Jung Hoseok tenía cinco años, sus ataques de ansiedad eran algo que venían haciéndose constantes desde hace un año. Su madre nunca estaba cuando esto ocurría y su padre era el causante de todos ellos, el dormir profundo por las noches era algo que había dejado de ser normal para el pequeño. Esa noche daba vueltas en su cama sin poder conciliar el sueño, se sentía muy agotado, su padre ese día al menos no lo había golpeado ni había golpeado a su madre, era una constante tortura para él, envidiaba a esos niños de su escuela con padres felices.

¿Quién iba a escucharlo siendo sólo un niño?, a nadie le importaba lo que pasara consigo. Hoseok estaba solo.

Si su madre moría...estaría solo.

Se levantó de la cama esperanzado de que su padre se hubiera quedado dormido para pedirle a su madre que durmiera consigo, Hoseok caminó sin hacer ruido en aquel pasillo, la puerta del cuarto de sus padres estaba cerrada, pero se escuchaban sus voces.

Apoyó su oreja en la puerta para escuchar mejor.

—No puedo hacer eso—esa era su madre. No estaba llorando, aun así, su voz era triste y apagada.

—Sólo piénsalo, necesito que traigas más dinero a casa, si ese niño no existe el dinero alcanzaría más.

—Fuiste tú quien me animó a tener a Hoseok cuando descubrí que estaba embarazada.

—Nunca te dije que quería ser padre.

—Es nuestro hijo, por Dios.

—No, podría no ser mío, eres una puta que se acuesta con varios para conseguir dinero—aquella voz masculina lo decía con asco—Hoseok podría no ser mío.

— ¡¿Cómo dices eso?!, ¡Jamás te engañaría!

—Eso dices. Piénsalo bien, deja a ese mocoso en un orfanato y será una carga menos—la puerta se abrió dejando expuesto a Hoseok. El niño de cabello oscuro y ojos pequeños levantó su cabeza temeroso.

Incluso su voz tembló.

—Appa—el impacto llegó a su mejilla enviándolo al suelo. Tocó donde había recibido el golpe sintiendo dolor y ardor.

— ¡No llores!, maldito mocoso—levantó su mano golpeándolo de nuevo. Hoseok sollozó con su labio inferior roto, la mujer se apresuró a interponerse protegiendo a su hijo.

— ¡No!, no lo golpees, es sólo un niño...

—Un niño que le encanta chismosear, debería estar dormido a esta hora—con su dedo tocó con un poco de fuerza el hombro de su mujer—Te dije que no me gustaba verlo despierto si yo estaba aquí—Hoseok se aferró a su madre.

—No lo golpees, por favor.

—Si no le enseñas tú, entonces yo lo haré.

Hobi vio al hombre tomar su cinturón negro. Su madre lo protegió con su cuerpo llevándose ella los golpes en su espalda.

El doctor Jung miraba por la ventana de su habitación. Se sentía un poco desorientado ya que hace minutos había despertado, su garganta dolía y tanto los doctores como las enfermeras le recomendaron no hablar por un día, debido a la presión ejercida en su cuello la inflamación le haría peor la situación. La puerta se abrió permitiéndole ver a su mejor amigo en compañía de la mujer que había despertado emociones en él.

—Hola hyung—Tae se acercó— ¿Cómo te sientes?

—Recuerda que no debe hablar—SoHyun al tener su atención se sonrojó un poco—No te preocupes, nos contarás cuando mejores.

—No, nada de eso—regresó la vista a TaeHyung—Hyung, ¿Esto lo hizo mi hermano?

—Tae, no creo que...

Hoseok asintió.

—Lo sabía.

El chico hizo una señal, necesitaba escribir al menos para expresarse. TaeHyung le dio su teléfono en ese momento colocándole la opción de notas, allí Hobi escribió:

"Estaba listo para irme, DaeHyung apareció en mi auto para advertirme de nuevo. No quiere que esté cerca de SoHyun o Ara"

— ¿Eso te dijo?

"Como no le permití que me intimidara y mi respuesta fue un no a todo, terminó por ahorcarme con la correa de mi maletín"

SoHyun miró las marcas en su cuello, con cuidado acercó su mano allí, Hoseok hizo una ligera mueca de dolor para luego relajarse ante la caricia de ella.

—Lo siento tanto.

"No te disculpes, eso es lo que quiere"

—SoHyun debe contarte otra cosa—Tae respiró profundo moviendo su cabeza a ambos lados. El tema de su hermano debía controlarse—DaeHyung fue a visitarla también el día de hoy.

Hoseok la miró preocupado y ella aclaró su garganta explicándole lo sucedido.

▪︎▪︎▪︎

El ambiente estaba tranquilo y callado, la televisión se encontraba encendida en un volumen bajo. Ara abrió sus ojos encontrándose en las piernas de su tía JiEun, su cabeza estaba apoyada en ellas, la mujer castaña tenía su cabeza inclinada hacia atrás en el sofá con los ojos cerrados. La niña respiró profundo pensando en su padre.

—Ya no existe nuestra familia—admitió con ojos llorosos—Tú la destruiste, no importa si eres DaeHyung o DaeSoo, la destruiste, destruiste a nuestra hija, me destruiste—hubiera deseado ver algo de arrepentimiento en esos ojos oscuros, pero lamentablemente DaeHyung ya no estaba en ese cuerpo—Eres un monstruo—entonces se libró de su agarre retrocediendo con Ara, la niña la abrazó fuertemente—Y sin importar qué, escaparemos de ese monstruo.

— ¿Estás segura de eso?

—Lo estoy.

— ¿Es tu respuesta definitiva?

Eso último no le había gustado, la mirada en sus ojos era de alguien sin emociones, ni siquiera brillaban, eran ojos de un monstruo. Ara sintió su corazón agitarse, conocía esa sensación de pánico, estaba comenzando un ataque de ansiedad. Se levantó con cuidado dirigiéndose al cuarto que compartía con su madre, se escondió debajo de la cama hiperventilando.

—SoHyun, tú no eres una buena esposa y no te digo nada—lo cual era mentira. Siempre se lo recordaba, DaeHyung regresó su atención a su hija— ¿No vas a responderme? —SoHyun notó la respiración pesada en la niña.

—Está un poco cansa...—la bofetada hizo que Ara diera un respingo iniciando sus temblores, SoHyun llevó su mano a su mejilla y DaeHyung se levantó de la silla colocando sus manos en sus mejillas.

—Déjala que responda, ¿Por qué me haces ser así, SoHyun? —sus manos fueron a su cuello. La castaña asustada intentó retroceder golpeando sus manos—Eres una pésima mujer para mí, ni siquiera eres buena en la cama conmigo.

—DaeHyung, por favor...

Jadeó cubriendo sus oídos, cerró sus ojos con fuerza iniciando sus temblores.

—Nunca seas como tu madre, Ara, las mujeres deben hacer siempre lo que sus esposos digan—SoHyun tembló por completo cuando él depositó un beso en su cuello y luego la obligó a corresponderle un beso en los labios. El beso por supuesto fue amargo para ella con ese sabor a alcohol, DaeHyung se separó y la llevó hacia la sala, antes de soltarla otro impacto llegó a su mejilla—Anda, compláceme como lo hacías en un comienzo, SoHyun.

—Por favor, Dae...—lo miró con ojos llorosos. Al pelinegro poco le importó, Ara estaba petrificada en el comedor con la mirada en la mesa escuchando todo—La niña no debe escuchar esto, no seas así, por favor...

Los sollozos se escucharon, Ara intentaba respirar, necesitaba respirar, ¿Por qué sus pulmones estaban doliendo?, ¿Por qué todo estaba dándole vueltas?, tragó con dificultad haciéndose un ovillo debajo de la cama, sus párpados se sintieron pesados y en medio de aquel ataque de ansiedad fue cayendo en la inconsciencia.

Y en medio de la oscuridad como una luz al final del túnel, apareció una imagen. Dos personas la abrazaban llenándola de mimos, pensó que era su padre, pero no, quienes la abrazaban eran SoHyun y Hoseok.

Era primera vez que el doctor Jung aparecía en su mente como una medicina.