Unos días habían pasado desde que Ara fue a ver a su padre ganándose un buen reproche por parte de su tía JiEun y su tío TaeHyung, su madre seguía ajena a esto, SoHyun continuaba en el hospital pues aunque no estaba tan delicada debía seguir teniendo reposo para recuperarse por completo. El castigo era un tanto extraño, pues como Ara sólo quería estar con su madre, su tía JiEun la castigaría llevándola a la fiesta de cumpleaños del hijo de su amigo.

— ¿Cuántos adultos castigan a sus niños con una fiesta de cumpleaños?—Ara iba en el taxi junto a su tía quien escribía en su teléfono.

—No lo veas como un castigo.

—Pero dijiste que sería mi castigo—volteó a verla. La bolsa de regalo estaba a un costado de ella—Tía JiEun, no quiero ir.

—Te hará distraerte un poco.

—No necesito distraerme.

—Ara, eres una niña hermosa de siete años con problemas muy grandes para sí misma—acarició su cabello oscuro y suelto—Las niñas de tu edad suelen ir a estas fiestas, están con sus amigas o amigos...

—No tengo amigos, no haré amigos en una fiesta infantil.

—Hablas como una adulta—para bromear, añadió—Una vieja amargada.

—No soy amargada, soy realista.

—Pues esta noche no seas realista, sólo se tú—pellizcó su nariz pequeña.

El taxi las dejó frente a una casa de ladrillos con jardín de entrada que tenía el césped recién cortado. Se escuchaba la música cuando se detuvieron en la puerta, Ara tenía un vestido morado que le había comprado su tía para que usara en la fiesta, su cabello iba suelto y tenía un lazo del mismo color en su cabeza. La bolsa del regalo iba en su mano, ni siquiera sabía que le había comprado su tía JiEun al cumpleañero. Un hombre abrió la puerta recibiéndolas, a Ara se le hizo familiar, ¿No lo había visto anteriormente?

Adentro, habían varios niños rondando por ahí, niños contemporáneos a su edad, todo tenía globos y serpentinas, habían bocadillos junto a bebidas. De acuerdo, no era tan malo el ambiente como esperaba, esa era su primera vez asistiendo a una fiesta de cumpleaños.

—YiHyun, ella es mi sobrina, Kim Ara.

El hombre era de cabello muy corto además de oscuro. Ara hizo una reverencia mostrando una amable sonrisa.

—Gusto conocerlo.

—Tu tía me habló de ti, Ara—sonrió igual—Me alegra que hayas venido.

— ¿Dónde está el cumpleañero?

—Estaba por aquí—revisó con la vista localizándolo— ¡SungMin!—un niño de cabello despeinado volteó. Ara quiso que la tierra la tragara, ese niño era aquel que le dio el paquete de galletas. ¡Era Joon SungMin!

El pequeño también se sorprendió de verla allí.

El mundo podía ser muy pequeño.

▪︎▪︎▪︎

SoHyun se encontraba dormida en aquella habitación, las luces estaban apagadas dejando encendida sólo la luz de la mesa de noche. La castaña había cenado y casi de inmediato se había quedado dormida, TaeHyung junto a Hoseok la habían estado cuidando constantemente, pero esa noche Tae estaba en aquella silla cruzado de brazos con su cabeza inclinada hacia atrás recostada así de la pared.

En los sueños de la joven castaña apareció uno de los primeros momentos con DaeHyung.

— ¡Oye!—tomó el brazo del chico pelirrojo. Éste volteó a verla llevando un bolso en su hombro, habían sido despedidos esa noche—Aprecio que me hayas apoyado pero no debiste arriesgarte así.

—No importa, de todas maneras quería tener una excusa para renunciar.

—Aún así me siento culpable por esto.

—No lo hagas. Piensa que vi mi oportunidad y la aproveché—sonrió ladinamente. SoHyun se sonrojó encontrando lindo aquel lunar bajo su ojo— ¿Vives muy lejos, SoHyun?

—No mucho, creo.

— ¿Puedo acompañarte?

No supo como su corazón se aceleró con sólo esa pregunta.

SoHyun abrió los ojos encontrando su visión llena de lágrimas, apartó dichas lágrimas de sus mejillas viendo a Tae dormido en la silla. Era doloroso pensar en lo bonito de su relación y cómo por un tiempo todo parecía estar bien entre ambos, cómo llegaron al matrimonio y cómo llegaron a convertirse en padres debido a Ara. ¿Tanto podía cambiar todo en meses?, suspiró queriendo recostarse de lado pero sus costillas no ayudaban mucho. Al lograrlo intentó recuperar el sueño sin mucho éxito.

Alcanzó su teléfono en la mesa de noche, a esa hora JiEun debía estar con Ara en la fiesta de cumpleaños, esperaba que Ara pudiera sentirse como lo que era al menos unas horas, una niña. Entre sus contactos (que eran pocos), divisó un nombre. Mordió su labio algo dudosa pero acabó escribiéndole un mensaje.

SoHyun:
¿Está dormido, doctor Jung?

Unos breves minutos después tenía respuesta.

Hoseok:
¿No habíamos dejado la formalidad de lado?

Una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios.

Hoseok:
Si estás despierta algo malo pasó, ¿Te sientes mal?, ¿TaeHyung sigue contigo?

Era extraño pero agradable que alguien además de tu familia se preocupara por ti.

SoHyun:
Todo está bien, TaeHyung está dormido.

Hoseok:
¿No deberías descansar también?

SoHyun:
Me cuesta un poco. ¿Estás ocupado?

Hoseok:
Estaba escribiendo un informe de uno de los niños a los que atiendo, la directora me lo había pedido. Nada importante.

SoHyun:
¿Ara te contó algo sobre la fiesta de cumpleaños?

Hoseok:
La verdad no, pero dejó en claro que no quería ir. ¿Tu hermana la llevó?, ¿No era hoy?

SoHyun:
Debe estar en la fiesta ahora mismo. Espero que pueda disfrutarlo.

Hoseok:
Conociéndola...debe estar pensando en ti.

▪︎▪︎▪︎

Ara tenía una pequeña sonrisita en los labios viendo a su tía JiEun ser muy colaborativa con el padre de SungMin, nunca había visto a su tía sonreír o reír tanto con un hombre. La pequeña sonrisa se desapareció de sus labios cuando pensó en contarlo a su madre, debería estar con ella y no en esa fiesta. A su lado se sentó un niño, Ara se encontraba en los últimos escalones de las escaleras, el regalo de su tía JiEun había sido un camión de juguete (muy infantil para su gusto)

—Desde que llegaste estás aquí sentada—SungMin buscó su mirada— ¿Por qué no vino tu madre?

—No puede.

—Oh.

— ¿Dónde está tu madre?

—Ella murió—ante eso, Ara volteó a verlo. SungMin sonrió imaginando lo que pensaba—No vayas a disculparte, los que se enteran de esto siempre se disculpan o dicen lamentarlo, no lo entiendo.

Jamás hubiera pasado eso por su cabeza.

— ¿Cómo...murió?

—Según appa, fue dos semanas después de mi nacimiento—miró sus zapatos un poco sucios en la punta por haber estado jugando en el jardín trasero hace rato—Omma enfermó y no mejoró.

Por unos escasos segundos estuvieron en silencio, Ara se sintió segura para revelar lo siguiente:

—Mi omma está enferma—él volteó a verla—Está en el hospital, por eso no vino.

—Lo siento.

—Me dijiste que no dijera eso.

SungMin sonrió avergonzado.

—No esperaba que mi padre conociera a tu tía.

Ambos niños miraron a los dos adultos que reían en la cocina hablando de algún tema. JiEun encontró la mirada de su sobrina sonriéndole un poco con un guiño.

—Creo que a mi tía le gusta tu padre.

—Pienso lo mismo.

— ¿Por qué no me invitaste a tu fiesta?—quiso saber tomándolo por sorpresa.

— ¿Querías que te invitara?

—Siempre estás mirándome en la escuela, me regalaste un paquete de galletas y creí que me invitarías aunque no sabía tampoco que mi tía era amiga de tu padre—se cruzó de brazos.

—Es que...me pones nervioso.

— ¿Por qué?, ¿Te doy miedo?

—No.

— ¿Entonces te gusto?—SungMin no respondió. En cambio se sonrojó— ¿Enserio te gusto?, deja de hacerlo.

— ¿Por qué?

—Porque no me interesa eso ahora mismo—fue muy directa—Tengo cosas más importantes en la cabeza.

SungMin se sintió mal de escucharlo, pues si le gustaba Ara y mucho. Le parecía una niña muy linda, odiaba verla triste o sola en la escuela, incluso su padre le había aconsejado acercarse sin asustarla, aunque claro, su padre desconocía el nombre en ese momento.

— ¿Puedo ser tu amigo?

—No tengo amigos.

—Seré el primero entonces—sonrió mostrándole su mano esperando que la tomara— ¿Quieres ser mi amiga especial, Ara?

— ¿Amiga especial?—frunció el ceño tomando su mano— ¿Qué tengo de especial?

Y SungMin no dudó en decírselo.

—Que eres la única amiga que me gusta como algo más que una amiga.