Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 26

El simio envuelto en llamas rugió con fuerza, liberando una onda de calor que hizo que el aire a su alrededor vibrara. Yaito se puso en posición de combate, sintiendo el calor que parecía intensificarse con cada paso del monstruo hacia él. Sus ojos se entrecerraron, calculando los movimientos del enemigo mientras su mente analizaba cómo atacar.

El simio fue el primero en moverse, lanzándose hacia Yaito con sorprendente velocidad para su tamaño. Levantó su gigantesco puño, cubierto de fuego, y lo arrojó hacia el joven con una fuerza devastadora. Yaito esquivó por poco el impacto, dando un salto hacia atrás mientras el suelo bajo él se agrietaba y ardía. Sin perder tiempo, Yaito contraatacó, corriendo hacia el costado del simio y lanzando un golpe directo con su puño.

El puño golpeó, pero el fuego que cubría el cuerpo del simio amortiguó el impacto. Aunque el corte no fue profundo, el simio rugió en dolor y frustración. Giró rápidamente, usando su cola envuelta en llamas como un látigo para barrer el área. Yaito apenas tuvo tiempo para levantar su espada y bloquear el golpe, siendo empujado varios metros hacia atrás por la fuerza.

Yaito: No puedes ser descuidado-  murmuró mientras se levantaba. El calor comenzaba a afectarlo, pero su determinación era inquebrantable- Si el fuego es su protección, entonces tendré que ser más rápido y preciso.

El simio abrió su boca, exhalando una ráfaga de fuego que se extendió como una ola destructiva hacia Yaito. Sin dudar, el joven corrió hacia un lado, esquivando las llamas y usando un tronco caído como punto de apoyo para impulsarse hacia el simio. En el aire, giró su pierna y realizó una patada descendente hacia el hombro de la criatura, logrando atravesar parcialmente el fuego y causar un daño  profundo.

El simio gruñó, retrocediendo y golpeando el suelo en un arrebato de ira. Cada golpe causaba pequeñas explosiones de fuego, obligando a Yaito a mantenerse en movimiento para evitar ser alcanzado. En un momento de distracción del enemigo, Yaito reunió su energía, haciendo que su espada brillara con un aura intensa.

Yaito: Esta vez, lo haré bien.

Corrió hacia el simio, esquivando sus ataques con movimientos fluidos y precisos. Justo cuando el simio levantó ambos brazos para aplastarlo, Yaito deslizó bajo su enorme figura, evitando el ataque y quedando detrás de él. Sin perder un segundo, Yaito saltó hacia su espalda y hundió su puño en un punto vulnerable entre las llamas.

El simio rugió con furia y giró violentamente, tratando de sacudirse a Yaito, pero el joven mantuvo su posición. Con cada giro, su brazo absorbía más energía del fuego que envolvía al simio, debilitándolo. Finalmente, Yaito saltó de su espalda y aterrizó con gracia a unos metros de distancia, apuntando su puño hacia el enemigo.

Yaito: ¡Aquí acaba tu amenaza!

El simio, debilitado y tambaleante, intentó un último ataque. Reunió toda la energía restante en una esfera de fuego que comenzó a formar entre sus manos. Yaito sabía que no podía permitir que ese ataque se completara. Con una velocidad impresionante, corrió directamente hacia el simio, esquivando las brasas y llamas que salían de la esfera. Con un grito final, Yaito concentró toda su fuerza en un golpe ascendente, impactando directamente en el núcleo del fuego.

La explosión fue inevitable, pero Yaito se cubrió con su brazo mientras el impacto lo lanzaba hacia atrás. Cuando el humo y las llamas se disiparon, el simio cayó al suelo, derrotado, mientras las llamas que lo cubrían lentamente se extinguían.

Emma salió de su escondite, corriendo hacia Yaito con preocupación.

Emma: ¡Yaito, estás bien!

Él respiraba con dificultad, pero logró esbozar una sonrisa.

Yaito: Sí, estoy bien... Ahora el camino está despejado. Sigamos adelante.

La esfera de fuego que rodeaba a la criatura comenzó a girar lentamente, lanzando chispas en todas direcciones mientras su intensidad aumentaba. Yaito, jadeante y agotado, miraba con atención, preparado para lo que fuera necesario. Pero justo cuando se disponía a atacar, una pequeña figura encapuchada apareció entre las sombras del bosque. La criatura pareció detenerse de inmediato, las llamas comenzaron a disiparse, y la esfera se desvaneció.

Yaito frunció el ceño, reconociendo a la figura encapuchada de inmediato.

