[003]
Ella le había llevado a la orilla justo debajo del muelle, TaeHyung estaba paralizado sin creer lo que veía, ¿Estaba soñando de nuevo? Con los ojos abiertos como platos veía a esa chica de cabello azabache, reflejos azules, ojos del mismo color y ahora de cola como pez de la cintura para abajo, la había visto a la perfección a pesar de ser de noche, Larisa tenía una cola de escamas completamente azul, su cabello largo cubría su pecho desnudo.
Larisa ya se estaba poniendo nerviosa con la reacción del chico, éste no se movía y ella no podía acercarse más, si llegaba a tocar la arena fuera del agua entonces su cola pasaría a ser dos piernas.
Eso es lo que le decían el resto de las sirenas, a veces ellas mismas querían conocer el territorio de los humanos y muchas salían del agua, pero...Larisa nunca tuvo razones para hacerlo.
— Ahhh...—buscó que decir—Tu...—señaló su celular— ¿Se arruinó?
TaeHyung había olvidado por completo lo que tenía en la mano, miró el móvil completamente inservible, sentado en la arena volvió a fijar su atención en la chica.
— Tú...—ignoró su pregunta— ¿Eres una...? —gateó hasta el agua pero ella retrocedió, Tae estaba completamente empapado, su cabello azul lucía oscuro por el agua, a Larisa realmente le gustaba ese cabello, desde el primer instante le llamó la atención y más aún al verlo llorar, había escuchado tanto de los humanos que por una razón decidió acercarse a la costa para comprobar muchas cosas por sí misma— ¿Sirena?
Había escuchado que los humanos siempre le temen a lo desconocido, muchos no creían en su existencia, pero otros sí y esa clase de humanos eran peligrosos. Se empeñaban en atraparlas para experimentar con ellas o torturarlas, algunos tenían la estúpida idea de que ella concedían deseos cuando no era así.
— ¿Vas a gritar y a salir corriendo? —quiso saber algo avergonzada—Supongo que...ya no necesitas una amiga.
La forma en que Larisa lo dijo causó algo de culpa a TaeHyung, el chico nunca tuvo en mente hacerla sentir mal.
— Lo siento, yo...—el agua subía y volvía a bajar en la orilla mojando las piernas de Tae a cada minuto, Larisa estaba un poco lejos, el agua llegaba a su cintura y TaeHyung podía ver que su cabello llegaba exactamente hasta sus caderas completamente mojado por supuesto—Creo que en este caso eres tú la que no quiere un amigo como yo.
— ¿Mmm? —Larisa lo miró fijamente con esos ojos azules.
— No quise hacerte sentir mal, es que...—volvió a mirarla detalladamente—Las sirenas suelen estar en...los cuentos para niños...
— A veces lo fantasioso contiene un toque de realidad, ¿No? —sonrió tímidamente—Lamento haberte asustado.
— ¿Por qué estás hablando conmigo? —Tae ladeó su cabeza y la chica lo encontró muy tierno— ¿Estás sola? ¿Hay más como tú?
— Son muchas preguntas—se sonrojó—Sí, estoy sola, las sirenas jóvenes suelen ir por allí, desde niñas somos independientes.
A TaeHyung le interesó más, pasó sus manos por su cabello mojado dejando el celular dañado en la arena, entró al agua y Larisa se sorprendió por ello, esas no eran las reacciones que le habían dicho que los humanos solían tener.
— ¿Cuántos años tienes, Larisa? —quiso saber manteniendo distancia, pero estando en el agua.
— Tengo diecinueve, pero hay sirenas con mil años y nunca envejecen—sonrió, pero al ver el rostro sorprendido de Tae borró la sonrisa— ¿Puedo saber tu edad, TaeHyung?
— Veinticuatro.
— Creí que tenías menos.
El chico se sintió alagado por eso.
— ¿Puedo verla? —pidió. Señaló su...cola que estaba debajo del agua y Larisa se sonrojó de nuevo, era primera vez que un humano se interesaba en ella—Es...muy...azul.
— Bueno, tu cabello es muy azul—sonrió divertida subiendo solo parte de su cola mostrándosela a un asombrado y emocionado TaeHyung, parecía un niño, el chico acercó su mano algo temblorosa y sintió las escamas rozar sus dedos, era como las de un pescado, pero más suaves y coloridas. El chico podría jurar que estas brillaban, a Larisa le causó un cosquilleo en el estómago como aquel humano acariciaba su cola.
