25.- Humana
Fue tal mi alivio al ver a Agnes a salvo, el hablar con ella y comprobar que no había sufrido herida alguna, que no me di cuenta del movimiento de uno de los humanos hasta que el pinchazo me golpeó el cuello.
Instintivamente arrojé al humano lejos con un golpe hasta la otra pared, me quite el dardo molesto pero era demasiado tarde, el extraño veneno ya corría veloz por mi sistema, aquella quemazón paralizante recorría mi cuerpo con asombrosa rapidez, debía admitir que lograron crear una cepa bastante fuerte. Tuve que bajar una rodilla al piso y detenerme para no caer de bruces.
—¡Scar! —Escuché el grito de Agnes
—Tranquil,. te sacaré... —forcé mi voz a salir de mi garganta.
—Nuestra Scar tan heroica como siempre —sonó la irónica voz de la vampira, cuando se acercó pude entender por qué me había sonado tan familiar.
—¿Ángel?
—¡Vaya! Así que me recuerdas, he estado varias veces cerca de ti y ni siquiera te habías dado cuenta.
Mientras se acercaba, el otro humano se acercó a mí, me enderezó para detener mis brazos hacia atrás y detenerlos con un par de esposas de plata.
—Te había dejado, en Brazil...
Solo hubo un brillo plateado antes de que me clavara un afilado cuchillo en el hombro. Era de plata pero con el mango cubierto por cuero grueso, muy parecido a los que yo misma ocupaba, Mi gruñido de dolor se mezcló con el grito de Agnes
—No, no solo me dejaste en Brazil, acabaste con todo en ese lugar.
Removió el arma un par de veces antes de sacarla con un movimiento brusco, dejando que mi sangre fluyera. Se levantó entonces para dirigirse hacia Agnes, haciendo que me revolviera inquieta.
—Déjala, no la metas, en esto... —intenté moverme pero solo caí hacia adelante pesadamente, el humano volvió a levantarme.
—Por el contrario, yo creo que tu nueva noviecita merece saber por qué estás con ella, la verdadera razón.
Agnes la miraba fijamente mientras se acercaba, pero no podía ocultar el temor en sus grandes ojos grises
—No sé de qué estás hablando, pero, dejá a Scar en paz, por favor.
—Eres tan tierna, pequeña, pero nuestra Scar no es la persona que tú crees que es. Lo más probable es que solo te usara para llegar a tu grupo o hasta a tu familia.
—Eso no... —su mirada se posó en mí—. No es posible.
—Sí, yo era tan ingenua como tú, lamento decirlo. No hacía más de cincuenta años que me habían transformado y estaba muy orgullosa de mi linaje, de mi fuerza y de mi belleza, tanto así que cuando la fragante nueva pelirroja se fijó en mí, me confié y caí en su juego —Volvió frente a mí y clavó el cuchillo entre mi hombro y mi cuello—. Pero ella solo quería entrar a la organización y matarlos a todos, hasta el más alto de los eslabones.
Mientras hablaba su rencor también se demostraba en la manera de remover el afilado cuchillo en mi cuerpo,
—¡Basta! —gritó Agnes
—Eran, traficantes, —intenté justificarme con Agnes.
—¿Y eso en qué te convierte a ti Scar? Me ocupaste para acabar con todos, nos engañaste.
Se enderezó un poco para hacer un corte en la vena de mi cuello, antes de que la herida dejara de sangrar la pérdida de sangre era ya bastante considerable.
—¿Y has vuelto, solo por mí? —me obligué a cuestionarle.
—Algo así, mi maestro me dio una segunda oportunidad con la organización de este lugar, luego de que estaba a punto de ser destruida por ustedes. Me pareció una magnífica oportunidad de obtener mi venganza.
—La red de la ciudad, casi ha sido destruida por completo... —repliqué, haciendo que ella soltara una carcajada
—Eso es lo que ustedes creen, pero estamos retomando nuestra fuerza y una vez que acabemos contigo y con tus amiguitos, no habrá ningún obstáculo verdadero para tener el control de la ciudad.
