Capítulo 8 La Cita
—Me vas a decir ¿si o no?
—No se de que me hablas.
—¡Emma Penelope Hoult!
—¡Clarise Fiorella Lorens!
—No me digas Fiorella. —Digo enpujadola por el hombro en modo de juego.
—¡No se de que me hablas!
—No mientas Penelope te conozco, se que escondes algo.
Me recuesto en la almohada mientras me cruzó de brazos, Emma repite el gesto y se tiende justo a mi lado.
—Esta bien, esta bien — Dice al mismo tiempo en que fijo mi vista a su rostro. —Lo que sucede es que alguien me ha invitado a una cita.
—¡Yo sabía! — Digo volviendo a sentarme de un solo salto. —Por eso estabas tan pegada a tú celular, ¡estas hablando con un chico!
Esto de verdad me emociona tanto, Emma mi Emma ¡tiene una cita! Estoy tan feliz por ella. Me alegra que después de tanto tiempo decida salir con alguien.
—Me dije vamos Emma, tú puedes con esto ya debemos dejar de lado tus miedos.
—Estoy tan feliz por ti, ¿conozco al afortunado? —Pregunto con cierta curiosidad.
—Aquí es donde empieza el problema, lo conoces y muy bien.
***
Los nervios me consumen, bueno últimamente ellos están muy presentes en mi, solo que ahora no es por nada malo. ¡Emma tiene una cita justo ahora!
Recordando claro, que uno no me dijo con quién tenía la cita por lo que casi le sacó la lengua de la boca para que hablara, y dos, que me peleó por que casualmente el vestido que "yo debía prestarle" no lo encontrábamos en mi closet.
Llevo eso de dos horas esperando su llamada para saber que tal todo. Mientras espero mis manos pasan de la bolsa de papitas al vaso de refresco que tengo posicionado cuidadosamente en la cama, más específicamente dentro del espacio que aparece cuando cruzó mis piernas.
Que les digo tengo un hambre atroz y unas ganas infinitas de entrar al televisor y ahorcar al niñato de la película.
Una lagrima esta bajando por mi mejilla, a quién engaño son muchas acompañadas de unos cuantos quejidos y una nariz que me está picando demasiado. La película me puso sensible, bueno siempre me pone así.
Como no ves que la chica está enamorada de ti, niño tonto, su jardín está sucio por que el dinero lo utilizan para el tratamiento de su tío. Y ¡oh vamos! Los huevos que te da no te darán salmonera ¡Ella limpia a sus gallinas!
Un sorbo de refresco y unas cuantas lágrimas después y mi celular suena.
Al fin
Doy un brinco para tomar mi celular que esta en la mesa de noche, no sin antes dejar caer el despertador nuevo que me compró mamá ayer.
Me va a matar
Con la boca llena de patatas y limpiando las lágrimas de mi rostro contestó.
—Emmyy...cumu te fuu? —Entiendase mi mensaje por hablar con la boca llena.
—¿Clari?
—¿Emmyy?
Despegó el celular de mi oreja al percatarme claro, que la voz que procede de la bocina, uno no es de Emma y dos, ni siquiera es de una chica.
Trago con cierta dificultad y vuelvo mi vista al móvil que refleja un número desconocido, no sé por qué mi corazón a empezando a palpitar más rápido. Cierro mis ojos, por que creo reconocer esa voz y vuelvo a posicionar el celular serca de oreja.
—¿Clari?
–Sí, ¿Con quién hablo?
—Soy yo Clari, podrías abrirme la puerta es urgente.
Sin dudarlo dos veces cuelgo y con el corazón a mil corro hacia la puerta de mi casa, doy un suspiro y posó mi mano en la perilla, la giro con cierto cuidado y abro la puerta.
—¿Que sucede?
–Es Emma Clarise, no quiere salir del auto, solo me dijo que la trajera aquí, pero se niega a salir del auto. No se que sucedió, pero esta intranquila no ha parado de llorar yo, yo solo la encontré de casualidad en el parque, estaba caminando y...
