Capítulo X
Sábado.
—Tú sí que tienes mala suerte Hayoung, en serio, no puedo creer que sea así de pequeña esta ciudad—suelto un resoplido después de escuchar a Taehyung. Continúo batiendo la mezcla.
—Ni que lo digas, Tae. No puedo creer ese pequeño sea amigo de Boyoung.
—Y no solo eso Youngie, Seokjin es amigo del oficial Min y de ese tal Hoseok, que conocía a Jimin y a Jungkook. Esta mierda debe ser destino— mi mejor amigo suelta una carcajada y estoy tentada a colgarle el teléfono. Pero está en altavoz y yo con ambas manos ocupadas así que no puedo.
—Este debería ser un nuevo episodio para nuestra serie titulada "Las desgracias de Lee Hayoung".
—No seas tan dramática Hayoungie. Quizás el hecho que Dohwan sea amigo de Bo te ayude a acercarte más a Seokjin.
—No lo sé Tae. Cuando lo vi por primera vez no me miraba muy contento por ser amiga de su papá—un suspiro agotado se escapa de mi boca— No puedo creer que mi mamá me obligara a hacer brownies para los mocosos.
—¿Estás haciendo brownies? ¡Ven a dejarme algunos cuando termines! — chilla emocionado— Por favor, aunque sea un trozo.
—Lo pensaré. Deberías venir tú aquí, mamá y papá saldrán de compras y estaré un buen rato sola a cargo, como niñera.
—Allí me tendrás, pero antes debo bañarme. Apesto, literalmente lo hago.
—¡Taehyung! ¡Son las cuatro de la tarde! — exclamo riendo— Ve a bañarte, sucio.
—Ay, vamos Youngie. Hemos estado ambos un par de días sin bañarnos y compartiendo nuestros olores, deja de ser tan exagerada.
—¡Eso fue porque por tú culpa nos perdimos dos días en ese estúpido campamento! Dios, solo ve para que después me hagas compañía aquí.
—Si mamá, ya voy. Te amo Hayoungie— dice a modo de despedida. Una sonrisa se asoma en mis labios.
—Y yo a ti, TaeTae— respondo. La llamada finalmente se corta.
El sábado llego demasiado rápido. Mi madre se hallaba demasiado emocionada porque después de tanto tiempo, Boyoung había decidido invitar a alguien a jugar a nuestra casa.
Me pregunto, si ella se puso de acuerdo con Seokjin en alguna reunión de padres o cuando él les entregó el primer informe parcial acerca de mi evolución desde que soy su paciente. Me pregunto también cómo Seokjin supo que Boyoung es mi hermanito. He hablado de Bo antes con Jin, pero nunca en detalles.
Definitivamente esta ciudad es enana o alguien allá arriba quiere hacerme pasar más vergüenzas y sorpresas de las que puedo soportar. No me pude quitar de la cabeza la extraña conexión que tengo con Jeon y su familia y también su amistad con Jimin.
La cara de Taehyung cuando le conté fue épica. Y fue aún más épico cuando ayer viernes, Jungkook nos saludó con una sonrisa y tocó amistosamente el hombro de Taehyung y el mío. En dos días las cosas cambiaron y todavía no logro entender si fue para bien o mal.
—¿Ahora debía mezclarlo con el chocolate? — me pregunto en voz alta.
—Hija, nosotros ya saldremos— la voz de mi mamá me sobresalta, haciendo que casi suelte el paquete de harina que tengo en mis manos— Si llega Dohwan, ya sabes qué hacer.
—Tranquila mamá, lo tengo. De todas maneras, vendrá Taehyung y si los niños se vuelven locos, él sabrá qué hacer.
—Claro, con eso me voy más tranquila— ironiza blanqueando los ojos— Y sí. Ahora lo revuelves con el chocolate.
—Gracias mamá— le sonrío tenuemente. Desaparece de la cocina rápidamente y en cuestión de segundos oigo la puerta abrirse y cerrarse sobre la misma.
Comienzo a tararear una canción, no sé cuál es, posiblemente inventada en el momento. Bato la mezcla meciéndome de un lado a otro y me creo de pronto apta y capaz de hacer todo el brownie del mundo.
Eso, hasta que golpean la puerta.
—Wow, qué rápido es Taehyung— musito mientras dejo los implementos de cocina sobre el mesón y limpio mis manos con el ridículo delantal de Las Tortugas Ninjas que pertenece a mi papá— ¡Ya voy!
Me acerco a medio trote hacia la puerta y la abro de inmediato, sin siquiera ver antes por la mirilla.
—¿No pudiste traer tus llav-
Mi oración cuando abro la puerta queda a medio completar. Mis ojos se abren sorprendidos porque me he equivocado. No se trata de Taehyung, ni de cerca.
Seokjin sonríe de inmediato al verme. Mi vista de su rostro pasa avergonzada a mirar a Dohwan, quien me mira con el ceño fruncido.
—H-Hola— logro apenas modular.
—¡DoDo! — escucho la chillona voz de Boyoung detrás de mí. Sin esperarlo, mi hermanito me empuja a un lado y toma el brazo a Dohwan, quien ahora sonríe al ver a su amigo— Gracias por dejarlo venir, señor Kim.
Ja, señor Kim.
—Gracias por invitarlo a jugar, Boyoung— le responde amable Seokjin— Pórtate bien Dohwan, vendré por ti más tarde.
—Si papá, voy a portarme bien— le dice sonriéndole.
—Vamos Dohwan, te voy a mostrar mi colección de juguetes de Los Vengadores— habla eufórico Bo. Sin esperar más, lo jala dentro del departamento, desapareciendo por el pasillo y dejándonos solos a Seokjin y a mí en la puerta.
—Vaya, tu hermano es igual a ti— dice en son de burla. ¿Dónde he escuchado eso antes? — ¿Puedo saber qué estás haciendo?
—¿De qué hablas? — frunzo el ceño. El mayor me mira fijamente por unos segundos, hasta que eleva su mano a la altura de mi rostro.
Sin previo aviso, de manera delicada y suave, posiciona su mano en mi mejilla, haciéndome sobresaltar con su simple toque. Me quedo paralizada mientras que con su pulgar pareciera acariciar mi piel, de la manera más tierna y lenta posible.
—Tienes la cara llena de harina, Hayoung— comenta, para luego apartar su mano y soltar una carcajada.
La burbuja en la que pienso que Jin intencionalmente acarició mi mejilla se rompe y en su lugar mi cara comienza tenuemente a tornarse de color rojo.
—¡Preparo brownies! — chillo avergonzada—N-No te preocupes por Dohwan, Taehyung y yo estaremos a cargo y te aseguro que estará ileso cuando vuelvas por él.
—No sé si aquello me deja más tranquilo o no.
—Debería quedarse tranquilo, yo tengo más paciencia con los niños que Hayoung—la voz de Taehyung apareceré literalmente de la nada. Seokjin y yo volteamos nuestras cabezas para verle con su imagen impecable y su cabello húmedo, a un costado de nosotros— Creo que jamás nos habíamos presentado formalmente, soy Kim Taehyung, el mejor amigo de Hayoung— Tae hace una leve inclinación a modo de saludo.
Seokjin también se inclina un poco confundido. Debe estarlo, porque la presencia imponente de Taehyung y el tono que usa para presentarse es un poco (demasiado) serio.
—Soy Kim Seok Jin— se limita a contestar.
Mi castaño amigo camina hasta quedar prácticamente dentro del departamento. Se posiciona detrás de mí y coloca sus manos sobre mis hombros, dándoles en pequeño apretón.
—Un placer conocerle Seokjin-ssi. No se preocupe por su hijo, Hayoung y yo supervisaremos que no jueguen cerca del balcón o la ventana.
