Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 27

Solo tengo una bala, haz que cuente.

Kim Seojoon.

Mi vista se siente pesada y mi rostro está adormecido, mientras suelto un nuevo bostezo. Hablar ha hecho que no necesite dormir, pero no logro hilar la basura que le esté diciendo a Yeong para intentar mantenerme despierto. El sol se ha ocultado hace un rato, haciendo agónica su partida.

—Ahora no me gusta ir a las juntas directivas, pero puedo recordar una época a la que iba y mucho —recuerdo esa época con un sabor amargo en la garganta—. Estaba más interesado en ser el orgullo de la familia, pero eso se acabó, llegó la resignación y el dolor, nunca más lo intente. Me gusta a veces, navegar por esa fecha como si pudiera volver a sentir lo que sentí esa vez.

— ¿Qué sentiste? —pregunta Min Yeong—, en esa época, me refiero.

—Sentí... sentía una gran mano en mi cuello todo el tiempo diciendo que si no hacía las cosas me mataría.

—Eso es jodido —reflexiona, volviendo a inhalar el cigarrillo.

—Mi vida se sentía como el constante olor de cigarrillos y tasas de café express, notas acumulativas de A+, y una sonrisa de dientes amarillos. Mentí, herí, engañe, defraude, nada me hizo sentir bien. No lo esperaba de todas formas.

— ¿Qué esperabas?

— ¿Ahora o en esa época?

—Ahora.

—No morir en el intento de sobrevivir.

—Eres profundo cuando estás drogado.

—Al parecer.

—Se van a congelar si permanecen afuera —asegura una voz desde la puerta. Niro nos está viendo desde la puerta con una vestimenta de mono y franela, con su cabello largo atado en una coleta alta desordenada y un vaso de alcohol en la mano—, lamento mi desaparición, tuve turno nocturno y apenas sentí la cama me dormí.

Yeong deja el cigarrillo a medio fumar apagarse por completo en el cenicero junto con las coletillas de los otros 8 previamente fumados, se levanta del asiento y camina hasta Niro, quien se tensa al ver que el menor se acerca.

—Te ves mejor con el cabello suelto.

—Nunca me has visto con el cabello suelto —recalca Niro con una expresión de hastío.

—Acabo de pensarlo y te verías bien.

—Quédate con tu imaginación al margen.

—No use mi imaginación, fue solo sentido común, si usará mi imaginación, sería más divertido.

—Eres asqueroso —Niro gira la vista y captura mi mirada, rueda los ojos al ver que una sonrisa divertida se asoma por mis labios, pero es imposible no hacerlo cuando la coquetería de Yeong es divertidísima—. Necesito hacerte un chequeo a ver como estas y saber si vas a poder ir.

Asiento y acompañó a Niro adentro, siendo seguidos por Min Yeong. Subimos las escaleras hasta llegar al piso superior, entrando a la habitación principal. Min Yeong se queda en la entrada cuando es detenido por Niro, quien le cierra la puerta en la cara.

Parece que Yeong solo se interesa en personas que nunca querrían algo con él, primero Siu y ahora Niro.

Niro empieza a hacer una rutina para verificar mis signos vitales: pulso, pupilas, oídos, mareo, si tenía hambre o sed, si ingerí alcohol o fume en su ausencia, ya que me explico que eso podría retrasar la desintoxicación, y una vez que acaba deja que me bañe y me cambie.

El traje me lo prestó Niro después de decirme que no iría ya que no se siente preparado para enfrentarse a Ji-hyun. Puedo entenderlo, no de hecho no puedo, porque nadie daría lo que está dando Ji-hyun por mi.

Ir formal tampoco es algo que me sienta cómodo, pero puedo deducir que me queda bien. El espejo me muestra el pantalón negro tala alta que contrasta con la camisa blanca y chaleco negro de tres botones.

Salgo de la habitación y bajó por la escalera principal de la mano de Niro, quien me termina acompañando hasta dar con Min Yeong vestido con una camisa blanca y pantalones negros, su cabello rubio hacia atrás y un collar dorado que resalta entre la multitud.

—Te ves exquisito —asegura Yeong, recibiendo mi mano para besarla en el proceso, haciendo que sonría con diversión. Parece un estúpido cuando solo coquetea sin sentido.

