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Capítulo 9

Pov- Mike

-¿Te duele mucho?

Mis ojos se dirigieron a Scott, quien estaba frente a mí, agarrando mi mano con cuidado y mirándome con atención, yo negué lentamente.

Llevamos unos cuantos minutos en la enfermería.

La enfermera me puso una especie de pomada alrededor de la muñeca, donde tenía una notable marca roja.

Yo estaba sentado en la camilla, entreabrí las piernas un poco, Scott se posicionó entre ellas de inmediato, podía sentir mis mejillas arder. Suerte que la enfermera había salido.

Scott acaricio mi mejilla con suavidad, agarre un poco de su camisa y lo mire a los ojos, nos quedamos mirándonos unos segundos, luego él se inclinó un poco hacia mi, me relamí los labios y mire con ganas los de él.

Solo bastó una rápida mirada a sus ojos para que el captara lo que quiero, mi pulso se aceleró cuando él puso sus manos en mi cintura y sin más, me besó. Abrí la boca de inmediato y ambos comenzamos a besarnos apasionadamente, lo rodee con mis piernas para acercarlo aún más a mi.

¿Qué es esto que siento dentro de mi?

Es como si tuviera mariposas revoloteando en todo mi cuerpo, no solo en el estómago, a parte de la extraña felicidad en mi interior.

-M-Mike...

La burbuja de felicidad en la que me sentía se rompió en un instante. Me aleje rápidamente de Scott al escuchar la voz de Steve.

Él estaba en el marco de la puerta, mirándonos con los ojos y la boca como platos, mire a Scott, el miraba a Steve con fastidio.

-¡Steve! ¿Q-Que haces aquí?

El me miró a los ojos con vergüenza cuando le pregunte eso, su rostro estaba muy rojo ahora.

-P-Pues me contaron lo que pasó... Y v-vine a ver que tal esta-abas... -Dijo mirando de reojo a Scott.

-Ah... Estoy bien -Dije pasándome una mano por el cabello, y mirándolo. El asintió y soltó una risita nerviosa.

-Lamento interrumpir, no sabía que estabas con tu novio.

Ahora el que se puso más rojo que un tomate fui yo al escucharlo decir eso con tanta inocencia mientras miraba desde Scott hacia mi.

-El no...

-Para la próxima toca a la puerta -Dijo Scott interrumpiéndome, y mirándolo con una sonrisa burlona. El asintió frenéticamente.

-¡Ya me voy, Mike hablamos luego! -Se despidió con rapidez y nerviosismo. Parecía estar un poco fuera de sí.

-Bue...

El portazo que dio en cuanto salió hizo que me quedara con las palabras en la boca, ¿Qué le pasa?

Suspire mirando a la puerta.

-Siempre hay algo que nos interrumpe -Gire el rostro lentamente hacia Scott en cuanto mascullo eso por lo bajo.

¿Hasta dónde quiere llegar Scott conmigo? Pero, sobre todo, ¿Cuáles son sus verdaderas intenciones?

Lo que siento por él es cada vez más fuerte, pero aun si no puedo bajar la guardia, ya que honestamente no tengo ni idea de quien es realmente Scott.

-¿Qué es lo que quieres de mi Scott? -Pregunte en un susurro, es mejor tener todo claro para no hacerme falsas ilusiones.

Él se quedó mirándome, se hizo un silencio sepulcral que me hizo preocupar, ¿Por qué no responde?

Porque no tiene ninguna respuesta.

Agache la cabeza de tal manera que mi cabello cubrió mi rostro.
Me comenzó a doler mucho la cabeza, quiero irme de aquí.

-Me iré a casa, nos vemos luego -Dije dándole una rápida mirada mientras me bajaba de la camilla y caminaba hacia la puerta.

-Te llevaré.

-No hace falta -Respondí de inmediato.

Lo que necesito en este momento es alejarme de él.

-Ya te he dicho, te llevare -Respondió con voz firme mientras abría la puerta de la enfermería y me tomaba de la mano.

Tragué duro y mire nuestras manos, suspiré resignado y me deje llevar por él.

Tuvimos que escabullirnos hasta el estacionamiento para que ningún profesor nos viera, en cuanto Scott prendió el auto aceleró a toda velocidad, vi sus nudillos, aún estaban irritados, y le salía un poco de sangre, me siento culpable.

-Entra conmigo -Dije en cuanto el estaciono frente a la casa, el me miro y asintió, ambos bajamos y entramos a la casa.

Me dio un pequeño tic en una ceja al notar que ni Alex ni Damien estaban aquí, y supuestamente hoy era el día libre de Damien, ¡lo sabía! Ellos querían que me fuera con Scott.

La pregunta ahora es, ¿Por qué?

Cerré la puerta luego de entrar y deje mi mochila sobre el sofá.

-Ven -Le dije a Scott mientras subía las escaleras directo a mi habitación, él me siguió.

-Siéntate -Señale mi cama, él arqueó una ceja y me sonrió con perversión, lo fulmine con la mirada y me dirigí a un estante, tome el kit de primeros auxilios y me acerque a él.

En silencio comencé a pasarle un poco de algodón con alcohol sobre sus nudillos.

-Scott... Gracias -Dije con algo de timidez, el asintió levemente.

-Quiero que te mantengas alejado de ese hombre -Lo miré algo sorprendido, eso sonó como una orden.

-No tienes ni que decírmelo -Dije mientras abría una caja con banditas. Después de lo que sucedió hoy no tengo ni el más mínimo interés en acercarme a Austin.

Me mordí el labio inferior y sentí mi rostro calentarse al ver la mirada de confusión y diversión que tenía Scott mientras veía el desastre que le hice en las manos, en sus nudillos lastimados puse unas diez benditas de dibujitos.

-Podría haberlo hecho yo mismo -Dijo mirándome a los ojos esta vez, hice un pequeño puchero.

-Pero yo quería curarte -Dije agarrando sus manos, no estaba tan mal. Bueno, ya no estaba sangrando.

-Está bien, gracias...

Trate de reprimir la sonrisa en mis labios al escucharlo decir eso, levante la vista a sus ojos y me dio un vuelco al corazón al ver que me miraba con ¿ternura?

Me mordí el labio y aparte mi mirada de él, con movimientos nerviosos guarde todo lo del kit de emergencia.

-Ya puedes irte -Dije mirando con distracción alrededor.

-Bueno -Lo escuche suspirar y levantarse de mi cama, mire de reojo como se quedaba mirándome, luego camino con un paso lento hacia la puerta.

-Y sobre lo que me preguntaste... Lo quiero todo de ti.

Bum, bum, bum, bum, bum, bum.

¿Hace falta más explicación? Yo creo que no.

Sonreí como idiota en cuanto el salió y cerró la puerta. Tape mi rostro con una almohada y me quedé dormido.

POV- Steve

No puedo creer lo que acaba de pasar, vi a Mike besándose con ¡Otro chico!

Mi cabeza da muchas vueltas en este momento, es la primera vez que veo algo así en la vida real. Pensé que eso solo pasaba en los mangas yaois.

Me gustó mucho ver lo que hacían. ¿Eso significa que soy un pervertido? ¿Me iré al infierno?

Sentí mi rostro muy caliente.

Con la cabeza agachada para que no vieran mi sonrojo, me dirigí al baño de hombres.

En cuanto entre me eche agua en el rostro, tengo que olvidar lo que vi.

¡Arghhh! ¡Pero es que se veían tan lindos! No puedo sacarme de la mente como el chico de ojos grises agarraba a Mike con tanta delicadeza, como si fuera de cristal, y Mike estaba tan sonrojado.

Tal y como en un manga.

Sin poder evitarlo lancé un chillido de emoción.

Me quedé unos segundos mirando mi reflejo en el espejo, cuando pude calmarme un poco salí de allí, aún me quedaba una hora de clase.

. . .

En cuanto tocó la campana me levanté de un tirón, tengo que buscar a Mike, mejor dicho... Tengo que ver qué están haciendo Mike y su novio, ¡¿Se habrán puesto calientes e hicieron yaoi en la enfermería?!

-Steve.

Mire a Kai, estaba frente a mi, mirándome con preocupación.

-¿Qué pasa? -Le pregunté mientras salíamos del salón.

-Te está saliendo sangre por la nariz... -Dijo mirándome extrañado, yo me sonroje y saqué un pañuelo de mi bolsillo, ¡Qué vergüenza! Me limpie inmediatamente.

Kai es muy puro e inocente para saber porque me pasa esto.

-Sabrá Dios que cosas pervertidas andas pensando.

Lo mire con sorpresa en cuanto dijo eso con un tono burlón, ¡Si lo sabe!

-Para nada, Kai tengo que irme, ¡Adiós! -Dije mientras me alejaba, el arqueo una ceja y sonrió pícaramente.

-Claro... Seguro tienes muchas cosas que hacer.

¿Es mi imaginación o él dijo eso con un tono perverso? Tragué duro y sin quitar el pañuelo de mi nariz me aleje.

Camine hacia la salida del instituto.

Kate estaba hablando con Tyler, el profesor de inglés y al idiota que le rompí el celular, rodé los ojos al recordar que tengo que ir a su casa esta tarde, ambos estaban riendo y hablando, parecen ser muy cercanos. Me quedé mirándolos unos segundos, di un respingo cuando Tyler me miró desde donde estaba, me miraba directamente a los ojos, juro que lo vi sonreír diabólicamente por un segundo, me dio un escalofrío, me di rápidamente media vuelta y salí corriendo hacia la calle.

Camine hasta mi casa con rapidez, el cielo estaba nublado, llovería en cualquier instante y no traigo ningún paraguas conmigo, así que mejor me doy prisa.

Lamentablemente para mi, mi casa está muy lejos, demasiado.

Comenzaron a caer gotas del cielo cuando me faltaban unos diez minutos para llegar, comencé a correr, de repente comenzó a llover con mucha fuerza, abrace mi mochila en un vano intento de que no se me mojaran los libros, seguí corriendo unos cuantos minutos más, me sentí aliviado cuando vi que no habían muchas casas alrededor, eso significaba que estaba llegando a la mía, y es que mi casa está alejada de la ciudad.

. . .

En cuanto llegue a la puerta de entrada toque el timbre repetidamente, Carla, el ama de llaves, me abrió de inmediato. En cuanto entre todo mojado ella me quito la mochila y me mandó a bañar.

-Ve antes de que cojas un resfriado -Respondió mientras sacaba mis libros húmedos, yo asentí y subí al segundo piso para ir hacia mi habitación.

De reojo vi como Carla comenzaba a secar las hojas de mis libros con una secadora de cabello.

Fui al baño y entré a darme una ducha. En cuanto salí me puse algo simple y baje al primer piso.

Carla seguía secando los libros.

-Te ayudaré -Dije mientras la miraba, ella sonrió y negó.

-No, ve a comer, tu comida está sobre la mesa -Dijo sin dejar de hacer lo que estaba haciendo.

-No tengo hamb... -El sonido de mi estómago me interrumpió, ella arqueó ambas cejas, yo sonreí apenado y la mire. Carla es una mujer de unos cuarenta años, es rubia, un poco rellenita y tiene ojos claros.

Camine hacia el comedor y vi toda la comida, me senté, comí solo y en silencio, como siempre.

Mis padres nunca están en casa, solo los veo por las mañanas, unos cuantos minutos y ya.

No es que me importe, ya estoy acostumbrado a no verlos, considero a Carla mi madre, desde que tengo memoria ella es quien siempre ha estado ahí para mi.

