prefacio
—Nayeonnie, ¿te han dicho lo hermosa que eres?
—Mina, cállate.
—¿Por qué?
—Ya te he dicho que no soy lesbiana, no me gustas.
—¿Y por eso no te puedo hacer un cumplido?, además, ¡mira!, tus mejillas están rojitas.
—¡no!, ¡no estoy sonrojado! ¡Tu sí! —y salió corriendo a toda velocidad de ahí, dejando a Myoui con una boba sonrisa en su rostro, más unas increíbles ganas de besar esas mejillas rojas y ese rosado puchero.
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