Capitulo 14
Había pasado una semana desde aquel encuentro en la playa con Izuku y Toshinori. Los días habían transcurrido sin grandes sobresaltos, pero para Yaito, esa calma había sido una oportunidad para explorar y entender mejor sus habilidades.
Aquella tarde, Yaito estaba sentado en el sofá de la sala junto a su hermana mayor, Emi, mientras veían una película juntos. Aunque intentaba concentrarse en la trama, su mente divagaba hacia todo lo que había estado experimentando en los últimos días. Emi, ajena a sus pensamientos, estaba totalmente absorta en la película, pero Yaito no podía dejar de reflexionar sobre sus recientes descubrimientos.
Desde el día del examen, había sentido algo diferente dentro de él, una especie de despertar. Había comenzado a experimentar con una de sus nuevas habilidades: la capacidad de clonarse. Al principio, la idea le había parecido absurda, pero cuando lo intentó por primera vez, se sorprendió al ver que no solo podía crear réplicas de sí mismo, sino que cada uno de esos clones tenía una consciencia propia.
Cada clon actuaba de manera independiente, pero compartía sus recuerdos y sensaciones. Era como si fueran extensiones de sí mismo, capaces de tomar decisiones por su cuenta, aunque todos seguían estando conectados a una mente central. Esta nueva habilidad no solo era útil en combate o situaciones de presión, sino que también había encontrado formas más cotidianas de aprovecharla.
Durante la última semana, Yaito había estado ayudando a sus nuevos vecinos, los Harada, con la mudanza. Levantar cajas pesadas y organizar el desorden del hogar recién desempacado era una tarea que habría tomado horas, el trabajo se hizo mucho más llevadero.
Los Harada se sorprendieron y agradecieron profundamente la ayuda. Incluso en su cansancio por la mudanza, habían notado la impresionante habilidad de Yaito y no dejaban de preguntarse cómo funcionaba. Él solo sonreía y decía que era algo que aún estaba aprendiendo a dominar.
De vuelta en la sala, Emi le dio un codazo suave a su hermano.
Emi: Oye, parece que estás en otro mundo. ¿Ni siquiera te está interesando la película?
Yaito parpadeó y regresó su atención a la pantalla.
Yaito: Lo siento, estaba pensando en otras cosas. Es solo que... han pasado muchas cosas últimamente.
Emi le sonrió, sabiendo que su hermano había estado ocupado no solo con las nuevas habilidades, sino también con la espera de los resultados del examen de la U.A..
Emi: No te preocupes tanto, Yaito. Todo saldrá bien. Además, es genial que estés descubriendo lo que puedes hacer. Estoy segura de que pronto lo dominarás.⁰
Yaito asintió, aunque todavía quedaba un poco de incertidumbre en su mente. Pero por ahora, decidió disfrutar el momento, relajarse junto a su hermana y dejar que las preocupaciones se desvanecieran, al menos por un rato.
El suave sonido de la película de fondo era interrumpido por el aroma de palomitas recién hechas cuando Katsumi entró en la sala con un gran plato en las manos. Colocó el cuenco sobre la mesa frente a Yaito y Emi, esbozando una sonrisa cálida mientras los veía a ambos relajarse.
Katsumi: Pensé que esto ayudaría a que la película fuera aún mejor. ¡Palomitas para todos!
Emi sonrió y tomó un puñado, mientras que Yaito se inclinó un poco hacia adelante, agradecido pero aún sumido en sus pensamientos. Su madre se dio cuenta de la distracción en sus ojos y se sentó a su lado, observándolo con curiosidad.
Katsumi: ¿En qué piensas, cariño?
Yaito soltó un suspiro suave y miró el plato de palomitas antes de levantar la vista hacia ella.
Yaito: Solo... estaba pensando que desearía que papá estuviera aquí con nosotros. Siempre anda trabajando, y casi nunca tenemos estos momentos en familia.
Emi dejó de comer por un segundo, y Katsumi le dio una palmadita suave en la pierna a su hijo. La familia Yamanaka siempre había sido unida, pero el trabajo del padre de Yaito lo mantenía ausente la mayor parte del tiempo, y eso pesaba en él.
Katsumi: Lo sé, Yaito. Tu padre también lo lamenta, pero sabes que siempre está pensando en ustedes, incluso cuando no puede estar aquí físicamente. Prometió que intentará pasar más tiempo con nosotros pronto.
