"Estar en desacuerdo con tres cuartas partes de la gente es el primer requisito de la salud mental"
-Oscar Wilde.

Hay cosas que se hacen de forma individual, dual o por equipos, y está bien visto, lo sé porque nadie dice algo al respecto.

Si es así entonces quiero expresar lo que tanto me molesta.

Quiero atar mis cordones.

¿Por qué no dejan que sea yo quien los ate?

¿Es necesario que alguien más haga esto por mi?

¿Tan «inservible» soy?

Detesto que toquen mis cosas, o quieran hacer cosas que me corresponden, porque eso hiere mi corazón, me hacen sentir «inútil»

Algunas personas olvidan que hay cosas que podemos hacer por nuestra propia cuenta, sin necesidad de hablar con alguien o pedir ayuda, y eso parece ser pasado por alto en mi familia.

Porque no puedo moverme, tocar algo o incluso estar solo al cruzar por el umbral de mi habitación.

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Actualmente tengo 18 años con 6 meses, y una edad mental de un niño de 3 años, 2 meses, o eso dijo mi tío Evan, ya que a mi parecer tengo la misma facultad mental de un chico de mi edad solo que con ciertas limitaciones.

—Hola hijo—Me habla mi madre, viéndome desde el marco de la puerta de mi habitación—El desayuno estará listo y servido en... —observa su mano izquierda, lugar donde tiene un lindo reloj de mano con un bonito diseño de flores.—Nueve minutos y 45 segundos—notifica, retirándose tan pronto como llegó.

Quisiera poder responderle pero es técnicamente imposible debido a mi involución.

Y respecto a lo que acaba de suceder, les diré que es algo completamente necesario para mí.

Verán, tengo una gran obsesión por medir el tiempo, así que tienen que decirme el momento exacto de esta forma.

37,36,35...

El azul índigo estimula la actividad del cerebro derecho o la actividad creativa, así también ayuda con las habilidades espaciales.

Ese es mi color favorito, y es magnífico y trascendente, es un poco difícil describir la sensación que me provoca este, es una mezcla de orden, tranquilidad y paz.

Según la psicología este color significa intuición y percepción, además de que ayuda a la concentración profunda, lo cual me es útil cuando tengo momentos de introspección.

Es por eso que la mitad de mi habitación es azul índigo y la otra mitad es...

42,41,40...

¿Había mencionado que amo la luna y las estrellas?

Deben saberlo si desean que al menos les escuche, así que les hablaré de ellas.

Una estrella brilla en el cielo nocturno. Vale, para decirlo de una forma más "científica" se trata de un cuerpo celeste compuesto por plasma, que genera energía en su núcleo a través de procesos de fusión nuclear.

Pero una estrella también puede ser un "alguien" que deslumbra, y son aquellas personas que generan un impacto en nosotros y que le dan un poco de color y sazón a nuestras vidas grisáceas y amargas.

Porque hay estrellas que tienen nombre y apellido, alumbrando nuestra oscura y triste vida, dándole alegría y brillo.

Pero retomando el tema, una estrella en general, es un astro con luz propia, y son visibles como un punto brillante en el cielo.

Observar las estrellas es fantástico, ya que son tan pequeñas desde nuestro ojo humano, incluso nuestra perspectiva pensará que solo existen para decorar el cielo, pero no es así, ellas logran cumplir con un propósito.

Una comparación significativa puede ser el de cada persona que nació distinta a lo normal.

Todos podrán creer que tenemos limitaciones, que somos «insignificantes» o incluso demasiado pequeños para los grandes sueños que tenemos, pero así como las estrellas, nosotros podemos cumplir con nuestras metas, ¿No?

14,13,12...

El tiempo ha pasado demasiado rápido, el observar el otro lado de mi habitación hizo que volviera a hablar de mi amor a las estrellas, si, eso conforma mi otro lado.

