𝙲𝚊𝚙𝚒́𝚝𝚞𝚕𝚘 44: 𝙶𝚛𝚒𝚜𝚊́𝚌𝚎𝚘
— ¿Cómo te sientes?—DaeHyung acarició su mano con una pequeña sonrisa. SoHyun despertaba recién sintiéndose extraña, su vientre ya no era abultado.
La habitación del hospital era compartida con otra madre.
— ¿Cómo está Ara?—quiso saber— ¿Pudiste verla?
—Fui a verla y es tan hermosa como imaginamos—sonrió enternecido por la imagen de su hija—Es muy pequeña, luce tan frágil, tan delicada...—SoHyun sonrió aliviada—Estoy orgulloso de ti—besó su frente abrazándola con cuidado—Te amo.
—Te amo—correspondió sintiéndose querida por su esposo—Quiero conocer a Ara.
— ¿Quieres esperar que la traigan?—se separó de ella.
—No, quiero verla ahora.
—Espera—DaeHyung se retiró del cuarto unos minutos. Al volver, traía una silla de ruedas. La castaña sonrió entendiendo la idea.
▪︎▪︎▪︎
DaeHyung empujó la silla por aquel pasillo recordando donde se encontraban los bebés recién nacidos. SoHyun iba sentada en la silla de ruedas, parte de ella se sentía tan cansada como para caminar, quería conocer a la bebé antes de que JiEun llegara. Ambos se detuvieron frente a un ventanal que permitía ver el cuarto lleno de cunas con diferentes bebés, Dae se puso a la altura de su esposa indicándole quien era la pequeña.
Kim Ara se encontraba muy tranquila en su cuna, vestía con un conjunto blanco y morado que ella conocía, pues había sido la primera ropa que compraron para la pequeña. Una de las enfermeras que supervisaba a los bebés notó a los padres allí, salió de la habitación saludándolos con una reverencia.
— ¿No debería estar descansando, señora? Tengo entendido que fue una de las madres de hoy.
—Quería conocer a la bebé—explicó DaeHyung.
— ¿No la habían llevado a su habitación?
—No.
—Aigoo, pero que irresponsables—negó con la cabeza— ¿Quiere que la traiga?, no responda, ya lo hago.
Ambos padres vieron ansiosos a la bebé ser recogida por aquella enfermera amable. SoHyun era la principal emocionada, finalmente conocía a esa pequeña cosita que mantuvo nueve meses en su vientre. Esa cosita que era la unión de DaeHyung y ella, la enfermera la colocó en sus brazos permitiéndola admirarla.
—Hola, Ara—saludó. La bebé los veía, sus voces eran familiares para ella—Eres más de lo que esperábamos—besó su pequeña manito. DaeHyung besó su cabeza sin creer que esa bebé fuera suya y de la mujer que amaba.
—Eres mucho más de lo que esperábamos.
La pequeña cerró sus manitos convirtiéndolas en dos puños. SoHyun la sostuvo contra su pecho abrazándola por primera vez, aquel calor maternal era imposible de reemplazar o ignorar.
—Gracias por llegar a mi vida, Ara—susurró—Cuidaré mucho de ti, daría mi vida por ti, pequeña.
Kim Ara abrazaba sus piernas permaneciendo sentada en el suelo, no quería sentarse en las sillas de la sala de espera, de hecho, no quería hablar con nadie en ese momento, sólo quería ver a su madre. Estaba asustada, tenía miedo, al mismo tiempo parecía presentir lo obvio. Vio a la doctora salir de aquellas puertas, no se levantó, dejó que Hoseok y TaeHyung lo hicieran, sus piernas tenían algo de sangre seca por los rasguños de la ventana rota, su camisa blanca estaba salpicada de sangre, sangre de su madre.
La imagen de TaeHyung y Hoseok le hizo incorporarse. Se alejó de ellos caminando por el pasillo, caminó hasta salir del hospital deteniéndose en el jardín. Su respiración se agitó, sus pulmones dolieron, el disparo en su mente le hizo recordar la imagen de su madre sangrando, se abrazó así misma agachándose allí sollozando sin importarle quien la viera.
Su padre había disparado dos veces, su madre dio su vida para salvarla, porque sí, Moon SoHyun había fallecido. Ara tocó su pecho sintiendo mucho dolor en su corazón, la niña de siete años jadeó en busca de aire, llevó sus manos a su rostro queriendo gritar, necesitaba respirar.
—Estoy...despierta—sus ojos insistían en cerrarse. SoHyun apretó sus manos luchando por mantenerse consciente—No...no puedo...respirar.
Ara no quería vivir sin ella. ¿Cómo iba a vivir sin su madre?, jadeó deseando lastimarse o lastimar algo.
—Appa quiere lastimarte.
—Shh.
—Ten mucho cuidado, por favor.
—Ara, tranquilízate—acarició su espalda—Nada de eso pasará, estoy aquí contigo y estaré aquí contigo por mucho tiempo—apretó su pequeño cuerpo entre sus brazos—Hasta que esa linda cabeza se llene de canas.
Ara sonrió ladinamente y SoHyun sonrió al lograr su cometido.
—Te quiero, omma.
—Y yo a ti, cielo.
Alguien la abrazó, por su perfume supo quien era.
— ¡Suéltame!
—Lo siento, lo siento.
— ¡Cállate!—gritó ganando varias miradas. TaeHyung la apretó más entre sus brazos sintiéndose peor, él también estaba llorando. Ara sollozó en su pecho cuando se arrodilló frente a ella—Quiero a omma, tío Tae, ella dijo que estaría conmigo, ella lo dijo—sollozó mas— ¡Quiero a omma!, quiero ir con ella.
TaeHyung no sabía que decir. Sabía que su dolor no se comparaba al de Ara.
La niña había perdido a la mujer que más quería en el mundo.
▪︎▪︎▪︎
JiEun se detuvo respirando con dificultad, había entrado corriendo al hospital luego de recibir el mensaje de TaeHyung, divisó a Hoseok apoyado de la pared con ojos llorosos, el pelinegro levantó la mirada y recibió el abrazo de la castaña. JiEun soltó las lágrimas sin evitarlo, ella había perdido a su hermana menor. Se separó un poco teniendo sus brazos tomados.
— ¿Dónde está TaeHyung?, ¿Y Ara?
El chico sorbió su nariz intentando respirar mejor. Su rostro estaba golpeado, pero ese dolor era menos a comparación del que tenía en su corazón.
—Él fue a buscarla, debe estar intentando consolarla.
—Mírate—con cuidado tocó su mejilla hinchada— ¿Qué fue lo que pasó, Hoseok?—su voz tembló y las lágrimas salieron de nuevo. Hoseok la ayudó a sentarse a su lado teniendo un nudo en la garganta.
—DaeHyung le disparó, eso pasó—contuvo las ganas de llorar sin mucho éxito—Él iba a dispararle a Ara pero ella se interpuso y...—sollozó—No pude salvar a tu hermana, JiEun, lo siento mucho.
La castaña volvió a abrazarlo pero esta vez llorando con él.
—Disculpe—ambos miraron a la enfermera—La paciente será trasladada a la morgue, antes de eso tienen permiso de verla y despedirse—hizo una reverencia—Mi sentido pésame.
—Gracias—Hoseok secó sus lágrimas—Debo...buscar a Tae y Ara.
—Ve, yo esperaré aquí.
Todavía la pérdida no era procesada. Decir o asumir que SoHyun había fallecido era...algo difícil de aceptar.
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