Capítulo Único
El tomatito de la clase 2-A.
Era un apodo realmente patético, pero lo más odioso es que lo describía a la perfección.
Y no mentía, Taehyung tenía una extraña tendencia a sonrojarse por casi todo: por hablar con un extraño, cuando salía a presentar frente al curso, cuando se veía enfrentado a una situación difícil o demasiado vergonzosa para él, cuando le decían algo bonito o que no acostumbraba a oír y, por supuesto, cuando cruzaba miradas con su crush.
El apuesto Jeon Jungkook.
Porque, para su mala suerte, ambos estaban en el mismo salón y más de una vez fue atrapado por el azabache observándolo. Por lo tanto, se podría decir que Jeon vivía viendo a Taehyung sonrojado.
Y Kim odiaba eso, realmente lo hacía, ¿por qué no podía ser normal como otros chicos y chicas y evitar el sonrojo hasta por respirar? Era patético.
Y a pesar de que su amigo Baekhyun le decía que en realidad esa cualidad suya era adorable, no podía creerlo. ¿Cómo iba a ser adorable poder ser comparado con un tomate maduro debido a su timidez?
Definitivamente lo odiaba, y algún día encontraría la forma de acabar su sonrojo y poder declararse a Jeon.
Jungkook estaba aburrido. No le gustaba matemáticas, era la materia que más odiaba, definitivamente.
Cansado de escuchar al profesor hablar sobre hacer operaciones matemáticas con letras (lo cual era estúpido, ¿por qué agregar letras a las matemáticas cuando sólo debía haber números?), se relajó en su asiento y prestó atención a su alrededor, sonriendo para sus adentros cuando sintió la mirada de cierto chico sobre su perfil.
El castañito de Kim Taehyung era demasiado adorable para su propio bien. Y quizás por eso es que le gustaba tanto.
Juraba nunca haber visto un ser tan adorable en toda su maldita existencia, pero estaba un poco cansado de únicamente notarlo de lejos, ya que antes de que siquiera pensara en acercarse a saludarlo, el castañito ya había salido casi corriendo del salón junto a su amigo.
Queriendo jugar un poco con él, se dio vuelta en dirección a Taehyung y le mostró una suave sonrisa, haciendo que este abriera sus ojos aún más y sus mejillas tornándose de un fuerte color carmín.
Su cabeza tomó la vista al frente dos segundos después.
—Señor Jeon —llamó su atención el profesor Choi, haciendo que repitiera las acciones del castaño, claro que con una expresión más calmada—. ¿Sería tan amable de dejar de molestar a su compañero y prestar atención a la clase?
—Por supuesto, profesor. No volverá a pasar.
Si él supiera...
—Taenie —dijo Baekhyun cuando llegó a su lado una vez terminada la clase—. ¿Qué pasó ahora con Jeon? —preguntó divertido.
—Me sonrío... y, ¿qué crees? Me sonrojé —suspiró e hizo un pequeño puchero.
—Oh, tesoro, ¡pero si ya te he dicho que eso es adorable! Y te hace demasiado único y especial —tomó su barbilla y lo obligó a mirarlo—. Y si Jeon no se da cuenta de ello, entonces no es el indicado para ti, ¿bien? —el castaño asintió—. Ahora dale un abrazo a tu mejor amigo.
Taehyung rió bajito y pasó sus brazos rápidamente por el torso del mayor mientras escondía su cabeza en su pecho, inhalando su aroma y relajándose.
Sin embargo, toda su tranquilidad adquirida fue olvidada cuando un carraspeo interrumpió su lindo momento. El castaño se separó rápidamente y miró en dirección a donde provenía el sonido, tragando pesado cuando vio al mismísimo Jeon Jungkook frente a ellos.
—Hey —saludó el azabache.
—H-Hola... —susurró, queriendo golpearse internamente por tartamudear.
—¿Puedo hablar contigo? Es importante.
Taehyung miró dudoso a Baekhyun, quien con una sonrisa trató de tranquilizarlo y mostrarle que nada malo pasaría.
Asintió suavemente y se despidió de su amigo, para luego seguir en un silencio sepulcral y bastante incómodo al azabache a la azotea de la escuela. Estando ahí, la suave brisa de primavera los recibió y logró que su sonrojo disminuyera ligeramente.
Por su lado, Jungkook miraba embobado al castañito relajarse con el viento y como sus ojos miraban con ilusión el mundo tan grande para alguien tan pequeño como él.
Sonrió.
—Kim Taehyung —lo llamó, ganando la atención del otro chico—, me gustas.
El sonrojo de sus mejillas se extendió hasta su cuello y orejas. No sabía qué decir, ni qué hacer.
—¿Q-Qué?
—Eso. Kim Taehyung, el tomatito de la clase 2-A, me gustas. Eres la cosita más bonita y tierna que he visto, tienes una personalidad encantadora debajo de la timidez que le muestras a todo. Sobre todo, lo que más me gusta de ti es tu sonrojo, porque nunca creí que alguien pudiera verse tan bonito, así como te ves tú. Como exactamente luces ahora —sonrió—. Quizás no te conozco del todo, pero me gustas, así que... ¿Quieres tener una cita conmigo?
Estaba hiperventilando por dentro. Quería gritar, saltar, seguir gritando y anunciarle al mundo que era lo mejor del mundo sonrojarse fácil.
Porque si el motivo de que Jeon Jungkook gustara de él fuera su sonrojo de tomatito, no tenía problema con estar a punto de estallar por vergüenza.
—Sí —respondió y sonrió ampliamente—, quiero tener una cita contigo.
—Taenie ya no sale conmigo y solo lo hace con su futuro novio, ¡me siento cambiado! —reclamó su mejor amigo luego de que rechazara una invitación a su casa a ver películas... Otra vez.