— ¿Siempre eres así de coqueto?

—Solo con los que son bonitos.

— ¿Crees que soy bonito? —una sonrisa en los labios a modo de burla.

—Él más bonito, de todos.

Rio un poco para caminar hacia afuera del lugar. Min Yeong, vuelca su vista hacia Niro. Camino hacia afuera para darles espacio, pero al momento me sigue Min Yeong bajando por el ascensor conmigo, ambos bajamos en un silencio tenue que quería romper con una pregunta más, pero que al parecer mis ganas de platicar se habían acabado en algún momento de la noche.

En la entrada del edificio conseguimos un Mustang que podría reconocer como el auto de Lee Seung. La ventanilla es bajada revelando a Seung con una sonrisa suave y enfundado en un traje de dos partes que le lucen muy bien. No me enfoco en eso cuando vuelco mis vista a sus ojos.

—Pensé que no vendrías.

—Nunca te dejaría solo para algo como esto.

—Siempre caballeroso.

—No, al parecer tengo debilidad por los manipuladores.

Sonrió ante eso.

—Deberías ir a un terapeuta —digo, una vez que entro al auto—, no es bueno que te dejes manipular.

—Tiene sus ventajas.

— ¿Cuáles?

—Tú.

—Sigo aquí —interrumpe Min Yeong haciendo que ruede los ojos recargando más del asiento—, sin coquetear en lo que llegamos al evento.

Conduce colocando una música suave la cual puedo reconocer como una de las pocas canciones en inglés que me sé.

I once believed love would be (burning red)

But it's golden

Like daylight, like daylight

Like daylight, daylight

I don't wanna look at anything else now that I saw you

Dios, amo esa canción me transmite una paz tan superflua que parece que puede hacerme levitar, fue una de las pocas canciones que me recuerdan a cuando tenía 17 años, pero que no me produce tristeza, solo suavidad, como morder una algodón de azúcar. Sigo cantando con suavidad la canción haciendo que Lee Seung le suba a la música, pero no dice nada.

And I don't wanna think of anything else now that I thought of you

(Things will never be the same)

I've been sleeping so long in a twenty year dark night

(Now, I'm wide awake)

And now, I see daylight (I see daylight), I only see daylight (ah)

La canción se detiene y con eso Seung frena en el valet parquet.

Subimos por el ascensor, con un par de personas más que hacen que permanezcamos en silencio, hasta el último piso donde se hace el evento.

El lugar es amplio, atrayente y un tanto vulgar con adornos y papel de revestimiento dorado, haciendo que parezca un poco aficionado el que lo decoró, seguramente fue mi tía.

—Parece que el que diseñó esto dijo: "hazle competencia al maldito sol" —murmura Min Yeong cerca de mi oído lo suficiente bajo para que pueda escucharlo.

—Si, pero al menos el sol tiene contraste.

Un empleado se detiene con una charola repleta de champagne la cual rechazó, pero que Min Yeong si agarra.

—Por lo menos tuvieron buen gusto para los camareros.

Giro la vista y detalló el trasero del camarero haciendo que una sonrisa burlona se me escape al darle la razón.

—Si ya dejaron de inspeccionar a los camareros les recuerdo que tenemos cosas que hacer —dice Lee Seung, haciendo que por inercia muerda mi labio para reprimir una carcajada. Su rostro se ha puesto ligeramente rojo, creo que por la vergüenza.

— ¿Celoso? —pregunta Min Yeong.

—Para nada, pero el descaro no es bueno en la alta sociedad, algo que los dos deberían tener presente.

—Como diga —hablo haciendo que su mirada se pose en mi rostro. Dios siempre tiene que verme con tanta intensidad, como si me odiará y al mismo tiempo me adorará, es escalofriantemente placentero—. Disculpe nuestros modales —mi voz sale más ronca de lo común.

Golpea su lengua contra su mejilla interna y camina delante de nosotros.

Nos movemos por el lugar captando la mirada de un par de personas que puedo reconocer como inversionistas principales, los principales son los Bae; encabezados por su matriarca y su heredera Ha-eun como su principal, recuerdo haberme juntado con ella un par de veces, pero perdí el contacto con la mayoría cuando cumplí 18; y los Choi, liderados por el patriarca y junto a su principal heredera Jiwoo.

Casi al final del lugar, cerca del escenario, está mi padre, mi tía y mi Namgung Ji-hyun.

Parecen una familia, o quizás es solo mi trastornada mente, intentando jugar con mis ideas.

Me frenó en seco apenas mis ojos captan el cuerpo de la única persona por la que estaría en este tipo de evento. Nuestras miradas se encuentran y no puedo dejar de pensar en que quisiera poder abrazarlo, aunque nunca antes lo había querido, no había querido buscar su afecto hasta que parece que lo perdí, como nunca antes lo había perdido.

Una mano se posa en mi espalda de forma apenas reconfortante haciendo que voltee: Lee Seung está apoyándome, quizás de forma romántica, quizás por pena, pero lo que más quiero en este momento es haber sido un cobarde y esconderme en su cuello, aunque esa idea no me parezca del todo buena.

Ninguna idea relacionada con Seung me parece una buena idea.

Descarto la línea de pensamientos para caminar hacia donde están, porque a pesar de ser cobarde, ese remolino de emoción al ver la cara de mi tía ser desfigurada por mi presencia es todo el incentivo que necesito para continuar. Apenas me postro delante de ellos, ninguna mueca es una sorpresa: mi tía está completamente asqueada, mi padre inmutable y mi... y Namgung Ji-hyun con una diminuta sonrisa que me dan ganas de estrujar.

Mi madre no está por ningún lado y eso solo refuerza mi creencia de que mi tía solo quiere una familia feliz sin que podamos "estropear" su sueño.

Min Yeong y Lee Seung caminan detrás de mí, pero no digo nada.

—No puedo creer que estés aquí —dice mi tía lo suficiente bajo para hacer que suene como un resoplido.

—Madre —dice Namgung Ji-hyun en reproche.

— ¿Por qué? ¿Te has olvidado de quién soy hijo?

Mi padre no dice nada mientras mi tía se acerca hasta donde estoy. Lee Seung intenta moverme, pero impide el movimiento agarrando su brazo y alejando. Ella no me asusta, no como antes, no después de saber que solo es una resentida que necesita a mi padre, lo cual es lamentable.

—Nunca serás hijo de tu padre, ¿te explico porque? —asiento ante la pregunta sin respuesta—. Tú madre es una zorra.

—Y tú una asesina, además de ser tu hermana. Me pregunto ¿Qué tan lejos llega la genética?

—Mocoso desobediente —intenta levantar la mano, pero una tos seca por parte de mi padre, quien solo ve el teléfono, fingiendo que no estamos aquí, hace que se detenga—. Tú serás el primero en ahogarte, porque personas como tu no saben cual es tu lugar en el mundo, porque eres arrogante, siempre lo ha sido, y tu imbécil seguidor con su aparentemente interminable fuente de información, no hará la diferencia, eso no cambiarán el hecho de que eres un niño diminuto que vuela demasiado cerca del sol, eso es lo que soy Seojoon, el sol. ¿Quiere ver?

Mi ceño se frunce ante la estupidez de sus palabras, pero antes de que pueda replicar, las luces se apagan, haciendo que me tense de golpe. Luces rojas salen disparadas por todo el lugar y mi respiración se cortó de golpe, un temblor superficial me recorre el cuerpo. Puedo oír el resoplido fuerte de alguien a mi lado, y de pronto las voces llegan.

"— ¿Te enseño a ser obediente?

—Si.

—Bien. "

Escucho voces resonar por todas partes con lo que parece ser mi voz, no es mi imaginación, es real. Me alejo de ella para buscar el sonido que no tarda en hacerse más fuerte. La luz impacta en el fondo blanco de la tarima haciendo que un video entre en escena.

No puede ser, no puede ser, no hoy, no...

— ¡Quiten eso ahora! —escucho a alguien gritar, pero la voz suena lejana.

Soy yo, estoy... el video de mi agresión.

No parezco yo, no como recuerdo, quizás no es mi cabello o mi cuerpo, quizás nadie se de cuenta que soy yo, pero no es posible, es mi rostro, mi cabello y es el pene de ese hombre.

Mi estómago se contrae, mi piel se hiela y mis manos tiemblan, puedo sentir el pulso rebotar a mil por hora y mi propia respiración es un desastre. El video está siendo expuesto a mucha gente, será tendencia nacional y no puedo hacer nada.

Estático como un fantasma que está viendo su propio funeral.

No logro captar lo que pasa a mi alrededor más que murmullos que parecen incrementar. Reconozco la bestialidad que esta presentando Namgung Ji-hyun en este momento intentando detener la exposición, también la sonrisa sarcástica de mi tía y sus ojos repleto de satisfacción. ¿Acaso ella...? No, no puede haberlo tenido.

Mi padre ha desaparecido del lugar.

Las personas posan sus ojos sobre mi cuerpo como cuervos en espera de carne fresca, oliendo la destrucción, oliendo mi caída de la Familia Kim. No voy a poder volver después de esto, no como un Kim, no como una persona de clase alta.

El video se corta, las luces rojas se apagan y la oscuridad inunda el lugar.

Unas manos que no reconozco agarran mis brazos y hago un ademán de alejarme, porque el contacto me parece repugnante, el sentimiento de asco se forma en la boca de mi estomago y mis manos intentan calmar mis respiración. Mi garganta pica por querer gritar, pero el nudo lleno de púas me imposibilita hablar.

—Te sacaré de aquí, pero necesito guiarte —escucho la voz de Lee Seung, pero él no estaba allí, ¿Cómo puede estar aquí ahora? ¿no ahora? ¿Cuándo es que...? Recuerdo la suciedad, el olor del alcohol y las personas tocando mi rostro, mi cuerpo, no, él no estaba, él me dejó allí—. Soy yo, por favor reacciona.

¿Cómo es que él está aquí? ¿Está con Doyu? él volverá a dejarme, estoy solo y tengo frío, porque le gusta mi piel y jugar con mi pene flácido. Sus manos se sienten asquerosas, no entiendo como deje que me tocaran, no entiendo como paso, ¿Por qué no me defendí?

—No me iré, no volverán a tocarte, déjame protegerte, por favor. Por favor no te culpes de esto.

Su voz suena rasposa como si estuviera hablando bajo, pero al mismo tiempo intentando que escuche. Quizás sea él. Subo la vista y consigo oscuridad absoluta, no lo veo. No puedo ver nada.

—Lee —lo llamo y mi voz suena extraña. Ahogada, ronca e inestable.

—Aquí estoy bonito, vámonos.

Asiento, aunque no se si puede verme. Su mano toma la mía con delicadeza tan suave que me deja en blanco y me dejo guiar, confiando en que es él, en que puedo estar seguro, aunque el terror seco me quiere dejar en el piso. Nos movemos por el lugar hasta llegar a un pasillo iluminado, donde compruebo que es el. Quiero... no se que quiero con él, pero es tan intenso. Caminamos hasta llegar a un ascensor donde un montón de guardaespaldas se estaban moviendo por el lugar para darnos espacio y bajamos en silencio.

Es irónico como mi vida se arruinó sin importar cuanto esfuerzo hice.

Bajamos hasta el estacionamiento subterráneo donde el mismo grupo de guardaespaldas nos respaldan todo el camino. Hasta llegar a unos dos vehículos desde donde salen Min Yeong, Niro y Namgung Ji-hyun.

Namgung Ji-hyun se acerca casi tan rápido que cuando choca contra mi es doloroso. Suelto un gemido de reconocimiento, pero no me importa el dolor cuando el calor de su cuerpo es casi un suspiro de alivio para mi alma adolorida. Se siente como estar en casa, como el hogar que tuve hace mucho tiempo.

—Mi niño, ¿Qué te hicieron?

—No lo sé.

—Puedo arreglarlo. Lo arreglaré.

— ¿Cómo? —mi voz suena rota como su papel arrugado que no puede estar en su estado original—, ¡Fui expuesto ante la sociedad! Mi vida se hizo mierda, no creo que puedas arreglar nada, no puedo arreglarlo ni yo, menos yo, y no sé... —Sin darme cuenta mi vista se empaña e intento contener las lágrimas que siguen fluyendo como un río sin obstrucciones. Me alejo de él y de los demás que solo me miran expectantes, esperan una caída, como quien mira un monumento estar a un paso de desmoronarse—. Solo necesito irme.

—Te quedarás en mi departamento hasta nuevo aviso —dice Lee Seung.

Quiero replicar, tener fuerzas para decir algo, pero la mirada de Namgung Ji-hyun no admite discusión cuando habla.

—Iré por ti mañana temprano...

—No harás tal cosa —aclaro—, te mantendrás al margen como lo has hecho hasta ahora.

—Seojoon no entiendes.

—Explícame una vez más como no entiendo las cosas. Dime qué más tenía que hacer para no arruinar mi vida. ¡No estaban! ¡Ninguno! ¡¿Quieres hacerme sentir culpable por esta mierda?! Soy culpable, bien.

Camino hacia alejándome de ellos con el pulso a mil y la vista empañada. No entiendo en qué momento llegué a esto, pero parece que mi alma quiere escapar de mi cuerpo. Unos brazos me apresan y me suben haciendo que suelte un grito ahogado por el impacto. Reconozco las manos de Seung sobre mi cuerpo como una esfera.

— ¿Crees que quiero un culpable? Dámelo, dame la culpa así no vuelves a pensar en eso.

—No entiendes.

—No bonito, no lo entiendo, pero intentaré lo que sea para solucionarlo.

—No puedes.

—No, no puedo.

Me sostiene con fuerza mientras mis lágrimas siguen bajando con furor. Y sus brazos cálidos se han vuelto tan lejanos y fríos, inhóspito como un puto glacial. No siento nada, no puedo sentir calor cuando todo se ha enfriado en mi interior. Y me duele con la magnitud de mil balas golpeando mi cuerpo.

Ha pasado tiempo o quizás solo minutos cuando Lee Seung me mueve hacia su auto, pero de inmediato, reconozco que el lugar está vacío y este auto no es el Mustang. Me subo al asiento del copiloto para salir del lugar.

El silencio es casi una tercera persona camino al hotel de la vez pasada, ambos ascendemos por el elevador en un completo silencio y volvemos a entrar al pent house. El frío del cuarto es el mismo que la última vez, pero me siento tan exhausto que no puedo realmente pensar en que tengo otra posibilidad.

Estoy empezando a aborrecer el frío.

Me muevo por el lugar liberando mi cuerpo del chaleco y desabrochando la camisa blanca los primeros botones. Lee Seung está en el armario a mi lado buscando ropa, supongo que para ambos. Me muevo por el lugar hasta llegar a su lado posando mi cabeza sobre sus omóplatos, puedo sentir el momento exacto en donde deja de tensarse para con suavidad darse la vuelta y abrazarme en completo silencio.

Es cálido, volvió a ser tan cálido, yo también quiero ser tan cálido como él.

Levantó la vista y chocó nuestros labios en un acto de pura impulsividad. El beso es apenas un roce de labios, pero transmite un calor y dulzura que es tan suave como un amanecer, sin embargo Seung lo interrumpe de forma abrupta.

—No, Kim —susurra, poniendo su frente contra la mía intentando seguir abrazándome.

El rechazo se vuelve una nueva capa de suciedad haciendo que me incomode su toque así que me alejo. Seung permanece en el mismo lugar.

— ¿Te doy asco después de lo que viste?

— ¡No digas estupideces! —refunfuña, dejándome un mono y una camisa ancha en la cama—. Si te dije que no, no es porque no te desee, pero creo que un beso justo en este momento no te ayudará.

—Dijiste que me ayudarías —Me acerco. Mis dedos tocan su pecho con suavidad y él suelta un suspiro cargado de quien está evitando a toda costa hacer cualquier cosa—, quiero olvidar lo que acaba de pasar, hazme olvidar —susurro.

—Kim.

Mi nombre suena como una advertencia, haciendo que la proximidad sea peligrosa entre ambos. La calidez de su aliento mentolado roza mis labios, y mis manos se quedaron en sus hombros, intentando conseguir algo de estabilidad. Mi respiración se detiene por un momento, mientras sentía que cualquier movimiento en falso podría cerrar la brecha entre ambos.

¿Es extraño si deseo que se vuelva realidad?

Deseo que lo haga, que acorte la distancia, y no con un simple beso de labios cerrados, deseo ser consciente de ello, sumergirme en la sensación. Sentirlo en su totalidad, saber qué tan cálida y húmeda sería su boca cuando lo recibiera por un largo tiempo. Experimentar nuevamente la embriagadora sensación como la única vez que me beso por un largo tiempo.

Me sujeta el rostro con una suavidad tan cautivadora que hace que me aturde por un momento, roza mis labios con su pulgar haciendo que la sensación se convierta en un fuego intangible en mi vientre.

—La culpa no va a ser solo mía esta vez —susurra.

—Está bien, puedo aceptar la culpa esta vez.

Seung parece comprender el mensaje implícito que intento transmitirle, haciendo que mire mis labios un tiempo prolongado, como quien tomaba una decisión de vida o muerte.

Pero no se movió del lugar, en cambio, sube sus manos para posicionarla en mi cintura ocasionado que cada punto de contacto con él provoque una sensación ardiente en mi piel. Percibo como su pulgar acaricia mi cintura suavemente, moviéndose de arriba hacia abajo sobre la tela de la camiseta. Un suspiro se escapó de mis labios de manera involuntaria cuando el aliento cálido de Seung roza mi cuello, seguido del delicado roce de su nariz. Agarro sus antebrazos sintiendo mis propios dedos fríos sobre su piel caliente.

—Yo... —consigo mi voz desde el fondo de mi garganta.

— ¿Quieres que me detenga? —susurró Seung cerca de mi oído, la petición salió más baja de lo que esperaba.

A pesar de su pregunta, no se detuvo, como si se fuera atraído por la misma corriente que nos había envuelto desde el primer beso, cada toque de sus dedos cálidos sobre mi piel fría, parecían dispuesto a quemar cualquier pensamiento racional.

—No lo sé.

Sus dedos se movieron hasta mi cuello y presionaron mi nuca con suavidad, haciendo que un gemido tembloroso escape de mis labios cuando besa con suavidad mi cuello. Mis ojos se cerraron por instinto al sentir sus labios succionar ligeramente mi cuello, parecen descargas eléctricas recorrer mi cuerpo, descendiendo hasta mi vientre.

—¿No sabes qué? —su voz salió raspada.

Entonces bajó una de sus manos por mi abdomen, con los dedos metidos bajo la camiseta, dando ligeros apretones a mi piel. Cada roce era una provocación silenciosa, una invitación para continuar, pero el miedo instalado en mi pecho seguía presente.

—Olvídate de ellos, concéntrate en mí —Agarra mis manos con suavidad para dejarla sobre su pecho que sigue enfundado en la camisa blanca. Bajo tocando la tela que desprende su calor corporal y el atrayente perfume picante que me altera cualquier raciocinio—. ¿Qué pasa, cariño?

Subo la vista encontrándome con sus ojos al borde de lo que parece el colapso, vuelve a descender mordiendo suavemente la piel de mi cuello.

—No logro pensar si esto es correcto.

—No lo es.

Me percato que su voz resuena en un tono bajo y seductor, y me jodia que me gustaba tanto. Su maldita voz está haciendo que mi erección se vuelva dolorosa contra el pantalón. Mis respiración se vuelve irregular mientras intento mantener la compostura, y no pegarme a su cuerpo como un maniático buscando alivio. Gimoteo cuando sus manos descienden a mis caderas y con fiereza pega nuestras erecciones, la fricción fue dolorosa pero placentera y no pude evitar volver a hacerlo, buscando, anhelando obtener esa efímera sensación de placer.

—Quiero besarte —gruñe, presionando ambos cuerpos y retengo el aliento, esperando. Jamás me había gustado que alguien fuera demandante conmigo, de hecho, odiaba eso de Seung, pero ahora, hipócritamente, deseaba que lo fuera, que me moviera como muñeco a su voluntad.

El rostro de Seung está demasiado cerca del mío, sus ojos desprenden una intensidad comparada con la primera vez que me beso, algo único de él, algo que solo parece genuino de alguien como él. Puede verme con tal cantidad de deseo puro que hacen que quiera cumplir cualquier cosa que ordene.

Los dedos fríos se aferraron a mi cadera rozando ligeramente mi trasero haciendo que esta brecha caliente y repleta de tensión, estuviera a un paso de desencadenar un holocausto, a pesar de que estabamos completamente vestidos.

Y no pude resistirlo más.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro