Capítulo VIII
Lee Hayoung y clase de deportes es imposible que vayan juntas en una misma oración y para algo positivo.
Definitivamente la clase que más detesto durante la semana es la última del jueves, donde nos obligan a cambiarnos el uniforme, ponernos ropa deportiva y jugar y hacernos pases con la pelota del deporte que se le antoje al entrenador Song. Es para mí la hora 'infeliz'. En comparación a Taehyung, quien adora andar como un mono por todo el gimnasio y que se le da bien cualquier cosa que tenga relación con mover las piernas, brazos y demás partes del cuerpo.
Me hallo sentada en una de las gradas, tratando de hacer pasar inadvertida mi existencia para el entrenador y mis compañeros. Desde aquí puedo visualizar a Taehyung coqueteando con una chica que no puede encestar el balón –porque hoy nos toca Básquetbol, desgraciadamente – y también puedo ver como el resto de las idiotas tratan de llamar su atención.
Blanqueo los ojos y niego con mi cabeza. Es totalmente estúpido tratar de coquetearle a Taehyung. Él simplemente no está buscando una relación estable ni nada. Lo más estable que ha tenido socialmente hablando somos Jimin y yo.
Taehyung es un picaflor que va de flor en flor. Yo también lo soy, con diferencia que actualmente hay una flor de color azul que llama mucho mi atención y me ha tenido cautivada más tiempo del que debería estar.
Y su nombre es Kim Seok Jin.
Desde el lunes, cuando tuvimos nuestra sesión he tratado de descifrar que sucederá entre nosotros. Mi mente creativa va desde los más sencillos escenarios hasta esos donde raya lo fracasadamente fantasioso.
Seokjin sigue siendo una especie de enigma para mí. Quiero saber qué es lo que lo impulsa a ser tan bueno y considerado conmigo. A veces llego a pensar que quizás, tengo un parecido o similitud con Haru. O quizás quiere tener una hija más grande para hacer de hermana mayor para Dohwan y guiarlo en esta vida.
¡Demonios, no lo sé! Dios, solo te pido una señal.
Mi teléfono celular vibra dentro de mi pantalón. Frunzo el ceño mientras meto la mano y lo saco de allí. Cuando lo desbloqueo, mis ojos se abren gigantes ante semejante notificación que ha aparecido en la pantalla.
"Tienes 1 mensaje de Kim Seok Jin".
Quiero gritarle a Taehyung que venga a comprobar que estoy viva, pero le veo tan concentrado que prefiero no molestarlo.
Sin esperar mucho, abro el mensaje con nervios e incertidumbre.
[Chat con Kim Seok Jin]:
Hey Hayoung, sé que es extraño que te hable ahora
Pero quería saber cómo ha estado tu semana
Si te ha estado yendo bien
Ya sabes, es algo mínimo que debo hacer
Preocuparme por tus estudios
De acuerdo, eso sonó extraño
En fin, responde cuando salgas de clases
16:05
Mis manos tiemblan haciendo que el teléfono se tambalee nerviosamente de un lado a otro. Pienso, que si esta es la señal divina que necesitaba, fue contestada justo a tiempo. Muerdo mi labio inferior y releo sus palabras una y otra vez. Entonces la mente me ataca.
Podrías ser como la hermana menor de este sujeto, Hayoung. Piénsalo, te está preguntando por la escuela.
Suspiro, frustrada y ahora quedo en blanco para poder responderle.
Eso, hasta que un grito me saca de mi ensimismamiento.
—¡Lee! ¡¿Qué demonios hace sentada?! Levántese y venga a practicar pases con el señor Yook. Ahora— la estruendosa y poco agradable voz del entrenador Song resuena en todo el gimnasio, haciéndolos callar a todos.
Maldigo por lo bajo al ver que todos están mirándome, incluido Taehyung quien tiene una mirada interrogante hacia mí. Sin mucho que decir, me levanto de la grada y guardo mi teléfono dentro del bolsillo de mi pantalón. Espero que mientras esté practicando pases con ese chico que no recuerdo su nombre, se me ocurra algo inteligente para responder.
Camino en silencio mientras todos vuelven a lo suyo. Soy consciente que cuando paso al lado de Jungkook, ambos nos miramos fríamente.
Cuando llego al lado de mi compañero, él amablemente me explica que debemos posicionarnos frente a frente y así darnos pases sin que el balón toque el piso. Algo como "pase de pecho".
—Bien, hagámoslo— digo soltando un suspiro agotado.
El chico rubio y yo empezamos a darnos los pases en silencio. No quiero admitirlo, pero me agrada que sea tan callado y a la vez no esté tratando de hacer ningún movimiento idiota para acercarse más de lo debido a mí. Parece concentrado dando los pases, como si se tomase en serio la clase.
—Das buenos pases, Hayoung-ssi— comenta sonriendo— ¿No te gustaría unirte al equipo de básquetbol femenino?
—Nah, no son lo mío los deportes...— dejo en suspensión la oración y lo miro con cara de 'necesito saber tu nombre'. Gracias al cielo, él entiende.
—Haneul. Yook Haneul.
—Eso, lo siento. Sé que llevamos casi un mes de clases, pero no estoy muy interesada en aprenderme los nombres aquí— me encojo de hombros y le sonrío sincera. Unos lindos dientes se asoman por su parte, dando paso a una sonrisa muy encantadora.
—Está bien, supongo que todos tenemos diferentes prioridades.
—Está en lo cierto y puedo asegurarte de que unirme al equipo femenino no es una de las mías— le guiño el ojo, a lo que él se descoloca pero conserva la sonrisa.
Suelto una risotada por su expresión la cual es detenida abruptamente cuando un balón se estrella fuertemente en la parte trasera de mi cabeza, haciendo que esta se vaya hacia adelante y mi cerebro se sacuda dentro de mi cráneo tortuosamente.
Inmediatamente me toco la zona golpeada mientras una horda de "uh" se escuchan por todo el gimnasio. Me volteo indignada a mirar al autor o autora de semejante pelotazo y lo primero que hallo es la sonrisa burlesca de Jungkook y la chica con la que estaba practicando los pases.
Oh, ese miserable idiota.
—Oye Jeon, ¿Cuál es tu maldito problema? — le grito lanzando mi balón al piso, haciéndolo rebotar hacia alguna dirección y caminando con paso firme hacia él.
—No sé por qué crees que fui yo, ¿acaso me viste lanzártelo? — repone divertidamente.
—Escúchame una cosa, imbécil— me estoy acercando a él rápidamente. Todos comienzan a aglomerarse cerca de nosotros y cuando estoy a punto de llegar frente a Jeon, una mano me jala hacia atrás.
—Yah, Jungkook, ¿por qué le dijiste a esa chica que le lanzara el balón a Hayoung? — la voz de Taehyung de proyecta tan molesta que hasta a mí me recorre un escalofrío por la espalda.
Taehyung como era de esperarse ha llegado a mi rescate. Está justo al medio, entre Jungkook y yo, dejándome atrás de toda la situación. Su mano está cerrada fuertemente sobre mi muñeca derecha y noto como está tratando de tener todo el autocontrol para no lanzarse sobre Jeon y golpearlo.
—¿Y tú qué demonios sabes Kim? — dice Jungkook burlesco— ¿Me viste? ¿Viste que le dije a Heesok que se lo lanzara a Lee? ¿Fui yo quien lo lanzó?
—Te vi susurrarle algo justo antes de que ella se lo lanzara a Hayoung. No hay que ser demasiado idiota para darse cuenta, Jeon. Dime una cosa, ¿te pone celoso que Hayoung la pase mejor con Yook dándose pases? ¿te gusta tanto como para que la mires en cada ocasión que puedas y lo ocultes con tu actitud de mierda? — Taehyung escupe fuego.
Y yo también quiero escupir. Pero no fuego.
Un sonido al unísono de sorpresa llena el gimnasio. La cara de todos es épica, incluyendo la mía. Miro a Taehyung con el ceño fruncido y luego mis ojos viajan a Jeon, quien está serio e impenetrable.
—No salgo con princesas prostitutas, no son mi tipo— contesta Jungkook.
Eso es todo. Taehyung inmediatamente hace el amago para lanzarse a golpearlo, pero el entrenador Song toca el silbato y toda función se detiene.
—¡Alto ahí Kim, si no quieres terminar en dirección! — grita interponiéndose en toda la situación— No puedo creer que me vaya unos minutos y ustedes ya se quieren golpear como si fueran simios. Todo el mundo, a las duchas a cambiarse, ahora. Dejaré pasar esta situación solo porque llegué antes que llovieran los puños. Para la próxima, la directora estará feliz de tenerlos en su oficina. Ahora, ¡a cambiarse!
Todo el mundo de disipa en el gimnasio, yéndose rápidamente a los vestidores. Taehyung y yo somos los últimos que quedamos, el uno al lado del otro.
—Ese imbécil de Jungkook está buscando que lo golpee— dice mi mejor amigo a mi lado mientras caminamos hacia los vestidores.
—Solo déjalo. Mientras tú y yo sepamos qué somos, no nos importa el resto— le digo con una sonrisa tranquilizadora— Y ya me había dicho que era una prostituta, debería conseguirse un nuevo diccionario de insultos.
Taehyung suelta una carcajada y con una de sus manos me despeina cariñosamente.
—Esa es mi chica, simplemente la más fuerte de todas— antes de separar nuestros caminos hacia los correspondientes salones, Tae besa mi frente y me guiña un ojo—Te veo en unos minutos, guapa.
—Te veo en unos minutos, feo.
—¡Yah! Y yo que te digo la verdad y tú vienes y me mientes. ¿Qué te crees, Lee Hayoung?
—Tu mejor amiga, duh— comienzo a reír por su falsa cara de sufrimiento— Ve a bañarte Kim.
—Mi hedor natural es espectacular.
—Sí claro, no seas idiota— me doy media vuelta para entrar al vestidor de chicas, pero antes le grito— ¡Usa mucho jabón!
Escucho una carcajada fuerte de Taehyung y niego con mi cabeza divertidamente.
Una vez que entro, veo como todas las chicas me quedan mirando. Nada nuevo, a decir verdad. Me hago paso hasta mi taquilla para sacar mis útiles de aseo. Mientras introduzco la contraseña, siento que alguien piquetea mi hombro.
Me volteo indiferentemente, pero mi rostro cambia a una expresión molesta cuando veo que es Heesok quien está llamando.
—¿Se te ofrece algo? — le pregunto enojada, mientras cierro con fuerza la puerta de la taquilla. La chica, que es unos centímetros más baja que yo, da un pequeño saltito ante el ruido.
—Yo, la verdad... es que quería disculparme por lo que sucedió en el gimnasio. En realidad, no fue culpa de Jungkook, yo le dije que me molestaba mucho que estuvieras practicando con Haneul y él me dijo que solo los ignorara, pero yo... fui más impulsa y terminé por lanzarte el balón— la mirada de Heesok se va directamente a sus zapatillas mientras que mis cejas se elevaron de la impresión ante aquella confesión.
La pobre chica comienza a jugar con el borde de su polera y noto como sus orejas están tenuemente teñidas de un color carmesí. A leguas, puedo notar que está nerviosa y avergonzada. Suspiro pesadamente y coloco una de mis manos sobre su hombro, haciéndola sobresaltar.
—Está bien, pero para que sepas, Yook no es mi tipo ni jamás lo será— le digo, para finalmente sonreírle— Y si vuelves a lanzarme un balón, procura que Taehyung se entere que fuiste tú. No para que te golpee, sino para evitar que haga algo estúpido y termine en dirección. ¿Sabes que si se ponía a pelear con Jeon habría jodido? Por favor, si vas a hacer algo, que sea más inteligente— aprieto su hombro y lo dejo ir.
Me volteo sin esperar ninguna palabra a cambio. Abro mi taquilla, a la par que escucho un tenue "gracias Hayoung unnie" y las pisadas de Heesok corriendo hacían quién sabe dónde.
Finalmente, termino de asearme, vestirme y junto con mis pertenencias salgo del vestidor de chicas. Afuera de este me encuentro con Taehyung, sentado en una de las bancas que hay fuera y jugando con su teléfono, aburrido.
—Hey guapo, ¿qué tienes que hacer esta noche? — le pregunto acercándome a él.
Su vista se despega de inmediato del celular y se levanta de un salto del banco.
—Trabajar en la tienda de mamá, por desgracia— responde serio— Pero antes, debo hacer un trabajo de biología con una bella dama llamada Hayoung. ¿Y tú, cariño? ¿Tienes planes para esta noche?
—Qué coincidencia, yo también debo hacer un informe con un sujeto llamado Taehyung.
Sin evitarlo nos ponemos a reír y caminamos juntos en dirección a la biblioteca.
¿He dicho que agradezco tener a Kim Taehyung en mi vida? Si no lo he dicho, lo digo. Él es simplemente lo más importante que tengo, lo que vale la pena. Alguien a quien amo y espero poder cuidar por el resto de mi vida.
Así como él de mí.
Caminamos entre risas y golpeándonos leves manotazos el uno al otro, ya que yo he tocado el tema de su conquista en la clase de deportes. Taehyung actúa como un niño mentiroso, pero ambos sabemos que siempre sus intenciones tienen un doble sentido.
Subimos las escaleras ya que la biblioteca queda en el tercer piso de la escuela. Como ya la mayoría del alumnado se ha ido, nuestras voces suenan con un eco increíblemente y muy fuertes. Pero mientras llegamos al tercer piso, nos damos cuenta de que nuestras voces no son las únicas que se escuchan fuertes.
—¡Eres un hijo de puta bocón! — resuena estrepitosamente en el inicio del pasillo del tercer piso.
Taehyung y yo nos detenemos en la escalera, sin asomarnos demasiado para no ser vistos y nuestros ojos se abren gigantes cuando vemos que hay tres tipos golpeando a otro, el cual se halla en el suelo.
—¡Esto te pasa por contarle a la directora! Eres una escoria, Jeon— le grita uno de ellos.
—Oh por Dios— susurro tapándome la boca— Taehyung, están golpeando a Jungkook.
—Vámonos, nos podemos meter en problemas— el castaño toma mi mano y se da media vuelta para bajar. Pero mis pies no responden y me quedo en aquel escalón, mirando hacia la dirección donde suenan los ruidos adoloridos de Jungkook— Hayoung, vámonos. Alguien más subirá y podrá con la situación.
—Taehyung, son tres contra uno— mascullo— ¿Qué pasa si le desfiguran la cara?
—¿Y a ti que te importa Jeon Jungkook? Por su culpa hoy te golpearon en la clase con el balón— inquiere Taehyung con el ceño fruncido.
—No fue su culpa, Tae. Todo fue por Heesok— muerdo mi labio inferior— Yo sé que ese imbécil ha tenido una actitud de mierda y porquería con nosotros, pero tú y yo sabemos que es injusta una pelea de tres contra uno.
—¿Y qué quieres hacer? ¿Intervenir? ¿Salvarle el culo a Jeon?
—Podríamos salir beneficiosos de esto, quizás ya no nos moleste ni joda la existencia.
—Estás loca Hayoung— Taehyung blanquea los ojos. Yo hago mi mejor cara de perrito, la cual es interrumpida por los gritos a escasos metros nosotros.
—Es la última vez que te pido algo así, por favor, subamos y evitemos a que Jungkook muera allí y luego desaparecemos.
Taehyung me mira atento hasta que finalmente suelta un suspiro.
—Iré yo, tú puedes salir lastimada y eso, sería el colmo— su mano suelta la mía y luego de dejar su mochila en el suelo, sube los escalones que nos separan de la pelea que se está desatando en la entrada del tercer piso.
Como mi nombre es Lee Hayoung y en el antiguo latín clásico significa 'no le hago caso ni a mi madre', dejo mi bolso junto al de Taehyung y subo detrás de él, con cuidado.
La escena es realmente desalentadora. Hay dos de tres sobre Jungkook, golpeándolo en el estómago. El otro, le pega patadas en sus piernas. Desde donde estoy, puedo ver un corte en su labio, otro en su tabique y en su pómulo izquierdo.
—Yah, ¿no creen que sea un poco injusto esto de tres contra dos? —pregunta con la voz más grave de lo normal Taehyung.
Inmediatamente los idiotas se voltean a mirarnos. Incluso Jeon levanta su cabeza y cuando nos ve, su mirada de pánico no tiene precio alguno.
—Oh, Kim, linda Hayoung, pueden continuar en lo que estaban. Nosotros ya terminamos aquí— dice un chico con el cabello rojo. Inmediatamente hago una mueca de asco por haberme dicho 'linda'. Incluso Jungkook lo mira con una expresión de '¿en serio?'.
—Oh, no, nosotros no nos vamos— dice Tae— La verdad es que venimos por Jungkook.
—¿Lo quieren golpear también? Oí que te lanzó un balón noona— dice el que está de pie y pegándole patadas en las piernas a Jungkook.
—Primero que todo, soy Hayoung-ssi, trío de inútiles, no solo Hayoung ni noona porque no los conozco— finalmente me posiciono al lado de Taehyung, lo cual noto que lo pone tenso— Y segundo, venimos a buscarlo para llevarlo a comer. Ahora, váyanse, déjenlo tranquilo y piérdanse.
—Aigoo, esa actitud simplemente me pone— dice asquerosamente el de pelo rojo. Veo una vena en el cuello de Taehyung aparecer— Pero lamentablemente, no podemos dejar que se lo lleven. Este imbécil debe pagar por ser un bocón de mierda.
—Sí bueno, creo que no va a poder ser así— habla Tae acercándose más— Aléjense, ya fue suficiente.
—Tú no nos dices cuando es suficiente, Kim— anuncia el único que no ha hablado hasta ahora.
La tensión en la situación se puede cortar con un cuchillo. En cualquier momento iban a saltar uno encima del otro y golpearse. Taehyung tiene sus manos empuñadas, listas para la acción. Por mi parte, me comienzo a mover hacia un costado, más cerca de Jungkook para sacarlo de allí.
Ay, Dios Hayoung, eres demasiado buena.
Mientras me muevo hacia un costado, soy pillada por el chico de pocas palabras. Inmediatamente él se levanta y con una sonrisa perversa camina hacia mí.
—Eres tan linda y a la vez tan estúpida como para querer ayudar a este pobre inútil— susurra mientras camina hacia mí— Una noona muy preciada en esta escuela por sus hobaes— estira su mano para tocar mi rostro, pero en respuesta le doy un manotazo.
—No me toques, idiota.
—Oh vamos, ¿qué dices si los dejamos a ellos aquí peleando y tú y yo nos vamos a otro lado? — murmura cerca de mi oído.
Quiero vomitar, quiero vomitar, quiero vomitar.
¿Cómo es que los hombres sacan provecho hasta en estas situaciones?
No tengo que preocuparme demasiado. Taehyung, quien en no sé qué momento lo hizo, le da un puñetazo tan fuerte en la cara al sujeto que termina por caer al piso. Una verdadera batalla campal se forma en ese pequeño espacio de pasillo. Taehyung parece haberse salido de sus cabales y aunque ellos sean tres, ninguno puede contra él.
Puedo ver claramente que de algo sirvieron los cuatro años de Taekwondo que practicó junto a Jimin cuando eran más niños. Para no quedarme como mera espectadora, me quito uno de mis zapatos y se lo lanzo directamente en la cara a uno de los idiotas que está a punto de ir a golpear a Taehyung.
Luego me quito el otro y se lo lanzo a otro de ellos, así ganando tiempo para acercarme a ver a Jungkook.
—Oye Jeon, del uno al diez ¿qué tan como la mierda estás? — pregunto mientras lo ayudo a levantarse.
—¿Un diez sirve solo por la humillación? — contraataca levantándose y tocándose constantemente el costado derecho de tu tórax.
—Si hablamos de humillación, entonces es un veinte— replico sonriéndole burlescamente— Vamos a la biblioteca.
—¿Y Kim? — cuestiona mirando sobre mi hombro. Me volteo a mirar a Tae quien está terminando con el chico de pelo rojo.
—Él llegará pronto, ahora vámonos.
Hago que Jungkook pase su brazo derecho por sobre mis hombros, para que pudiese afirmarse de mí y no caer. Por mi parte, mi brazo izquierdo trata de cerrarse firmemente alrededor de su cintura y así, a pasos lentos, hacemos nuestro camino a la biblioteca, la cual se halla al final del pasillo.
Una vez que llegamos, entramos en silencio y me encargo de mirar hacia todos lados. No veo a la bibliotecaria ni tampoco muchos alumnos –a lo más unos tres – así que avanzamos por los estantes, hasta llegar a la sección menos visitada de este lugar: física cuántica y avanzada para súper ñoños.
Nos guío hasta el final entre dos estantes gigantes y llenos de libros que pesan más que mi cabeza. Termino por dejar a Jungkook sentado en el piso y apoyado en uno de estos.
—Vaya Jeon, en serio pesas— digo estirándome y moviendo la cintura de un lado otro, como si quisiera reacomodar mis huesos. Jungkook por su parte me mira desde abajo, sentado, atento y en silencio— ¿Qué? ¿Te fracturaste el cráneo y ahora no hablas?
—¿Por qué de todas las personas en el mundo, ustedes dos tenían que aparecer? — cuestiona, aunque parece más para él mismo que para mí.
—Pues, a eso le llamo excelente timing.
Nos quedamos fijamente unos segundos, hasta que sus ojos se desvían a mis pies. Miro yo también en su dirección y maldigo por lo bajo, esperando a que Taehyung se dé cuenta que dejé mis zapatos allá.
—Espero que Tae sea más inteligente de lo que es y me los traiga— comento divertidamente. Finalmente, deslizo mi espalda por el estante del frente al de Jungkook y terminamos mirándonos las caras— ¿Por qué esos chicos te estaban golpeando?
—¿Por qué decidieron ayudarme? — responde él— ¿Por qué si hoy hice que te golpearan con un balón?
—Te pregunté primero. Odio que me contesten con preguntas— mascullo— No le voy a decir a nadie que el fabuloso Jeon Jungkook fue golpeado por tres chicos de un grado inferior— blanqueo los ojos y cruzo una de mis piernas sobre la otra.
—Los acusé con la directora por fumar marihuana en los baños de la escuela— su tono de voz es tan bajo que tuve que estirar un poco mi cuello para oírlo mejor.
—Oh wow, hasta las escuelas más grandes caen— digo impresionada— Bueno, tenían la cara de que les gustaba la hierba. Aunque sí, eres un bocón. Debiste haber dejado que arruinasen su futuro en la escuela solos. Siempre son descubiertos.
—Tengo un acuerdo donde soy el maldito bocazas de esta escuela, solo cumplí con mi deber— se encoje de hombros— Ahora, ¿por qué me ayudaron?
Acomodo mi espalda y le miro fijamente. Me doy cuenta de que sus ojos son iguales de intensos que los Taehyung cuando me observa y en mi cabeza se arma un cuadro donde él quieres descubrir mis más grandes temores y secretos.
—Jungkook...Taehyung y yo podremos vivir la buena vida, pero eso no significa que seamos unos idiotas sin consciencia— resoplo— No te íbamos a dejar ahí en una pelea tan injusta. Además, Heesok me dijo que no fue tu idea el pelotazo, así que no hallaba el motivo por el cual no ayudarte.
—¿Ella te lo dijo? — pregunta con una sonrisa ladina.
—Sí, ella se delató. Supongo que fue porque casi inician una pelea con Taehyung— hago una pausa, analizando la situación— Pero hey, si terminaste golpeado el día de hoy— me burlo.
—Muy graciosa, Lee. Me duelen las costillas como el infierno.
—Bueno, ya sabes, por muy genial que sea ser el soplón de la directora, los jóvenes de hoy en día son todos unos vándalos llenos de delincuencia y sed de golpear personas.
Nos quedamos unos segundos en silencio, hasta que ambos estallamos en risas.
¿Quién diría que algún día Jeon Jungkook y yo reiríamos de algo que yo dije?
—¿Y a ustedes qué demonios les picó? — nos interrumpe una voz confundida. Volteo mi cabeza y veo como Taehyung se deja caer a mi lado, con un aspecto agotado.
—Dime que trajiste mis zapatos— le digo totalmente en pánico.
El castaño a mi lado sonríe y eleva una de sus manos, en la cual efectivamente traía mi calzado. Noto además que ha dejado ambas mochilas a su costado y una sonrisa de orgullo y felicidad me aborda.
—Eres el mejor Kim Taehyung, por eso te amo— posiciono mis manos a ambos lados de su rostro y deposito un rápido beso en su nariz.
Todo bajo la observación de Jeon Jungkook.
Inmediatamente le arrebato los zapatos y me los coloco. Me siento menos desnuda ahora que los tengo puestos.
—Bien, eso ha sido todo— digo sonriente— Taehyung y yo debemos hacer un trabajo. ¿Supongo que puedes arreglártelas solo, no Jungkook? — le pregunto directamente al chico frente a nosotros.
—Tranquilos, pueden ir a hacer su informe. Uhm, gracias— murmura lo último— En serio, gracias por ayudarme.
—De nada Jeon— le responde Tae mientras nos levantamos— No vuelvas a meterte en problemas. La próxima vez podría no ir Hayoung conmigo y resultaría totalmente peor— su tono de voz no deja la hostilidad.
Yo por mi parte le sonrío a Jungkook—Así es, hoy tuviste suerte. Y Jungkook, por favor, actualiza tus insultos. Prefiero decírtelo yo a que Heesok— tomo mi mochila y la cuelgo en mi hombro derecho— Nos vemos, Jeon.
La cara del peli-oscuro es épica, pero mi mejor amigo y yo no le damos tiempo de siquiera respondernos. Nuestro deber ya está hecho. Lo salvamos de ser molido a golpes por parte de unos idiotas sin cerebro, fin de la historia.
—¿En serio haremos ese trabajo ahora? — inquiere Taehyung mientras caminamos hacia la salida de la biblioteca— Porque yo debo irme luego a trabajar a la tienda con mamá.
—¿A qué horas llegas de la tienda?
—Uhm, como a las ocho yo creo.
—¿Qué tal si paso a tu casa o vas a la mía y lo terminamos allí?
—Hayoung, nuestro método de no hacer los trabajos en casa es precisamente porque nos dormimos o terminamos viendo películas.
Le blanqueo los ojos y pongo una expresión molesta—Pues, ¿qué más quieres que hagamos? Debes ir con tu madre.
—Está bien, iré yo a tu hogar cuando salga. Te llamaré, si pudieses adelantar un poquitín el trabajo...— su expresión se vuelve infantil. Niego con la cabeza abruptamente— ¡Oh vamos, Hayoung! Solo es adelantar un poco.
—¿Por qué algo me dice que no quieres que solo lo adelante? — entrecierro mis ojos mirándolo con desconfianza.
—¿Cuándo he sido irresponsable, ¿eh?
—¿Quieres que te lo recuerde?
—¡Tú también lo eres!
—¡Yo soy más responsable que tú!
—¡¿De quién fue la idea de repetir último curso?!
—¡De ambos!
Un griterío infantil se forma entre Taehyung y yo mientras caminamos hacia la entrada de la escuela. Nuestras palabras salen sin sentido y en muchas direcciones, pareciendo un pasillo de hospital psiquiátrico y solo con nosotros dos.
Cuando estamos a punto de salir de la escuela, alguien gritando nuestros apellidos nos detiene.
