Capítulo IX
La incomodidad es real.
Caminar junto a Jungkook en un silencio sepulcral es algo que no tenía planeado un jueves después de clases. Especialmente porque aún tenemos pendiente aquel trabajo con Taehyung, quien muy desgraciadamente me ha dejado sola en esta cruzada.
Disimuladamente miro a Jeon. Si no fuera un imbécil, seguramente ya hubiera puesto en práctica mis encantos o alguna mierda así. Jungkook es atractivo y sobre todo, muy masculino. Es alto, con bíceps y tríceps que resaltan a través del jodido uniforme, lunares en puntos estratégicos y un lindo cabello oscuro, casi negro, que dan ganas de jalar. A eso hay que sumarle sus desproporcionados labios, que siempre tienen un lindo tono rosa y que a pesar de todo, se ven todo el tiempo besables.
Sí, Jeon Jungkook es muy guapo. Un diez de diez.
Pero es un idiota de proporciones bíblicas y eso hace que me encuentre incómoda mientras caminamos el uno al lado del otro.
Mi disimulo dura poco. Jeon gira su cabeza para mirarme y en cuanto me atrapa mirándolo, sonríe de lado.
—¿Puedo...— carraspeo la garganta— Saber a dónde vamos?
—A una cafetería que me gusta mucho. Su café es rico y sus pasteles también— se limita a contestar.
—¿Y dónde demonios queda eso? ¿En Narnia? Porque no creas que no me di cuenta de que hemos caminado bastante.
—¿Siempre estás quejándote? — repone con evidente fastidio hacia mi persona— ¿Cómo es que Kim logra controlar tu mal genio?
—Con él no soy así. Solo con los idiotas descerebrados que son golpeados y luego hacen como si nada hubiese pasado y me piden ir con ellos a un café en quién sabe dónde para decirme quién sabe qué— respondo cruzándome de brazos y mirándole con una ceja alzada.
—Lee Hayoung, definitivamente tú eres algo— frunzo el ceño ante su declaración— Ya llegamos.
Nos detenemos abruptamente frente a un local. Mis ojos enfocan primeramente la puerta, para luego soltar un chillido de sorpresa y estupefacción al notar a dónde hemos llegado.
Blue Side se lee en unas lindas letras azules y elegantes afuera, dándome a entender que a este lugar es al que me ha traído Jungkook.
Mi sorpresa no pasa para nada desapercibida. Al contrario, veo al chico fruncir su ceño hacia mí y en menos de lo que pienso, cuestiona.
—¿Habías venido aquí? — pregunta.
—Uhm, sí. Un par de veces— respondo algo incómoda— ¿Entramos o nos quedamos aquí afuera admirando la puerta?
—Claro, olvidaba que voy con la insoportable Hayoung— sin remedio me blanquea los ojos y abre la puerta para que entre yo primero.
Aquel mínimo gesto me recuerda a las veces que hemos estado aquí con Seokjin y no puedo evitar sentirme estúpida al solo imaginarlo. La campanita que está sobre el marco de la puerta de vidrio suena, haciendo anuncio a nuestra llegada. Veo el local de un lado a otro y sonrío al verlo lleno.
—¡Jungkookie! ¿Qué te trae por aquí? — una voz familiar sale a nuestro encuentro. Mi mirada inmediatamente se posa en la chica de cabellos rojos que viene con una sonrisa y una charola en una de sus manos.
—Dongyul noona, hola— saluda tímidamente Jungkook haciendo una reverencia. En cuanto Dongyul está a nuestro lado, sus ojos se abren muy grandes.
—¿Hayoung? — pregunta un poco suave— Oh sí, ¡eres Hayoung! Vaya esto es extraño. Jungkook nunca había venido aquí con una chica y yo a ti jamás te había visto con alguien que no fue-
—¡¿Dónde nos sentamos?! — exclamo envuelta en pánico. No, Jeon no necesita saber con quién vengo a este lugar.
Ambos arrugan sus frentes ante mi dramática interrupción, pero Dongyul parece captar que no quiero hablar de ello. La pelirroja nos guía hasta una mesa al centro del local, ya que esa es la única disponible.
