18.- Atrapada
No pude evitarlo, cuando vi que Scar corría peligro mi cuerpo reaccionó y salté para ir en su ayuda. Y es que además pude sentir el dolor que recorría su cuerpo, fue algo extraño pues fue más bien como un eco de su dolor, algo parecido a lo que ocurre cuando estoy en medio del vínculo alquímico pero más distante. Además claro que Scar estaba bastante lejos de mí
Como fuere, alejé al vampiro más grande de Scar con un ataque de fuerza, que es algo parecido a la vinculación alquímica pero a la inversa, y luego me incliné para revisarla, aliviando un poco de su dolor mediante el mismo vínculo.
No fue hasta que acabé que me percaté de lo que había hecho, les había demostrado a otros miembros de la Unión que yo era una alquimista, así como uno de nuestros "poderes".
Scar se levantó con algo de dificultad, quería decirle que no se moviera pero sabía que no sería buena idea enfrentar a esos dos en el suelo. Contrario a lo que yo me temía los amigos de Scar se mostraron muy amables y prometieron no decir nada de mí. No estaba muy segura de poder confiar en ellos pero Scar pareció conforme con su respuesta así que yo también lo estuve.
Después de despedirnos comenzamos a subir las escaleras hasta la alta azotea. Tenía una sensación extraña en el pecho pues en ningún momento Scar me soltó de la mano, ni siquiera para poner su placa en la puerta para que se abriera
—¿Qué hacemos aquí arriba? —pregunté cuando me di cuenta de dónde estábamos.
—Supuse que querrías salir sin que las cámaras de la recepción te vieran —me comentó mientras el viento tibio golpeaba nuestros rostros.
—Emm... claro, supongo que es lo mejor. Aunque ¿planeas que saltemos?
Ella me miró con una gran sonrisa.
—Algo así, en realidad yo brincaré, tú solo te vas a quedar entre mis brazos. ¿Te dan miedo las alturas?
—No es eso, pero no a diario me aviento de un edificio de varios pisos.
—Me alegra que no lo hagas
Me acerqué un poco a la orilla pero Scar me haló de nuevo y me rodeó con sus brazos.
—No creo que sea buena idea que veas para abajo. Mejor cierra los ojos.
Sonreí, vaya que a ella le preocupaba realmente y eso era muy tierno. Me sacó de mis pensamientos cuando de pronto me tomó por las piernas y me cargó como si fuera una princesa. Sobresaltada, solo atiné a abrazarla con fuerza del cuello, ocultando el rostro en su cuello.
Entonces la gravedad desapareció a nuestro alrededor por unos segundos antes de que la sensación de caída apareciera. Me tensé, agarrándome a Scar con todas mis fuerzas aunque dudo que la hubiera lastimado, creo que incluso se me salió un pequeño grito.
Todo mi temor por la caída desapareció de golpe cuando aterrizamos ya que, aunque yo no sentí el menor impacto, el dolor apareció en el costado de Scar más suave que las veces anteriores, pero perceptible incluso para mí.
La miré directamente mientras me bajaba de nuevo al piso, en su rostro no había ninguna muestra de dolor ni de molestia. Sus ojos negros brillaban sobrenaturalmente con la luz de la luna. Pero no dejaría que su semblante tranquilo me distrajera
—¡Adria! Tú no deberías estar haciendo esfuerzos físicos, la plata es muy tóxica para ustedes —repetí—. limita su recuperación, puede que en otras ocasiones ya hubieras sanado completamente, pero la gravedad de la herida y la sustancia con la que se hizo convierte a ésta en una ocasión especial. Debes cuidarte más, reposar hasta que tu cuerpo termine de sanar. Según yo saqué toda la plata que había pero...
De pronto sus labios sellaron los míos, deteniendo mis palabras. Me olvidé completamente de lo que decía y mi mente se ofuscó completamente en aquellos labios suaves y fríos, luego de algunos segundos se separó, dejándome sin aliento.
—Admiro sobremanera tu lado alquímico, pero no necesitas preocuparte de más, prometo ser cuidadosa. En estos días solo entrenaré mi mente —me dijo sin quitar su mano de mi rostro.
—Espero que lo hagas —a pesar de que me volvía loca, debía ser firme para que no se lastimara más—. Gracias al doble vínculo que hemos hecho, ahora puedo sentir tu dolor, aunque no estemos en contacto físico, así que sabré si te malpasas.
Scar me sonrió, su mano bajó de nuevo por mi brazo hasta entrelazarse con mis dedos.
—-Anda, te llevaré a tu casa.
—No, debo ir a casa de Damaris... —me miró cuestionante—. Se supone que pasé la noche con ella, al menos es la versión oficial ante mi hermano y mamá —expliqué.
Ella solo asintió y comenzamos a caminar lentamente por las calles, al inicio bastante transitadas, aunque poco a poco y conforme nos alejábamos de la zona céntrica las calles se volvieron solitarias, silenciosas y algo frías.