—Ellos no... —intenté hablar
—Por favor, Scar, siempre has menospreciado mi inteligencia. ¿De verdad pensaste que me creería eso de que vendrías sola a por tu querida noviecita? Tú y ese maldito par siempre están juntos de arriba para abajo, pero no te preocupes, afuera hay varios de mis chicos con el mismo veneno que te he inyectado, lo más probable es que ambos ya estén muertos —se ufanó.
Escuché el jadeo preocupado de Agnes y yo tuve que bajar la cabeza para ocultar mi expresión.
—Pero no te pongas triste Scar pronto los acompañarás en su muerte.
Clavo de nuevo su arma esta vez en la zona del abdomen, haciendo que me doblara por el dolor. Dejó dentro de mi cuerpo la hoja de su cuchillo para luego incorporarse y dirigirse hacia Agnes con paso decidido.
—Pero antes, haré que conozcas la frustración de ver morir a otros sin poder evitarlo.
A causa del dolor me tardé un poco en reaccionar, no fue hasta que escuché el grito de Agnes y cómo los colmillos de Angel entraban en su piel.
Rompí las esposas entonces, ignorando ya todo el dolor en mi cuerpo para llegar hasta ellas y quitar su asquerosa lengua de mi Agnes. Pero no bien me hube acercado un par de pasos, una onda de energía me obligó a volver a arrodillarme, entre eso y el jadeo asustado de Agnes yo misma terminé aterrada.
Grité su nombre mientras me lanzaba hacia ella y alejaba a Angel con un fuerte golpe sin que me ofreciera mayor resistencia. Agnes me miraba con sus enormes ojos llorosos y aterrados, temblando completamente.
—Agnes, tranquila Agnes, estoy aquí, todo estará bien —le susurraba un sinfín de palabras tranquilizadoras mientras sacaba el arma de mi cuerpo y lo utilizaba para romper sus ataduras.
Poco a poco su mirada volvió a enfocarse en mí mientras sus manos ahora libres me aferraban. No fue hasta que sus ojos se posaron en las heridas de mi hombro que pareció volver en sí. Pude escuchar que en ese momento Drágon y Dust entraban al lugar pero de momento era lo que menos me importaba.
—¡Scar! ¿Estás bien? —me preguntó ansiosa.
—Lo estoy, lo estoy. Lo lamento Agnes, queríamos obtener más información de ella pero no debí haberte puesto en peligro, debí haberte sacado de inmediato...
No fue hasta que su mano acarició mi mejilla que me di cuenta que algunas lágrimas corrían por ella.
—Tranquila, Scar, estoy bien. Desde que entraste pude sentir tu resolución y acepté participar en ello. Además, yo casi no salí herida.
Se llevó una mano al cuello donde aún corrían algunas gotas de su sangre. Sin pensarlo mucho me incliné para lamerla con cuidado y cerrar la herida con mi lengua.
—Lo lamento —repetí mientras la estrechaba con fuerza en mis brazos.
—Basta de hacerlo, lo importante es revisar tus heridas.
—Emm ¿Chicas? —nos interrumpió de pronto la voz de Drágon—. Yo sé que están muy interesadas la una en la otra, pero hay algo más importante que debemos ver en este momento.
Se acercó, llevando descuidadamente a Angel en un brazo. Había algo extraño en ella y me llevó un par de segundos darme cuenta, al hacerlo comprendí lo que Drágon había dicho y volteé hacia Agnes sorprendida.
—¿Qué has hecho? —pregunté.
****************
¡Actualización como regalo navideño!
¿Creyeron len la actuación de Scar, temieron por ella? ¿Qué se imaginan que hizo Agnes? y ¿Qué creen que le ocurrió a Angel?
Déjenme saber sus ideas, opiniones y, si encuentran algun detalle corregible en el texto no duden en hacérmelo saber.
¡Sean aún más felices en estas fiestas decembrinas!
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