Yaito: Tú......- murmuró, recordando al extraño que alguna vez había enfrentado y que había atacado a su madre. Instintivamente, su mano se tensó mientras se levantaba.

El encapuchado lo miró fijamente, su tono tranquilo pero con una leve pizca de burla.

??: Nada mal. Debo admitir que me has sorprendido mucho, chico.

Sin embargo, lo que ocurrió después lo dejó más perplejo. La mirada del encapuchado se desvió hacia Emma, que estaba detrás de Yaito. La joven, que antes lucía tímida y agradecida, cambió por completo su expresión. Ahora tenía una postura serena, casi solemne. Sin decir nada, hizo una reverencia profunda hacia el encapuchado.

??: Muchas gracias, hija- dijo el extraño, sus palabras llenas de satisfacción.

Yaito abrió los ojos de par en par, confuso y claramente irritado.

Yaito: A ver, a ver, ¿se puede saber qué está pasando aquí?- preguntó, señalando a ambos con un gesto frustrado.

El encapuchado soltó una pequeña risa, como si encontrara la confusión de Yaito entretenida.

??: Oh, me estaba desviando del asunto principal. Disculpa- dijo mientras sus manos iban hacia su capucha. Lentamente, la bajó, revelando su verdadero rostro: un jabalí humanoide de aspecto imponente pero algo cómico.

Yaito parpadeó varias veces, procesando lo que veía. Finalmente, sin contenerse, dijo con total inocencia.

Yaito: ¡Vaya, pero sí que eres feo!

El silencio que siguió fue tan incómodo como palpable. Emma, aún al lado de Yaito, levantó su mano con un leve tic en el ojo, claramente irritada, y le dio un fuerte zape en la cabeza.

Emma: ¡Oye, no insultes a mi padre!-  exclamó con enfado.

Yaito, frotándose la cabeza, se giró hacia ella con incredulidad.

Yaito: ¿Padre? ¿Este... jabalí es tu padre?

El jabalí humanoide soltó una carcajada profunda, que resonó por el bosque.

Bajie: Así es. Mi nombre es Zhu Bajie- dijo, haciendo una pequeña reverencia, su tono completamente seguro- Y tú, joven, tienes un carácter bastante curioso.

Emma suspiró, recuperando la compostura, mientras miraba a Yaito con cierta vergüenza.

Emma: Perdónalo, padre, no sabe lo que dice.

Zhu Bajie simplemente sonrió y miró a Yaito de nuevo.

Bajie: No te preocupes. Es refrescante ver a alguien tan sincero. Ahora, hablemos de lo importante. Has demostrado ser más fuerte de lo que esperaba. Quizás... seas justo lo que necesitamos.

Yaito, todavía confundido pero algo intrigado, levantó una ceja.

Yaito: ¿Necesitan? ¿De qué están hablando?

Zhu Bajie se cruzó de brazos, su enorme y robusta figura iluminada por los rayos del sol que se filtraban entre los árboles.

Bajie: Debo admitir que, después de tantas generaciones, no esperaba encontrarme con alguien tan peculiar como tú.

Yaito, aún con la mano en la cabeza por el reciente zape de Emma, lo miró con desconfianza y luego recordó algo importante. Sus ojos se abrieron de par en par al conectar los puntos.

Yaito: Espera... dijiste que estuviste con Wukong. ¿Eso significa que tú eres el... el cerdo pervertido?

Antes de que pudiera terminar de hablar, un nuevo zape, más fuerte, cayó sobre él. Emma, rodeada de un aura siniestra y con sus ojos ardientes como si fueran brasas, lo fulminó con la mirada.

Emma: ¡Deja de insultar a mi padre!- exclamó, su tono lleno de autoridad.

Yaito retrocedió un par de pasos, asustado por la intensidad de Emma.

Yaito: ¡Está bien, está bien! ¡Lo siento!- balbuceó, levantando las manos en señal de rendición.

Zhu Bajie, mientras tanto, se echó a reír con una carcajada que resonó en todo el bosque.

Bajie: Tranquila, hija. Me divierte su sinceridad- Miró a Yaito con una sonrisa, sus colmillos brillando- Y sí, muchacho, fui compañero de Wukong, el gran Rey Mono. Pasé aventuras con él y estuve a su lado durante la travesía al Oeste.

Yaito, aún algo nervioso por la presencia intimidante de Emma, frunció el ceño mientras procesaba lo que Zhu Bajie acababa de decir.

Yaito: Entonces... eso significa que tú también estuviste con... con los predecesores del poder de Wukong, ¿no es así?