No se con que tanta fuerza terminó empujando al rubio, solo se que en menos de diez pasos estoy en la ventanilla de su auto y como él me ha dicho allí esta Emma, sus mejillas están rojas y sus ojos cerrados, puedo ver las lágrimas cayendo por su rostro.
—¡Emma! —Exclamó
Ella abre sus ojos y fija su vista a mi rostro, yo desvío la vista de su cara a sus manos —¡Dios, esta temblando! —Sin pensarlo dos veces intento abrir la puerta, pero esta tiene seguro.Giro mi rostro en dirección al rubio y le grito, le ordenó para ser exacta.
—¡Quita el seguro de la puerta maldición!
Las manos de este pasan de su cuello a los bolsillo de sus pantalones en un dos por tres, empieza a rebuscarse, yo vuelvo mi vista a mi amiga quién nuevamente cierra sus ojos, mientras sus manos no dejan de temblar. —¡Qué te paso Emmy!
—¡Por los mil demonios! Abre la puerta, ¡Steve, Quita el estúpido seguro!
Cuando percato el sonido del seguro al abrirse con la mayor rapidez abro la puerta, Emma se tira a mis brazos y solloza con fuerza. —¿Qué te paso cariño? —La estrujo hacia mí e intento sacarla del auto.
Steve se acerca y toma el brazo de Emma, no sin antes mirarme para pedirme autorización o algo para poder hacer eso, asiento y entre los dos la llevamos a la entrada.
—¿Que pasó Emmy? ¿Qué sucede? —Le preguntó al momento en que la sentamos en el sillón de la sala.
—Él, él —Ella vuelve a cerrar sus ojos y suelta un quejido.
—¿Quién Emma?
—Él Clarise, él pasó su mano por mí cara—Emma pasa su manos en un gesto muy desesperado por su rostro.
—Hablas del chico, con él que tenías una cita, ¿Ese infeliz te hizo algo?
—No, no, él no.
—¿Vamos Emmy quién?—Preguntó con desesperación.
Emma vuelve a cerrar los ojos y se abraza así misma. —¡No está bien! —Me intento acercar, pero la mano de Steve me detiene, lo miro con cierta furia. —¡Dejame acercarme a mi amiga!, posiblemente alguién le ha hecho daño y tengo que saber quién, ¡tengo que saber quién!
—No la presiones Clarise, deja que se tranquilice, ya hablara.
—Tiene razón Clarita, deja que se calme.
—¿Qué haces aquí?
5 horas después
—No es justo, ¡no es justo!
—Muchas cosas en esta vida no son justas Clarita.
—Pero...
—No pasa nada, siéntate.
—No, no puedo.
—Vamos Clarita, mira como estas.
—¡Viste como esta ella! Dios, lleva llorando todo el día, no es justo, no es justo.
—Siéntate Clarita, por favor.
—No, no lo haré, no, si mamá no puedo hacer nada, yo sí lo haré.
—Los papás de Emma están en la comisaría desde temprano, Vamos Clarita calmate.
Sigo caminando de un lado al otro en la sala de mi casa, mi cabello está hecho un asco de tanto que me he rascado con desesperación, Daniel me mira serenamente mientras apunta al sillón—Si quiere que me siente, no lo haré —Sigo caminando, doy vueltas, no se que hacer, esto simplemente, ¡No es Justo!
—¡Demonios Clarita ya! Mira como estas, mira tú cabello, tus manos están rojas de tanto que las estrujas, respira y siéntate ya paso.
—No, no pasó ¡Dios! Te imaginas que le fuera hecho algo, te imaginas que la fuera... No, no—Niego con desesperación ante la idea de que algo así le fuera pasado a Emma a mi Emma. —No Daniel, no ha pasado, no hasta que lo atrapen.
—Escuchaste a tú mamá, sin una descripción exacta no pueden hacer nada, y Emma dice que no haberlo visto bien.
—¡No es justo! Entonces que ese hombre siga amedrantando a más chicas como Emma o como yo.
