Colgué la llamada y dejé el celular a un lado sin atreverme a levantar la mirada. Había estado meditando junto a Dust y a Drágon cuando entró la llamada. Pensé que se trataría de alguna misión, pero era Agnes con la escabrosa noticia de que su madre había descubierto que escapó conmigo la noche anterior; ella prometió no castigarla si yo iba a "cenar" con ellos.

Suspiré antes de levantarme, tal como esperaba ambos me miraban con una mueca burlona en el rostro.

—Así que es hora de conocer a la temida suegra

—¡Cállate, Dust!

—¿Irás, Scar?— me preguntó Drágon.

—Pues claro, no voy a dejar que castiguen a Agnes por mi culpa.

—¿Por qué siento que estás nerviosa, Scar?

—Porque estás loco Dust. —Iba a darle un golpe, pero Drágon me puso una mano en el hombro.

—Debemos planear muy bien qué dirás, si no quieres que descubran que eres miembro de la Unión, además... —una sonrisa misteriosa apareció en su rostro y dudé en preguntar.

—¿Además?

—Yo recuerdo que, cuando eres invitado para una comida la tradición dicta que lleves algo comestible.

—¡Claro! En mi país también existe esa tradición —le secundo Dust.

—¿Y qué? ¿Se supone que lleve a un donador a la cena? —me mofé, aunque una idea ya se arremolinaba en mi mente.

—No seas boba, debes llevar algo para que ellos coman. Y si está hecho con tus propias manos ganarás puntos extras.

—Esto no es un juego de video Dust —le recrimine—. Aunque supongo que... no es tan mala idea. Siempre se puede sacar una receta sencilla de internet.

—¿Y para saber cómo quedó?

Los miré unos momentos, por alguna razón ellos parecían más entusiasmados que yo con mi visita a la casa de Agnes. Los entendía hasta cierto punto, pues nuestras existencias habían sido dedicadas casi enteramente a la Unión, Si no estábamos en peligrosas misiones estábamos entrenando ferozmente para las mismas. Los pocos ratos de dispersión que teníamos eran cuando íbamos al Sirenia o a algún otro bar parecido.

Esta era la primera vez, al menos en el tiempo que yo había coexistido con ellos, que pasábamos por algo parecido a una relación o cualquier cosa que tuviera que ver con una vida humana normal.

Tampoco era que lo extrañáramos o lo necesitáramos, al menos eso creo yo, solamente que se trataba de algo nuevo.

Así que una hora después estábamos los tres en la cocina de la Unión, acompañados también por Deborah. Cuando le dije lo que deseaba ella me sonrió y aceptó sin preguntar.

Pausé el vídeo que reproducíamos en la tablet de Dust para cerciorarme de que las cantidades que habíamos medido eran las correctas.

—Parece que todo está correcto, ahora hay que comprimir las galletas hasta volverlas moronas.

Realicé la operación sin mayor dificultad y luego mezclamos el polvillo con mantequilla y azúcar para después aplanar la mezcla en un molde.

—Ahora entiendo cómo se sienten los alquimistas... —comenté mientras vaciaba en la mezcladora las cantidades medidas de leche evaporada, queso y crema.

Puse después algo de jugo y ralladura de limón a la mezcla. Cuando estuvo listo apague la máquina y Deborah se acercó; con una cucharita probó la mezcla y luego de saborearla por algunos instantes asintió.

—Quedó perfecta, ahora solo hay que vaciarla con cuidado en el contenedor que tenía las galletas molidas. —Así lo hice y al final metimos la mezcla al refrigerador.

Antes de cerrarlo pegué una pequeña etiqueta con mi nombre en el contenedor, no fuera que alguno de los humanos lo tocara mientras nosotros dormíamos.

—Jamás creí ver a la mortífera Scar preparando comida para una humana —comentó entonces Deborah con una sonrisa.

La miré un poco sorprendida pues no esperaba que ella supiera por y para qué era el pay de limón que habíamos hecho, yo no le había dicho nada.

—No eres la única gran investigadora de la Unión Scar, desde la vez pasada intuí que había alguien importante en tu vida —dijo, refiriéndose a la vez que me alimenté de ella pensando en Agnes—. Y luego, de pronto, tienes la tentación de preparar una comida humana, no es tan difícil sacar conclusiones —comentó con una sonrisa.

Drágon y Dust comenzaron a reír e incluso yo no pude evitar una sonrisa, vaya que éstos eran momentos bastante inusuales.

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Hola queridos lectores, me alegra que hayan llegado hasta aquí

Quiero platicarles que, para las fechas que estoy subiendo éstos capítulos, estoy participando en los NaNoWriMo, que es una especie de concurso/reto en el cual debes escribir una novela de más de 50 000 palabras en un mes. Es por eso que quizá tarde un poco en subir los capítulos. En compensación subiré dos el día de hoy.

Además de que ya nos estamos acercando al final de este libro, por lo que también me tengo que poner a idear la portada de RED VELVET, si alguno tiene alguna sugerencia me encantaría leerla.

¡Muchas gracias por llegar hasta aquí, por sus estrellitas y sus comentarios!

¡Sean felices!