Así que podrán saber que mi habitación es mitad azul índigo y de la otra parte es el cielo nocturno lleno de estrellas, planetas y destellos.

Bajo con cuidado cada uno de los 17 escalones que dividen la planta media de la planta baja, prefiero pasar por el lado de la barandilla, así al menos podría sujetarme de algo si llego a tropezar e incluso resbalar por algún inconveniente o accidente

20,19,18...

Llego con tranquilidad y en completo bienestar al comedor, puedo ver que Kia, Emmett, papá y mamá están sentados alrededor de la mesa de madera con bordes ligeramente redondeados -para evitar que me lastime o golpee- cada integrante de mi familia ubicado en el orden adecuado, siendo yo quien se siente del lado izquierdo de Kia, mi hermana menor.

3,2,1...

—Buenos días hijo—Saluda mi padre, tomando con cuidado su taza de café sin azúcar—¿Sabes que día es hoy?—Me pregunta, observando con interés mi reacción.

Y se preguntarán, ¿Cómo lo sabes?

Quizás no tenga contacto visual con él pero puedo saber cuando alguien me está mirando, o escuchar el tono de las palabras que logran pronunciar, además de que muchos utilizan movimientos corporales transmitiendo más de lo que se imaginan.

Esperen, ¿Mi padre preguntó el día, cierto?

Jueves, ese día es hoy, uno muy especial.

—Si, hoy es Jueves—A veces creo que mi papá tiene habilidades secretas, como saber que pienso o cual ha sido mi respuesta sin siquiera decirla—Eres muy inteligente campeón—Y después llega el silencio. Eso es algo cotidiano, pues no hay de qué hablar conmigo.

—Allen, hice un nuevo dibujo...—Informa Kia, deteniendo sus movimientos, pues ella iba a colocar su mano izquierda en mi hombro derecho, pero por desgracia no lo hizo—Te lo mostraré después de mi clase de Francés.—Prometió, haciendo la misma acción que mi padre.

—Hermanito, hoy vendrá Adrik, él está emocionado por verte de nuevo—Al escuchar aquel nombre no pude hacer algo más que salir del comedor e ir a mi sitio seguro, mi habitación.

—Sabes que él no puede venir, tu hermano le tiene miedo, no podremos controlar una crisis con Allen teniendo 18 años—Escucho a mi papá hablar con susurros golpeados, llenos de brusquedad, como si Emmett hubiera cometido la peor de las aberraciones.

—Genial, una vez más por el estúpido y enfermo de mi hermano no puedo traer a un solo amigo, porque si lo hace tendrá una de sus estúpidas crisis.— El evidente enojo y molestia en mi hermano hacen que su lengua se mueva y diga cosas sin pensar.

Sé que por mi culpa no pueden hacer muchas cosas, y eso no me gusta, hace que me disguste aún más.

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Terminé de subir por los 9 escalones restantes con pesar, no pensaba volver pero recordé que tenía que entregar algo.

Tomo el obsequio que había realizado unos días antes con esmero y muchos intentos fallidos, doy media vuelta y bajo nuevamente por los 17 escalones.

¿Por qué no regresé cuando había subido solamente 8 escalones?

Eso es fácil de deducir, no puedo hacer una nueva acción sin terminar lo que había comenzado, y tal vez porque tenía que ir por algo antes de volver.

Con dificultad llego al comedor, tratando de no tener «una estúpida crisis» como Emmett la llamó hace apenas 3 minutos con 13 segundos.

Me acerco a una distancia segura y trato de observar a mi hermano mayor, con torpeza coloco frente a el aquél obsequio, una vez ya hecho mi deber vuelvo a subir los escalones.

Estaba nervioso, avergonzado y con un extraño calor en mis mejillas, sentí que tenía que irme a mi habitación de inmediato.

Porque no me gustan estas sensaciones tan fuertes, hacen que me sienta abrumada, y solo en mi cajita azul de planetas y destellos estoy seguro, calmado y puedo ser yo sin sentirme culpable.

Si, lo diré una vez más, mi universo es mi cuarto de cuatro paredes que está pintado de azúl índigo y decorado con cielos estrellados, destellos, constelaciones y planetas.

Definitivamente, ese es mi lugar favorito.

—¿Te ha dado algo?—Después de que Allen se retiró del comedor nos mantuvimos en silencio, ya que mi hermano había hecho algo «inusual»—¿Por qué?—

—No lo sé—Respondí con honestidad, observando aún la caja decorada con balones de baloncesto, pensando que podría encontrar en el interior—Solo espero que no sea su venganza por lo que dije hace unos momentos.—

—Hoy es tu cumpleaños—Mi madre decide hablar, haciendo que mi padre, hermana y yo la miremos confundidos—No solo es Jueves, hoy es 23 de Septiembre, Emmett—

Giré la cabeza en dirección del calendario que colgaba en la pared, y era verdad, hoy era mi cumpleaños.

—¿Por qué Allen recordaría el cumpleaños de un imbécil como Emmett?—Chiara pregunta con una evidente envidia e irritación—No le ha obsequiado nada a ninguno de nosotros, ¿Por qué a alguien que lo acaba de ofender le daría un regalo de cumpleaños?—Como balde de agua fría fue como recibí aquellas palabras llenas de verdad.

—Demonios, tengo que hablar con él—Me pongo de pie con la intención de ir a la habitación de mi hermano menor y disculparme, pero mi padre sujeta mi muñeca y hace que retome mi asiento.

—Primero abre el regalo, después te disculpas y le agradeces por haber recordado tu cumpleaños— En lugar de recibirlo como un regaño lo acepto como un consejo, observando con extrañeza lo que tenía al frente mío, aún sin poder creer lo sucedido.

Todos estábamos ansiosos por saber que había dentro.

Con delicadeza levanto la tapa de aquella caja y con cierto temor miro en su interior, quedando sorprendido y sintiéndome mil veces peor por haberme expresado de esa forma de Allen.

—¿No es ese el balón de básquetbol por el que estabas ahorrando?—Kia había acertado, para sorpresa de todos ese era un balón por el que tanto había decidido saltarme algunos almuerzos en la universidad, con el propósito de ahorrar un poco de dinero y poder comprarlo—¿Cómo es que...?—

—Entonces es por eso que tu hermano lloraba y me entregaba su billetera—Mi madre comenzaba a sollozar, conmocionada por lo que estaba pasando—Estuvo dos semanas insistiendo y llorando, señalando ese balón en la tienda de deportes, no desistió hasta que lo compramos y el diera sus ahorros—Comenta mi madre con una sonrisa llena de nostalgia y alegría.

Esto era un gran avance, un cambio que nadie pensaba presenciar.

Al ver por segunda ocasión en el interior de la caja pude ver como una pequeña hoja de papel perfectamente doblada a la mitad se encontraba en el fondo.

Tras desdoblar con cuidado aquella pieza pude ver un dibujo de cajas de pizza y corazones garabateados, y para mi sorpresa también encontré una hoja de papel con una caligrafía limpia, libre de manchas y dobles trazos, un papel que tenía escrito pequeñas oraciones que decían:

"Emmett ama pizza"

"Emmett come"

"Hambre no es buena"

Pequeñas frases que tenían un significado, que pesaban más que nada.

Hoy no solo había sido un cumpleaños más, sino que también fué el día más importante para toda la familia Jones.

Un día inolvidable que conservaremos en nuestros corazones.

Por alguna razón quería alardear sobre el hecho de que fuí la primer persona a la que Allen le obsequiaba algo, y no solo eso, que también regaño y de quien recordó su cumpleaños por primera vez.

Gracias Allen, gracias por hacer de este el mejor cumpleaños número 21 de mi vida.