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Chapter VI: "I will cure you"

Después de la escuela y cómo era rutina, Dahyun y Chaeyoung fueron a la casa de la más pálida a comer y hacer los deberes de la escuela, pero cómo siempre, la más bajita hacía algo diferente, en ese momento se encontraba coloreando el gran libro que su amiga Nayeon le había regalado.

-¿Qué tal tu día hoy, Chae? -preguntó Dahyun.

-Bien -dijo su amiga sin profundizar mucho.

Ambas chicas se mantuvieron en silencio y atentas a lo que estaban haciendo durante un gran rato. Dahyun se encontraba revisando su reporte de orientación por segunda vez.

"Hirai Momo no es una chica que hable mucho de sí misma, sin embargo, creo que le gusta escuchar a los demás. Me ha escuchado a mí, y nunca me juzgó.

Cuándo hablé con ella, sentí una liberación en el pecho, porque aunque tenga algunas amigas que me escuchen, no sé por qué con ella es diferente. Simplemente, me siento cómoda aunque sea una desconocida"

-Dahyun, ¿te puedo preguntar algo? -soltó Chaeyoung de repente, interrumpiendo su lectura. Dahyun cerró su cuaderno y la miró.

-Sabes que sí.

-¿Qué se siente tener sexo? -preguntó sin más. Dahyun abrió los ojos cómo platos y se puso nerviosa.

-¿P-por qué preguntas eso?

-¿Recuerdas esta mañana? -Dahyun asintió-, bueno, lo que escuchamos me dio curiosidad.

-Bueno, Chaeyoung, creo que cómo a todos, en la escuela te mostraron lo que es el sexo... -trató de explicar.

-Eso lo sé -dijo su amiga-. Te he preguntado qué se siente, no cómo se hace. Muchos dicen que es fantástico.

-Pues, con Eun-Woo nunca se ha dado -respondió sin mirarla.

-En realidad, creo que tú has impedido que pase -dijo con una risita-. ¿No te sientes cómoda con él?

Dahyun suspiró. Era cierto, no se sentía cómoda aún para hacer aquello, y Eun-Woo no la presionaba, así que eso le daba alivio. Ella lo quería, pero no tenía prisa por mostrarle esa faceta de ella.

-No tengo prisa -dijo simplemente-. Además, él quiere que nos casemos... Supongo que querrá esperar a ese momento.

-¡¿Qué?! -Chaeyoung casi gritó-. ¿Te dijo eso hoy? -Dahyun asintió-, ¿no son muy jóvenes para decidir esas cosas?

-Eso fue lo que le dije -dijo y suspiró-. Y bueno, me respondió que después de la universidad, tal vez.

-¿Y lo consideras?

-Ya te lo dije, no tengo prisa.

-No estás respondiendo mi pregunta -dijo de inmediato la menor, alarmada.

-Me ha dicho que sus padres quieren que tengamos una gran familia, pero yo ni siquiera sé si quiero tener hijos -susurró-. Creo que se está haciendo muchas ilusiones, y ni siquiera sabemos si estaremos juntos por mucho tiempo.

-Entonces no ves el futuro con él.

-Oye, yo no dije eso... -susurró con severidad-. Simplemente creo que él está viendo más el futuro que la actualidad.

-¿Tú de verdad lo quier-

-Ya no quiero hablar de esto -La interrumpió antes de que terminara-. Por favor...

-De acuerdo -susurró su amiga-, pero, sería mala amiga si no te dijera que no tienes que estar con él si no lo quieres lo suficiente -dijo sabiamente antes de acercarse a abrazarla aunque su condición no le permitiera disfrutar mucho del contacto físico. Su amiga, claramente correspondió cuando se dio cuenta que intentaba consolarla-. No te obligues, Dahyun.

-Simplemente, no quiero hacerle daño.

-Te estás haciendo más daño a ti...

Dahyun suspiró y se separó de sus brazos antes de que las lágrimas cayeran por sus mejillas. En teoría, no había nada que la atada a estar con Eun-Woo, pero Dahyun era tan buena que no quería romper sus ilusiones e incluso su corazón.

Con él pasar de los años, se dio cuenta de que se había equivocado al corresponder sus sentimientos románticos, cuando ella lo veía cómo un amigo, pero es que, estaba tan acostumbrada a él, a su compañía y su amistad, que haberlo rechazado habría roto todo eso. No supo cómo decirle "no" a Eun-Woo, y un forzado "sí" salió de sus labios temblorosos.

Y ahora no sabía cómo parar todo esto.

-¡Chicas, la cena está lista!

Dahyun rápidamente se limpió las lágrimas y se levantó de la cama con prisa. Chaeyoung simplemente la miró con pena antes de igualmente levantarse y acercarse a la puerta.

-Además... -Dijo mirándola-, a tu padre ni siquiera le cae bien.