Scar se quitó entonces el abrigo que llevaba y lo puso sobre mis hombros.
—Perdonarás que no te abrace para quitarte el frío, pero mi temperatura es mucho más baja que la tuya y sería contraproducente hacerlo —comentó con una sonrisa.
—No te preocupes, estoy bien —con la mano que ella no sujetaba me cerré bien el abrigo—. Además, ya casi llegamos, es esa casa azul de allí —señalé.
Llegamos y nos detuvimos en la puerta pero en lugar de soltarme Scar me atrajo de nuevo hacia ella.
—Volveré a verte muy pronto, mi tierna Agnes —me dijo suavemente, acercándose.
Me detuve de sus brazos para ponerme de puntillas y poder besarla, al igual que en las otras ocasiones sus besos eran deliciosos y sensuales, no me arrepentía en lo más mínimo de que estar con ella fuera mi primera vez besando y todo lo demás. De pronto una suave risita se escapó de sus labios.
—¿Qué ocurre? —pregunté intrigada.
—Tu amiga está del otro lado de la puerta, acaba de soltar varios grititos muy agudos —dijo sin quitar su sonrisa.
—Lo siento. —hice una mueca, apenada.
—No lo hagas, es algo gracioso en realidad —Volvió a besarme antes de separarse de mí a regañadientes.
—Recuerda reposar la herida, por favor. Nos veremos pronto..
Guardamos silencio unos instantes, sin querer a separarnos, hasta que Damy abrió la puerta y se quedó mirando a Scar sorprendida, era claro que pensó que ya se había ido.
Scar la saludó cortésmente antes de comenzar a caminar hacia la oscuridad, no bien pasaron dos minutos cuando Damy me abrazó con fuerza
—¡La vi, y las escuché! ¡Eso ha sido tan tierno! Anda, vamos dentro que tienes que contármelo todo.
Y así fue como pasé lo poco que quedaba de la noche y la mañana, narrando a Damy la noche que pasé y respondiendo a sus preguntas (Ocultando claro los detalles más íntimos). De manera que cuando regresé a mi casa estaba por demás desvelada y agotada, aunque sintiéndome bastante feliz.
Al llegar Elías y mamá preparaban y tomaban su desayuna en la cocina. Llegué y me quedé recargada en la puerta.
—Ya llegué.
—¿Cómo te fue hija?
—Tuve bastantes avances —una frase con mucho más sentido para mí—. Pero terminé agotada, así que voy a dormir un buen rato, a fin que hoy no hay reunión
Hasta ese momento Elías me había estado dando la espalda, entonces volteó y me miró con una cara bastante asustada.
—¡Pero hermana, no deberías dejar que te hagan chupetones! —exclamó escandalizado.
Asustada me llevé una mano al cuello, allí donde Scar me había mordido y miré preocupada a mi madre, podía sentir el calor de mi sangre en mi rostro.
Elías soltó varias carcajadas e incluso mi madre se tapó la boca para ocultar algunas risillas.
—¡Elías! —grité, molesta.
—No lo culpes, era algo que ya sospechábamos —lo disculpó mi madre.
—Tú solo nos lo acabas de confirmar, en realidad no tienes nada en el cuello.
Me senté, demasiado agotada como para pelear o intentar defenderme. Sería inútil ahora buscar alguna excusa y no quería mentirles tan directamente, mi madre me puso una gran taza de chocolate caliente frente a mí.
—¿Por qué sospechaban? —les pregunté.
—Vamos Agnes, un día conoces a una sexy vampira pelirroja que al parecer siente algo por ti. Y dos noches después te esfuerzas demasiado en convencernos de que vas a casa de Damaris a estudiar como si no lo hubieras hecho otras veinte veces antes —enumeró mi hermano.
—¿Estoy en problemas? —pregunté volteando hacia mi madre.
—Puede ser, pero te lo perdonaremos con una condición... Deberás invitarla una noche de estas a cenar con nosotros. Quiero conocerla bien, poder hablar con calma.
Suspiré resignada.
—Está bien, le diré que venga y les avisare.... —me interrumpió un gran bostezo—. Ahora sí, voy a dormir.
Al pasar junto a mi hermano le di un golpecito por haberme jugado esa broma, luego fui directo a mi cuarto a acostarme. Me dormí enredada en el abrigo de Scar que me había quedado.
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Ya estamos relativamente cerca de acabar, ya vamos más allá de la mitad. Les platico que tenía planeado que este libro estuviera en dos partes pero ¡La segunda parte ya se extendió bastante! así que lo haré en dos libros separados.
Una vez acabado BLUE VELVET, vendrá RED VELVET ¿Qué opinan?
Éste segundo libro ya está casi terminado, pero conforme los voy revisando y editando es que los voy subiendo.
¡Sean felices!
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