"La vida es mejor que la muerte, te lo demostraré"
-RM (Still Life)

Mi vida no es de color rosa como muchos piensan, no soy caprichosa, mimada, irrespetuosa, tonta y muchos adjetivos más que han utilizado para definirme.

Solo he sido atacada y categorizada en un área que no me corresponde, quizás solo disfrute de comparar las cosas, pero nunca es con una mala intención, solo es mi forma de recordar algo sabiendo sus diferencias, reconociendo sus características.

En mi familia hay un chico autista, y cada año se ha vuelto más difícil que el anterior, las edades que nos separan a cada uno de nosotros son tan cercanas que incluso, si fuera posible, estudiaríamos juntos.

Pero como se abrán dado cuenta o es de suponerse, no hay relación alguna entre nosotros tres. vivimos juntos porque nuestros padres aún nos sustentan, y porque solo nos unen nuestros lazos familiares, nuestro ADN.

Emmett y Allen son distintos, eso es evidente, visible desde la primera vez que observas a ambos.

Emmett posee un cuerpo voluminoso, no tan atlético pero tampoco delgado, tiene una estatura de 1.84 m, su cabello es negro y tiene los ojos del mismo color de este, tan oscuros como la noche.

Allen por el contrario, tiene un cuerpo delgado, pero está bien definido, tanto como  deducir que hace ejercicio todos los días, su cabello es castaño, que más bien parece ser una mezcla entre el marrón y miel, y su estatura es cerca de 7 centímetros más pequeña que la de mi hermano mayor.

Ambos distintos no solo físicamente, también en su personalidad, uno es el vivo reflejo del egocentrismo, vanidad, desorden y que es tan extrovertido que parece conocer a todo mundo y el otro es la inseguridad, bondad, perfeccionismo y es tan introvertido que incluso hablar con su familia le causa pánico.

Pero ambos tienen algo en común, y es que ninguno se fija en mi existencia, nadie de mi familia lo hace. Y eso generó problemas sociales y emocionales en nosotros, pero con mayor intensidad en mí.

Siendo la hija menor perdí lo que debí recibir, pues el 92% de atención y cuidado fue y sigue siendo hacia Allen, mientras que el 4% está puesto en Emmett y yo, el otro 4% restante es el respiro que mis padres necesitan.

Gavin Hudson fue algo así como mi salvador, a pesar de ser mayor que yo por tan solo dos años.

Y no podía estar más agradecida en conocerlo, él es respetuoso, cariñoso y atento con todos, tiene el cabello teñido de plateado, sus ojos son negros que a veces parece ser marrón, tiene un lunar por debajo del ojo.

—Espero que Gavin venga pronto y nos visite más seguido—Emmett había llegado a la sala de descanso—Es bueno ver una nueva persona en casa.—Le daba en eso la razón, el no poder tener visitas era frustrante y aburrido.

—Solo espero que Allen aprenda a comportarse—Suspiré, mirando a algún punto fijo de la sala de descanso.

—Allen es demasiado tranquilo, no hagas lo que no le gusta y todo será fácil de sobrellevar.—Yo entendía que mi hermano no era difícil de tratar, pero si de cuidar, de mantenerlo estable y libre de cualquier crisis.

—Entonces no debería hacer nada, parece que cualquier cosa que hagamos lo altera, ¿Por qué tuvimos que tener a alguien tan «enfermo» como hermano?—Expresé con molestia, pues era cierto lo que decía, por desgracia todo le molestaba e irritaba.—No debí traer a Gavin.—

—¿Sabes lo que yo daría por poder tener visitas de Adrik?—

—Solo tráelo y no salgan de tu habitación, hazlo antes de que lo suyo se vaya por la borda—Le aconsejé.

—Adrik quiere verlo de nuevo, quiere hablar con él—Hizo una mueca en la que su inseguridad se veía reflejada.—Pero tengo miedo, porque si Allen vuelve a tener un ataque de ese tipo prohibirán cualquier posible visita, incluyendo a Gavin.—

—Debimos haber hecho algo muy malo en nuestra otra vida para tener a un «fenómeno» como Allen.—

—Debe ser el pago de nuestros delitos.—Habló en voz baja pero era aún audible para quien estuviera cerca.

Un vaso de cristal se escuchó caer y romperse, pensamos que se trataba de alguno de mis padres,así que caminando con lentitud nos acercamos a la cocina.

Al llegar ambos nos miramos, estábamos asustados, entrando en trance por lo que estábamos viendo. Allen trataba de levantar los cristales del suelo con sus manos, iba de cristal en cristal, depositando cada fragmento en el cesto de basura con descuido.

—Para ya, deja eso Allen, Kia y yo limpiaremos.—Emmett habló con nerviosismo, tenía miedo al igual que yo, él podría herirse y no vamos a saber tranquilizarlo si entra en crisis.

Quisimos acercarnos pero Allen no dejó que lo hiciéramos, nos empujó en cuanto tratamos de ayudarle a limpiar.

—Queremos ayudar , solo déjalo así, nosotros nos encargamos.—Le dije, pero él me ignoró, como siempre.

Fenómeno como Allen.

Eso escuché, ecos en mi cabeza decían esa frase una y otra vez. No era mi intención haber escuchado una conversación en la que no era participe, pero logré hacerlo.

Fuí un tonto al dejar que el vaso resbalara de mis manos y que este se rompiera. Hice ruido y avisé que estaba en la cocina escuchándolos. Me veía como un entrometido.

Pero estaba molesto con ellos, no tenían derecho a decirme «fenómeno» , además de que podrían salir heridos si pisaban los cristales con los pies descalzos.

Váyanse.

Quise decirles pero solo hice un movimiento con mis manos, tratando de ahuyentarlos.

—Traeré a papá.—Dijo Emmett mientas salía corriendo de la cocina y subía rápidamente los escalones.

—Y yo ahm, creo que mamá estaba en el jardín—Murmuró Kia, y también se fué con tropezones de por medio.

Seguí levantando cada uno de los cristales pieza por pieza, aún no lograba utilizar una escoba correctamente.

Fuí descuidado al momento de recoger un cristal y me corté un poco el dedo, comenzaba a brotar sangre y comenzaba a sentir el líquido salado salir de mis ojos.

—Hola amigo.—Escuché la voz de Gavin, no había visto cuando había llegado.—¿Qué le pasó a tu mano?—Hablaba un poco exaltado, estaba siendo paranoico—Debo limpiar las cortadas—Dijo, así que aún con la mirada baja observé mi mano, y vi que no había sido una sola herida, tenía varias y de cada una brotaba un poco de sangre, los  cristales se habían incrustado en mi piel.

Y yo no sentía dolor, síntoma de la adrenalina.

—Papá no está en su oficina—Con la respiración entrecortada llegó Emmett.—Voy a buscarlo en el ático—Gritó sin acercarse a la cocina.

—Me haré cargo de tus heridas—Las yemas de sus dedos rozaron mis manos, me alejé por acto reflejo—Solo quiero tomar tus manos Allen—

No podía tocarme, odiaba que lo hicieran, no quería herirlo, pero tampoco podía pedirle que no se acercara.

—¿Eso es sangre?—Una voz femenina se hizo presente, una que no me resultó conocida, ni siquiera relacionada con alguna persona que pude haber conocido.—¿Qué hace alguien como él solo?—

Alguien como el.

—Grace, no es momento.—

—Como sea, voy a buscar a Kia, estaba pálida cuando la vimos en el jardín—Y así es como la chica desconocida se retiró de la cocina.

—Escucha, no puedes dejar a tu familia Allen—Murmuró mientras se acercaba—Les dolería perder a alguien tan importante como tú—

¿De qué estaba hablando?

—Me tienes aquí, soy tu amigo y no te dejaré solo, te ayudaré y juntos vamos a hacer que esto funcione—Tuve la necesidad de levantar el rostro y mirarle; el sonrió de una forma tan cálida y reconfortante, solo esperaba que alguien me entendiera, y él estaba haciendo el intento.

Gracias Gavin por no llamarme fenómeno, por no juzgarme y aceptarme tal y como soy.

Gracias por esas palabras, por decirme lo importante que soy.

Gracias por ser novio de Kia y no dejarla sola, porque ella también te necesita, así como Emmett a Adrik.