—¡Lee, Kim! — oímos a nuestras espaldas.
Taehyung y yo volteamos a ver quién nos llama y ambos nos sorprendemos cuando vemos a Jungkook caminar hacia nosotros. Le doy una mirada rápida al castaño junto a mí y él la devuelve, también confundido por el reciente hecho.
—¿Están muy ocupados? — pregunta una vez que llega frente a nosotros.
El primer detalle del que me percato es que se ve totalmente bien a pesar de haber sido golpeado hace un rato. El segundo, es que luce guapo incluso con ese corte en su tabique nasal.
—Un poco, sí— dice Taehyung a la defensiva— ¿Se te ofrece algo, Jeon?
—Me gustaría hablar con ustedes— comenta encogiéndose de hombros— Una conversación como chicos normales de último año.
—¿Por qué? — cuestiono confundida— ¿Tienes algo importante que decirnos?
—¿La verdad? Es que sí. Me gustaría, en serio, poder hablar con ustedes.
Nuevamente redirijo mis ojos a Taehyung. Es sospechoso, ¿por qué él querría hablar con nosotros?
—Lo siento, pero yo no puedo— habla Tae— Debo ayudar en unas cosas a mi mamá— hace una pausa y entonces, una de sus manos se posa en mi hombro derecho— Pero Hayoung está libre y sin nada que hacer ahora. Si necesitas hablar con alguien, puede ser con ella por mientras.
—¿Qué? — chillo mirándolo espantada— ¿Qué has dicho?
—Él quiere hablar, tú no tienes que ir a trabajar. Si se lo dices a Youngie ella me pasará el mensaje, ¿o es importante que también vaya yo? — mi amigo levanta una ceja en dirección a Jungkook.
—Con solo Lee también estaría bien.
—No se diga más, Hayoung puede hablar contigo. Pero una sola advertencia Jeon, si mi chica llega contándome cosas feas sobre ti terminaré el trabajo de los otros imbéciles— la amenaza al final va tan en serio que incluso pude ver como Jungkook tragaba con fuerza.
—¿En serio estás dejándome sola con Jeon? — le susurro a Tae cuando se voltea a mirarme para despedirse.
—Mándame un SOS si se pasa de listo o estúpido, lo que venga primero— murmura de vuelta— Estoy seguro de que es algo que debe estar matándolo hace tiempo.
—¿De qué demonios hablas? — pregunto con el ceño fruncido.
—Tú solo ve, ya sabes, cualquier cosa, mensaje SOS y tu ubicación— finalmente se despide besándome la frente.
Le regala una mirada de 'te estoy vigilando Jeon' a Jungkook y el muy idiota de Taehyung se va, dejándonos solos.
—Este día ha sido lo suficientemente extraño como para terminar aceptando una conversación tuya— digo casi al borde de los nervios— ¿Qué es lo que pasa?
—¿Podríamos ir a otro lugar? Es algo un poco enredado y largo de explicar— Jungkook suelta un suspiro— Prometo no decir nada insultante. En serio.
—¿A dónde quieres ir? — inquiero con desconfianza.
—Conozco una cafetería muy buena.
—¿Me estás invitando a un café? — levanto una ceja hacia él.
—No, cómo crees. Tú te pagas el tuyo, Lee— dice totalmente serio. Mis ojos se abren sorpresivos ante su respuesta, pero rápidamente él suelta una carcajada y niega con su cabeza— Tranquila, yo invito a un café. Solo si quieres.
Pienso en las posibilidades de que todo esto sea una cámara indiscreta. Miro en todas las direcciones posibles para ver si alguien nos está grabando, pero no se ve moros en la costa.
Digo, ¿qué otra cosa podría salir más si me voy con él? Es un simple café con un compañero de clase.
Uno que te ha dicho prostituta y sus derivados una millonada de veces.
Suelto un suspiro agotado. No hay mucho más que pensar, no realmente.
—Está bien, vamos— termino cediendo ante la petición de Jungkook, esperando no arrepentirme.
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