Yaito asintió, aunque todavía sentía un ligero vacío por la ausencia de su padre. Sin embargo, justo cuando estaba por responder, el sonido del timbre de la puerta resonó en la casa. Todos en la sala se miraron entre sí, sorprendidos.
Katsumi: ¿Quién será a esta hora?
Katsumi se levantó y caminó hacia la puerta mientras Yaito y Emi intercambiaban miradas curiosas. El sonido de la puerta abriéndose y un breve intercambio de palabras apenas era audible desde la sala. Unos momentos después, Katsumi volvió, pero esta vez con una expresión distinta en su rostro.
En sus manos, sostenía un sobre que inmediatamente reconocieron. Era blanco, con el logotipo de la U.A. impreso en la parte superior. Yaito sintió cómo su corazón se aceleraba al ver la carta, la misma que había estado esperando durante días. Emi se sentó más erguida en el sofá, también consciente de lo que eso significaba.
Katsumi: Yaito... llegó algo para ti.
Yaito se levantó lentamente, con los ojos fijos en la carta. El aire en la sala se volvió tenso mientras extendía la mano para tomar el sobre. Katsumi le dio una sonrisa de aliento.
Katsumi: No importa lo que diga, estamos muy orgullosos de ti.
Yaito asintió, nervioso, y comenzó a abrir la carta. Las palomitas y la película habían quedado completamente olvidadas. Este era el momento que había estado esperando. ¿Había logrado pasar el examen de la U.A. o no? Las respuestas estaban a solo unos segundos de distancia.
El sonido del papel al romperse fue lo único que llenó la habitación mientras Yaito abría la carta con manos temblorosas. En lugar de una simple hoja de papel, lo que apareció fue un extraño dispositivo. Antes de que pudiera inspeccionarlo más de cerca, el aparato comenzó a brillar, proyectando una pantalla holográfica en el aire frente a ellos.
Emi: ¡Vaya! La U.A. realmente no escatima en gastos, ¿eh?
La curiosidad en la voz de Emi era evidente, pero Yaito apenas la escuchaba. Estaba demasiado concentrado en lo que el aparato estaba proyectando. En cuestión de segundos, apareció una figura familiar en la pantalla, alta y majestuosa, con una amplia sonrisa que iluminaba toda la habitación.
All Might: ¡Soy yo! All Might.
El corazón de Yaito casi se detuvo. Estaba petrificado. Frente a él, aunque solo fuera una proyección, estaba su héroe más grande. Era como si el tiempo se hubiera detenido por un momento. Las palabras de All Might resonaban con un peso que Yaito jamás había sentido. Sentía una mezcla de emociones: admiración, nerviosismo y asombro.
All Might: ¡Bien hecho, joven Yamanaka! Me complace informarte sobre tus resultados. Empezaremos con el examen escrito... ¡y debo decir que tuviste una puntuación perfecta! ¡100 puntos!
Yaito apenas pudo procesar lo que estaba oyendo antes de sentir los brazos de su madre y hermana rodearlo. Katsumi lo abrazaba orgullosa, y Emi le revolvía el cabello, sonriendo con entusiasmo.
Emi: ¡Sabía que lo harías! Eres una máquina, Yaito.
Katsumi: Estamos muy orgullosos de ti.
Yaito esbozó una pequeña sonrisa, pero su mente ya estaba preocupada por lo que vendría a continuación: el examen práctico.
All Might: Pero lo que realmente importa es, por supuesto, la prueba práctica. Mostraste habilidades impresionantes, joven Yamanaka. ¡Tu puntuación inicial fue de 80 puntos!
El corazón de Yaito saltó de alegría. Había conseguido 80 puntos en la prueba práctica. Emi y Katsumi nuevamente lo felicitaron con entusiasmo. La tensión en la habitación parecía disiparse en ese momento, como si una enorme carga hubiera sido levantada.
All Might: Pero... aquí es donde las cosas se complican.
Las palabras de All Might hicieron que el aire se enfriara de repente. Yaito sintió que el entusiasmo en la sala comenzaba a desvanecerse. Sus ojos se abrieron con preocupación mientras All Might continuaba.
All Might: Te enfrentaste valientemente al robot de 0 puntos, un enemigo formidable, pero en el proceso, perdiste casi todos los puntos que habías acumulado...
