𝙲𝚊𝚙𝚒́𝚝𝚞𝚕𝚘 3: 𝙰𝚛𝚊
SoHyun había despertado temprano por la mañana al día siguiente, había hecho su rutina matutina en el baño, la joven de veintinueve años prepararía el desayuno para Ara pero se detuvo al encontrar a su esposo moviéndose por la cocina, él mismo había preparado el desayuno, SoHyun había dado por sentado que el chico se encontraba en el trabajo.
—Buenos días—saludó como si nada con una sonrisa ladina. Su cabello se encontraba húmedo, SoHyun miró lo que estaba servido en la mesa, miró la hora en su teléfono, Ara todavía seguía dormida.
— ¿No debes trabajar?
—Mi turno es en la noche.
—Ya veo—aunque a veces él desaparecía por la mañana. Aclaró su garganta sin saber como hablarle, DaeHyung con los días se iba volviendo más agresivo y era peor cuando bebía, debía hacer algo por Ara— ¿Recuerdas algo de ayer?
El chico volteaba la tortilla en el sartén.
—No, lo único que sé es que mi cabeza iba a explotar esta mañana—la miró— ¿Hice algo ayer?
— ¿Podemos hablar antes de que Ara baje?
DaeHyung apagó la estufa sacando la tortilla lista en breves minutos. Limpió sus manos mirando a su esposa, SoHyun aclaró su garganta un tanto nerviosa, no era primera vez que él no recordaba sus momentos de ebriedad.
— ¿Qué hice?
—Seré...honesta—o al menos lo intentaría—Ara no debe ver nuestros peores momentos, eso de ayer fue humillante y...doloroso para mí, pero una niña de siete años no entenderá lo que vio—indicó—DaeHyung, estás siendo un monstruo para tu propia hija, Ara tuvo un extraño ataque de ansiedad ayer y...
— ¿Qué hice ayer que fue tan grave?—frunció el ceño acercándose. Por instinto SoHyun retrocedió.
—No vengas a caso estando ebrio—fue lo que dijo. Dae se acercó obteniendo el mismo resultado.
— ¿Qué?, ¿Me tienes miedo?, ¿Por qué te alejas?—sonrió con burla. Acabó la distancia de manera lenta colocando sus manos en las mejillas de su esposa, SoHyun ya temía su toque—SoHyun, soy tu esposo y esta es mi casa—ella sintió una ligera presión en su rostro que la hizo tragar con dificultad. Viendo sus ojos algo le decía que él si recordaba lo que hizo ayer— ¿Estás pidiéndome que no venga a mi casa con mi esposa y mi hija?—levantó una de sus cejas— ¿No vas a responderme?
Y ella no quería hacerlo.
—Mantén a Ara lejos de nuestros problemas.
—No soy un monstruo para mi hija, tú tienes tu manera de educarla y yo tengo la mía...
— ¿Qué clase de padre hace que su hija escuche y vea como abusa de su madre?—la mirada de él se endureció—No me mientas, sabes que me pediste sexo oral frente a Ara, mirándote fijamente sé que mentiste—aunque los ojos de ella dejaban en claro lo temerosa que estaba, sacaba fuerzas con sólo pensar en la niña—Desde hace dos meses te has vuelto más agresivo, me interesa el futuro y el bienestar de Ara, si seguirás así...
—No vas a quitarme a la niña—advirtió—Y tú tampoco te irás.
—Entonces cambia de actitud.
— ¿Desde cuándo me hablas así?—cada uno de sus gestos era evidente que tenía intenciones de intimidarla.
— ¿Desde cuándo te portas así?
—De los dos yo soy quien trae más dinero a la casa, sin mí no eres nadie, ¿Quién te ayudaría?, ¿Tu hermana?, JiEun tiene su propia vida—acarició el labio inferior de su esposa—Serás un estorbo para ella—SoHyun contuvo las lágrimas de impotencia causando diversión en él—Lo que hice ayer sólo fue eso, algo que hice ayer y no lo recuerdo digas lo que digas—dio un corto beso a sus labios volviendo a su "lado amable"—Iré con las dos a la escuela de Ara.
— ¿Por qué?
DaeHyung se alejó regresando a su puesto en la cocina.
—Porque soy su padre y los padres hacen eso a veces.
▪︎▪︎▪︎
Ara iba en total silencio con la mano de su madre tomada, DaeHyung había notado el rechazo de la niña hacia él, cruzando la calle estaba la escuela, algunos padres se despedían de sus hijos, Ara recordó cuando su padre no era tan violento y agresivo como ahora, se sintió mal queriendo llorar. SoHyun se agachó abrazándola una vez frente a la escuela, Ara correspondió ese abrazo.
—Vendré por ti a la hora de salida—susurró en su oído—Te quiero mucho, cielo—besó su mejilla.
—Ara—DaeHyung se colocó a su altura. La niña lo miró sin expresión alguna, ella estaba odiando a su padre a muy temprana edad—Lamento lo que pasó ayer, no volverá a pasar—y era mentira. Él seguiría golpeando a su madre.
El chico abrazó a la niña pero ésta ni le correspondió, al irse no miró hacia atrás. Caminó cabizbaja a su salón escuchando las voces de diferentes niños, la profesora Song identificó a Ara una vez se acercó a su pupitre.
— ¿Ara?—la niña levantó la vista—Necesito que me acompañes—le ofreció su mano—El resto espera en el salón—advirtió a los que habían llegado. Ara dejó sus cosas en su asiento acercándose a su maestra tomando su mano— ¿Viniste con tu madre?—ella asintió dejándose guiar.
En el piso de arriba al final del pasillo estaba el pequeño consultorio o la pequeña oficina del psicólogo Jung Hoseok, Ara leyó las letras en la puerta. Recordó lo que le había dicho su madre.
Comenzarás a ver al psicólogo de tu escuela, será...bueno para ti.
— ¿Doctor Jung?—la profesora Song tocó dos veces. Una voz se escuchó del otro lado, Ara entró con la maestra mirando curiosa la oficina, le llamó la atención los libros de la pequeña biblioteca que tenía, su atención se vio fija en una bola de cristal sobre ésta, eran de esas bolas que al sacudirlas nevaba—Doctor Jung, ella es Kim Ara, la niña que le comenté ayer.
—Gusto conocerte, Ara—saludó a la niña que mantuvo la vista en aquella esfera. Hoseok le indicó a la profesora que los dejara solos, el hombre pelinegro captó lo que la niña veía—Ah, ¿Te gustan las bolas de nieve?—tomó dicha bola—Algunos le dicen esferas, bolas de cristal, bolas de nieve...—se acercó a Ara. Sacudió lo que tenía en su mano mostrándole como nevaba, Ara sonrió fascinada y para Hoseok fue muy notorio ver como la niña se relajaba—Puedes tomarla...si me dices tu nombre.
Aunque ya lo sabía quería que ella hablara.
La niña de cabello recogido en una trenza respondió:
—Kim Ara.
Su voz era dulce pero un tanto baja.
—Bien, Ara, soy el doctor Jung, puedes llamarme por mi nombre, no tengo problema con eso—le sonrió dulcemente— ¿Cuántos años tienes, Ara?
—Siete años.
— ¿Quieres tomar asiento?—invitó. La niña se acercó a una de las sillas subiéndose a ella, Hoseok colocó la esfera en sus manos, Ara sonrió acariciando dicha esfera, dentro había un muñeco de nieve con un reno y un pequeño árbol de navidad, era realmente lindo ante sus ojos— ¿Nunca habías visto una de estas?—Hoseok fue detrás de su escritorio para ir tomando nota de la niña.
—No.
—Tengo muchas de esas en casa—ante eso Ara se sorprendió.
— ¿Enserio?
—Ujum, desde niño me han gustado, suelo coleccionarlas.
— ¿Cuántas tiene actualmente?
—Mmm...¿Casi cien?—sonrió divertido por la expresión de Ara— ¿Tienes algo que te interese?, ¿Algo que te guste mucho, Ara?
La pequeña bajó la vista a su esfera, hizo que nevara de nuevo antes de responder.
—Me gustan las flores.
— ¿Tienes algún tipo de flor en específico?—fue anotando.
—No, me gustan todas las flores—respondió. Hoseok quería intentar que ella dijera más palabras y no se cohibiera tanto. Ara notó el reloj en su muñeca, se parecía a uno que tenía su padre.
—Entonces debe gustarte la primavera.
—Ujum—asintió—Omma dice que nací cuando las flores más bonitas nacen y florecen.
— ¿Cuándo es tu cumpleaños?—Ara acarició la esfera, de nuevo se perdía en sus pensamientos guardando silencio. Hoseok podía tener toda la paciencia que necesitara, primero debía hacer que ella se sintiera cómoda.
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