𝙲𝚊𝚙𝚒́𝚝𝚞𝚕𝚘 50: 𝙰𝚜𝚒́ 𝚎𝚜 𝚕𝚊 𝚟𝚒𝚍𝚊
Capítulo final
Algunos meses después
Los copos de nieven caían desde el cielo blanco, el camión de la mudanza había salido hace segundos con los muebles que TaeHyung no pudo vender, un taxi esperaba que tanto él como la niña subieran para llevarlos a la estación del tren. Tae había preferido irse con Ara a Daegu a finales del año pues así él tampoco renunciaría tan pronto en la escuela.
— ¿Estás segura que no puedes quedarte conmigo? —SungMin junto a su padre habían ido a despedirla. Ara sonrió apenas dejando su bolso en el asiento, se acercó al niño abrazándolo—Te extrañaré, Ara. No me acostumbro a no verte en la escuela.
—Ya te acostumbrarás, posiblemente aparezca otra niña más bonita que yo—bromeó alejándose—Así que antes de que eso pase...—besó su mejilla sorprendiéndolo.
—Espero que este cambio sea bueno para ti y tu tío, Ara—el padre de SungMin intervino. JiEun lo acompañaba—Te deseo una buena vida, cariño.
—Gracias, señor Joon—hizo una reverencia.
—Ara—JiEun se agachó tomando sus manos—Eres mi única sobrina y mi favorita. No dudes en llamarme para cualquier cosa, ¿De acuerdo?, no importa la hora, te responderé en cualquier momento.
—Está bien, tía JiEun.
La castaña la abrazó besando su mejilla.
—Te quiero mucho mi niña.
Un auto se detuvo detrás del taxi que tomarían, Hoseok salió de éste en el momento que Tae salía del edificio con parte de su equipaje. Ara fue corriendo a Jung Hoseok y éste la cargó abrazándola, ¿Quién diría que se encariñaría tanto de aquella niña que apenas decía algo en su oficina?
—Pensé que no vendría—lo miró.
—Estaba acabando esto—metió su mano en el bolsillo de su abrigo mostrándole una hoja doblada. Hoseok susurró en su oreja y ella asintió guardándola—El día llegó, ¿No?, te irás a Daegu.
Ara tomó una bocanada de aire asintiendo.
—Lo extrañaré, doctor Jung.
Él sonrió, Ara nunca dejaría de llamarlo así.
—Si a veces te sientes sofocada, inquieta o insegura recuerda todas las veces que hablamos del tema—miró sus ojos. Ara era una mini SoHyun para él—Y si tienes ataques de ansiedad...
—Tendré mi bola de cristal cerca.
—Hablando de eso—la bajó regresando a su auto. Al volver le entregó una bola de cristal con una mariposa morada dentro, al sacudirla volaban varias mariposas diminutas de colores—A mi madre le gustaban las mariposas...
— ¿Esta fue la que hizo para su madre?
—Así es—se colocó a su altura—Quiero dártela.
—Pero su madre...
—Mamá decía que las mariposas le brindaban tranquilidad y seguridad, quiero que eso mismo tengas ahora en tu vida—acarició su brazo—Cuando mires atrás y el pasado quiera hacerte dudar puedes buscar refugio en esta bola de cristal.
Ara sonrió, desde el primer momento aquellas bolas de cristal habían tenido su propio significado para ambos. Abrazó a Hoseok rodeando su cuello con sus brazos, respiró profundo antes de decir.
—Muchas gracias, doctor Jung.
—Prométeme que te cuidarás y que sin importar qué seguirás adelante.
—Lo prometo.
—Ya es hora de irnos—Tae interrumpió. Hoseok se levantó abrazándolo para despedirse—Gracias por todo, hyung.
—También espero que tengas más tranquilidad en tu vida—advirtió—Si necesitan algo pueden escribirme.
—Lo mismo digo—JiEun abrazó a Tae—Cuídense mucho.
▪︎▪︎▪︎
El tren comenzaba a ser llenado por los pasajeros. Ara iba sentada junto a la ventana y junto a su tío quien seguía acomodándose, la bola de cristal que Hoseok le había entregado seguía en sus manos. Recordó la carta y lo que le había dicho de leerla luego. Revisó en su bolso sacando la hoja doblada.
Tuve un sueño donde aparecía tu madre, ella estaba sana y no sentía dolor alguno. Me dijo que debía escribirte estas palabras:
Kim Ara, en el primer momento que te tuve en mis brazos supe que mi vida ya pertenecía a alguien más, no me molestaba pasar horas en vela para cuidarte, no me molestaba alimentarte cuando eras tan sólo una bebé, me gustaba sentirte cerca, me gustaba recordarme que esa pequeña cosita rosada había estado en mi vientre por meses. Creciste como la niña que siempre supe que serías, eres inteligente, eres fuerte, eres maravillosa, eres creativa y eres astuta para tu edad.
Esa es tu mejor arma.
Pero recuerda que sigues siendo una niña, sigues teniendo siete años y hay cosas que toda niña debe vivir, espero que ahora puedas vivirlas, lamento no poder estar contigo físicamente, pero estaré contigo, aunque no puedas verme.
Estoy muy orgullosa de ti, cielo.
Te ama.
Tu omma.
▪︎▪︎▪︎
La mente de TaeHyung estaba en blanco, su cabeza estaba inclinada hacia atrás en el asiento, habían anunciado en el comunicado que en diez minutos más estarían llegando a Daegu. La personita a su lado se movió llamando su atención.
— ¿En qué piensas, tío Tae?
—Pensé que te habías quedado dormida—la miró.
—No dormía, sólo intentaba hacerlo—forzó una pequeña sonrisa— ¿Piensas en appa?
—La verdad no—respondió—No pienso en nada, de hecho.
— ¿Sabías que el doctor Jung tuvo un sueño donde omma le pedía que me escribiera esto? —le enseñó la carta, Tae la leyó en silencio—El doctor Jung se enamoró de omma en poco tiempo, ¿Eso es posible?
—El amor pasa en los lugares menos esperados y en el momento menos pensado—sonrió un poco al acabar de leer la carta. Se la regresó a Ara mirándola—Lo de ellos estaba iniciando.
—Apenas iniciaba—afirmó— ¿Crees que el doctor Jung vuelva a enamorarse?
—Tal vez, no lo sé.
—Nunca has hablado sobre enamorarte, tío Tae.
—Porque nunca me ha pasado.
— ¿No te gustan las mujeres? —bromeó. Se echó a reír por su expresión—Lo sabía, no te gustan las mujeres.
—Ya, me encantan las mujeres.
—Oh, entonces eres mujeriego.
—Pero...—Ara se echó a reír después de tantos meses sin hacerlo—No debería hablar de esto contigo, eres muy pequeña.
—No lo soy, bueno sí pero que mi apariencia no te engañe—advirtió—Hablando enserio, ¿Por qué no te has enamorado?
—Creo que simplemente no ha aparecido la chica para mí—se encogió de hombros mirando a la ventana—Debe ser algo que pase espontáneamente, no puedo apresurarme, tampoco quiero hacerlo.
— ¿Te gustaría tener un hombro en quién llorar?
—No, me gustaría tener alguien que esté dispuesta a apoyarme cuando me sienta decaído, dicen que en una relación debes dar el cincuenta por ciento para que tu pareja complemente el otro cincuenta por ciento y así llegar al cien por ciento.
A Ara le gustó como había sonado eso.
— ¿Todos se enamoran obligatoriamente?
— ¿A qué te refieres?
—Muchos dicen que no se enamorarán, pero acaban haciéndolo.
—Como tú con SungMin—bromeó.
—No estoy enamorada de él.
—Ajá, sí.
—Tío Tae, no cambies el tema.
—Enamorarse no es obligatorio, habrá personas a lo largo de tu vida que te dirán diferentes teorías sobre esto, pero si el amor no llega a tu vida está bien, que no aparezca no significa que estás haciendo algo mal—pellizcó su nariz—Todo debe venir por sí solo, Ara, recuerda esto, nunca fuerces nada en la vida, todo bajo presión acaba rompiéndose.
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