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     -Buenas tardes señora Yang.

—¿Cuando será el día en el que dejes de ser tan formal?—sonrió y se hizo a un lado. —Innie está en su habitación.

—Gracias.—corrió rápidamente al lugar, encontrándose al castaño sentado en su cama, viendo televisión, con un parche en el ojo morado. Intentó reprimir una risita, pero no pudo.

—No te rías, es su culpa.— cruzó los
brazos.

—¿Qué? Porqué?

—Por ser un idiota.

Chan volvió a reír y se acercó
a JeongIn.—Traje chocolates,
malvaviscos, gomitas de osito y helado de fresa.

JeongIn no pudo evitar sonreír
ampliamente, con cierto brillo en los
ojos.—Me dieron una paliza, no estoy
agonizando.

—¡Chan! ¿Puedes venir un
momento por favor?— gritó la señora
Yang desde la cocina.

—Ya vuelvo, Innie.— se dirigió a la cocina,donde ayudó a preparar la comida.

Estaba rayando las verduras en silencio, hasta que la mayor rompió el silencio.

— Jeongin me contó que gustas de el.— El pelinegro casi se rebana un dedo al escuchar eso. Su rostro enrojeció rápidamente.

—B-Bueno pues..

—Tranquilo, no pasa nada.
Sinceramente ya me lo esperaba.— rió y Chan sintió como sus orejas
se calentaban. —No puedo asegurarte
nada, sabes que In es muy obstinado
respecto a ese tema, es por su padre.

—Ah.. Por eso.

—Pero, se que deberías intentar un poco más con In, tal vez así este seguro de que siente.

—Bueno, no haré nada que el no quiera.

—Pero el si que lo quiere.

—¡¿qué?!

—In siempre dice que no, pero te come con la mirada.

—P-Pero

—Ay, solo bésalo y ya.

El resto de la tarde se resume entre
sonrojos y tartamudeos de parte de
Chan por las cosas que decía
la madre de Innie. Cuando
terminaron de preparar la comida,
Chan llevó una bandeja a la
habitación del castaño.

—Innie, preparamos pastelitos y — se cortó a si mismo cuando vio al menor dormido sobre su cama, con
los labios entreabiertos. Su sudadera
estaba un poco alzada, dejando ver su
abdomen, su mano derecha colgaba del colchón mientras la zurda descansaba sobre su barriguita.

El rubio sonrió y se acercó al
castaño, levantó ambas manos
con cuidado, colocándolas sobre
el colchón. Pasó las yemas de sus
dedos delicadamente sobre la suave
barriguita del castaño.

—Eres tan perfecto.. — acercó su rostro a la piel descubierta, dejando un beso sobre la pancita de in seguido
de cubrirla con la sudadera, para después despertar al castaño.

🖇Aúnque In describa que tiene cuadraditos para mí tiene una pansita rellenita muy bonita, no me importa nada.

🌿Lin