Zhu Bajie asintió lentamente, su sonrisa tornándose más seria.

Bajie: Exacto. He sido el entrenador, guía y protector de todos los sucesores de Wukong. Es mi deber asegurar que el poder pase a manos dignas.

Yaito dio un paso atrás, sorprendido por la revelación.

Yaito: Espera, espera... entonces, ¿eso significa que yo...?

Zhu Bajie sonrió ampliamente y se señaló a sí mismo con confianza.

Bajie: Así es, muchacho. Tú eres el nuevo sucesor. Y yo... yo soy tu entrenador.

El bosque quedó en silencio mientras las palabras de Zhu Bajie resonaban en la mente de Yaito.

Yaito: ¿Entrenador?- murmuró aún intentando comprender la magnitud de lo que acababa de escuchar.

Emma, ahora más tranquila, sonrió ligeramente mientras miraba a su padre.

Emma: Así es, Yaito. Si él te ha elegido, significa que tienes un gran potencial. No es algo que debas tomar a la ligera.

Zhu Bajie dio un paso al frente, su enorme figura pareciendo más imponente que nunca.

Bajie: Desde ahora, joven, te enseñaré a dominar no solo el poder de Wukong, sino también el control y la sabiduría necesarios para no sucumbir ante él.

Yaito lo miró fijamente, aún sintiendo la presión de la situación, pero algo dentro de él comenzó a encenderse. Una chispa de emoción, mezclada con miedo y determinación.

Yaito: Entonces, ¿qué debo hacer?- preguntó finalmente.

Zhu Bajie soltó otra carcajada y señaló al cielo.

Bajie: Primero, muchacho, sobrevivir. Porque el entrenamiento con un dios no es para los débiles.

Zhu Bajie rodeó lentamente a Yaito, observándolo de arriba abajo con una expresión de desaprobación en su rostro. Su mirada penetrante parecía atravesar no solo la apariencia física de Yaito, sino también algo más profundo. Finalmente, se detuvo frente a él, con los brazos cruzados y una sonrisa burlona en el rostro.

Bajie: Mmm... ya veo- dijo frunciendo el ceño dramáticamente- Definitivamente... eres el más patético de los sucesores.

En ese instante, una roca imaginaria gigantesca cayó sobre Yaito, aplastándolo metafóricamente. En la roca, las palabras "El más patético" brillaban intensamente, mientras Yaito caía al suelo, deprimido por completo.

Yaito: ¡Oye! ¿Era necesario decirlo así?- protestó, su voz casi quebrándose por el golpe emocional.

Zhu Bajie ignoró su reacción y continuó hablando como si nada. "

Bajie: Ni siquiera has usado el 5% del verdadero poder de Sun Wukong, y a estas alturas deberías haber regenerado ese ojo faltante sin siquiera pensarlo. ¡Bah! Una vergüenza para el legado.

Yaito se quedó paralizado, mirando a Zhu Bajie con incredulidad.

Yaito: ¿Qué... qué dijiste? ¿Regenerar mi ojo?- Su mano se dirigió automáticamente hacia el lado donde debería estar su ojo derecho, que aún estaba cubierto por el parche- ¡Estás loco! Eso no es algo que pueda hacer cualquiera.

Zhu Bajie soltó una carcajada, un sonido que resonó en el bosque como un trueno.

Bajie: ¡Exacto! No cualquiera puede hacerlo, pero tú no eres cualquiera, muchacho. Tienes el poder del Gran Sabio Igual al Cielo. ¿De verdad crees que esos simples límites humanos todavía aplican para ti?

Yaito seguía mirando a Zhu Bajie como si estuviera completamente loco, pero en el fondo, sus palabras comenzaban a resonar.

Yaito: (¿Regenerar un ojo...? ¿Usar solo el 5%...? ¿Qué más me estás ocultando?)- pensó, sintiendo cómo una mezcla de miedo y curiosidad comenzaba a invadirlo.

Zhu Bajie se inclinó hacia él, señalándolo con su dedo grueso.

Bajie: Parece que no comprendes el alcance de lo que te fue otorgado. Lo que posees no es un simple poder; es un fragmento de divinidad, un legado que ha desafiado a dioses, demonios y cielos enteros. Y tú... tú lo estás desperdiciando, arrastrándote como un simple mortal.

Las palabras golpearon a Yaito como un martillo. Miró sus manos, recordando los momentos en que había usado su poder. Todo ese tiempo había sentido que era algo increíble, pero ahora... parecía que apenas había rascado la superficie.

