incluso él no era perfecto al principio.

Yaito lo miró con incredulidad.

Bajie: ¿Wukong? ¿El Rey Mono? ¿Imperfecciones? No me hagas reír.

Bajie sonrió, sus ojos brillando con algo de nostalgia.

Bajie: ¿Sabes cómo empezó Wukong? Como una simple roca que tomó vida. No era un dios, ni un guerrero. Solo un ser que aprendió, cayó y se levantó, una y otra vez. Nadie es perfecto al principio, Yaito. Ni siquiera él.

Yaito volvió su mirada al horizonte.

Yaito: ¿Cómo era él realmente? No las historias o las leyendas. El verdadero Wukong.

Bajie suspiró, como si estuviera viendo a través del tiempo.

Bajie: Era caótico, impetuoso y orgulloso. Pero también era leal, valiente, y siempre buscaba superarse. Lo que lo hizo especial no fue su poder, sino su determinación de nunca rendirse, sin importar cuántas veces fracasara.

Bajie miró a Yaito con una expresión seria.

Bajie: Él vio algo en ti, algo que tal vez tú no puedes ver todavía. No porque ya seas fuerte, sino porque tienes el potencial de serlo. Eso es lo que importa.

El silencio regresó entre ellos, pero esta vez no era incómodo. Ambos seguían mirando el atardecer, como si buscaran respuestas en los colores del cielo.

Bajie: No será fácil," dijo Bajie finalmente. - Pero si de verdad quieres honrar su legado, tienes que dejar de compararte con los demás. No se trata de ser como Wukong. Se trata de ser tú mismo, pero mejor.

Yaito cerró los ojos, respirando profundamente. Por primera vez, una chispa de determinación brilló en su interior.

Yaito: Tienes razón- murmuró- No puedo seguir así. Si voy a ser digno de este poder, tengo que aprender a confiar en mí mismo.

Bajie sonrió, dándole una palmada en el hombro.

Bajie: Ese es el espíritu. Ahora descansa. Mañana será otro día... y otro desafío.

Ambos se quedaron en silencio mientras el sol desaparecía detrás del horizonte, dejando que la noche los envolviera. Aunque el camino sería difícil, Yaito comenzaba a entender que las sombras de su pasado no definían quién podía llegar a ser.

En otra parte

El lugar estaba cubierto de un aire pesado y denso. La estructura abandonada, con paredes desgastadas por el tiempo y grafitis incompletos, servía como el escondite perfecto. Bajo el tenue resplandor de unas lámparas improvisadas, un grupo de figuras encapuchadas se reunía en círculo, cada una emitiendo una presencia amenazante y calculadora.

Una figura más alta, al parecer el líder, se encontraba en el centro. Su capa negra parecía absorber la luz, y su voz resonó como un eco, cargada de autoridad.

??: El momento se acerca- comenzó, con un tono que hacía vibrar el aire- Hemos esperado demasiado tiempo, pero pronto nuestra jugada comenzará, y ni siquiera la Corte Celestial podrá detenernos.

Los encapuchados alrededor inclinaron levemente la cabeza en señal de acuerdo, mientras uno de ellos, más pequeño pero con una energía inquietante, dio un paso al frente.

??: ¿Cuáles son sus órdenes, maestro?-  preguntó, su voz aguda y cargada de curiosidad.

El líder giró lentamente hacia él, su rostro aún cubierto por la sombra de la capucha.

??: No debemos dejar cabos sueltos. Antes de avanzar, quiero que investiguen las actividades en la región. Hay movimientos que no me gustan. Asegúrense de que nadie sospeche de nuestros planes.

De entre el grupo, el líder señaló a dos encapuchados en particular.

??: Ustedes dos serán los encargados. No llamen la atención, y recuerden: siempre debemos ocultar bien nuestras jugadas.

Los seleccionados intercambiaron miradas desde la sombra de sus capuchas.

??: Entendido. Nadie sabrá que estuvimos allí.

??: Volveremos con la información que necesitas, maestro. Pero... ¿qué hacemos si encontramos resistencia?

El líder esbozó una sonrisa apenas visible bajo la capucha, una sonrisa que irradiaba peligro.

??: Entonces elimínenla. Pero sean rápidos. No quiero que la atención de los héroes recaiga sobre nosotros aún.

Los dos enviados se arrodillaron brevemente, mostrando su lealtad, antes de salir del lugar en silencio. El resto del grupo observó en calma cómo desaparecían en la oscuridad.

El líder, aún en el centro del círculo, se giró hacia los demás.

??: Pronto, el equilibrio que la Corte Celestial ha impuesto durante siglos se romperá. Y nosotros seremos los que ascendamos al trono del caos.

El grupo entero levantó sus manos derechas en un gesto sincronizado, jurando lealtad a la causa. "¡Por el nuevo amanecer!"

La voz del juramento resonó en el espacio vacío, dejando un eco que parecía cargar el aire con tensión.

Mientras tanto, lejos de allí, las piezas del tablero comenzaban a moverse sin que sus protagonistas lo supieran. La primera jugada había comenzado.

Continuará...

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