—¡Por Dios Clarise calmate! —El escuchar mi nombre dicho por Dan al saber que nunca me dice así me hace frenar, respiro un poco y decido tenderme sobre el sofá. —Todo esta bien sí, a ver mírame —Volteo mi vista a su rostro.— Ya paso, Emma esta bien y no volverá a pasar confía en mi, esta bien.
Quiero creerle, quisiera creerle pero la idea de que alguién así esté por la calle aún, me aterra, puede ser que Emma alcanzará a correr, pero que fuera pasado de no hacerlo, que fuera pasado de no encontrarse con Steve. Es algo que no quiere parar de dar vueltas en mi cabeza.
—Todo estará bien. — Dan posa sus manos sobre las mías, doy un suspiro y alzó la comisura de mi labio en verdad esta intentado calmarme. —Estará bien Clara de huevo.
—Gracias Dan—Digo
Entonces la puerta de entrada de la casa se abre, mamá entra y detrás de ella —¡Oh por Dios! . —Lo primero que hace él es centrar su vista en mis manos, mejor dicho en las manos de Dan que están sobre las mías.
Como reflejo inmediato las quito lo que deja a Dan un poco desconcertado, sin embargo no emite ningún comentario al contrario se levante del asiento y se dirige junto a su hermano.
—¿Cómo esta? —Pregunta mamá.
—Un poco mejor, justo ahora está dormida... mamá —Alzó mi rostro para verla mejor.
—Lo sé cariño, ven aquí. —Dice y mi garganta se hace nudo, dejo caer mi cabeza en su abdomen y empieza a acariciar mi cabello. —Ella está bien amor, no pasa nada, no paso nada.
Sin evitarlo un quejido se escapa de mi garganta y mamá presiona mi cabeza un poco más a su cuerpo, dejo salir todo aquello que había estado acumulando todo el día y lloro, lloro por qué me siento indefensa ante la situación, lloro por qué no se como hacer que Emma se encuentre bien, lloro por qué no me imagino lo horrible que se debe de sentir luego de que ese hombre pasara sus manos por su cuerpo, lloro por qué no se que hubiera pasado de no haber podido escapar de aquel asqueroso, lloro por qué no me imagino a mi mejor amiga más rota de lo que ya esta, lloro por qué no puedo ayudarla, lloro por qué por muchos años fue mi soporte y hoy solo he servido para presionarla, solo que no se como actuar, no se que pensar, no se que hacer, solo soy una chica imaginando lo peor de una situación y pido disculpas por hacer todo mas complicado de lo que ya puede ser.
—Lo siento. —Expresó en un suspiro.
—No pasa nada cariño, esta bien que llores, es bueno dejar salir todo amor, solo te pido algo, cuando Emma se levante quiero que la abraces y no la sueltes en un buen rato esta bien, creo que lo necesitará y no solo ella, creo que ambas lo necesitarán.
Asiento limpiando las lágrimas de mi rostro, mi vista se fija por un instante en Jhoe, el me está mirando, yo solo lo miro y veo que me saluda, le devuelvo el gesto. No siento nervios ni nada por el estilo al verlo, en este momento solo pienso en Emma, en mi Emmy.
Mamá me dice algo sobre ir a hablar con los padres de Penelope, yo asiento y me recuesto en el mueble, sin darme cuenta de que ambos chicos se sientan junto a mi, uno a cada lado.
—Dan me platico de la situación y no dude en venir.
Su voz siempre ha sido dulce para mí, pero está vez suena diferente, un timbre de preocupación emana de su boca y me hace querer mirarlo, lleva colgando sus gafas de sol en el cuello de su camiseta gris, aún no me explico el por qué siempre debe tenerlas, solo puedo decir que sus ojos son hermosos y no deberían de ser ocultos. Sin embargo trato de evadir cualquier pensamiento que me hace querer seguir observándole y le agradezco por venir, a él y a Dan, sin duda alguna fue de mucha ayuda, aún no entiendo el porqué supo de la situación, en realidad hasta ahora se me da la cabeza para pensar el porqué Dan apareció frente a mi casa cuando Steve llegó con Emma.
Lo miró confusa y él lo percata, creo que mi cabeza se ha inclinado hacia un lado y mis ojos se han entrecerrado estoy uniendo cabos y mi cabeza está sacando cientos de conclusiones. Jhoe me observa pero le ignoro, mi vista sigue fija en el castaño de ojos azules, el menor de los dos, él que hoy apareció de la nada.
"Aquí es donde empieza el problema, lo conoces y muy bien"
¿En realidad lo conozco bien? Conozco a Daniel, ¿yo conozco a Daniel? Las palabras de Emma dan vuelta en mi cabeza y no puedo evitar dejar caer mi mandíbula mientras sigo observado a Dan ¿Es él?
No, no puede ser él.
—¿Sucede algo Clarita? —Pregunta a lo que yo niego rápidamente.
—¿Qué pasa? Estas pálida. —Dice Jhoe al momento en que dejó de observan a Dan. — ¿Quiere que te traiga agua? Bueno no se donde estarán los vasos, pero si me indicas con gusto puedo...
—¿Eres tú? —Exclamó señalado nuevamente a Dan. —¿Daniel eres tú?
–¿De qué hablas Clari?
–No, no puedes ser tú —Digo posando mi mano en mi rostro. —¿Tú, tú por qué llegaste? —Preguntó.
—¿No quieres que esta aquí Clari? —Pregunta y se que lo he confundido.
—No, no Dan no es eso.
—¿Entonces de que hablas Clarita?
Suelto un suspiro, mi mente está dando vueltas, los pensamientos me traicionan estoy sacando conclusiones sin motivos, pero es que... —Suelto un suspiro—Esto me está volviendo loca.
Si él de verdad es él, ¿tendría culpa? Aún no conozco toda la historia, pero si él sí es ese chico, ¿dejaría sola a Emma?
Jhoe posa su mano sobre mi pierna, no sé qué intenta, creo que trata que yo vuelva en sí por qué me da una ligera sacudida y lo miro a los ojos. ¿Cómo pueden dilatarse así sus pupilas? —Vamos Clarise no es momento para hablar de eso — Cierro mis ojos un instante y digo lo que se.
—Emma tenía una cita, después de mucho tiempo decidió tener una cita, me pidió un vestido y se puso bonita, lo sé por que me envió fotos, aunque ella siempre está hermosa, El problema fue en que no quiso decirme con quién saldría.
–Que pasa con eso Clarise, ¿piensas que su cita fue quien le hizo eso?
–¡No Jhoe! —Exclamó a lo que el da un ligero salto—Lo siento, solo digo que no, ella dijo que no fue él, sin embargo sí tal vez el no la fuera dejado sola si tan solo supiera donde estuviera Emma en ese momento, si tan solo supiera quien es él, Emma me dijo que lo conocía y muy bien, y luego, luego de eso Dan se aparece aquí así de la nada.
—¿Tratas de decir que Dan fue su cita? —Indica Jhoe sorprendido y yo asiento despacio, el fija la vista en su hermano quien frunce el ceño.
—Dan, tú, tú eras la cita de...
—No Clari, Dan no era mi cita.
Emma habla desde las escaleras, no puedo evitar sobresaltarme, ella baja despacio, su cabello está hecho un desastre, puedo decir que esta peor que el mío, el vestido negro que le preste tiene una tira abajo y esta sin zapatos, la marca del rímel está sobre su mejilla sin duda alguna se ve muy mal, muy muy mal.
Como puedo me levanto, pero Dan me gana de manos y la toma del brazo ayudándola a bajar, ella se estabiliza justo frente al mueble, Jhoe se levanta para cederle su asiento, ella niega y se queda allí frente a mí parada, sujeta del brazo de Dan.
—Te contaré, siéntate.
Dice y obedezco, le pide a Dan que se siente también, él le dice que si estará bien sin sostenerla, ella asiente y el también toma asiento. Emma pasa sus manos por su cabello y supiera lentamente.