El silencio cayó como un manto pesado sobre la familia Yamanaka. Yaito miró hacia el suelo, su cabello cubriendo sus ojos. El brillo en su mirada desapareció mientras la realidad de la situación comenzaba a asentarse. Había perdido los puntos que tanto le había costado ganar. Su madre y su hermana, que hasta hace unos segundos lo felicitaban con entusiasmo, ahora lo miraban con preocupación.
Katsumi y Emi intercambiaron una mirada antes de volver su atención a Yaito, cuyo cuerpo parecía más pequeño, más frágil en ese momento. Estaba encorvado, su cabeza baja, y su respiración era apenas perceptible.
El sonido de All Might continuaba resonando en el aire, pero ahora parecía distante, como si todo lo que importaba en ese instante fuera la decepción que Yaito sentía consigo mismo. Su sueño de entrar a la U.A., de seguir los pasos de su héroe, parecía desmoronarse frente a él, mientras la pantalla holográfica proyectaba el mensaje que menos quería escuchar.
El silencio en la sala era ensordecedor.
La atmósfera en la sala de los Yamanaka seguía siendo densa, con Yaito mirando el suelo, sin poder soportar el peso de la situación. Pero entonces, la voz de All Might se escuchó nuevamente, más firme y alentadora.
All Might: ¡Pero espera un segundo, joven Yamanaka! No hemos terminado todavía. Lo que no sabes es que también lograste pasar una prueba especial... una prueba oculta en el examen práctico.
Yaito levantó la cabeza lentamente, la sorpresa y confusión comenzando a borrar la sombra de la decepción en su rostro.
All Might: Durante la batalla contra el robot de 0 puntos, no solo te enfrentaste a un enemigo formidable, ¡sino que también salvaste a una joven de ser aplastada por los escombros! ¡Y no solo a ella, sino a otras personas más!
De repente, en la pantalla holográfica comenzaron a mostrarse una serie de videos de la prueba práctica. Las imágenes mostraban a Yaito lanzándose sin dudarlo hacia la chica de cabello castaño que había conocido al inicio del examen, empujándola fuera del peligro justo antes de que los escombros cayeran sobre ambos. Luego, otro video mostraba cómo había ayudado a más personas a escapar del área de combate, guiándolas con calma y determinación.
Yaito: ¡Ahh! ¡La chica amable! —exclamó, recordando con claridad el momento.
All Might sonrió con aprobación desde la pantalla, su voz llena de orgullo y emoción.
All Might: ¿En serio crees que la U.A. rechazaría a alguien que salva a otros y hace lo correcto? ¡JA! ¡Pues claro que no! Debido a tus acciones, al salvar a esas personas sin dudar ni por un segundo, lograste obtener 90 puntos de rescate. Y sumado con los puntos que habías obtenido en la prueba práctica, eso te da un total de 170 puntos quedando así el primer lugar.
La sala se quedó en silencio por un momento, y todos los ojos se posaron en Yaito, quien parecía no haber procesado lo que acababa de escuchar. All Might dejó escapar una carcajada cálida antes de dar la noticia final:
All Might: ¡Lo que significa que... PASASTE!
Al oír esas palabras, una emoción desbordante invadió el corazón de Yaito. Sus ojos, que estaban fijos en el suelo hace apenas unos minutos, comenzaron a llenarse de lágrimas. Apretó los puños con fuerza, tratando de contener el torrente de sentimientos que lo inundaban, pero fue inútil. Las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas mientras su cuerpo temblaba con el peso de la alegría y el alivio.
Katsumi y Emi se lanzaron a abrazarlo nuevamente, pero esta vez el ambiente era diferente. Era como si todo lo que había pasado, todas las dificultades y luchas, hubieran valido la pena en ese momento. Yaito, con la voz entrecortada y los ojos llenos de lágrimas, apenas podía articular palabras.
Yaito: Lo... lo logré...
All Might, viendo la emoción en el rostro de Yaito, sonrió aún más amplio desde la pantalla holográfica.
All Might: Este es un trabajo que requiere arriesgar la vida para poder proteger y salvar a otros. ¡Y tú has demostrado que tienes lo necesario para ser un héroe! Así que, Yamanaka-shonen... ¡Bienvenido a la Academia de Héroes!