Yaito: Entonces, ¿qué se supone que haga?- preguntó finalmente, su voz llena de una mezcla de desafío y frustración- ¿Cómo se supone que aproveche este poder si nadie me lo ha explicado?

Zhu Bajie se enderezó y volvió a reír.

Bajie: Por eso estoy aquí, muchacho. Para romperte... y reconstruirte desde cero. Si estás dispuesto a aprender, claro está. Pero primero...- Apuntando a un árbol cercano con una sonrisa traviesa- ¿Por qué no comienzas regenerando ese ojo? Si lo logras, quizás consideremos darte una lección real.

Yaito frunció el ceño, sintiendo cómo la presión sobre él aumentaba con cada palabra de Zhu Bajie. Pero en el fondo, también había una chispa de algo más: determinación.

Yaito: Está bien- dijo finalmente, apretando los puños- Si eso es lo que hace falta, lo haré. Pero no esperes que sea fácil.

Zhu Bajie sonrió ampliamente, mostrando sus colmillos.

Bajie: Eso espero, muchacho. Porque con lo que viene, fácil será lo último que encuentres.

Yaito: ¿Cómo se supone que haga algo que para una persona normal es imposible?-  Su tono era cómico, casi derrotista, mientras su mano libre revolvía su cabello en un gesto de frustración exagerada.

Emma, quien observaba desde un costado, suspiró profundamente, llevándose una mano a la frente.

Emma: ¿De verdad este es el predestinado?- murmuró para sí misma, pero lo suficientemente alto como para que Zhu Bajie la escuchara. Sin embargo, el jabalí humanoide no se inmutó. En lugar de reaccionar, mantenía una calma absoluta, con los brazos cruzados y una leve sonrisa en su rostro.

Bajie: Yaito, ven aquí- dijo de repente, su voz firme pero sin ser autoritaria. Yaito levantó la mirada, algo sorprendido, y se acercó con cierta curiosidad. Bajie extendió un lápiz y un trozo de papel hacia él.

Yaito: ¿Qué se supone que haga con esto?- preguntó mirando el lápiz como si fuera un objeto alienígena.

Bajie: Escribe tu nombre- respondió con serenidad, como si estuviera pidiendo algo completamente ordinario. Esto confundió aún más a Yaito, pero sin hacer más preguntas, tomó el lápiz y se preparó para escribir en el papel.

Justo cuando estaba a punto de plasmar la primera letra, un recuerdo pasó por su mente: el desastre que había causado en la escuela cuando intentó escribir en su pupitre. El lápiz se había partido como si fuera de papel, y el pupitre había quedado destrozado con un cráter debajo. Dudó por un momento, pero finalmente dejó que el lápiz tocara el papel.

Con un leve crujido, el lápiz se rompió en dos, y un sonido sordo lo siguió. Cuando Yaito levantó la mirada, vio un pequeño cráter debajo del papel. Sus hombros se desplomaron, y un suspiro frustrado escapó de sus labios.

Yaito: Otra vez lo hice.....- murmuró, claramente molesto consigo mismo. Bajie, sin embargo, no parecía sorprendido en lo absoluto. De hecho, su sonrisa se ensanchó.

Bajie: Exacto- dijo señalando el cráter con su dedo grueso- Esa es la raíz de tu problema, muchacho.

Yaito lo miró, parpadeando.

Yaito: ¿De qué hablas? Todo lo que toco se rompe. ¿Cómo se supone que esto es una pista para regenerar mi ojo?.

Bajie se inclinó un poco hacia Yaito, apuntándolo con una mano.

Bajie: Tu inseguridad está interfiriendo con tu control. No es que no puedas hacer estas cosas; es que no crees que puedas, y esa duda te hace desperdiciar poder innecesariamente. Es como si intentaras usar un martillo para aplastar una mosca. ¿Ves el problema?

Emma, quien había estado observando en silencio, se cruzó de brazos, asintiendo ligeramente como si entendiera el punto de Bajie.

Emma: Tiene sentido- dijo finalmente, aunque su tono seguía siendo un poco escéptico- Si ni siquiera puede escribir su nombre sin causar un desastre, mucho menos podrá regenerar un ojo.

Yaito miró el papel roto y el cráter, frunciendo el ceño.

Yaito: Entonces, ¿qué se supone que haga? ¿Cómo detengo esto?

Bajie se enderezó y señaló a Yaito con determinación.

Bajie: Primero, necesitas creer que puedes controlar el poder. Pero no basta con creer; necesitas practicar y fallar, hasta que entiendas cómo usarlo con precisión. Empezaremos con lo más simple: estabilizar tu energía. Y para eso, hay un ejercicio que te ayudará.

Yaito suspiró nuevamente, pero esta vez con una chispa de determinación en sus ojos.

Yaito: Está bien, maestro cerdo pervertido, dime qué hacer.

Emma soltó un gemido de frustración y le dio otro zape a Yaito, mientras Zhu Bajie se reía a carcajadas.

Bajie: Muchacho, si logras dominar esto, quizás no solo regeneres tu ojo, sino que también demuestres que mereces ser sucesor del Gran Sabio.

Yaito: Entonces, ¿qué esperamos?-  respondió con una leve sonrisa. La primera chispa de confianza comenzaba a brillar en él, aunque el camino todavía era incierto.

En otra parte.

La ciudad brillaba tenuemente bajo la luz de la luna, un paisaje de caos contenido y promesas rotas. Stain permanecía inmóvil en la azotea de un edificio alto, sus ojos agudos recorriendo las calles que se extendían como venas pulsantes. Cada luz, cada sombra, contaba una historia, y él estaba allí para decidir cuáles eran dignas de continuar.

El sonido más leve rompió el silencio: un susurro de aire siendo desplazado. Sin girar completamente, Stain desenfundó su katana con fluidez, la hoja reflejando la tenue luz de la luna. En un movimiento veloz, se giró, apuntando con precisión al cuello de quien había osado acercarse. La figura ante él no reaccionó agresivamente; en cambio, alzó una mano enguantada en señal de paz.

??: No vengo a pelear,- dijo una voz grave y tranquila, resonando como el eco de una tormenta lejana.

Stain no bajó su arma. Sus ojos brillaban con intensidad mientras estudiaba a su interlocutor: un hombre envuelto en un aura oscura y volátil, con una neblina púrpura girando en torno a él. Kurogiri.

Stain: Tienes diez segundos para decirme por qué estás aquí antes de que te deje sin esa cabeza nebulosa tuya- gruñó sin bajar la guardia. La katana se mantuvo firme, a escasos centímetros del rostro etéreo de Kurogiri.

Kurogiri: Mi líder desea hablar contigo- respondió con calma. Su voz no mostró rastro de temor, aunque sabía que estaba frente a un hombre capaz de cumplir su amenaza sin dudar- Reconoce tu... dedicación, y cree que podrías compartir ciertos ideales.

Stain ¿Tu líder? -apretó los dientes- No necesito alianzas con criminales sin honor ni propósito. Si estás aquí para reclutarme para tu banda de débiles e hipócritas, estás perdiendo el tiempo.

Kurogiri no reaccionó ante la provocación. Permaneció sereno, su postura imperturbable.

Kurogiri: ¿Es así como juzgas a todos, Stain? ¿Incluso a aquellos que buscan un cambio real en este mundo corrupto? Mi líder no es como los demás.

Stain dejó escapar un resoplido desdeñoso, pero no retiró su katana.

Stain: ¿Cambio? Todos claman querer cambiar el mundo, pero solo lo hunden más en el caos. Dime, ¿qué lo hace diferente?

Kurogiri inclinó ligeramente la cabeza, como si estuviera evaluando la mejor manera de responder.

Kurogiri: Porque, como tú, ve más allá de lo superficial. Él también odia a los héroes falsos y la decadencia que representan. Pero su visión no es de destrucción sin sentido, sino de un nuevo orden.

La hoja de la katana bajó solo un poco, apenas perceptible. Stain seguía desconfiando, pero las palabras de Kurogiri despertaban una leve curiosidad. "Hablas demasiado. Si tiene algo que decirme, que venga aquí él mismo."

Kurogiri sonrió levemente, aunque la niebla de su rostro lo hacía casi imperceptible.

Kurogiri: Es un hombre ocupado, pero dispuesto a concederte una audiencia. Sin trucos, sin engaños. Solo una conversación entre individuos que comparten un propósito común.

Stain permaneció en silencio por un momento, sopesando las palabras de Kurogiri. Finalmente, retiró su katana, envainándola con un movimiento decidido.

Kurogiri: Muy bien. Llévame con tu líder. Pero si esto resulta ser una trampa... tú serás el primero en caer.

Kurogiri: Por supuesto- respondió con una leve inclinación de cabeza. Su portal de niebla comenzó a formarse detrás de él, ondulante como una sombra viviente- Este será un encuentro que ambos encontrarán... esclarecedor.

Sin más palabras, Stain dio un paso hacia el portal, su figura desapareciendo en la neblina púrpura, mientras la ciudad seguía su marcha indiferente bajo la luz de la luna.

Continuará........

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro