Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 14

Parece que la tragedia es todo lo que él conoce.

Kim Seojoon.

Por un momento casi siento pena por la horrible sensación de mi comportamiento, casi es decepcionante. Podía fingir pertenecer, pero en alguna parte de mi cerebro tenía la sensación de que era incómodo, incómoda la sensación de estar rodeada de muchas personas en un estado posiblemente alcohólico. No podía siquiera pensar en lo mucho que me molestaba el estado alcohólico de alguien, cuando en ese momento, la mano de alguien tocó ligeramente mi hombro.

—Pareces un perrito perdido.

¿Por qué la gente tiene una manía de compararme con animales? ¿Tienes fetiches con la zoofilia o qué? Debería preocuparme por la relación que puedan tener con los animales que los rodean.

—No soy una persona de estar en tumulto, y el olor al Soju me pone de mal humor.

—Creo que las personas, en general, te ponen de mal humor.

Giro la vista para mirar el rostro de Kang, aún más cerca parece un niño: el brillo en los ojos marrones claros, las mejillas rosadas y la sonrisa, mostrando una hilera de dientes perfectos. Es bonito, pero por alguna razón me parece demasiado bonito, como si fuera un niño demasiado perdido e inocente.

—No me conoces para poder llegar a deducir algo así.

— ¿Y él sí? —señala a Lee Seung, qué está hablando en la otra parte de la habitación con las dos chicas japonesas, no de una forma coqueta, pero yo no tengo mucha ideas del coqueteo, así que es posible que pueda estar coqueteando.

—Tampoco.

—Parece que si, no sé si debería preocuparme, parece muy interesado en ti.

— ¿Por qué te preocupas? — pregunto, casi extrañado—, no le haré nada.

Se ríe de forma suave, y se acerca hasta donde estoy haciendo que me tense y baje la vista al sentir su aliento en mi cuello.

—No lo decía por esa forma, me preocupa que te pueda pasar algo por culpa de él.

—No deberías estar preocupado, sé cuidarme solo —suelto sin más—, y necesito espacio personal.

Kang levanta las manos y vuelca su vista de forma divertida, como si estuviera haciendo las paces conmigo. Se aleja un poco para darme algo de gusto, cuando en eso el sonido de una tos seca hace que desvíe la vista hasta donde está.

— ¿Nos vamos? —pregunta, pero no me mira a mí, si no a Kang, sin embargo, la pregunta se dirige a mi.

—Si, ya no quiero estar aquí.

—Siempre tan encantador —asegura Seung.

—Siempre tan sarcástico.

—El sarcasmo es la expresión más baja de inteligencia.

—Y sin embargo, esa frase fue dicha con sarcasmo. ¿Entonces...?

—¡Chicos! ¡Chicos! —dice Kang dándonos una mirada divertida—, no derrochen tensión sexual frente a los pobres. Aún no puedo conseguir qué comer y ustedes parecen esperar a que sean empujados para comerse.

— ¿Qué mierda dices? ¡Cierra la puta boca o te la rompo, idiota! —Suelto con molestia. En un arrebato me acerco a él, pero una mano se mantiene firme en mi cintura con rapidez. Me remuevo incómodo, pero la mano permanece firme en mi cuerpo, pegando al otro cuerpo. Subo la vista para encontrarme con los ojos divertidos de Lee Seung, su cuerpo está un poco más pegado al mío, y sus ojos recorren mi rostro de forma casi burlona—. No me toques.

—No hagas un escándalo, cielo, tenemos cámaras que nos vigilan.

Su rostro permanece cerca del mío, y puedo notar como sus ojos miran mis ojos, para bajar hasta mis labios. Mi corazón se acelera apenas su vista se posa en mis labios. Estamos demasiado cerca, demasiado juntos, y demasiado en peligro de hacer algo estúpido.

— ¿Y usas esto para mantenerme cerca? ¿Quién es él quiere causar un escándalo?

Cualquier hombre heterosexual se alejaría después de esa declaración. Seung se pega mas a mi, como si eso fuera posible, y pone una mano en mi mandíbula, pero de una forma aún más ligera que el de la cintura. Ok, hemos comprado que Seung no es 100% heterosexual.

—Prefiero mantenerte cerca —asegura, soltando mi mandíbula de forma suave—, evitando el riesgo de que golpees a alguien.

— ¡Se los dije chicas! ¡Son como un matrimonio!

Mis ojos vuelven a posarse en Kang, quien está con las otras dos chicas a su lado. Estas al igual que él, parecen estar divertidas con la situación. Apartó las manos ajenas de mi cintura, para apartarlo y moverme en dirección opuesta a este.