—Bien, si así lo dicen no me queda otra opción que irme. Nos vemos más tarde y gracias por recibir a Dohwan en tu casa, Hayoung— la última frase sale de sus labios de la manera más afable posible.
Sonrío como una idiota y respondo—Gracias por dejarlo venir. Boyoung estaba muy emocionado por su nuevo amigo— hago una pausa cuando siento la rodilla de Taehyung golpear detrás de la mía—Nos vemos entonces más tarde, Seokjin.
Los dos hacemos una venia con nuestras cabezas y él se da media vuelta, marchándose. Taehyung y yo terminamos por entrar al departamento y cierro la puerta con sumo cuidado.
En cuanto volteo, la mirada de regaño mezclada con sorpresa está sobre los ojos de mi mejor amigo.
—¿Qué? — pregunto pesadamente— Al fin conociste a Seokjin de cerca. ¿Por qué me miras así?
—Porque ese sujeto es guapo y me da miedo a que me quite el lugar del hombre más guapo en tu vida— se cruza de brazos y abulta levemente su labio inferior.
Suelto una carcajada y me acerco a él, solo para depositar un beso en su mejilla, logrando relajar sus facciones.
—Tú y Jimin son los hombres más guapos de mi vida, punto final. Seokjin viene después.
Sin más que agregar, vuelvo a la cocina para terminar los brownies, siendo seguida obviamente por Taehyung.
—¿Sabes? De todas maneras, fue algo extraño— dice Tae colocándose al otro lado del mesón donde tengo todo esparcido— Ese hombre tiene un cambio increíble cuando te mira.
—¿De qué demonios estás hablando? — inquiero frunciendo el ceño.
—Cuando llegué me miró con cara de pocos amigos. Estoy seguro de que le has hablado de mí, pero de todas maneras no le fue muy grato verme— el castaño toma un cucharón con chocolate derretido para lamerlo.
—¡Taehyung! Eso es para mezclar, idiota— le regaño quitándoselo de las manos.
—Bien, bien, el punto al que iba antes que me quitaras el chocolate, es que, — hizo una pausa solo para sonreír pícaramente— A Kim Seokjin debes provocarle algo para que te mire tan dulcemente como lo hizo.
—Estás delirando, Taehyung— blanqueo los ojos— Tú llegaste y fuiste un poquito arrogante. Quizás por eso se mostró así.
—No, no, yo sé lo que vi Youngie. Yo vi a un hombre mirando a su "paciente" como si fuese un pastelito. Digo, cuando se despedían él ni siquiera me miró a mí. Tu acaparaste toda su atención, como Seokjin la tuya.
Dejo fuertemente el molde con la mezcla del brownie sobre la mesa y lo enfrento. Taehyung lleva una mirada divertida y una sonrisa burlesca.
—¿Qué planeas diciéndome esto? Soy su amiga, su paciente. No sé de dónde demonios estás inventando estas cosas, pero no lo hagas— digo seria— Él me está comenzando a gustar como un hombre y en serio— murmuro— Y ese es un gran problema.
—Hayoung, que te guste Seokjin está bien. Podrías ser potencialmente correspondida.
Suelto un suspiro y niego con la cabeza—Seokjin es un adulto con una vida casi ya hecha. Es viudo y tiene un hijo que es amigo de mi hermanito. Es psicólogo y tiene un sinfín de pacientes. No suena como alguien que podría querer establecer algo conmigo, una chica que está reacomodando su estabilidad emocional, que repitió el último año de escuela y que no sabe si logrará entrar a la universidad.
Taehyung se mantiene en silencio, solo observándome. Termino volteándome hacia el horno y meto el molde para hornear mi obra maestra. Me quito el delantal una vez que ya he terminado todo y luego de dejarlo en el mesón, siento como unos fuertes brazos me rodean desde atrás.
—Lo siento Hayoung. No quería que te sintieras así. Tú eres alguien que vale más que un título y esas mierdas. Seokjin sería un idiota si no sabe apreciar el tesoro y lo hermosa que eres— murmura Taehyung.
Una sonrisa automática se instala en mi rostro y coloco mis manos sobre sus brazos, brindándole algunas caricias.
—Está bien Taehyung, quizás yo estoy sobreactuando. Me va a llegar el periodo y ya sabes, me vuelvo toda sensible y dramática— los dos soltamos una pequeña risita— Te amo, no me faltes nunca Taehyung.
—Aw, sí, va a llegarte el periodo— dice bromeando— Yo también te amo Youngie, no me faltes jamás, jamás, porque yo nunca te dejaré.
—Iugh, están haciendo cosas de grandes— oímos de pronto una tercera voz interrumpir la cocina.
Taehyung y yo rápidamente nos separamos y vemos como Boyoung nos mira con una mirada curiosa mientras Dohwan parece estar analizándonos seriamente.
—Yo pensé que estaban jugando en tu cuarto, Bo— digo cruzándome de brazos.
—Noona, queríamos saber si los brownies de chocolate están listos.
—Recién está horneándose— les habla Taehyung— Y antes que nada, tú debes ser el famosillo Dohwan. Mucho gusto amiguito, soy Taehyung—el castaño se acerca a ambos niños y se posiciona justo delante de Dohwan, solo para tenderle la mano.
El pelinegro observa al más grande y luego a Boyoung.
—DoDo, él es el hyung que te dije que parece príncipe y es muy divertido— le anima mi hermano. Inmediatamente sonrío ante las palabras de mi hermanito.
—Me llamo Kim Dohwan— termina cediendo el pequeño, dándole la mano a Taehyung.
—¡Ya sé! — chilla Boyoung— TaeTae hyung, ¿podrías jugar con nosotros hasta que los brownies están listos! Por favooooor— el menor de la familia junta sus palmas y hace su mejor cara de perrito mojado a mi mejor amigo.
Tae se gira a mirarme—¿Puedo ir? Prometo después venir y pasar tiempo de calidad contigo.
—Taehyung, nos vemos todos los días. Ve— le aliento.
En cuestión de segundos, pierdo de vista a los tres y suspiro aliviada y contenta de haber visto aquella escena. Me quedo tranquila porque sé que mi mejor amigo ama a los niños y siempre está jugando con Boyoung, por lo que ni siquiera me molesto en tratar de ir a supervisarlos.
La tarde pasa relativamente rápido. Taehyung juega con los más pequeños a que tienen un reino imaginario o algo así junto a sus juguetes de Los Vengadores. No soy capaz de entender muy bien su juego. Por mi parte, hago los mejores brownies de la vida y cuando se los voy a dejar, los tres prácticamente se abalanzan contra mí y en el intento casi se me cae todo al suelo.
A pesar de todo hay algo que sigue molestándome y es la mirada hostil que Dohwan me regala cada vez que lo observo o le sonrío. Si bien el pequeño come los brownies y los agradece tal como Taehyung y Boyoung, el pequeño Kim muestra con esos pequeños ojitos que no soy una de sus "noonas favoritas". Sé que es un niño de ocho años, pero no puedo evitar preocuparme. Después de todo, estamos hablando del hijo de Seokjin.
—Hayoung— oigo la voz de mi madre llamándome. Ambas preparamos la cena.
—¿Sí? — respondo mirándola.
—Cuando el señor Kim venga a buscar a Dohwan, invítale a cenar— en cuanto esas palabras abandonan su boca, casi me corto un dedo mientras pico la cebolla.
—¿Qué? — cuestiono.
—Me gustaría invitarlo a cenar, así que ¿por qué no le dices que se quede?
—¿Por qué no le dices tú? — respondo. No es que no quiera que Seokjin se quede en mi casa a cenar, pero de solo imaginarlo siento unos nervios histéricos.