Dahyun suspiró y juntas bajaron a cenar. Cómo era costumbre, sus padres les preguntaron por su día. Dahyun evitó hablar sobre Eun-Woo. Chaeyoung distraía a sus padres y ella se mantenía en silencio, escuchándolos conversar. Al terminar la cena era obvió que Chaeyoung no regresaría a casa, y al asegurarse sus padres de que había avisado a su madre, las dejaron subir a dormir, no sin antes decir su madre:

-Dahyun, cariño, antes de que te encierres en tu habitación cómo gato huraño, ¿Puedes ir a la tienda de convivencia?

-¿A está hora...? -preguntó confundida.

-No seas exagerada, hija, son las siete. No hay mucho para que tú y Chaeyoung desayunen mañana -explicó su madre-, mi turno comienza en un par de horas, ya casi debo irme.

-¿No puede ir papá...? -preguntó Dahyun con esperanzas.

-Si logras despertarlo -bromeó su madre mientras reía y señalaba a su padre roncando en el sillón individual-, o pueden no desayunar nada mañana, tú decides.

-¡Yo no voy! -gritó Chaeyoung comenzando a subir las escaleras con prisa. Dahyun la miró con recelo hasta que la perdió de vista.

-Anda, Dahyun, te dejaré tomar el coche de tu padre si no se lo dices... -Dahyun sonrió forzadamente y su madre rió-. Te daré una lista, vamos.

Mientras tanto, Momo se encontraba en su departamento. Sola, cómo generalmente. Se sentía con tremendo apetito, y comenzó a cocinar un ramen para cenar, hasta que recibió una inesperada llamada.

La tomó sin fijarse en el nombre, y simplemente contestó.

-¿Hola...? -habló sonriendo.

-"Momo, ¿Por qué tardas tanto en contestar?" -dijo una voz conocida y automáticamente su sonrisa se borró-. "¿Acaso estás con alguien?"

-Ah, no, madre...

-"Entonces contesta rápido a la próxima" -ordenó su madre, con su tono demandante-. "Tu padre te ha enviado dinero, me pidió que te lo dijera."

-Sí, gracias... -Solo pudo decir aquello.

-"¿Cómo están tus notas en la escuela?" -preguntó sin demasiado interés.

-No es tiempo de evaluaciones, pero yo creo que voy bien-

-"¿Bien?" -La interrumpió-. "Tu padre no está gastando tanto dinero para que vivas en Corea solo para un "bien"."

Los ojos de la japonesa comenzaron a humedecerse cuando sintió un dolor en el pecho por la dureza de su madre. Hizo una mueca para contener las lágrimas y apagó el fuego que calentaba el agua de su ramen, tratando de distraerse.

-"¿Por qué no contestas?" -Volvió a hablar su madre-. "¿Acaso estás tan ocupada que no puedes conversar con tu madre?"

-N-no, solo estaba haciendo mi cena...

-"Espero que no estés comiendo porquerías" -Momo ahogó un llanto-. "¿Estás cuidando tu peso? Dentro de poco iremos a verte, y no quiero encontrar a mi hija inflada... "-dijo con tono despectivo.

-N-no, madre...

-"Perfecto, sino, ¿Cómo vas a encontrar un buen partido?" -Momo suspiró al escuchar aquello, y su tristeza comenzó a mezclarse rápidamente con rabia-. "Ya estás tardando, en realidad."

Momo cerró fuertemente los ojos, sintiendo su cuerpo caliente, cerró su mano libre con fuerza, conteniendo su enojo.

-"Dios, ¿Por qué cada que te llamo parece que hablo con la pared, Momo?" -Se quejó-. "No entiendo por qué eres así, nunca quieres hablar con tu padre ni conmigo. Deberías estar agradecida con nosotros y al menos poner atención cuando te hablo por teléfono."

-L-lo hago...

-"Pero no lo suficiente."

"Bip. Bip. Bip. Bip." fue lo que escuchó Momo cuando su madre cortó la llamada. Se quedó estática y mirando a la nada. Bajó lentamente el teléfono de su oreja y colgó la llamada.

Su ira contenida pedía a gritos ser expulsada, y sin poder controlarse le pegó a la olla caliente con la palma de su mano. La olla cayó al piso y el agua salpicó en todos lados mientras Momo gritaba al sentir la quemadura en su piel arder por golpear la olla.

-¡Mierda-! -gritó y de inmediato tomó un trapo húmedo para cubrir su mano.

Las lágrimas en sus ojos empezaron a brotar por el dolor... Aunque ahora mismo ya no sabía si era el de su corazón o el de su mano.

Caminó hasta el cuarto de baño y abrió la llave de el lavamanos para rápidamente mojar su mano herida. Sin poder evitarlo comenzó a llorar y llorar mientras el agua corría por su mano.

-¡Auch...! -Se quejó mientras lloraba-. ¡Dios!

Miró su mano y la quemadura no se veía tan mal, aún así necesitaba que alguien la revisara, así que tomó de nuevo el trapo húmedo, cubrió su herida y buscó una chaqueta para salir.

Cerca de su apartamento había una tienda de conveniencia, y la veces que había pasado por ahí había visto un doctor particular de 24 horas, era ahí a dónde se dirigía.

Tomó un poco de dinero y sus llaves para después salir de su apartamento. Se dirigió a el elevador y cuando este bajó, por fin salió del edificio. Comenzó a caminar por la calle, y afortunadamente había gente, ya que aunque ya había oscurecido, no era demasiado tarde.

Caminó con calma mientras suspiraba. Ya había dejado de llorar, ahora simplemente se sentía preocupada por su mano. Le ardía demasiado.

Una lágrima resbaló por su mejilla cuando se dió cuenta de todo lo que había causado su madre con algunas palabras. A ella realmente no le preocupaba el impacto que estás tenían en ella.

Ni siquiera la quería. Mucho menos su padre. Suspiró de nuevo al pensarlo, ¿Realmente no le guardaban ningún tipo de afecto? Era su hija. ¿Por qué no habrían de quererla?

Otra lágrima resbaló. ¿De verdad solo les interesaba su dinero? Si es así, ¿Por qué se decidieron a tenerla? No tenía por qué sufrir sus groserías. Ella nunca había sido mala con ellos.

Al contrario... Desde que era pequeña deseaba tener su aprobación y apoyo, su querer. Y nunca lo logró. Sin poderlo evitar, sollozó.

¿Acaso no sentían un mínimo de sentido paternal? Su padre no la llamaba, y cuando su madre lo hacía simplemente hacía sentir menos. Y aunque ella quisiera obligarse a sentir que no le importaban sus tratos, no podía. Porque aún con su crueldad, los amaba, y eso le lastimaba.

Le dolía más que el ardor en su quemadura. Le dolía en el corazón. Era una cicatriz que no se curaba.

Dudaba demasiado que un día sus padres sentaran cabeza y comenzaran a interesarse en ella, en sus logros o simplemente en lo que sentía. Eran demasiado egoístas, creían que con dinero su hija iba a ser feliz y debería de estar agradecida.

Es claro que el dinero no es lo único que necesita un hijo de sus padres.

Momo ansiaba su amor, su interés, su preocupación... Pero hace mucho se había resignado a que era probable que nunca podría tenerla.

Y qué decepción sentía...

Tanta, que incluso el dolor que sentía su mano había desaparecido momentáneamente, por concentrarse tanto en sus pensamientos.

Siguió caminando hasta que llegó al consultorio, metió su mano sana a el bolsillo y contó el dinero que había tomado para revisar si era suficiente, hasta que una voz conocida la interrumpió.

-¿Momo?

La japonesa rápidamente volteó y encontró a Dahyun, cargando un par de bolsas, era obvio que había salido de la tienda de convivencia.

La escaneó de pies a cabeza olvidando el dolor de su mano, usaba un pantalón de pijama liso color gris, y una chamarra que quizá era un par de tallas más grande a la correcta color negro, también usaba unos tenis deportivos color negro mientras que su cabello castaño se mantenía suelto. También notó su rostro preocupado, y fue cuándo la escuchó preguntar.

-¿Te encuentras bien?

-A-ah, sí...

-¿Qué te pasó en la mano? -dijo señalando su trapo húmedo.

-Me quemé con una olla, en realidad estoy bien, solo...

-Dejame ver -dijo interrumpiendo-. Mi madre es enfermera, puedes confiarme tu herida.

-El médico está aquí, no tienes que preocuparte... -murmuró la japonesa tratando de darle una sonrisa.

-Pero quiero hacerlo -dijo firme-. Somos compañeras después de todo, además, no es necesario que gastes en la consulta si puedo ayudarte...

La japonesa dudó por un momento, finalmente se rindió y lentamente se quitó el trapo para mostrarle a Dahyun, quién miró atentamente.

-No es grave, ¿La lavaste?

Momo asintió, mirándola con pena.

-Entremos a la tienda, necesitas antibióticos, vendas y vaselina... -susurró y alzó la vista para mirarla a los ojos-. Te curaré.

Por última vez en la noche, Momo suspiró, aunque está vez fue de alivio. Hubiera querido no molestar a nadie, menos a Dahyun, pero no podía evitar sentirse tranquila a su lado.

Hola, amistades. Cómo siempre me disculpo por la tardanza. Espero que les haya gustado este capítulo, vamos descubriendo más cosas y espero que cada capítulo resuelva más las dudas que tengan 👀

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Les agradezco por la espera, la paciencia y sobre todo, porque esperaron mucho tiempo y aún así siguen pendientes a mi historia ✨

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Les mando un abrazo y un saludo a todos los que lean esto ✨

Atentamente.
-B. A. F.

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