Capitulo [F]
"En medio de este océano, una ballena solitaria llora. No importa cuanto grite, nadie puede oirlo. Simplemente guarda silencio"
-BTS (Whalien 52)
El tiempo pasaba, las rutinas dejaron de serlo y se volvieron en hábitos, como el pasar todas las tardes con Grace Hudson, la chica que tenía el cabello negro como la noche y adornado con pequeñas mechas azules.
Incluso podría decirles que ella había sido agregada a mi lista de personas favoritas.
Gavin también está en esta lista, pues él se ha convertido en un gran amigo para mí, pero aún extraño a Adrik.
Creo que llevo alrededor de un año sin verlo.
—Hola chico Júpiter—escuché la voz de Grace, estaba del otro lado de la puerta, afuera de mi habitación—Traje unos cuantos juegos para distraernos un poco—No le dí una respuesta, simplemente me puse de pie y caminé con rapidez para dejar que pase a mi refugio, si, ella había logrado que mis muros y barreras fueran eliminados, pero esto solo era con Grace.
(...)
—He visto que te gustan mucho los planetas, así que hoy vamos a aprender un poco de ellos—Veía como sacaba un mazo de cartas, estas tenían dibujos del sistema solar, e incluso brillaban. Mientras las observaba minuciosamente llegué a leer algunas preguntas, cosa que me interesó aún más.
(...)
Después de explicarme de qué trataba el juego, y de que ella esperara pacientemente a que yo termine de leer el instructivo de las cartas decidió dar inicio al juego.
—Comencemos, pregunta número uno—habló mientras tomaba una carta y leía lo que esta decía.
—¿Cuál es la estrella más cercana a la Tierra? a) Alpha Centauri o b) Eta Carinae—
Sonreí ante su pregunta, era demasiado fácil para ser un juego de puntajes, así que tomé la pizarra que me había obsequiado, la cuál me servía para responderle cuando hablábamos.
Con ayuda de un marcador empecé a escribir mi respuesta, al mostrársela sonrió, lo supe porque la ví, solo por unos segundos, pero lo había hecho.
—Correcto, el Astro Rey es la estrella más cercana, es tu turno—me acercó la pila de cartas y escribí rápidamente la pregunta en la pizarra.
~Más allá de la órbita de Neptuno existe un conjunto de más de 800 objetos que al igual que el resto de planetas gira alrededor del Sol ¿Sabes como identifican los astrónomos a este conjunto de rocas espaciales del que estamos hablando?
—Deben estar bromeando ¿Por qué preguntan algo así? Es imposible que alguien sepa la respuesta—Un tierno y lindo puchero se formó en sus labios, lo había hecho inconscientemente y se veía linda con ese gesto en su rostro.
~En realidad no, no es imposible, lo identifican por su nombre, se llama el cinturón de Kuiper.
—Eres muy inteligente, ahora responde esta pregunta...—Con torpeza logró tomar una carta más.
~¿Has comido?
Escribí en la pizarra, le mostré el mensaje, lo leyó detenidamente, creo que lo hizo más de dos o tres veces, sonrió apenada y colocó un mechón de mis cabellos atrás de mi oreja, no me gusta el contacto físico, o que me toquen sin mi consentimiento; pero se sentía bien cuando Grace lo hacía.
—No, no he comido aún, lo haré de regreso a casa—Me respondió, y antes de que pudiera escribir algo más preguntó:—¿Qué son las cefeidas?—
Tardé demasiado en recordarlo, aún extasiado por la extraña y comoda sensación que sentía en mi pecho.
—Bien, creo que esa pregunta queda fue...—Interrumpí su habla con mis movimientos, tomé rápido el marcador y empecé a escribir mi respuesta.
~Se trata de estrellas supergigantes, muy brillantes, de luminosidad aparentemente variable que se contraen y expanden regularmente y de las que se conoce la relación entre su periodo pulsante y su magnitud absoluta.
Al terminar mostré lo escrito, dejando que ella quedara boquiabierta con mi respuesta, me sentí satisfecho al demostrarle que era inteligente y no un «tonto e insignificante fenómeno»
Seguimos jugando con las cartas de conocimiento del universo, y yo había quedado más que sorprendida por su amplio y basto conocimiento, no había duda alguna en que mi Allen era bastante inteligente.
Mi Allen,ja!
Tan absurdo y patético que se escucha, después de odiar a los autistas ahora llamo a uno como mío, ¿Qué ironía, no?
Y es que no sabía muy bien desde cuando fue que esto inició. Como un momento de ayuda pasó a querer estar con el tipo de personas que tanta repugnancia me causan.
Pero como era de suponerse y debía ya haberlo sabido, no todos los autistas son iguales, pues por algo se llama espectro, ya que hay variantes y la que Allen posee es bastante...
Peculiar.
Seguía ensimismada en mis pensamientos hasta que sentí un pequeño tirón proveniente de una de las mangas de mi chaqueta, dirigí lentamente mi mirada hasta visualizar unos delgados y finos dedos, seguí con mi recorrido visual hasta toparme con el dueño de aquella mano, era él.
—¿Pasa algo Júpiter?— Pregunté con voz dulce, tranquila, incluso un poco amistosa.
Pero él no dijo nada, como siempre.
Eso era algo que detestaba, incluso no podrían darse idea alguna de cuanto me fastidiaba eso.
Parecía demente cuando comenzaba a hablar y no tenía respuesta de él, simplemente me escuchaba, no hablaba y eso me irritaba, me estaba cansando.
—Bien, sino tienes algo que decir me voy—Me levanté después de apartar su mano de mi chaqueta con un tirón de esta, no quería que tuviera una crisis y eso me consumiera más tiempo a su lado.
Pero antes de que yo saliera de ahí sentí como sujetaban un borde de mi chaqueta, volteé con molestia, había pasado ya cerca de cinco horas seguidas con él ¿Y aún así quería más tiempo a mi lado?
-—Me tengo que ir Allen, sueltame—Pedí con la poca paciencia que quedaba en mí.
Antes de que pudiera salir él escribió rápido en la pizarra, y cuando terminó me la mostró, y descuidadamente me sujetó nuevamente por un borde de mi chaqueta, no le tomé importancia, pues tuve que priorizar lo que había escrito.
~¿Podemos comer juntos?
Reí con burla ante su pregunta, definitivamente no lo haría, jamás con tipos como él.
¿Qué le hacía creer que sería diferente? ¿Acaso pensaba que era especial para mí?
—No Allen, tengo que irme—El agarre fué siendo cada vez más débil hasta que me liberó totalmente, y sin más, salí de aquella habitación que me hacía sentir en el centro del universo.
Estaba preparando la comida junto a Kia, su hermano nos había pedido que hiciéramos una cena para todos, quería compartir la mesa y eso nos tenía totalmente emocionados.
O eso era hasta que Grace llegó al cuarto de descanso y tomó sus cosas.
—Hey, ¿No te quedarás?—Le pregunté en cuanto la ví pues sabía bien que Allen le tenía un gran aprecio a mi hermana.—Él quiere cenar con nosotros —
—Tengo cosas más importantes que una estúpida comida Gavin—Dijo y tomando su casco se marchó, después escuché pasos apresurados provenientes del segundo piso. No hacía falta el querer adivinar de quien se trataba, pues bajó por los escalones y llegó hasta la cocina.
—Hola Allen—le saludé en cuanto entró, él no dijo nada pero escribía rápido en la pizarra, esperé a que termine y leí lo escrito.
~La mamá de Jjanggu se fue, no quiere cenar conmigo porque no soy importante, sé que no le gusta que sea diferente.
Sonreí avergonzado, mi hermana seguía con ese corazón tan frívolo que incluso yo empezaba a detestar sus cambios de comportamiento tan constantes.
Miré a Kia quien veía a través de la ventana con el ceño fruncido, sabía que estaba desconcertada y molesta por lo que fuí hacia ella y miré en su dirección; era un chico con cabellos rojizos, bastante atractivo, tenía pecas en el rostro y usaba una sudadera con un verde fluorescente, este se veía nervioso, daba un paso adelante y uno atrás como si estuviera en un debate entre avanzar o no.
—¿Quién es él?—Le pregunté, haciendo que ella con su dedo índice hiciera un shhh sobre sus labios, dirigió su mirada a Allen y después a mí, la miré confundido.
—Ese chico no debe estar aquí ¿Por qué Adrik está...?—Escuchamos un plato caerse, gracias al cielo era de plástico lo cuál libraba a Allen de lastimarse o cortarse.
Pero no pudimos evitar lo que sucedió después de todo esto.
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