—¿Lo de siempre Jungkookie? — dice la mayor anotando algo en su pequeña agenda para los pedidos.
—Oh, sí por favor noona— ladeo la cabeza hacia la izquierda. El tono suave con el que Jungkook trata a Dongyul me descoloca, porque estoy acostumbrada al agresivo Jeon; de todas maneras, lo dejo pasar.
—¿Y tú Hayoung? ¿Caramel macchiato?
—Sí, eso estaría bien— respondo con una sonrisa. La chica nos hace una pequeña reverencia y se va por nuestros pedidos. Sin pensarlo, suelto un suspiro.
—¿Puedo preguntar cómo conoces a noona? ¿Ya habías venido con alguien más aquí? — interroga el castaño frente a mí.
—Eso no es tu incumbencia— me cruzo de brazos— ¿Qué es lo que querías hablar?
—¿Va a ser así? Tú y tú mala actitud tratando de hacerme hablar— su ironía la siento hasta mi médula.
Blanqueo los ojos—Escucha, Jungkook. No tengo tiempo para tu mierda de misterio. Solo quiero que me digas que nos odias a Tae y a mí porque hemos logrado meter a más personas en nuestras camas que tú e irme a mi casa.
—¿Mierda de misterio? — suelta una risa nasal— ¿Seguiría siendo una mierda si aquello tratara de Park Jimin?
Mi sangre en segundos se congela y mi corazón se detiene. En menos de dos segundos, ya estoy de pie y frente a Jungkook, tomándolo del cuello de su camisa y con la respiración agitada. Nadie tiene derecho a hablar de Jimin tan ligeramente.
—Puedes bromear con lo que se te dé la puta gana Jeon, pero no con Jimin— me hallo molesta mientras que sus ojos me observan impresionados. Sé que mi actitud sobreactuada no es ajena a los clientes, pero eso no me impide permanecer así con Jungkook.
—Hayoung— dice serio. De pronto, sus manos se envuelven en mis muñecas con delicadeza, provocando que mi agarre a su camisa se haga más flojo— Con Jimin hyung no bromearía, jamás. Por favor, relájate.
Mis dedos finalmente sueltan su ropa. Jungkook deja que mis brazos queden a mis costados, aún con sus manos rodeando mis muñecas. De pronto, sus pulgares comienzan a realizar movimientos circulares sobre mi piel y allí reparo que mis manos están en forma de puños y muy tensas. Relajo los dedos y solo cuando ellos están sueltos, Jungkook me deja ir.
En silencio regreso a mi silla. Antes de poder decir cualquier cosa, Dongyul llega a nuestra mesa y en silencio deposita nuestros cafés. Mi mirada se fija en mi regazo y oigo como Jungkook musita un "gracias noona", antes que la pelirroja se retire, dejándonos solos.
—Lo siento, creo que me pasé un poco— murmuro levantando mis ojos para encontrarlos con los suyos— Jimin sigue siendo un tema delicado, a pesar de los años.
—Puedo verlo, claramente— dice él seguido de una mini sonrisa— Esperaba cualquier reacción menos esa. Impresionado es como me siento ahora.
—¿Cómo conocías a Jimin? — cuestiono— Él jamás te mencionó.
—Jimin hyung y yo íbamos a la misma academia de baile. Allí lo conocí— responde para luego darle un sorbo a su café— Él... Jimin era el mejor en la clase, pero también es una de las mejores personas que he conocido en mi vida.
—Oh vaya, no me digas que eres gay y te gustaba Jimin. Porque lo entendería completamente.
—¡¿Qué?! ¡No! — se exalta— A mí me gustan las niñas. Una en particular— sus ojos se desvían detrás de mí y sin querer persigo su dirección. La única persona que veo visible y parada a unos metros de nosotros es a Dongyul.
—Vaya Jungkook, ¿te gustan noonas? — digo en tono burlesco. El castaño se vuelve un tomate ante mi comentario y suelto una carcajada— Pero hey, no cualquier noona, te gusta una noona con novio...
Me callo. Algo en mi cerebro hace un corto circuito, pero no sé bien el por qué.
¿Cómo conocía Jungkook a Dongyul? ¿Sería cliente frecuente? ¿Sabría él que la chica era novia de uno de los amigos de Seokjin? ¿Conocería acaso a su novio? ¿Y si no sabía que ella era una mujer casi comprometida?
—Hayoung, cuando quieres puedes ser muy cruel. Estoy tratando de hallar qué hacía que Jimin hyung hablara de ti con tanto amor y devoción— Jeon suelta un suspiro— Por supuesto que sé que tiene novio. Gracias a su novio la conocí. Hoseok hyung es mi instructor de danza y también fue el de Jimin.
La taza que sostenía en esos momentos entre mis manos se desestabiliza totalmente y casi derramo el café sobre mi uniforme. Detengo toda acción tanto así como el respirar y me quedo mirando atónita a chico frente a mí, que parece totalmente ajeno a mi estado atónito.
Mi cerebro nuevamente hace cortocircuito.
—¿Eso era lo que tenías que decir? — musito.
—No. La verdad, es que ahora viéndote actuar así, me arrepiento un poco de todo lo que te he dicho durante estos años. Pensé que Taehyung y tú se habían olvidado de Jimin y eso me molestaba.
—¿Por qué demonios te importaría que sucede con Tae y conmigo referente a Jimin? nosotros jamás notamos tu existencia en sí hasta que comenzaste con esa mierda de "los odio a ambos, par de putos".
—Cuando lo dices así me dejas como el malo de la historia— se rasca la nuca nervioso.
—Porque lo eres, nosotros jamás te hicimos algo.
—¡Está bien! Tienes razón. Lo que sucede es que...— hace una pausa, soltando un suspiro— Jimin hyung es muy preciado para mí. Antes de morir, era mi único amigo en la academia. Siempre andaba sonriente, era educado, pero sobre todo, muy talentoso. Él bailaba genial.
Una sonrisa nostálgica se asoma a mis labios.
—La danza contemporánea era lo suyo— murmuro con los ojos fijos en la taza sobre la mesa— Verlo bailar era arte. Desde niño que le gustaba andar moviéndose así, recuerdo que siempre trataba de hacernos bailar a Tae y a mí, pero yo terminaba yéndome a jugar con mis muñecas y Taehyung le decía "ChimChim, yo soy un árbol".
Dirijo mi mirada hacia Jungkook y por primera vez veo sus ojos brillar.
—Sí, creo que puedo entender porque eran mejores amigos. Diablos, me siento un fracasado y un estúpido a la vez.
—Lo de estúpido te doy crédito. Fracasado no lo creo— me encojo de hombros— En fin, ¿a dónde vamos con todo esto?
—Oh, cierto. Bueno, yo quiero mucho a Jimin hyung aunque él ya no esté aquí. Siempre hablaba de Taehyung y de ti como si fueran la octava maravilla del mundo y todos en la academia queríamos conocerlos, incluso Hoseok hyung.
—Jimin solía presumirnos tanto como nosotros a él.
—Supongo que sí. Para mí siempre estuvo la ilusión de conocerles, pero lamentablemente, solo les vine a conocer hace un par de años en la escuela. Pensé que los vería al fin en su funeral... pero me enfermé y mamá no me dejó asistir. Estaba devastado y enojado con la vida y cuando tuve la oportunidad de conocerlos al tiempo después, ustedes eran una copia barata de Bonnie & Clyde.
—¡Hey! ¿Qué demonios con esa referencia? — suelto una carcajada— Y lamento mucho que no pudieras asistir. Aunque sabes, fue mejor. Tae era una piedra y yo estaba echa un lío, muy indigna.
—Imagino a que sí. Creo que los he juzgado mal todo este tiempo, Hayoung. Siempre pensé que la muerte de Jimin fue algo muy pasajero y que se habían olvidado de él. Sus actitudes y reputación eran una contradicción a todo lo que hyung hablaba sobre ustedes— confiesa tímidamente— Y me quiero disculpar por haberlos juzgado mal. Con solo verte puedo ver que sigues queriéndolo como siempre.
Pestañeo rápidamente unas cuantas veces. No esperaba una disculpa, más es exactamente lo que estoy recibiendo por parte del mismísimo Jeon Jungkook.
—Bueno, deberías aprender la lección a no juzgar sin conocer ni hablar antes de tiempo, Jungkook— me cruzo de brazos— A Jimin lo amo como si siguiera en este lugar. No lo podría olvidar jamás, nos conocemos desde que éramos bebés. Por favor, ¡hasta nos bañaron juntos! — exclamo divertida—Me costará asumir que ya estás cambiando tu perspectiva sobre Taehyung y yo, pero aceptaré de todas maneras tus disculpas, solo porque veo que Jimin también es preciado para ti.
El chico frente a mí esboza una sonrisa, mostrándome su perfecta dentadura.
—Gracias Hayoung. Wow, jamás pensé decir eso tantas veces en un día.
—Sí, bueno, a algunos nos cambia demasiado la vida después de entender algunas cosas— ironizo blanqueando los ojos— Entonces, ¿bailas? ¿Hay algo que no sepas hacer, Jeon?
—Uhm, bueno, no lo sé. Desde que era niño me gusta mucho el arte, la danza y la música. Pero también mi padrastro me motivó a ser el mejor en la escuela y que nadie me ganara— se encoge de hombros— No he tenido muchos amigos por lo mismo. Pero no necesito amigos en la escuela, mi grupo de danza es mi familia.
—Aunque te guste la novia de tu maestro— susurro, a pesar de que él alcanza a oírme. Sus mejillas comienzan a colorearse en un leve tono carmesí y me sorprendo de ver esta faceta de Jungkook.
—Por favor, no se lo digas a nadie. Dongyul noona es mi crush secreto, apenas sabe de esto de mi hermano mayor y ya fue muy vergonzoso confesárselo.
—Vaya, no sabía que tenías un hermano.
—En realidad es mi hermanastro. Mi mamá se volvió a casar cuando yo era un niño aun, así que teóricamente mi padrastro es más como mi padre biológico y a mi hermanastro lo quiero como si tuviésemos la misma sangre. No es muy complicado la verdad, ¿sabes? Creo que el único trauma por el que he pasado en mi vida es la muerte de Jimin hyung.
—Te entiendo Jungkook, tranquilízate y no te deshagas en explicaciones, solo lo dije como un comentario— le sonrío tenuemente para tranquilizarlo. Por algún motivo se ve un poco más nervioso que antes.
—Lo sé, es solo que, me siento mal por haberlos juzgado de esa manera.
—¿Sabes una cosa? Tu secreto está a salvo conmigo, nadie sabrá sobre tu súper crush con Dongyul, te lo prometo. Además, no tendría a quien contárselo, Tae no la conoce.
—Es un buen punto. De todas maneras, ¿ya habías venido a Blue Side? Porque pareces familiarizada con el lugar.
—B-bueno, la verdad es que yo-
Mi frase se ve interrumpida por la campanita que está sobre el marco de la puerta del local que indica que alguien está entrando o saliendo. Por instinto volteo mi cabeza para mirar antes de inventar una mentira para decirle a Jungkook, cuando me quedo congelada al ver los nuevos clientes.
Oh mierda, este simplemente no es mi día.
Me giro tan rápido como mi cuerpo me lo permite y miro a Jungkook con notable pánico. Por su parte su ceño se frunce a primeras, para luego transformarse en una amplia sonrisa. Hago el amago de querer meterme debajo de mesa entre la distracción de Jungkook al mirar a los nuevos clientes, pero un grito de sorpresa capta mi atención, deteniéndome en el acto.
—¡Hobi! ¿Qué haces aquí tan temprano? — la voz de Dongyul se proyecta tan fuerte y eufórica que me volteo solo para mirar como la pelirroja va a saludar con un abrazo al chico de cabellos naranja que ha entrado al local.
Rápidamente le echo un vistazo a Jungkook quien borra la sonrisa por unos segundos.
—¡Hyung! — exclama levantando su mano y agitándola en el aire.
Mi sangre se congela y quiero enterrarme viva bajo la tierra. Él está llamando a 'su hyung', que perfectamente podría ser cualquiera de los tres sujetos que han entrado a Blue Side.
Me quedo quieta mirando hacia mis manos que yacen en mi regazo cuando siento las presencias ajenas. Esta debe ser una maldita broma, de esas cámaras indiscretas que son de muy, muy mal gusto.