— ¿Todas son azules como tú? —la miró.
Larisa volvió a esconderla negando con su cabeza.
— Cuando nacemos, lo hacemos con un color y ese color tiene un significado, define tu personalidad—explicó, se sentía bien decirlo a alguien más que no fuera sirena—Los colores pasteles son para sirenas tranquilas, dulces y serenas, los colores vivos suelen ser para las de carácter fuerte...
— ¿Entonces me conviene no hacerte enojar? Tu cola es azul y...muy azul...
— No voy a lastimarte—calmó sonriéndole.
— ¿Es cierto lo que dicen de ustedes sobre cantar e hipnotizar a los humanos para comérselos en el mar?
A Lari le incomodó un poco aquello.
— Verás, TaeHyung, en el océano no hay sirenas ni buenas ni malas, no te miento ese dato, algunas sirenas prefieren alimentarse de los hombres que navegan por el mar—señaló el horizonte sin fin—Los seducen, algunas de nosotras podemos controlar las emociones y los pensamientos—miró a Tae quien no quitaba su dulce mirada de la chica—Tenemos distintas habilidades o dones como quieras decirle.
Entonces Tae observó el brazalete azul.
— ¿Cambiaste el color?
— ¿Oh? —miró lo que señalaba y asintió—Es más bonito de este color.
— Eres muy...—tuvo que callarse antes de cometer un error— ¿Por qué estás en la playa? ¿No es peligroso para ti? ¿No tienes familia?
— De nuevo estás haciendo muchas preguntas—rio por lo bajo sacando una pequeña sonrisa en él.
— Lo siento.
— Estoy aquí porque he escuchado tanto sobre los humanos que quería conocer al menos a uno—se encogió de hombros—Siento curiosidad por tu mundo.
— ¿Puedes salir del agua?
— Sí, pero...siento algo de temor...
— ¿Le tienes miedo a algo que quieres conocer? Eres muy rara...
— ¡No me digas rara! No soy yo quien lleva un cabello azul—se cruzó de brazos haciendo un puchero.
— Pues...—TaeHyung abría y cerraba su boca—No soy yo quien tiene una cola en vez de piernas...
— No es excusa, también tengo piernas si salgo del agua—le sacó la lengua.
— No deberías quedarte aquí sola—miró alrededor, el chico temblaba ligeramente por el frío—Cualquiera podría verte...
— En el día me escondo, TaeHyung—le pareció lindo que se preocupara por ella—Mejor regresa a casa y descansa, estás mojado y tengo entendido que los humanos son delicados con las temperaturas o el clima.
— ¿Ustedes no sienten frío?
— Estamos acostumbradas a estar en el agua, ¿Qué te puedo decir? —se encogió de hombros.
TaeHyung salió del agua dudando, enserio no quería dejar a esa chica sola. Subió al muelle recogiendo su bolso, se acostó boca abajo mirando a Larisa desde la orilla del puente.
— Ven conmigo—pidió.
— Ve a casa, TaeHyung.
— No puedo dejarte aquí sola—estiró sus brazos—Ven conmigo y te enseñaré todo lo que quieras saber—ofreció.
Larisa quería aceptar claro que sí pero el temor no la dejaba. Las sirenas tenían permiso de ir a tierra, pero algunas las consideraban traidoras a su propia especie, Larisa no sabía que hacer o no porque nadie en su vida le dijo nunca que hacer.
Las sirenas se preocupaban sólo por sí mismas, eran vanidosas, envidiosas, avariciosas y...en su totalidad, todas eran mujeres, no había hombres en esa especie. Muchas de las sirenas seducían a los hombres y se acostaban con ellos para procrear más de su especie, cuando nacían aprendían como sobrevivir hasta los cuatro años, luego de allí sus madres las abandonaban y nunca más las volvían a ver.
Larisa nunca conoció a su madre o al menos no la recuerda, nunca tuvo el cariño de alguien ni el amor de un alguien.
Siempre fue ella sola.
Que TaeHyung le ofreciera eso le incitaba a decir que sí, ese chico de cabello azul y sonrisa dulce lucía confiable.
¿Y si Larisa aceptaba sin pensarlo tanto?
•••
En cada historia donde colocan el tema de las sirenas veo que suelen hacer sus propias versiones así que yo haré mi propia versión de ellas 😊
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