Cuando decidí escaparme a Italia ellos ni cuenta se habían dado, se enteraron porque Carla les contó muy preocupada, tenía que llevármela a ella también. Sin poder evitarlo una triste sonrisa invadió mis labios, suspiré y seguí comiendo.

Cuando termine subí nuevamente a mi habitación a echar una siesta.

. . .

En cuanto desperté miré la hora en mi celular, eran las cinco y media de la tarde, bostece y me levanté de la cama, mis dientes castañeaban ante el increíble frío que había, con pesar note que deje la puerta del balcón abierta, suerte que el agua no entró en mi habitación.

Tome mi toalla y me dirigí al baño para tomar una ducha caliente...

Me vestí despreocupadamente y luego baje al primer piso, Carla estaba en la cocina.

-Saldré hoy, ¿Donde está Freddy? -Le pregunté mientras tomaba una de las manzanas que había sobre la mesa.

Freddy es el chófer, personalmente, me gusta ir a los lugares por mi mismo, pero la lluvia había vuelto mierda los caminos, tardaría tres días en llegar a la casa del profesor.

-Está afuera, ponte un abrigo y no vengas muy tarde -Dijo echándome una mirada mientras pelaba una papa, asentí y subí a buscar un abrigo...

En cuanto salí de la casa vi a Freddy, estaba hablando por teléfono, me sonrió en cuanto me vio y me hizo señas para que me acercara, y eso hice.

-Hola Fred, necesito que me lleves a este lugar -Dije mostrándole la dirección en mi celular en cuanto él colgó el suyo.

-No hay problema -Dijo mirando la dirección, abrió la puerta trasera para mi, entre en el auto, luego él se subió delante.

Durante todo el trayecto me lo pase chateando con Kate y con Kai, le envié un par de mensajes a Mike pero aún no ha respondido.

-Llegamos -Levanté la vista de mi celular al escuchar aquello, mire a través de la ventana y lance un silbido de sorpresa.

¿Aquí vive el profesor?

Mire el lujoso complejo de apartamentos frente a nosotros.

Me baje del auto y me despedí de Freddy, luego me acerque a la puerta de entrada, allí había un guardia de seguridad.

-Buenas, estoy buscando al profesor Tyler... Ackerman -Dije mirándolo, el asintió y tomo un teléfono en el cual marco tres números.

-Hola.... Profesor Ackerman, aquí hay un... niño.... Buscándolo... Si... Ok. -Arquee una ceja al ver cómo me miraba de arriba abajo, con un poco de compasión. Otro guardia llego y me miro con algo de pena.

-Puedes pasar, piso 125 -Dijo mientras se abría la puerta automática, asentí mientras ellos se ponían a hablar, comencé a alejarme.

-¿Otro más? Este parece de unos 15 o 14 años...

Fruncí el ceño y gire un poco el rostro, ellos estaban mirándome con pena y hablando en voz baja, ¿Otro más? ¿Qué quieren decir con eso?

Sin más camine hacia el ascensor, en cuanto entre presione 125, mis dedos estaban temblando, entre mis manos en los bolsillos de mi abrigo.

Respire hondo en cuanto el ascensor se detuvo y las puertas se abrieron, con cautela entre al apartamento, mirando alrededor con desconfianza, ¿Dónde está Tyler?

Todo estaba limpio, ordenado y para sorpresa mía todo se veía muy ¿acogedor?

Bueno, no se ve exageradamente lujoso y frío como la fachada del edificio por afuera, parece un lugar... normal.

Las paredes eran color melocotón, mis ojos se abrieron mucho al ver el enorme cuadro que había en una de ellas.

Había un enorme cuadro de dos hombres teniendo sexo, gire el rostro y lo mire desde todos los ángulos posibles. No se veía como algo sucio o pervertido, más bien se veía hermoso, cualquiera se quedaría embobado viendo eso.

-¿Te gusta?

Di un respingo y me gire rápidamente, Tyler estaba detrás de mi, a una distancia prudente, mirándome con interés, sentí mis mejillas teñirse de rojo, ¿cómo se supone que debo responder a eso?

-Me reservare mi opinión -Dije mirando alrededor, aun sin mirarlo pude sentir su fija mirada sobre mi.

No puedo olvidar las palabras de esos guardias. ¿Qué tal si yo tenía razón y este profesor es un violador? Después de todo es muy extraño que viva en este lugar tan lujoso, no creo que un salario de profesor pueda pagar esto. ¡¿Y si trafica órganos?!

-Siéntate, ¿Quieres tomar algo? -Arquee una ceja y lo mire con los ojos entrecerrados.

-No gracias -Dije negándome y mirándolo, el sonrió y se recostó de la pared.

-No hace falta que estés tan tenso.

-Algo me dice que no debo fiarme de ti -Respondí con total sinceridad mientras lo miraba, el ni se inmutó, en cambio sonrió y se acercó a mi.

-Suelen decirme eso muy seguido -Dijo encogiéndose de hombros y mirándome con falsa indignación. Yo solté una pequeña risa sarcástica.

-Me preguntó por qué será -Me cruce de brazos. Tyler parece el tipo persona malvada e inteligente con el que no quisieras toparte jamás en tu vida, al menos esa es la sensación que tengo de él.

Él se pasó una mano por el cabello y me miró sin expresión alguna, yo lo mire fijamente. Aunque algo me dice que él no es de fiar una parte de mi se siente atraída a saber más de él.

-¿Dónde están tus mascotas? -Pregunté mirando alrededor.

-Están por aquí, sígueme -Dijo mientras comenzaba a caminar por un pasillo, yo lo seguí de una vez.

-Steve... ¿Te gustan los animales?

El tono que utilizo me hizo ponerme en alerta.

-Algunos -Dije mirándolo, el asintió y me sonrió.

Saco una llave de sus bolsillos y la inserto en la cerradura de una puerta que estaba al final del pasillo. No sé por qué pero me siento como Anastasia Steele a punto de conocer la habitación roja de Mr. Grey.

Sacudí la cabeza para alejar esos raros pensamientos y mire lo que estaba haciendo Tyler.

-¿Tienes a tus mascotas encerradas en una habitación? -Pregunté con el ceño fruncido, el asintió y abrió la puerta.

-Suelen... Asustar a los invitados.

No entendí el significado de sus palabras, el entro en la habitación conmigo detrás,
Mire alrededor con sorpresa, esta habitación era como un mini hábitat para animales, solo que... No veo a ningún animal...

-¿Dónde est... ¡¿QUE DIABLOS ES ESO?!

Exclame asustado al ver la enorme cosa verde con cuatro patas que salió detrás de una mesa, me aleje hacia la puerta al ver que estaba caminando hacia acá.

-Es una iguana, se llama Jill -Respondió Tyler soltando una risita y agachándose para acariciar a la extraña cosa verde.

-No pretenderás que salga a pasear a esa cosa en la calle...

Dije mirando con horror como Jill sacaba su enorme lengua y lamia la mano de Tyler.

-Y no solo a ella, también a Tiff y a Scar -Dijo mirándome y riendo.

¡¿Hay más cosas de esa?! Mire con temor alrededor, mi boca se abrió mucho y mis ojos por igual al ver los pequeños tigres que estaban durmiendo en una esquina.

Este tipo tiene un zoológico aquí. De manera automática mi cuerpo se movió hacia los tigres bebés.

Me detuve al ver como sus ojos se abrían y se levantaban del suelo, casi muero de ternura al ver como uno de ellos aún adormilado se cayó.

-Acércate, no muerden -Dijo Tyler viendo el interés que tenía en los tigres.

Ni tuve ni que acercarme, ellos caminaron hacia mi y me miraron desde abajo, uno de ellos era blanco con rayas negras y ojos azules, y el otro era naranja con rayas negras y ojos negros.

-Son hermosos -Dije mientras me arrodillaba en el suelo, el blanquito se acercó y lamio mi mano.

-El blanco es Scar y el naranja es Tiff -Dijo Tyler mirándolos con orgullo. Yo los observe fascinado y tome a Tiff en brazos.

Luego mire con sospecha a Tyler.

-¿Traficas algo? -Le pregunté con cautela, si antes sospechaba de él ahora no tengo palabras para describir lo que pienso.

El me miro y riendo negó varias veces. Tyler no pasa de los 21 años, ¿Cómo es que tiene estas mascotas y este apartamento? O No es quien dice ser, o...

-Mis padres me los regalaron -Dijo mientras veía a Scar correr hacia él.

O su familia tiene dinero.

Bueno, eso le daría sentido a varias cosas.

-No creo ser apropiado para este trabajo, en mi vida solo he sacado a pasear a un perrito -Dije mirando con duda a Jill y a los demás.

-No lo harás tu solo, te ofrecí esto fue para que me ayudaras a cuidarlos -Dijo mirándome con comprensión, yo lo mire con sorpresa y asentí algo sonrojado.

-¿Por qué te sonrojas Steve? -Pregunto el con una ceja arqueada y una sonrisa ladeada.

-P-Por nada... ¿Los pasearemos hoy? -Pregunte algo nervioso cambiando de tema, el me miro por unos segundos y asintió.

Lo mire sacar tres collares con correas especiales, les puso una a cada uno, a mi me dio las de los tigres y el tomo la de Jill.

-¿Vamos? -Pregunto mirándome mientras caminaba hacia la puerta.

-Vamos.

Esta será una tarde muy larga...

[Pov-Mike]

El hambre que tenía hizo que me despertara, sin pensarlo dos veces baje corriendo al primer piso, todos estaban comiendo en la mesa.

-¿Por qué no me llamaron? -Pregunté haciendo un puchero y sentándome en la mesa.

-Te llame unas veinte veces, últimamente tienes el sueño muy profundo -Respondió Alex mirándome con curiosidad, yo me rasque la nuca algo nervioso y saque lo que me iba a comer.

-Así que... Cuéntanos que fue lo que sucedió con Austin -Mire a Damien, y luego mire a Scott, ellos me miraban expectantes.

Les hice un pequeño resumen de lo que pasó.

-Saldré un rato.

Mire con preocupación a Damien, tenía una mirada fría en sus ojos, y ese "Saldré un rato" incluye un "A ver a Austin"

Él se levantó de la mesa.

-Te acompañare -Dijo Scott a la vez que se levantaba, agarre su mano antes de que se alejara.

-No irán a ninguna parte.

Todos miramos a Alex en cuanto dijo eso, su tono era firme y autoritario, miró fijamente a Damien por unos segundos, haciendo que este se volviera a sentar, lo mismo para Scott.

-Es mejor pensar las cosas primero... -Dijo Alex con voz calmada, todos nos quedamos mirándolo.

-Scott y Mike pasaran la noche en casa de Sasha, ya que es la que está más lejos, creo que Austin intentará hacer algo esta noche. Al hacerle lo que le hizo a Mike delante de todos los demás se está exponiendo, y corre el peligro de que lo despidan del instituto, por lo que va a actuar muy pronto.

Todos algo hipnotizados nos quedamos mirando a Alex, mientras que su tono era suave en sus ojos había un brillo de odio mientras hablaba, de manera inconsciente mi cabeza asintió, los demás por igual. Alex nos dedicó una encantadora sonrisa. En momentos como este es que comprendo mejor la obsesión de Austin, y el enamoramiento desenfrenado que tiene Damien con Alex.

Y es que él es una persona especial.

Mire a Scott al sentirlo tomar mi mano por debajo de la mesa, le sonreí y entrelace nuestros dedos. ¿Será el mi persona especial?

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