La pantalla se apagó, pero las palabras de All Might quedaron grabadas en el aire. Yaito se dejó caer suavemente en el sofá, respirando profundamente mientras las lágrimas seguían cayendo, pero esta vez eran lágrimas de felicidad. Todo lo que había pasado, todas las dudas, los temores, se disiparon en un solo instante. Estaba un paso más cerca de su sueño.
Katsumi: Estamos tan orgullosos de ti, Yaito... Sabíamos que lo lograrías.
Emi: Te dije que eras increíble, hermanito.
El silencio que llenaba la sala antes fue reemplazado por risas, abrazos y una sensación de triunfo. Yaito miró hacia el cielo, recordando a su padre que siempre estaba trabajando lejos, deseando que pudiera estar allí en ese momento. Pero, incluso con esa pequeña ausencia, se sentía completo.
Había logrado entrar en la U.A., y su camino hacia convertirse en un héroe acababa de comenzar.
Después de la emoción desbordante en la sala de los Yamanaka, Yaito se tomó un momento para secarse las lágrimas y respirar profundamente. Había logrado su sueño de ingresar a la U.A., pero recordaba que aún le faltaba algo por hacer. Había acordado con sus amigas Akemi, Lila, y Yui que, después de recibir los resultados del examen, se conectarían para una videollamada y compartirían sus noticias.
Con una sonrisa en los labios, Yaito sacó su teléfono y se dirigió a su habitación para hacer la videollamada. Al iniciar la llamada, poco a poco las caras familiares de sus amigas comenzaron a aparecer en la pantalla. Akemi, con su cabello largo y vivaz, fue la primera en conectarse, seguida de Lila, la siempre tranquila y optimista, y por último, Yui, con su habitual mirada tranquila y reflexiva.
Akemi: ¡Yaito! ¿Ya recibiste los resultados? ¡Cuéntanos!
Lila: ¡Hola, hola! ¡No puedo esperar para escuchar las buenas noticias!
Yaito sonrió tímidamente, pero su emoción aún se veía reflejada en sus ojos.
Yaito: ¡Sí! ¡Lo logré! Pasé el examen de ingreso a la U.A..
Las tres chicas reaccionaron con emoción, vitoreando y felicitándolo en voz alta. Akemi dio una pequeña palmada de celebración frente a la cámara.
Akemi: ¡Sabía que lo lograrías, Yaito! ¡Eres increíble!
Lila: ¡Felicidades! ¡Estoy tan feliz por ti! Sabía que tenías el potencial de sobra.
Yui: Me alegra mucho escuchar eso, Yaito. Lo mereces.
Después de las felicitaciones, Yaito se calmó un poco y preguntó:
Yaito: ¿Y ustedes? ¿Cómo les fue?
Akemi fue la primera en responder, sonriendo ampliamente.
Akemi: ¡Pasé también! No fue fácil, pero logré conseguir suficientes puntos en el examen. Estoy tan emocionada por empezar en la U.A..
Lila: ¡Yo también lo logré! Aunque pensé que no lo lograría cuando me enfrenté a esos robots gigantes, ¡de alguna manera conseguí pasar! Fue una locura, pero aquí estoy.
Finalmente, Yui habló, con una expresión más tranquila.
Yui: Pasé también. No tuve una puntuación perfecta ni nada, pero conseguí lo suficiente para entrar. Estoy agradecida de que lo logramos juntos.
Los cuatro amigos compartieron un momento de felicidad, riéndose y hablando sobre lo difícil que había sido el examen. Pero la conversación no tardó en desviarse hacia cómo iban a celebrar este logro. Fue Akemi quien tuvo la iniciativa, como de costumbre.
Akemi: ¡Esto definitivamente merece una celebración! ¿Qué les parece si nos reunimos en un lugar para festejar? Conozco un restaurante genial que acaba de abrir, tiene karaoke y todo. ¡Sería perfecto!
Lila: ¡Oh, suena divertido! ¡Estoy completamente de acuerdo! Karaoke y comida deliciosa, no puedo pedir más.
Yui: Suena bien para mí también. Es una buena manera de relajarnos antes de que comience el curso en la U.A.....
Yaito sonrió ante la idea. Era un buen momento para relajarse y disfrutar después de tanto esfuerzo y nervios.
Yaito: Me parece una gran idea. Después de todo lo que hemos pasado, nos merecemos una buena celebración.
Akemi: ¡Entonces está decidido! Nos vemos el sábado en el restaurante. ¡Será genial!
La videollamada continuó unos minutos más, mientras hablaban de los detalles de la salida y se emocionaban por lo que estaba por venir en la U.A.. Todos estaban ansiosos por empezar esa nueva etapa juntos, sabiendo que aunque el camino no sería fácil, lo recorrerían como un equipo.
Cuando la llamada terminó, Yaito se dejó caer en su cama, mirando al techo con una sonrisa en los labios. No solo había logrado su meta de entrar a la U.A., sino que también lo había hecho con el apoyo de sus amigos. Sabía que este era solo el comienzo, pero por ahora, lo único en lo que podía pensar era en disfrutar ese momento de paz y felicidad antes de que el verdadero desafío comenzara.
Yaito estaba en su habitación, revisando su teléfono y preparándose para salir a la celebración con sus amigas. Justo cuando estaba a punto de ponerse los zapatos y salir por la puerta, escuchó la voz de su madre, Katsumi, llamándolo desde la sala.
— Katsumi: "Yaito, ¿a dónde vas?"
Él se detuvo, ajustando su chaqueta y caminando hacia la sala para responderle.
— Yaito: "Voy a salir con Akemi, Lila, y Yui. Todas ellas también pasaron el examen, así que vamos a celebrar un poco."
Katsumi sonrió con orgullo al escuchar eso. Sabía cuánto esfuerzo había puesto Yaito para llegar hasta aquí.
— Katsumi: "Eso es maravilloso, Yaito. Me alegra que estés pasando tiempo con tus amigas, pero... ¿por qué no invitas también a la hija de los Harada? Recuerda que nos contaron que ella también había pasado el examen para la U.A.."
Yaito parpadeó, recordando la conversación que tuvieron con los nuevos vecinos cuando fueron a darles la bienvenida.
— Yaito: "Oh, es cierto... dijeron que ella también pasó."
— Katsumi: "Sí, y sería una buena oportunidad para que hagan amistad antes de que comiencen las clases. No pierdes nada preguntando si puede unirse a la celebración."
Yaito se quedó pensativo por un momento, pero asintió. No era mala idea incluir a la hija de los Harada, sobre todo porque pronto compartirían mucho tiempo en la academia. Decidió que no perdía nada con intentarlo.
— Yaito: "Está bien, se lo preguntaré. Voy a pasar por su casa a ver si sus padres la dejan ir."
Katsumi le dio una palmadita en el hombro, sonriendo cálidamente.
— Katsumi: "Eso es un buen chico. Estoy segura de que disfrutarán más la celebración si son más."
Yaito se despidió rápidamente de su madre y salió por la puerta, caminando hacia la casa de los Harada. Mientras se dirigía allí, pensaba en cómo le preguntaría a la chica si quería unirse a ellos. No la conocía mucho, pero si iba a estar en la U.A., quizás formar una amistad temprana podría ser útil.
Al llegar a la casa de los Harada, tocó el timbre, y después de unos momentos, la puerta se abrió. La madre de Miyuki lo recibió con una sonrisa.
Miyuki: ¡Yaito! Qué sorpresa verte por aquí. ¿En qué puedo ayudarte?
Yaito se aclaró la garganta antes de hablar.
Yaito: Hola, señora Harada. Bueno, solo quería saber si Aiko podría unirse a mí y a mis amigas. Vamos a celebrar que todas pasamos el examen de la U.A., y pensé que sería genial que ella también viniera... si está disponible, claro.
La madre de Aiko parecía sorprendida, pero su sorpresa rápidamente se convirtió en una sonrisa cálida.
Miyuki: Qué amable de tu parte, Yaito. ¡Déjame preguntarle a Aiko! Estoy segura de que le encantaría.
Yaito esperó mientras la madre llamaba a Aiko, quien apareció después de unos segundos mostrando su apariencia.
La chica se veía un poco sorprendida al verlo, pero pronto comprendió de qué se trataba la conversación.
Aiko: ¿Quieres que vaya con ustedes a celebrar?
Yaito asintió, sonriendo levemente.
Yaito: Sí, mis amigas y yo vamos a ir a un restaurante. Pensé que, como también pasaste el examen, sería genial que vinieras.
