[Prólogo]
"Si tan solo pudieran ver el mundo como yo lograrían comprenderme y aceptarme tal y como soy"
-Allen Jones (Blue Side)
Eh...
¿Hola?
Me recomendaron que hiciera esto, ya saben, que hable más y no sea tan «tímido» así que eso hago, o al menos lo intento.
Bueno, dejen que me presente como es debido.
Mi nombre es Allen Jones y la vida que tengo es normal desde mi punto de vista, pero para aquellas personas que no me conocen realmente, les es complicado y confuso, pues para ellos yo soy un «fenómeno» , una «falla» en la sociedad.
Hasta la fecha mis padres y hermanos han sido el único soporte que he tenido para seguir adelante, quienes me han dado la suficiente confianza para involucrarme y desenvolverme con «normalidad» en un pequeño círculo social, es decir, mi familia.
Y con eso quiero hacer referencia a mis padres, hermanos, al abuelo y a Adrik.
Solo ellos son considerados mi familia, yo los elegí, acepté y cuidé para que sigan formando parte de ella.
Cuando tenía 1 año mis padres se preocuparon por mí debido a mi falta de habla y actividad motriz, además de que tenía ciertas reacciones a estímulos que me molestaban, frustraban e incluso irritaban, pero otros hacían que me tranquilizara y disfrutaba de estos.
Mi edad era de 1 año con 8 meses cuando me diagnosticaron TEA (Trastorno del Espectro Autista) una noticia que no es fácil de ser recibida y aceptada para un matrimonio joven y exitoso, y mucho menos para una familia que recién iba en sus apogeos.
Y aquel anuncio fue lo que desencadenó grandes cambios.
Mi madre entró en crisis y depresión.
Mi padre renunció a su trabajo y decidió formar su propio bufete de abogados desde nuestro hogar.
Mi hermano mayor tuvo que estudiar en casa hasta que la situación mejorara un poco.
Y yo vivía en una burbuja que trazaba un límite entre la realidad, la inocencia y la curiosidad de cualquier infante.
Mi madre mejoró en unos meses y estudió demasiado para comprender «mi mundo» y bueno, cuando cumplí los 2 años con 3 meses mamá volvió a embarazarse, de ahí nació Chiara o como suelo llamarla, Kia.
Pasaron alrededor de 9 años y tuve un excelente progreso en mi interacción, comunicación y en mi forma de integrarme y adaptarme tanto a la ciudad como en la sociedad.
Pero todo lo que sube tiene que bajar.
En mi caso, tuve una recaída que me hizo volver a la edad mental de un niño de 7 meses.
¿Por qué?
Bueno, en realidad no era bien visto y aceptado por algunos integrantes de la familia, y todo pasó tan rápido que incluso me resulta difícil de recordar, o quizás lo recuerdo pero no quiero hablar de ello. Solo desearía que no existieran más personas como ellos.
Que solo buscan dañar.
En fin, creo que hablo demasiado, por desgracia no lo hago verbalmente, sino que la única forma de desahogarme es a través de mis pensamientos, y con deficiencia logro hacerlo por escrito.
Anhelo que algún día puedan percibir el mundo de la misma forma que yo, no me refiero a que estén en la misma sintonía, pero quiero que logren comprenderme y ver que no soy ningún «fenómeno»
Lo siento, tengo que dejar de pensar así de mi.
Kia dijo que no debo hacer caso a esa palabra, ya que la gente fea solo lo dice para herir a gente bonita, al menos una de mis personas favoritas piensa que soy bonito y eso es muy, muy bueno.
Hace que mi corazón se sienta alborotado, y experimente algo llamado felicidad.
Con eso es suficiente para querer progresar nuevamente, es difícil, pero no imposible.
¿Cierto?
| El inicio de todo |
Emir y Amelia, un matrimonio feliz que tenía un buen trabajo y una hermosa relación, incluso su comunicación era estupenda, pero no hay familia perfecta.
Porque incluso ellos tenían problemas.
Pues una constante preocupación que ambos tenían era que su hijo menor no mostraba indicios de querer hablar, vaya, ni siquiera balbuceaba como un pequeño de esa edad lo haría, así que decidieron llevarlo con un médico de confianza, el padre de Emir.
🫐
El día había llegado, la cita médica fué programada a las 8 am en un hospital privado de confianza de la joven familia.
Cabe decir que este también era el lugar donde trabajaba el abuelo.
Según el conocimiento del señor Jones, el pequeño Allen mostraba patrones de conducta bastante similares a los de una persona con TEA, pero no podía dejarse llevar solo por sus experiencias, ya que más de una vez había situaciones en las que algunos problemas físicos solían tener síntomas parecidos a los del autismo, por lo que tuvieron que hacer una evaluación.
Y es así como un pequeño cuerpo tuvo que pasar por 3 pruebas, las cuales fueron:
Análisis de sangre:
Este es realizado para buscar y detectar posible envenenamiento con plomo y también para identificar otros problemas médicos en el organismo humano.
Pruebas de audición:
Esta era bastante necesaria, ya que la dificultad para oír puede interferir con las habilidades del lenguaje y la interacción social, además de que podría ser la respuesta al porqué el ser vivo era sensible a ciertos sonidos.
Pruebas genéticas:
Estos análisis buscan trastornos hereditarios, como el síndrome del cromosoma X frágil que causa discapacidades intelectuales y síntomas parecidos a los del TEA.
Fué realizado debido a que aquél síndrome afecta más a menudo a los varones.
(...)
Conforme esperaban los resultados el señor Jones sintió la necesidad de explicarles lo que era este trastorno, las dificultades y el posible tratamiento que podría llevar Allen si es que el resultado fuera positivo a sus suposiciones.
Por lo que empezó a hablar:
>>Las personas con TEA con frecuencia tienen problemas con la comunicación y la interacción sociales, y conductas o intereses restrictivos o repetitivos.
También podrían tener maneras distintas de aprender, moverse o prestar atención a lo que les rodea, escuchan y observan.
Si los resultados detectan signos de un TEA, el profesional de la salud puede recomendarles que el infante vea a especialistas para hacerle más pruebas y de acuerdo al diagnóstico formular un posible tratamiento.
Algunos de los especialistas que pueden ser de gran ayuda son:
Pediatra especialista en el desarrollo:
Es quien ha sido instruido en el tratamiento de niños con necesidades especiales.
Neuropsicólogo:
Médico que se especializa en comprender la relación entre el cerebro y el comportamiento humanos, puede incluso sugerir o dar pequeñas terapias de lenguaje y coordinación, donde ayude a que ambos hemisferios trabajen con mayor eficiencia.
Psicólogo infantil:
Profesional de la salud que se especializa en el tratamiento de problemas de salud mental, sociales y del desarrollo en niños, es bastante recomendable ya que puede brindar apoyo en la seguridad de un niño y motivarlo a interactuar con mayor frecuencia conforme va creciendo y se encuentra en distintos escenarios...>>
El matrimonio lo escuchaba con atención, no querían perderse ningún detalle, deseaban saberlo todo.
>>Si a un niño se le diagnostica con TEA, es recomendable que reciba tratamiento de inmediato. El tratamiento temprano puede ayudar a aprovechar al máximo los puntos fuertes y las habilidades del niño y guiarlo con facilidad para un desarrollo adecuado con su entorno.
Se ha demostrado que el tratamiento mejora las habilidades de comportamiento, de comunicación e incluso sociales. >>
Con toda la paciencia y tiempo que tuvo explicó, ya que prefería advertirles y notificarles de las posibles soluciones que podría tener su nieto.
No era certero lo que el creía, y esperaba que solo necesitara terapia de lenguaje y de actividad motriz, y quitar también la preocupación de su hijo y nuera.
🫐
A los 4 meses de aquella evaluación validaron los resultados, pues el matrimonio se negaba a aceptar dicho diagnóstico.
Pero al ver que el tercer resultado indicaba lo mismo tuvieron que aceptarlo.
Con lágrimas en los ojos, dolores de pecho, decepciones y sentimientos de culpa por lo que Allen «sufriría» o la gran posibilidad de que este no tenga «una vida normal» tuvieron que afrontar y sobre todo, aceptar a quien tanto amaban, el fruto de su amor.
Su hijo menor.
Y fué así como todo emergió de la nada.
Este era el inicio de una brecha sentimental entre una familia, y la constante incertidumbre que presentarían.
El infante Allen Jones fue diagnosticado a la edad de dos años con el Trastorno del Espectro Autista.
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