—Jungkook— murmuro— Creo que debería irme. Taehyung y yo tenemos pendiente el trabajo de biología.
—Claro, antes déjame presentarte a mis hyungs— dice con rapidez sin prestarme realmente atención— ¡Yoongi hyung! — exclama nuevamente.
Oh demonios, alguien máteme ya.
—Hey Jungkook, ¿Qué haces aquí? — dice la tenue voz del oficial Min a mi costado. Volteo mi mirada solo para darle un rápido chequeo y en cuanto sus felinos ojos se topan con los míos, una sonrisa burlesca aparece en su rostro— Debe ser una broma, Kook.
—¿Qué es una broma? — preguntan otras dos voces al unísono detrás de mí.
—Jungkook, creo que hemos hablado acerca de tener amistades que suman y no restan— Min Yoongi se cruza de brazos— Es extraño verte fuera de la comisaría, Hayoung.
—¿Qué? — preguntan Jungkook— ¿La conoces, hyung?
De pronto todo se vuelve un caos. Mi cabeza da vueltas y trato de hacer funcionar mis neuronas ante los nuevos antecedentes que se me están presentando. De pronto, los cinco nos vemos sorprendidos por la conexión o relación que guardamos entre los que estamos allí.
—Hey pequeño Kookie, qué agradable verte por aquí— el chico de cabellos naranjos se posiciona al lado de Yoongi y pasa un brazo sobre sus hombros— Y con una amiga. Casi siempre andas solo. Mucho gusto amiga de Jungkook, soy Jung Hoseok— el amigable chico me regala una sonrisa amplia.
Hago un asentimiento con mi cabeza, llena de incomodidad y digo— Me llamo Lee Hayoung. Y también es extraño verlo sin su uniforme, oficial Min— mi bocota responde.
—Oh, ya entiendo de dónde se conocen— musita Jungkook— Hayoung, él es mi hermanastro. Me alegro de que jamás te haya arrestado.
—Lo hice una vez, pero la señorita Lee tiene un encanto natural junto a su amigo Taehyung que hizo que los terminara dejando libres al par de horas después— dice el pelinegro seguido de un bufido.
—Bueno, no puedes culparla Yoongi, ella es más inteligente de lo que aparenta— finalmente se une Seokjin a la conversación, posicionándose al lado de Hoseok— Es bueno verte, Hayoung-ssi.
¿Hayoung-ssi?
—Esperen un momento— dice el pelinaranjo con el ceño fruncido— ¿Ustedes dos ya conocían a la amiga de Jungkook? ¿Qué demonios? ¿Por qué parece ser que soy el único que no sabe nada?
Noto cómo la confusión comienza a reinar entre los cinco. Los tres mayores se miran entre ellos, especialmente Seokjin y el oficial Min.
—Estoy también confundido— habla Jeon rascándose la nuca.
Este es mi momento para huir. Es ahora o nunca Hayoung.
—¡Bueno!— exclamo levantándome de la mesa— Muchas gracias por el café Jungkook y también por las disculpas. Te veo mañana en la escuela— tomo mi bolso y miro a los tres hombres que me observan confundidos— Un placer conocerte Hoseok. Uhm, oficial Min y Seokjin-ssi, fue bueno verlos también— aceleradamente hago una reverencia en casi noventa grados— Nos vemos.
De manera torpe y acelerada comienzo a caminar hacia la salida a pesar de los insistentes gritos de Jungkook para que me quedara, que no me fuera así, que él podía ir a dejarme a dónde debía ir. Me despido velozmente de Dongyul que me ve partir como si mi alma se la llevara el diablo y salgo lo más rápido posible de Blue Side.
Una vez afuera, suelto un suspiro y me reprendo mentalmente por lo ridícula que debí verme hace segundos atrás. Literalmente hui, y no sé si se notó o no. Aunque lo más probable es que si lo haya hecho. Comienzo a caminar en dirección a la tienda de la mamá de Taehyung y mis neuronas empiezan a hacer sinapsis y a comunicarse entre ellas para entender el cuadro de relaciones.
El oficial Min, o sea, el mismísimo Min Yoon Gi es el hermanastro de Jungkook. Recuerdo que él mencionó minutos antes tener un padrastro. El oficial Min, venía acompañado de Hoseok, Jung Hoseok, el instructor de baile de Jungkook, el novio de Dongyul y a la vez, un personaje que estuvo involucrado con Jimin. Evidentemente son amigos con Yoongi.
Finalmente entra aquí Seokjin, quién veces anteriores me había hablado sobre uno de sus amigos que es policía y que su otro amigo sale con la divina Dongyul.
¡Santísima mierda! Kim Seok Jin y yo estábamos conectados al nivel: qué pequeño Busan es.
Jungkook conoce a Seokjin. Y viceversa. Posiblemente Jeon se enteraría que tengo sesiones con un psicólogo y que además he tenido más de un problema con su hermanastro y que con Tae, debemos ser sus favoritos. Allí, Hoseok se enteraría que soy la legendaria Lee Hayoung, mejor amiga de su antiguo alumno, Park Jimin.
Una locura, eso es lo que es. No entiendo en qué momento el ir a tomar café con Jeon Jungkook se convirtió en armar un rompecabezas mental.
Miro la hora en mi celular y noto que ya se ha hecho un tanto tarde. Apresuro mi paso, mientras pienso si debería ir a buscar a Taehyung a la tienda de su madre o irme a casa.
En eso, noto que un auto va a marcha lenta siguiéndome. Giro mi cabeza rápidamente y en cuanto reconozco de quién es el vehículo me detengo en la acera. El auto también para y la ventana del lado del piloto, que está justo de mi lado, baja lentamente.
Lo primero que me topo son los brillantes ojos marrones de Seokjin.
—¿Un aventón a casa?— pregunta para luego sonreírme.
Bueno, creo que he hallado mi respuesta.
Miro hacia todos lados, asegurándome que nadie conocido está viendo y sin pensarlo rodeo el auto de Jin, para finalmente subirme a su lado.
—Gracias— digo mientras abrocho el cinturón de seguridad y él nos echa a andar por las ajetreadas calles de Busan.
—Tranquila, no es nada— dice relajado— Hoy te envié un mensaje para saber cómo estabas, me preocupé porque no respondiste.
Mi corazón da un vuelco a tal punto que pienso exageradamente que va a darme un infarto. Además, me abofeteo mentalmente por no recordar responderle.
—Estaba en clases de deportes, haciendo nada. Iba a responderte, pero el entrenador me vio y luego de eso sucedieron algunas cosas y bueno, lo olvidé— me encojo de hombros— Pero me está yendo bien, gracias por preguntar y preocuparte, Seokjin.
—¿Esas algunas cosas involucran a Jungkookie? No sabía que eran amigos— cuestiona un tanto serio.
—Somos compañeros de clase, no amigos. Yo no sabía que eras amigo del oficial Min y conocías a Jeon.
—Qué pequeño es Busan, ¿no crees?
Ni que lo digas, Seokjin.
—Lo es, en serio que sí. Siento como si hubiese quedado más que expuesta— confieso— Es decir, mi psicólogo, mi odiado compañero de clase y el oficial que siempre nos atrapaba a Taehyung y a mí, en un mismo lugar. A eso hay que sumarle que el instructor de danza de Jimin también estaba allí.
—Espera, ¿Hoseok le hizo clases a Jimin?
—Así es. De hecho, no creerás esto, pero Jungkook y Jimin solían ser amigos, se conocían de la academia.
—Oh, wow, Hayoung, tú sí que sabes hacer conexiones con las personas— bromea— Solo para tu tranquilidad, Jungkook no sabe que soy tu psicólogo. Solo le mencioné que nos habíamos visto en el cementerio un par de veces. Él es un chico listo y comprendió de inmediato el por qué.
—Pero el oficial Min y Hoseok si lo saben, ¿no? Ellos son tus amigos, asumo que a veces les hablas de tus pacientes— miro a Seokjin insistentemente.
El castaño a mi lado muerde su labio -lo cual provocó un mini temblor en mis piernas- y dice—Sí. Ellos si lo saben, pero tranquila, su secreto profesional me asegura que nadie se enterará. No Jungkookie por lo menos.
Mi boca se abre en una diminuta 'O' — ¿Debería preocuparme por otra cosa?
—No. No realmente— nos detenemos en un semáforo y por primera vez, desde que me subí al auto, Seokjin se gira a mirarme— Me alegra verte bien, Hayoung.
Mis ojos se abren un poco impresionados por el cambio abrupto de tema. Trago con fuerza como demostración de mis nervios y una sonrisa tímida dejo asomar.
—¿Lo dices como mi psicólogo o como mi amigo?— me atrevo a preguntar.
Seokjin suelta una risotada y emprende marcha cuando el semáforo cambia a luz verde.
—Lo digo como alguien que se preocupa por ti. Y eso, incluye ambas— responde sin más, con sus ojos fijos en el frente.
Sin poder evitarlo, una sonrisa genuina adorna mi rostro y el resto del camino nos vamos en silencio. Uno muy cómodo, cabe aclarar. Las calles de Busan a medida que pasa el tiempo se van haciendo más conocidas, hasta que finalmente diviso el edificio en el que vivo. No tardamos mucho en llegar y como lo había hecho antes, Seokjin aparca el auto justo afuera.
—Gracias por traerme, Seokjin— digo mientras desabrocho el cinturón de seguridad— Aunque sabes, no lo pregunté antes, ¿cómo hiciste para irte antes? Quiero decir, tú ibas con Yoongi y Hoseok.
—Solo les dije que tenía algo que hacer. Soy un adulto maduro y responsable, Hayoung. Mis amigos no me piden explicaciones acerca de lo que hago— me sonríe como siempre, mostrándome su perfecta dentadura— Ha llegado sana y salva, señorita Lee.
Omito comentarios. Niego con mi cabeza divertidamente— ¿No te bajas también?
—No tengo que atender a ningún paciente. A menos que quieras tener una sesión extraordinaria un jueves.
—No, me basta con la del lunes— muerdo mi labio inferior un tanto nerviosa por su respuesta— En fin, gracias Jin— abro la puerta del auto— Nos vemos el lunes.
—Nos vemos el sábado, Hayoung.
—¿El sábado?— pregunto con el ceño fruncido— ¿Por qué el sábado?
Cierro la puerta desde afuera y veo como una sonrisa burlesca aparece en sus labios. Seokjin baja el vidrio del copiloto y dice:
—Porque tenemos planes el sábado— se limita a contestar— Descansa y nos vemos.
Dejándome con la palabra en la boca, el mayor emprende marcha y se va rápidamente de allí, desapareciendo de mi campo visual incluso antes que diese media vuelta para entrar al edificio.
Confundida hasta la médula, entro y saludo al conserje como siempre. Me embarco en el elevador y cuando llego a mi piso comienzo a hurgar en mi bolso hasta dar con mis llaves. Todavía estoy esperando a que mis padres pongan contraseña al departamento.
En cuanto las encuentro, las introduzco a la cerradura y al primer click que la puerta hace, mi hermanito Boyoung abre de manera apresurada y muy emocionado, sin siquiera darme tiempo de terminar la acción. Es como si hubiese estado detrás de la puerta esperando a que llegase.
—¡Boyoung!— exclamo cuando se lanza a abrazarme— También me alegra estar en casa.
—¡Noona, adivina que! El sábado vendrá mi amigo de la escuela a jugar conmigo.
—¿Uh?— musito cerrando la puerta detrás de mí.
—¿Recuerdas que te dije que había un niño que decía que mis ojos eran mágicos por ver en blanco y negro? — asiento con la cabeza mientras dejo mi bolso en el piso y quito mis zapatos— Bueno, ¡invité a DoDo a jugar y su papá lo dejó!
Mi hermano vuelve a abrazarme, muy emocionado por la noticia. Me alegro genuinamente por él, ya que por primera vez tiene un amigo en la escuela que no lo molesta por ser daltónico monocromático.
Esperen un momento.
¿Dijo sábado? ¿Podría ser...?
—Hey, pequeño hiperactivo, ¿cómo se llama tu amiguito?
—Dohwan, Kim Dohwan. Pero yo lo apodé DoDo— responde sonriente.
Oficialmente nombraba a este día como el DÍA DE JODAMOS CON NOTICIAS Y SORPRESAS A HAYOUNG.
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