—¡Baek! No te enfades —hizo un puchero—. No te he cambiado, pero no es mi culpa que, cada vez que tenemos tiempo libre, Jungkook te gane en invitarme a salir.
—Es un tramposo.
—Además, ¡me compra mucho helado! ¡Y chocolate! ¡Y pequeños peluches de recuerdo! —dijo emocionado.
—Si te comportas de esa manera tan emocionado, me es imposible enfadarme contigo, tesoro —lo escuchó suspirar.
—¿E-En serio estabas enfadado? —su corazoncito se apretó ligeramente dentro de su pecho ante la posible idea y sus ojitos comenzaron a lagrimear.
Baekhyun entró en pánico.
—No, no, no, noooo. No, bebito, solo era una broma.
El silencio se instauró durante unos minutos, hasta que Taehyung volvió a hablar.
—Realmente, ¡no sé por qué somos amigos! —y colgó.
Sin embargo, Baekhyun solo soltó una carcajada por aquello; su mejor amigo era igual a un bebé.
Taehyung miraba sus zapatillas como si fueran lo más interesante del mundo a la vez que jugaba con las mangas de su enorme polerón a la espera de la llegada de Jeon Jungkook.
Y el castañito era alguien ansioso y puntual, por lo que el hecho de que su crush estuviera llegando cinco minutos atrasado le tenía ligeramente nervioso.
Luego, como si fuera por arte de magia, la brisa otoñal hizo que el perfume del azabache llegara a sus fosas nasales. Levantó su cabeza y comenzó a girarla en todas las direcciones hasta que lo divisó a un par de metros de distancia.
Jungkook verdaderamente sí había llegado justo a la hora acordada, pero ¿pueden culparlo de quedarse embobado viendo a Taehyung jugando con su propia ropa y viéndose tan malditamente adorable? No, absolutamente no.
El característico sonrojo del castañito no tardó en hacer su aparición y Jeon sonrió.
—Hola —saludó.
—Ho-Hola... —bajó la mirada.
—¿Llevas mucho tiempo esperando?
—¡No! P-Para nada —se sintió patético; que fuera su crush no debía excluirlo de su pequeña regla.
Frunció el ceño y Jungkook sintió que iba a fallecer de un ataque al corazón, ¿en verdad podía verse mucho más tierno?
—Me alegra —terminó por acercarse y tomó la mano del castañito, quien miró la unión, absolutamente sorprendido—. Te llevaré al cine.
Cualquiera que lo viera pensaría que estaba loco. Incluso él mismo lo creía, ¿quién sale de una película de terror con una enorme sonrisa en su rostro?
Solo Jeon Jungkook luego de que Kim Taehyung se apegara a él en toda la película porque se asustaba.
Mientras el castañito aún sentía su labio inferior temblar, no se percató de lo cerca que estaba del azabache hasta que lo llevó a un puesto de helados que estaba frente al edificio donde vieron la película.
Se separó de su brazo cuando el señor mayor le preguntó de qué sabor quería su helado.
Una vez Jeon pagó, ambos se sentaron en una banca a comer sus helados en un completo silencio. Taehyung fue el primero en hablar cuando iba en la mitad de su helado.
—Lo siento... —Jungkook lo miró, curioso—. Nunca había visto una película de terror y me pegué a ti las dos horas. Lamento no dejarte disfrutarla...
Sonrió.
—No te preocupes, no me molestó en lo absoluto.
—No es necesario que lo digas para hacerme sentir mejor.
—No lo hago. Siendo completamente sincero, fue demasiado agradable, bebé.
"¿Bebé?"
—¿B-Bebé? —lo miró sorprendido y sonrojado. Si bien su mejor amigo le llamaba así de vez en cuando, era completamente diferente escucharlo por parte del chico que le gustaba.
Jungkook abrió sus ojos aún más al darse cuenta de lo que había soltado.
Es que tú no piensas antes de hablar, ¿para qué tienes cerebro si no lo usas?
—L-Lo siento, se me escapó. Es que... Eres tan adorable, y te gustan las cosas dulces, entonces... Me recuerdas mucho a un bebé. Lamento si te molestó.
Bajó la mirada.
—No lo hizo... Fue lindo, de hecho —susurró.
Jungkook se acercó un poco más a él y lo tomó de su mentón, obligándolo a mirarlo.
—Me gustas, Taehyung. Me gustas mucho.
El sonrojo subió hasta la punta de sus orejas.
—T-Tú también me gustas, Jungkook.
El azabache sonrió suavemente y depositó un pequeño beso en los labios del castaño, quien se quedó helado ante el suave tacto.
—Pequeño, dulce y sonrojado Kim Taehyung, el chico más lindo y tierno que he visto y veré en toda mi maldita existencia, ¿quieres ser mi novio?
Y por muy increíble que pareciera incluso para el mismísimo Kim, dejó lo que quedaba de su helado de chocolate caer y se abalanzó a los brazos contrarios, sus delgadas extremidades apretando su cintura y su rostro acurrucado en su cálido pecho.
—Por supuesto que quiero ser tu novio, Jungkook.
[Hi. No estoy segura de si quedó muy bien, pero espero que les haya gustado 💜
Verdaderamente, Tae es muy yo. Osea, CASI QUE ME METÍ DENTRO DEL FIC. Es que me pongo rojita por todo T-T y la última vez que me pasó me llegó la idea y dije TENGO. QUE. HACERLO.
Así que bue, aquí estamos.
Gracias a YUELUVSJK por la portada y los separadores 💜
Nos leemos, bye bye.]
PD: extendí el O.S porque creí que anteriormente no quedaba bien cerrado, así que espero que les haya gustado el resultado final 💜
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