—Haz lo que tu madre te dice, Hayoung— Taehyung hace su entrada triunfal en la cocina sonriente— Ya me voy. Los enanos se quedaron jugando videojuegos en la habitación de Bo.
—¿No quieres quedarte también TaeTae? — le pregunta mamá.
—No, gracias, tía. Hoy debo ayudarle a mi madre con la cena y ya me envió un mensaje amenazándome con vender a Dolly si no me aparezco en casa.
—Oh, en ese caso quedas liberado— digo burlándome— Nos vemos el lunes Tae.
—Nos vemos mañana, tenemos que hacer el informe de historia.
—¡Mierda! La había olvidado— mascullo.
—¡Vocabulario, Hayoung! — me regaña mamá— Nos vemos, cielo— dice a modo de despedida para mi mejor amigo. El castaño nos lanza besos voladores y una vez que desaparece de la cocina, oímos el ruido de la puerta principal.
—Ese idiota— susurro divertidamente.
—Sabes hija, siempre he tenido esta duda— habla mamá colocándose a mi lado— ¿Taehyung y tú son novios? ¿O algo así?
—Dios mamá, no— suelto una carcajada bastante alta— Tae y yo somos prácticamente mellizos. No salimos, no nos gustamos, nos amamos como mejores amigos y hermanos, eso es todo.
Los ojos cafés de mi progenitora me miran con duda. Abre su boca para decirme algo, pero en ese mismo instante golpean la puerta.
—Deber ser el señor Kim— digo sonriente— Iré a abrirle.
Abandono la cocina rápidamente, no sin antes escuchar a mi mamá gritarme "invítalo a cenar". Mientras hago mi camino hacia la puerta, trato de arreglar lo mejor que puedo mi cabello y aliso con mis manos mi blusa azul cielo.
Inhalo y exhalo dos veces y solo después de eso, me permito abrir la puerta.
Y él está allí. Con su impecable sonrisa y brillantes ojos marrones.
—Hey— digo a modo de saludo.
—Vine a buscar a mi hijo— dice sonriente. Antes de siquiera poder hacerle la invitación, Dohwan aparece rápidamente y se abraza a su padre como si hubiesen estado separados por un año— Hola campeón, ¿cómo lo pasaste?
—¡Lo pasé genial, papá! — dice emocionado.
Sonrío enternecida y por un segundo olvido que debo decirle que si quiere quedarse a cenar. Lo bueno es que mi madre es un poco entrometida y sin darme cuenta, aparece en escena.
—¡Señor Kim! Me alegra verle. ¿Le gustaría quedarse a cenar junto a Dohwan? Nos encantaría que se quedaran— habla totalmente amable.
Me pregunto por qué mi mamá no me trata así la mayoría del tiempo.
Porque te rebelas siempre, Hayoung.
—Oh, ¿a cenar? — inquiere Jin— Bueno hijo, ¿qué dices?
—¡Sí! Así te quedas más tiempo a jugar conmigo, DoDo— pego un brinco ya que no me había percatado de la presencia de mi hermanito a mi costado.
Dohwan asiente efusivamente y es jalado nuevamente del brazo por mi hermano para entrar al departamento.
—Iré a terminar lo último de la cena. Hayoung, invita a pasar al señor Kim— musita por lo bajo. Mi mamá también se va y quedamos solo Seokjin y yo en la entrada.
—Bien, pase a mi humilde hogar, señor Kim— me burlo al llamarlo así.
Jin me observa por unos segundos fijamente, hasta que me sonríe sin mostrar sus dientes.
—Gracias por la invitación, señorita Lee— me muevo de la entrada y él simplemente pasa por mi lado.
Le indico con señas que puede dejar su chaqueta negra colgada en el pequeño perchero que está allí y sin chistar acepta. Una vez despojado de su chaqueta, los ojos de Jin siguen analizándome fijamente lo cual me pone los nervios de punta.
—¿Qué? — interrogo— ¿Por qué me miras así?
—El color azul te queda realmente hermoso, Hayoung.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro