𝙲𝚊𝚙𝚒́𝚝𝚞𝚕𝚘 19: 𝚁𝚎𝚌𝚞𝚎𝚛𝚍𝚘𝚜
—Vamos a casarnos.
— ¿Qué?—una SoHyun más joven parpadeó perpleja. DaeHyung la había acompañado a casa de nuevo, era una costumbre que se había vuelto rutinaria entre ellos.
—Deberíamos casarnos, yo te amo y tú me amas—SoHyun se sonrojó. Dae tenía cabello rojizo en ese entonces, sonrió ladinamente colocando sus manos en el cuello de su novia—Quiero casarme contigo, Moon SoHyun—miró fijamente aquellos ojos—Quiero casarme contigo porque quiero despertar cada mañana a tu lado, quiero que hagamos nuestra propia familia y quiero envejecer amando a la mujer que de alguna manera ha entrado en mi corazón—SoHyun sonrió rodeando su cuello con sus brazos.
—Te amo, Kim DaeHyung.
Él besó su frente, su nariz, su mejilla y antes de depositar un beso en sus labios habló:
—Te amo, Moon SoHyun.
Su ojo se abrió con dificultad, estaba muy débil y los sedantes seguían en su sangre. Movió apenas su cabeza mirando la habitación, era pequeña, la ventana que daba a la calle estaba con una cortina cubriendo un poco, sólo había una luz en la mesa de noche. SoHyun respiró profundo llevando su mano a su ojo, aquel que tenía una gasa, no duró mucho con su brazo levantado, alguien detuvo su mano tomándola. La castaña identificó al chico de cabello oscuro, lo recordó llorando por su estado.
—Ho...se...ok—arrastró las palabras.
—No necesitas hablar, no te preocupes—sonrió cálidamente tomando asiento a su lado—Tu ojo derecho tuvo una cirugía, por unos días tendrás esa gasa—indicó—Ara está con tu hermana.
La máquina que indicaba los latidos aumentó un poco.
—A...ra.
—Está bien—mintió. No podía decirle la verdad en ese momento, no estaba en buen estado para ello—Descansa si quieres descansar, luego hablaremos, ¿Está bien?
Apenas dijo aquello y SoHyun volvió a cerrar sus ojos en un profundo suspiro.
▪︎▪︎▪︎
JiEun acarició el cabello de Ara mientras ésta dormía en aquella camilla, había amanecido hace una hora exactamente. Un mensaje llegó a su teléfono, YiHyun, su compañero de trabajo le había enviado la invitación para la fiesta que haría a su hijo por su cumpleaños.
—...YiHyun me dijo que su hijo cumplirá año en unos días. Le dije que mi sobrina tenía la misma edad que el niño.
—Ahora que lo pienso Ara nunca ha ido a una fiesta de cumpleaños infantil.
— ¿DaeHyung también prohíbe eso?
—No es eso. Sólo...no somos tomadas en cuenta.
JiEun miró a su hermana ante esas palabras.
— ¿Y por qué cuando llamaba decías que todo estaba bien?
—Porque tú también tienes tus problemas, unnie.
Suspiró negando con la cabeza, SoHyun nunca le había dado problemas ni a sus padres, ni siquiera en su adolescencia cuando se supone que son más rebeldes. En ocasiones llegó a pensar que era muy tímida para contar sus emociones o muy perfecta para su gusto.
—Ese maldito...—susurró.
La niña se movió un poco llamando su atención, entreabrió sus ojos sintiéndose somnolienta.
—Tía JiEun—habló despacio.
—Hola, hermosa—acarició su mejilla— ¿Cómo te sientes?
—Cansada.
— ¿Quieres que volvamos a casa?
—No—respondió—Quiero estar con omma.
—Ara, tu madre estará un tiempo en el hospital, tu tío Tae estará pendiente de ella y yo debo hacerme cargo de ti—explicó con calma—Permitiré que faltes a la escuela hoy, sé que no tienes cabeza para eso, pero mañana debes seguir tu rutina.
— ¿Por qué la policía no hace nada?—sus ojos se volvieron llorosos—Omma está grave y nadie hace nada por ella.
—Tranquila—susurró—Te prometo que vamos a ayudarla.
Ara no estaba convencida de eso. ¡Nadie hacía nada!, su padre seguía suelto como si nada, su madre estaba realmente mal en esa camilla y ya, sólo eso. No era justo.
Si nadie haría nada...entonces ella actuaría.
▪︎▪︎▪︎
Jung Hoseok salía del baño con su cabello húmedo por la ducha tomada recién, había pasado toda la noche en el hospital acompañando a TaeHyung, no iría ese día a la escuela, no tenía cabeza para nada más. Comenzó a vestirse saliendo de su cuarto al estar listo, tomó lo necesario sin olvidar las llaves de su auto, miró las bolas de cristal pensando esta vez en SoHyun.
—Ara me dijo que coleccionas esas bolas de cristal desde niño.
—Ah, sí—miró el agua uniendo sus manos. Respiró profundo antes de continuar, algunos mechones de su cabello se movían, el perfil de Hoseok era delicado y atractivo—Unos días antes de que mi madre falleciera me regaló una, todavía recuerdo lo que dijo—luce pensativo—Cuando te sientas asustado o angustiado recuerda sacudirla un poco, ver la nieve caer es algo relajante.
—Ara dijo que la hace sentir segura—comentó—Dijo que a veces quería estar encerrada en una bola de cristal para alejarse de los problemas.
▪︎▪︎▪︎
TaeHyung regresó a la habitación de su cuñada luego de haber comprado un chocolate caliente en la cafetería, una enfermera terminaba de tomar nota de los aparatos y sus signos vitales, una vez estuvieron solos, SoHyun abrió su ojo llevando su mano al otro que tenía la gasa, esta vez se sentía más despierta.
—No hagas eso, noona—la detuvo—Debes tenerlo hasta que el doctor lo indique.
—Siento un poco de comezón.
—Lo sé, pero es mejor no tocarlo—dejó el chocolate en la mesa de noche— ¿Cómo te sientes?
—Adolorida, agotada, extraña, preocupada y triste—miró la habitación de nuevo— ¿Y los demás?, ¿Y Ara?
—Con JiEun.
— ¿Ella sabe?
—Sí—notó el suspiro en SoHyun—Te vio mientras estabas inconsciente—la castaña lo miró seriamente—Ara asumió que DaeHyung te había golpeado de nuevo.
— ¿Qué?—en un instante su rostro cambió a uno de dolor y tristeza.
—Tranquila, no debes agitarte—tomó su mano—Necesito que estés bien para lo que debo decirte.
—TaeHyung, tu hermano cree que estoy engañándolo con Hoseok.
El chico se sorprendió sin esperarlo. No sabía si reírse por esa locura o preocuparse por las ideas tan locas que deben pasarle por la cabeza.
— ¿Él te lo dijo?
—Creo que cuando me envió el mensaje para vernos estaba en el parque viéndonos—hizo una mueca de dolor al intentar moverse—Enloqueció y dijo que era una zorra.
— ¿Pero qué demonios...?—bufó—Esto va escalando a peor, tienes que denunciarlo.
"Si le dices a la policía seguiré con Ara"
—No.
—Maldita sea, SoHyun.
—Él lastimará a la niña, Ara no puede pasar por esto.
TaeHyung supuso lo que ocurría.
— ¿Te amenazó?—ella no respondió, desvió la mirada en su lugar—DaeHyung no le hará nada, usa la manipulación para que hagas lo que quiere, sabe bien como intimidar a las personas, lo sé por experiencia propia—ante la mirada de su cuñada aclaró su garganta—SoHyun...DaeHyung sufre de un...trastorno de personalidad desde niño.
▪︎▪︎▪︎
Ara asomó su cabeza con cuidado en la puerta que daba a la habitación de su tía, ella seguía durmiendo, la niña tenía unas ojeras apenas visibles debido a su falta de sueño, habían llegado del hospital hace unas pocas horas, había esperado que su tía se durmiera mientras le hacía creer que ella estaba descansando en la otra habitación.
Ara conocía muy bien el camino a casa, desde hace dos meses solía memorizar aun más el camino a aquel tortuoso lugar, no sabía si su padre estaría allí pero podía esperarlo. ¿Y si intentaba golpearla?, lo golpearía. ¿Podía hacerlo?, no lo sabía, tampoco sabía como reaccionaría pero ver que nadie hacia nada por ayudar a su madre le molestaba en demasía.
El autobús se detuvo abriendo sus puertas, Ara subió a él pagando su pasaje con el dinero que le había quitado a su tía antes de salir. Tomó asiento junto a la ventana jugando con sus manos, se sentía segura y firme, como si lo que fuera a hacer no significara peligro. Extrañaba tener la bola de cristal que su madre le regaló, así se sentiría mucho más segura. Respiró profundo viendo dos niños en otro asiento riendo con un hombre, suponía que era su padre.
— ¿Qué estás haciendo, jovencita?—DaeHyung levantó una de sus cejas en el marco de la puerta—Es hora de dormir, mañana tienes escuela.
Ara hizo un puchero cerrando el cuento que tenía apoyado en sus piernas. El reloj de su mesa de noche marcaba las ocho de la noche exactamente. Dae se acercó cubriéndola con las sábanas.
—Quería leer el final.
— ¿No lo has leído ya?
—Omma dijo que lo leería para mí esta noche, pero se quedó dormida antes de tiempo.
—Tu madre está cansada, limpiar y planchar ropa no es sencillo—tomó asiento en la cama— ¿Quieres que te lo lea?
—No.
— ¿Por qué?, no es primera vez que leo un cuento para ti.
—Lo sé, pero omma conoce todos los personajes y no es bueno leer el final si no conoces el inicio—DaeHyung sonrió por esa frase— ¿Estás burlándote?
—No, cada día que pasa no dejo de sentirme más orgulloso de ti, Ara—los ojos de la niña brillaron y su sonrisa apareció—Escúchame, eres una niña muy inteligente y capaz de todo, cualquier obstáculo en tu camino podrás superarlo.
— ¿Cómo estás tan seguro?
—Porque los padres deben confiar en sus hijos y creer en ellos—besó su frente—Yo creo en ti tanto como tu madre.
Cuando Ara regresó a la realidad notó que ya era hora de bajarse, el vecindario de repente ya no parecía tan conocido para ella, se sentía extraña en aquel lugar. No entendía porque su padre cambió tan drásticamente, no entendía porque trataba a su madre así hasta el punto de casi dejarla ciega. Se detuvo al llegar a esa casa de colores claros, inhaló y exhaló armándose de valor.
Caminó por aquel camino corto de piedras subiendo los dos escalones de la entrada, tocó el timbre preguntándose si su padre estaría allí o se encontraría en el trabajo. Aunque era más común que se fuera a trabajar de noche, volvió a tocar el timbre sin obtener respuesta, golpeó la puerta con su mano y tres minutos después aquella persona la abrió.
Por su ropa y cabello despeinado supuso que había estado durmiendo. Al menos estaba en casa, era lo importante, DaeHyung levantó una de sus cejas manteniéndose serio, miró a ambos lados de la calle frunciendo el ceño luego.
— ¿Qué haces tú aquí?
Él era muy diferente al DaeHyung de sus recuerdos.
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