Decir que vagar a través de las Ruinas de Redgrave City era simplemente un juego de niños sería mentir de una manera patética.... ¿Pues a quién se le haría fácil caminar entre escombros, personas muertas y calcificadas por culpa de las raíces del Qlipoth, sangre coagulada, restos de carne y órganos siendo devorados por los demonios que aún vagaban por allí buscando más víctimas de las que alimentarse?

Estos horrores eran tan terribles que ni siquiera los "Héroes" más rudos pudieron aguantar semejantes escenarios salidos de lo más retorcido del infierno, hasta el punto de que aquellas imágenes seguramente los perseguirían hasta en sus pesadillas ya que quedaron grabadas a fuego en su memoria.

Para aquel que ahora sería conocido como Bi-Han Vrbada era ciertamente más pesado de lo normal, pero era por el simple de que al ser teóricamente un "Retornado" unido al alma de su mejor amigo básicamente podía sentir la esencia de los fallecidos pero de manera más intensa.... Aunque de pronto Euríale lo tomó del brazo y lo jaló para al final terminar enfrente de una casa que no estaba tan destruida pero que parecía mantenerse en pie.

– Euríale ¿Qué hacemos aquí?

Preguntó el blanquinegro confundido.

– Solo vamos a tomar un descanso de toda la odisea que llevamos hasta ahora.

Respondió la chica mientras procedía a abrir la puerta y entraba a aquel lugar.

– Más bien sería de todas las peleas por las que pasaste.... Aunque perfectamente yo también podría ayudarte.

Murmuró Shota con pesadez mientras entraba a la casa después de Euríale, lo cierto era que en todo el trayecto que llevaban la que peleaba para proteger a ambos era Euríale, la cual hacía uso de un látigo púrpura que había surgido de aquel anillo.

– Bi-Han, sabes muy bien el porqué aún no te dejo pelear.

Declaró la pelinegra con seriedad deteniendo su camino y mirando fijamente a su acompañante ya que ella sabía la razón exacta de aquella decisión, para empezar el blanquinegro aún no había desarrollado su poder en su totalidad y de momento solo podía convertirse en humo para esquivar los ataques, era peligroso que él se atreviese a pelear si aún no controlaba sus poderes ya que podría enloquecer y tal vez cometer alguna tontería de la que se arrepentiría bastante.

Ambos continuaron caminando hasta llegar a la sala de aquel lugar que se veía desordenado, posiblemente dando a entender que los inquilinos huyeron cuando inició la invasión demoníaca (Aunque los dos pensaron que posiblemente habían muerto por los demonios).

Euríale le pidió a Bi-Han que se sentara en alguno de los muebles para que pudiera descansar mientras ella se iba a la cocina para preparar algo de comer, ya que ciertamente el atardecer se estaba acercando y no pudieron comer algo antes de irse del hotel.

Así que para entretenerse Bi-Han checó si la T.V. funcionaba o si había algún libro que pudiese leer para matar el tiempo.... Pero desgraciadamente no había cable y no veía ningún libro a la vista (A excepción de algunas revistas de contenido algo sugestivo que al final Bi-Han aventó por la ventana con una mueca de asco).

– Pues ya nos jodimos Shota, se nota que quienes eran los dueños de este lugar aborrecían la lectura.

Declaró Oboro con pesar, al mismo tiempo que se materializaba en una especie de espectro (Similar al Devil Shadow de Nero en DMC4) a todo color.

– Oboro, esta es una de las pocas veces en las que estoy de acuerdo contigo.

Respondió con aburrimiento el blanquinegro mientras se tiraba en el mueble más grande y quedaba boca abajo, por su parte Oboro quedó flotando al lado de su amigo.

Ambos quedaron en silencio por un rato (Aunque siendo sinceros solo escuchaban a Euríale cocinando mientras tarareaba como si fuera una Princesa Disney) pero Oboro realmente quería pasar tiempo con su amigo de su juventud (Al que aún le decía Shota por costumbre), ya después pensaría en como visitar a Hizashi y explicarle todo tratando de evitar que se desmayara por la sorpresa.

– Y dime Shota, ¿Planeas volver a Japón? Ya que por tus recuerdos ví que tienes una hija.

Preguntó con curiosidad el ahora espectro.

– Supongo, solo tendría que hablar con Euríale a ver que me dice....

Respondió el blanquinegro levantando un poco la cabeza para mirar a su amigo, hasta que sintió una esencia débil que lo alertó.

– Shota, ¿Te sientes bien?

Preguntó el espectro con curiosidad, pero esta cambió a preocupación al ver que Bi-Han se levantó abruptamente y abrió una ventana por la cual saltó hasta llegar al suelo en el que aterrizó como un profesional.

– ¡Oye no, si Euríale se da cuenta de que nos escapamos posiblemente estaremos en problemas!

Exclamó Oboro con tal de regañar a su amigo para que este recapacitara, pero se detuvo al ver que el blanquinegro fijó su mirada en una dirección en específico y después procedió a correr hacia allá.

Corrió durante un buen rato hasta que llegó a una extraña mansión que tenía una fachada similar a un castillo gótico con cierta aura misteriosa.

– Shota, ¿Y si mejor volvemos a la casa en la que estábamos? A lo mejor Euríale ya terminó de cocinar y debe estar preocupada por nosotros.

Murmuró Oboro con una sonrisa nerviosa, ya que el lugar lo esta poniendo nervioso.

– Ni hablar, si nos vamos ahora es seguro que aquella energía que sentí desaparezca.... A lo mejor es un sobreviviente de todo este desastre....

Las palabras de Bi-Han dejaron pensativo a su amigo.... Si de verdad alguien había sobrevivido a todo el caos, sería injusto que ellos no entraran a ayudarla y aquella persona muriera luego de sobrevivir a tantos horrores.

– Bien, solo entraremos a ver porque te recuerdo que no tienes armas y todavía debemos ver que poderes tienes.... Pero si las cosas se ponen peligrosas, nos iremos al carajo de aquí y tú tendrás que dar la cara por ambos si Euríale nos regaña....

Declaró Oboro con seriedad, ni siquiera estando muerto se atrevería a enfrentar a la chica que perfectamente podría hacerlos puré.

– Hecho....

Respondió Bi-Han con desinterés, a diferencia de su amigo a él no le intimidaba Euríale, puesto que estaba acostumbrado a tratar con gente así.

El blanquinegro abrió el portón de aquella mansión y caminó lentamente por aquel lugar lúgubre tratando de evadir peleas innecesarias (Aunque Oboro uso su forma espectral para destrozar demonios menores), hasta que finalmente decidió entrar por la puerta trasera.... Perfectamente pudo haber entrado por la puerta principal, pero como no quería encontrarse con algún demonio que lo superara en poder decidió buscar una ruta alternativa.

Vago por aquellos pasillos que parecían nunca tener fin, hasta que llegaron a una especie de salón de baile enorme con un claro estilo gótico y sombrío.

Pero no solo ellos eran los únicos que estaban allí, pues en lo más alto de las escaleras se materializó un ente aterrador que intimidaría incluso a la persona más valiente.

– Vaya, veo que hay un nuevo sacrificio para mí....

Declaró el demonio en un tono oscuro.

– Tal parece que no serás la única querida....

El demonio tenía jalando a una rubia con lentes que el blanquinegro reconoció al instante, esa muchacha era Melissa Shield (La cual estaba forcejeando mientras trataba de liberarse del agarre de su captor).

– ¡Suelta a la chica, sucio fenómeno!

Gritó Bi-Han lleno de furia e indignación.

– ¡¿Fenómeno?!, ¡Me llamo Cinap Niap: El Calvario Perpetuo, solo eres un sucio plebeyo.... Por lo que no permitiré semejante ofensa de tu parte!

El demonio arrojó a Melissa a una pared, el golpe fue tan fuerte que terminó provocando que la chica quedara inconsciente, mientras bajaba por aquella escalera este invocaba un par de guadañas para la pelea....

Por su parte, Shota se puso en posición para pelear contra aquel demonio aún cuando no tenía armas.... Porque aquel que desea salvar a los inocentes, debe hacer lo que esté a su alcance aún si no tiene algún arma a la mano.

{•°•°•°•°•°¤▪︎¤°•°•°•°•°•}