Aiko parecía indecisa en tomar una decisión miró a su madre, quien le dio un asentimiento aprobatorio, y luego volvió su atención a Yaito.
Aiko: Me encantaría ir, Déjame prepararme y te acompaño.
Después de un breve intercambio de palabras y confirmaciones, Aiko fue a buscar sus cosas. No pasó mucho tiempo antes de que estuviera lista, y ambos se dirigieron al lugar donde se encontrarían con Akemi, Lila, y Yui.
Mientras caminaban, Aiko: le agradeció a Yaito por invitarla.
Aiko: Gracias por pensar en mí. La verdad es que no conozco a muchas personas todavía, así que me alegra poder hacer amigos antes de que comiencen las clases.
Yaito: No hay de qué. Además, vamos a estar en la misma academia. Es mejor empezar a conocernos ahora.
Con una sonrisa compartida entre ellos, ambos continuaron su camino hacia la celebración. Yaito se sentía aliviado de que todo hubiera salido bien, y estaba emocionado por lo que les esperaba en la U.A., no solo por las clases y los desafíos que enfrentarían, sino también por las nuevas amistades que podrían forjar.
Yaito y Aiko llegaron al lugar acordado, un pequeño y acogedor restaurante con un ambiente cálido y relajado. Al entrar, Akemi, Lila y Yui ya los esperaban en una mesa cerca de la ventana. Cuando vieron a Yaito llegar con Aiko, las tres amigas intercambiaron miradas curiosas.
Akemi: ¡Yaito! Veo que trajiste compañía.
Yaito sonrió ligeramente, entendiendo la curiosidad de sus amigas.
Yaito: Sí, lo mencionamos en nuestra videollamada. Aiko es mi vecina, también pasó el examen de la U.A., así que la invité a celebrar con nosotros.
Akemi asintió, recordando la conversación y dándole una cálida sonrisa a Aiko.
Akemi: Ah, claro. ¡Bienvenida entonces, Aiko! No te preocupes, estamos felices de que te unas.
Aiko, quien apenas conocía a las demás, estaba un poco nerviosa. Aunque no lo demostraba demasiado, sus manos jugueteaban discretamente con la correa de su bolso mientras miraba tímidamente a las chicas. Finalmente, decidió presentarse.
Aiko: Hola… soy Aiko Harada. Es un gusto conocerlas.
Antes de que el silencio se volviera incómodo, Lila intervino con una sonrisa tranquilizadora.
Lila: No te preocupes por estar nerviosa, Aiko. Es normal conocer a nuevas personas, y nosotras estamos aquí para disfrutar. ¡Así que relájate y diviértete!
Yui, más reservada pero igualmente amigable, también la tranquilizó.
Yui: Sí, no tienes que estar nerviosa. Somos todas amigas aquí.
Aiko asintió, comprendiendo que no tenía por qué sentirse incómoda. Las chicas eran amables y acogedoras, lo que poco a poco fue ayudándola a relajarse.
Aiko: Gracias, chicas.
Después de ese pequeño intercambio, todas se dirigieron hacia la mesa y comenzaron a disfrutar de su merecida recompensa. Mientras compartían risas y charlaban sobre el examen de ingreso a la U.A., surgió el inevitable tema de en qué clase habían quedado.
Akemi: Entonces, chicas… ¿en qué clase quedaron?
Yaito tomó un sorbo de su bebida antes de responder.
Yaito: Bueno, Akemi, Lila y yo quedamos en la Clase A.
Akemi: ¡Sí! Va a ser increíble estar juntos en la Clase A. Será como un sueño hecho realidad.
Lila: Totalmente Me alegra mucho que nos hayan puesto en la misma clase.
Yui miró a Aiko, luego levantó una mano para llamar la atención.
Yui: Bueno, Aiko y yo estamos en la Clase B.
Aiko se sorprendió al escuchar que Yui también estaría en la Clase B. Esto le quitó algo de presión, ya que al menos conocía a alguien de su misma clase.
Aiko: ¡¿De verdad?! Eso es genial, Yui. Me alegra saber que no estaré sola.
Yui sonrió levemente.
Yui: Sí, será interesante ver cómo nos va en la Clase B. Aunque, obviamente, no tendremos las mismas clases que ustedes tres.
En ese momento, Yaito intervino con una sonrisa tranquila, queriendo aliviar cualquier posible preocupación sobre estar en clases diferentes.
Yaito: No importa si estamos en diferentes clases. Seguimos siendo amigos. Nos veremos durante los descansos, en los pasillos y quizás en algunos entrenamientos o actividades en conjunto.
Akemi asintió de inmediato, apoyando las palabras de Yaito.
Akemi: Exacto. Lo importante es que logramos entrar a la U.A., ¡y eso ya es un gran logro! Estemos donde estemos, vamos a apoyarnos.
Lila también agregó.
Lila: Y quién sabe, tal vez tengamos más oportunidades de trabajar juntos en misiones o ejercicios. No hay nada que nos impida estar en contacto.
Aiko y Yui sonrieron, sintiéndose mucho más seguras al saber que, a pesar de las diferentes clases, seguirían siendo parte del mismo equipo de amigos.
Aiko: Tienen razón. Gracias, chicas.
Con ese alivio compartido y una atmósfera de camaradería, todas siguieron disfrutando de la comida y la celebración, hablando de sus planes, sus sueños y lo que esperaban lograr como futuras heroínas. Aunque sus caminos en la U.A. serían distintos en algunos aspectos, sabían que estarían ahí para apoyarse mutuamente.
En otra parte
En el interior de un templo antiguo, iluminado únicamente por débiles llamas de antorchas, se escuchaba el eco de pasos que resonaban por los pasillos de piedra. Dos figuras encapuchadas se detuvieron frente a un pequeño altar en ruinas, donde un mini templo destruido yacía en el centro, cubierto por escombros y musgo. El lugar tenía un aire de abandono y decadencia, como si hubiera sido olvidado por siglos.
Una de las figuras, con una voz profunda y llena de resentimiento, habló mientras miraba el altar destrozado.
Encapuchado 1: Así que... la nube logró escapar. Sabía que algo estaba fuera de lugar desde que comenzamos a notar las perturbaciones.
La otra figura, más alta y con una presencia imponente, asintió en silencio antes de responder con un tono frío y calculador.
Encapuchado 2: No solo eso. El heredero del mono ha despertado otra vez. A pesar de estar muerto, ese mono rabioso no puede dejar de causarnos problemas. Parece que su legado persiste a través del muchacho.
Un momento de silencio cayó entre ellos, como si ambos estuvieran meditando sobre las implicaciones de lo que habían descubierto. El Encapuchado 1 levantó la vista hacia su compañero, con un brillo de rabia en los ojos ocultos bajo la capucha.
Encapuchado 1: Incluso en la muerte, sigue interfiriendo. Ese viejo mono era un estorbo en vida, y su maldición parece que vive a través de su descendiente.
La segunda figura, más calmada pero con un aire de autoridad, cruzó los brazos bajo su túnica y observó los restos del altar con una mezcla de desdén y curiosidad.
Encapuchado 2: No debemos subestimarlo. Si ha heredado el poder del mono, podría convertirse en un obstáculo mayor. No es una coincidencia que los acontecimientos recientes lo hayan señalado. Algo más grande está en marcha, y debemos estar preparados.
El viento soplaba suavemente por los pasillos del templo, como si incluso los elementos sintieran la tensión en el aire. Las palabras resonaban como una advertencia, una premonición de los eventos que estaban por desarrollarse.
Encapuchado 1: ¿Qué haremos entonces? No podemos permitir que ese poder se desarrolle aún más. Si lo dejamos, será tan problemático como su antecesor.
El Encapuchado 2 dejó escapar una pequeña risa seca, mostrando una leve sonrisa que apenas se distinguía bajo su capucha.
Encapuchado 2: La clave está en observar. El chico aún no ha comprendido el verdadero alcance de su poder. Lo que debemos hacer es asegurarnos de que nunca lo haga.
El ambiente en el templo se oscureció aún más, mientras las dos figuras se desvanecían lentamente en la penumbra, dejando el templo en su estado de decadencia y abandono. Las palabras del Encapuchado 2 flotaban en el aire, como una promesa sombría de lo que vendría.
Mientras tanto, lejos de allí, Yaito, inconsciente del peligro que se avecinaba, disfrutaba de su victoria junto a sus amigos, sin saber que antiguos enemigos estaban comenzando a moverse en las sombras. El legado del mono rabioso vivía dentro de él, y con ello, una antigua amenaza que no tardaría en manifestarse.
Continuara.........
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