Mi vista se fija en sus nudillos, están rojos no hago caso y me concentró en escuchar las palabras que salen de su boca, habla tan rápido que no se como de cierta manera le estoy entendiendo, sus palabras van seguidas de un ligero quejido cada vez que la historia avanza estoy dispuesta a levantarme para abrazarla pero la mano de Jhoe me detiene, lo miro por un segundo y el solo me indica que la deje terminar. Me doy cuenta de que es lo correcto debo dejar que libere todo lo que lleva retenido, dejo dejar que cuente todo si eso la hace sentir de cierta manera mejor.
En mi mente se recrea la escena de una Emma indignada, al darse cuenta que lleva esperando una hora y el chico de su cita no ha llegado. Sus manos pasan de estar juntas a estar sobre sus rodillas, la frustración la consume al darse cuenta que los minutos en su teléfono avanzan.
Esto no le puede estar pasando, no de nuevo.
Suelta un suspiro y rasca su brazo, de verdad que se siente fatal, se había creado miles de escenarios para esta cita, pero nunca uno donde terminara sintiéndose vacía y con ganas de llorar, sin pensarlo dos veces al darse cuenta que el tiempo avanza, se pone de pie toma su bolso y empieza a caminar.
Aunque van hacer casi las once del día la mañana está fría, muy fría, el clima de octubre se hace presente muy rápido. Emma abraza sus brazos desnudos y camina hacia las afueras del parque, debe buscar la manera de llegar a casa.
Sumida en sus pensamientos no se percata de que ya a avanzado un poco más allá de la parada de autobús, cuando ve que empieza a ponerse oscuro a su alrededor alza su vista, se pregunta donde está y empieza a dar la vuelta a ver que ese lugar se ve todo menos seguro.
Presiona su bolso con su brazo y camina lo más rápido que puede devuelta, pero unas manos la detienen, una que se aferran a su brazo, el sitio es oscuro no puede detallar su rostro solo una incipiente barba que sobresale de su cara simplemente es Asqueroso
Su risa invade sus odios, ella solo grita, lo que está sucediendo la invade de pánico, el hombre quiere tomar su bolso y ella lo deja , el problema aquí no es el bolso es que, él hombre no quiere soltar su agarre.
–Es todo tuyo, déjame ir —Exclama en desesperación.
—Pensándolo bien mi reina, no quiero el bolso —Dice y sus sucias manos se dirigen a su rostro. —Te quiero a ti, muñeca.
Su voz se vuelve más gruesa y la malicia brota por sus poros, las piernas de Emma tiemblan, pero aunque la consume el miedo no piensa rendirse y sigue luchando para que ese hombre la suelte, el intenta retenerla con ambos brazos, pero es débil sus agarre no es tan fuerte, Emma logra moverse justo cuando las manos de ese hombre empezaban a subirle el vestido un tacto que le generó arcadas, quería vomitar en ese instante pero era más importante huir, huir de ese lugar. Con todos sus esfuerzos logra zafarse.
El hombre intenta volverla a sostener, pero recordado lo que un día Jeremy le enseñó, Emma soltó un solo golpe uno lo suficientemente fuerte como para aturdirlo, uno justo en la nariz, un golpe que hizo que el hombre se doblará en sí y le deseara la muerte, omitiendo el sin fin de ofensas que el hombre emanaba de su boca Emma corrió, corrió como nunca lo había hecho, corrió tanto que llegó nuevamente al parque.
Se dobló en sí y soltó un grito, se sentía sucia, por poco ese hombre le hace daño. Con lágrimas en los ojos decide examinar el lugar en búsqueda de alguna señal de peligro, debe irse lo más rápido que pueda, quiere ir a casa, no, quiere ir con Clarise quiere estar con ella, quiere un abrazo de ella.
Sin más cruza la calle sin ver a ambos lados, el sonido de un carro la hace voltear esta justo en frente de una camioneta gris, una camioneta que recuerda perfectamente, la camioneta que quedó en recogerla hace un año cuando fue Steven el que la invitó a una cita y nunca llegó.
Corrió no tenía opción y golpeó la puerta, Steven sin duda alguna abrió, preguntó qué pasaba pero Emma sólo podía llorar, no lo volteo a ver, solo se acurruco en el asiento del copiloto y lloro.
—Llévame donde Clarise Por favor.
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