—Nos vamos.

Mi cuerpo se mueve a la puerta, y Seung no pierde tiempo en llegar a donde estoy. Abro la puerta y salgo del recinto para recibir la bulliciosa multitud de personas alrededor. El lugar es demasiado grande, las luces blancas y azules son demasiado estridentes. Y todo en un mismo lugar, sólo logra producirme migraña.

Camino delante de él para revisar a la multitud de personas, parecen estar disfrutando de la música estridente y del lugar en donde están. Es como si toda la situación los hiciera perderse en la necesidad de festejar y olvidar el momento. Yo también quisiera poder olvidar el momento y simplemente festejar.

¿A cuantas fiestas he ido? No es como si quisiera ir a muchas fiestas, pero ver cómo estas personas desconocidas están viviendo el mejor momento de su vida, solo hace que no pueda pensar en nada mejor que desear tener otro tipo de vida, otro motivo diferente por el que estar aquí, pero solo es una mentira, por que se que nunca podré ser ellos, nunca podré salir a discotecas, nunca podré emborracharme, nunca podré divertirme, nunca podré hacer la mierda que hacen los adolescentes, porque no soy uno de ellos.

Podré tener su edad y parecer como uno de ellos, pero no lo soy, nunca se me dio la oportunidad de cagar mi vida de la forma que yo quiero, porque ya la han cagado por mi.

¿De qué sirve ser el niño perfecto cuando no eres tú? No eres más que un cascarón vacío, con falta de amor y demasiado dolor en el semblante.

Terminamos de bajar las escaleras, hasta llegar a uno de los pasillos, donde me detengo en seco, al ver la cabellera rubia de Min Jung-Hee. Intento ver un poco mejor, pero al momento que nuestras miradas chocan y ese brillo de reconocimiento llega a su iris, me congelo.

—Mierda —murmuró, agarrando por el brazo a Lee Seung, y subiendo de nuevo los escalones. Intentando que las personas a nuestro alrededor se muevan de una vez, dejamos el camino libre hasta de vuelta al pasillo.

— ¿Ya los viste? —comenta a la ligera con una sonrisa, después que llegamos al pasillo.

— !Eres un bastardo! ¡Me trajiste sabiendo que estaban aquí! —golpeo mi dedo en su pecho y él solo me da una sonrisa vacilante, que le llega a los ojos, y apartó de inmediato mi cuerpo, y mi mirada.

No quiero ver a Daehyun, no después de lo que pasó esta mañana, parece que fue hace una eternidad diferente. Como si los eventos de esta mañana fueran un mundo diferente.

—No estoy interesado en los movimientos de Daehyun, solo acabo de verlo igual que tú.

—Eres un bastardo mentiroso.

Se acerca a paso firme para darme una sonrisa ladeada. Agarra mi mandíbula para acercar mi rostro hacia él suyo. Sus ojos de cerca dan un aspecto casi salvaje, como algo que llama al peligro constante. Y no solo eso, toda su aura parece impregnada en un grito de amenaza y cuidado. Dios, quisiera evitarlo, quisiera poder apartarme, pero parece desprender cierto magnetismo, como si no pudiera evitar mirarlo.

—Deberías hablarme con más amabilidad, Hyung.

Dice eso, mirando hacia abajo con todo el poder y peligro que solo un chico como él, menor de edad, podría desprender.

—No deberías alterar a tú Hyung.

—No deseo alterarte, deseo provocarte.

— ¿Para qué?

Esa última palabra sonó como un reto, cuando sus labios quedaron demasiado cerca de los míos, como una advertencia de lo que podría pasar, y sin embargo, no veo el peligro inminente, solo puedo ver como sus ojos se vuelven un poco más oscuros, y su lengua humedece sus labios, sin perder el contacto visual conmigo.

—No empieces un juego que no vas a terminar, Hyung.

— ¿Quién dijo que no lo terminaré?

En eso, el ruido de abajo, logra recordar donde estoy, con quien estoy, y que el chico atrevido fue reemplazado rápidamente con el de amplia consciencia.

Cagarla con un chico cualquiera es aceptable, cagarla con Lee Seung es un nivel demasiado peligroso.

—No lo terminarás —susurra cerca de mi oído, para darme una última mirada y agarrar mi mano—. Camina cielo, te sacaré de aquí.

Frunzo el ceño, pero lo sigo. Ingresamos por un pasillo, hasta llegar a una ventana alta por donde se puede ver unas escaleras de emergencia que dan al exterior. Me acuerdo de que los edificios más extensos necesitan diversas formas de escapes si existen accidentes. Lee Seung pasa por la ventana, y sus pies se ponen en la escaleras. Pasó una pierna, y luego puso su mano sobre mi cabeza y hace que baje, pasando mi tórax sobre la ventana, luego pasa mi piernas, hasta que todo mi cuerpo está afuera en las escaleras. Intento no ver hacia abajo a medida que Lee Seung, pasa por mi lado, agarrando mi mano, bajando las escaleras metálicas como si estuviera acostumbrado a usarlas. En muy pocos edificios están este tipo de escaleras metálicas para emergencia, más que nada están en los edificios de peores barrios, y es cuando me acuerdo que Lee Seung, vive en ese tipo de barrios, que suelen ser más peligrosos de lo que se conoce en Corea.

Terminamos de bajar hasta uno de los callejones limpios, donde caminamos por las no tan concurridas calles. Su cuerpo se mueve sobre el mío e ingresa a otro callejón, que está a un cuadra después del lugar.

— ¿Qué estás haciendo? —susurro.

Lee Seung me apoya contra la pared, y agacha su cabeza sobre la mía, y pone todo su cuerpo sobre el mío.

Está cubriéndome.

Antes de que pueda apartarlo, escuchó el grito a la distancia.

— ¡¿Daehyun qué estás haciendo?!

Me tenso, casi inmediatamente, y Seung solo me da una sonrisa ladeada, casi con diversión. Está intentando ocultarme de Daehyun, como si fuera un secreto estar con él. ¿Qué pensaría Daehyun de mi más reciente trato con él? Apuesto que nada bueno, nada aceptable, nada qué debería importarme, pero lo hace, como cuando sabes que estás haciendo algo mal, asi que lo escondes, como algo sucio y bajo.

Lee Seung parece ser mi secreto sucio y bajo.

—Te dije que pude haberme confundido, así que detente —escucho a lo lejos, pero más cerca la voz de Min Jung-Hee—, ¡No hagas que vuelva a repetirlo!

—¡Ahg! Mis oídos sangran.

—Camina. Lo más probable es que no esté aquí, así que deja la obsesión. Maldito enfermo.

Puedo escuchar más pasos dispersarse, mientras mi cuerpo se vuelve hiper consciente de que tengo el cuerpo de Seung demasiado cerca, demasiado consciente de su calor corporal, y de cómo intenta con su cuerpo ocultar toda mi musculatura, que para ser mayor que él por unos meses, se cierne sobre mí con más altura. Sus ojos están concentrados en mi cara, como si fuera capaz de grabar mi rostro en su memoria. No intenta otro movimiento aparte de ese, pero parece que estamos demasiado cerca para ser consciente de algo.

De un empujón lo apartó, haciendo que su cuerpo se mueva con facilidad y me da un respiro de su calor asfixiante.

— ¿Por qué lo hiciste? — pregunto al ser capaz de decir algo— ¿Por qué me estás ocultando de él? ¿Le temes?

— ¿Temerle a Daehyun? —se ríe con suavidad—. Él es un cachorro que no ha dado su primer paso en este mundo. No me dará miedo ni cuando ladre.

—Eso no responde mi pregunta. ¿Por qué me estás ocultando de él?

—No es eso lo que quieres... —se cruza de brazos y me da una larga mirada—, intentó cumplir uno de tus extraños caprichos, pero al parecer hasta para eso estoy fallando.

— ¿Por qué?

Se acerca hasta donde estoy y se alza, poniendo sus hombros derechos, su mandíbula hacia arriba, y sus ojos mirándome hacia abajo. Como si solo fuera un bicho en la suela de su zapato, y por un momento mi respiración se altera, como si no pudiera hacer nada más que mirarlo. Este hombre es extraño, dice que quiere cumplir con mis caprichos, y después solo me mira con frialdad. ¿Quién demonios se cree que es?

— ¿No querías irte? Deberíamos irnos.

—Si, deseo irme.

Camino alejándome de él, reconociendo la calle por donde se supone que dejó el auto. Ambos caminamos a una distancia un poco alejada, pero tampoco para perdernos de vista. Nos mantenemos en silencio, hasta que llegamos al auto, para después entrar y arrancar el coche. Conduce en silencio, uno de los silencios más densos y tensos que pude tener en mi vida. En eso, escucho una llamada entrante, haciendo que revise el teléfono.

El nombre de Daehyun, me deja congelado en el asiento.

Miro a Seung, pero parece estar concentrado en la carretera. Cuelgo la llamada. Mis manos parecen temblar por el miedo seco, pero me parece demasiado extraño. ¿A qué le tengo miedo? ¿a Daehyun? por Dios, es el mismo chico que me salvó de un ataque de pánico, pero eso también es demasiado extraño. Todo lo que rodea a Daehyun es extraño. Todas nuestras interacciones parecen planeadas, como si...

Lee Seung frena en seco, dándome cuenta que ya estoy en mi casa.

—Mañana nos reunimos a las 9.

—Tengo clases — le refuto, y sin embargo, miró hacia todos lados intentando buscar otra parte donde esté un auto.

El lugar parecía desierto.

—Yo igual, pero necesito que esto sea rápido.

— ¿Ya te has cansado de mi compañía? —le pregunto con burla, pero se que es una excusa, sé que no quiero bajar del auto todavía. Una extraño miedo me está abarcando en la boca del estomago.

—Si, ya he tenido suficiente de ti. —Ruedo los ojos ante la respuesta, pero al instante, respiró con fuerza, intentando calmar mi miedo extraño—. Oye, ¿estás bien?

Sus ojos vuelven a mirarme, sus manos presionan el volante del auto, tensó, pero aun así permanece esperando una respuesta.

—Si —respondo en automático.

Al momento me golpeo mentalmente, pero, lo considero, ¿Qué podría hacer Seung por mi? El solo me está usando para llevar a ese extraño a volverse un Idol, nada más. Y su extraño comportamiento no hará que sea menos que un bullying problemático, y que me haya golpeado.

—Mañana a las 9, a las afueras de tu colegio. Te espero, así que no faltes.

Asiento y me bajo.

El aire frío de afuera, solo hace que me aferre a la sudadera que llevo puesto como si fuera un manto caliente. Camino, sabiendo que solo me dejó dos casas antes de las mía, y puedo llegar si apuro el paso. Miro hacia atrás para notar como sigue allí, esperando a que entre. Trago grueso, mientras sigo caminando, pero en eso, escucho el motor encender. Solo me queda una casa a la izquierda, parece desierta. El auto de Seung está moviéndose hacia atrás. Ya lo veo alejarse, derrapando hacia abajo. Mis ojos se desvían hacia al frente, cuando veo un par de sombras estar antes de la entrada de mi casa. Mi corazón se acelera hasta llegar a mi garganta. Mi cuerpo entero tiembla ante su presencia. Bajo la mirada y sigo a paso firme, hasta donde están ellas. Necesito entrar a mi casa.

Son visiones, no es real, estás alterado por el miedo.

Es solo el miedo jugando con tu mente.

En eso, una de las sombras se posa al frente de mí, y por la iluminación de la calle puedo deducir como sus rasgos se distorsionan hasta el punto de no concordar con nada anterior a lo que hubiese visto antes. Y al instante, me petrifico. Mi respiración se descompensa, mi mente se queda en blanco y mis ojos se cristalizan.

¿Es real?

Es real.

Papá.

El miedo es real, real, real.

Mamá.

Los hombres se ponen a mi lado. Su aliento parece real, sus ojos se ven reales, y sus manos son aún más reales; son tan reales que cuando impactan sobre mi estómago me dejan sin respiración. Sus manos se vuelven reales cuando me arrojan sobre el pavimento duro y frío de la calle. Sus manos se vuelven reales cuando me están golpeando sin parar en los costados del abdomen y espalda. Y el dolor se vuelve real cuando me quedo sin poder levantarme cuando terminan.

Su cuerpo se vuelve real, y sobre todo se vuelve visible, se vuelve tan visible como la navaja de su mano. Se vuelve tan real como el miedo que hace que no pueda levantarme, como el nudo seco que se forma en garganta, cuando el cuchillo perfora mi cuerpo.

Mi cuerpo se vuelve real, el dolor sobrepasa el miedo, y es cuando percibo entre mis dedos la sangre caliente salir de mi abdomen. Puedo percibir como mis ojos se vuelven pesados, mientras las sombras se dispersan a medida que intento enfocarme en otra cosa: en mis pulmones, los cuales colapsan en fuego: puro, brillante e intimidante. En cómo el dolor se extiende a mi garganta, y la sensación de no volver a levantarme se hace más fuerte.

Mi teléfono vibra en mi bolsillo y es cuando lo saco de este. Apenas revisó el intercomunicador, cuando lo atiendo.

—Ayuda. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro