☕Capítulo 2☕
Narradora.
Un instrumental relajado retumbaba en las paredes del salón de ensayos, cada uno de los instrumentos brillaba por su cuenta y se acoplaban para hacer la mejor melodía. Entre ellos destacaba un suave tarareo de fondo junto al compás de la música. Aquel tarareo provenía de Jeremy, quien lo emitía en un tono bajo para no opacar a su grupo. El resto de la banda tocaba con suavidad, ya casi terminaba el ensayo del último show que darían antes de irse de ahí hacia el nuevo local.
El de ojos rubíes, después de acabar la práctica, se encontraba en el stage. Él estaba expectante por cómo serían sus nuevos compañeros de trabajo. Había visto algunas fotos del centro comercial en el que trabajarían a partir de la semana entrante y le pareció un sitio agradable al que podía acostumbrarse. El castaño se acercó hacia Bonnie, algo curioso por su actitud tan emocionada.
\- ¿En qué piensas, Bonifacio? -preguntó el castaño de ojos azules en un tono de broma, solía llamarlo así a veces. El de ojos rojos se giró para ver al de ojos azules, con una mirada medio psicópata, pues nunca le gustó del todo ese sobrenombre.
\- Bonnie, soy Bonnie, Gabriel. O me dices Bonnie o me dices Jeremy, pero me vuelves a decir Bonifacio y te rompo todo lo que se llama 'cara' -respondió el de cabello celeste teñido, en un tono de amenaza hacia el contrario. Se mantuvieron en silencio, mirándose mutuamente sin saber qué decir, hasta que el de ojos rojos decidió responder la pregunta previamente hecha-. Pienso en nuestros nuevos compañeros, ¿cómo crees que sean? -agregó con una sonrisa de emoción, estaba ansioso por conocerlos. El contrario seguía medio paralizado por la amenaza anterior, además temía un poco. Luego de reaccionar miró al de ojos rojos.
\- No lo sé, pero de seguro son agradables, no te preocupes -dijo Freddy, tratando de calmar la emoción de Bonnie. El de ojos rojitos se tranquilizó un poco, aún estando expectante. Miró su reloj para saber cuánto tiempo libre le quedaba, aún tenía unas horas para hacer lo que él quisiera. Se levantó y se dispuso a maquillarse un poquito (sólo se puso un delineado azul) y a peinarse. Estaba por irse, pero el castaño lo detuvo.
\- Espera, Bon. Quiero mostrarte algo -informó el oso falso, tomando ligeramente del brazo al peliceleste. El de ojos rojos sonrió de lado con una ligera confusión, y al final fue con el castaño de ojos azules, el cual, le vendó los ojos. Comenzaron a caminar fuera del local, pues el castaño guiaba a Bonnie hacia un lugar secreto. Obviamente, antes de salir se abrigaron los dos, pues hacía frío.
A mitad de camino chocaron con un chico pelirrojo, el de ojos rojos casi inmediatamente se quitó la venda de los ojos, y después que el pelirrojo les preguntara que si veían por dónde iban, el de ojos rojos se disculpó. Se le quedó viendo unos segundos a aquel chico, no sabía su nombre, pero tenía el presentimiento que lo volvería a ver pronto. Lucía algo apresurado, intimidante y algo enojón, y por el resto del trayecto que les quedaba el de ojos rojos sólo podía pensar en el pelirrojo desconocido cuyo nombre aún ignoraba.
Freddy continuó guiando a Bonnie, quien se había puesto la venda otra vez en los ojos. El castaño no notó la distracción del de ojos rojos, por lo que lo siguió llevando. No pasó mucho tiempo hasta que por fin llegaron al dichoso lugar. El de ojos rojos no podía ver qué lugar era, sólo pudo escuchar el rechinido de una puerta abrirse y el sonido de un interrumptor de luz encendiéndose. Caminaron unos pasos y la puerta se cerró, el castaño lo sujetaba de los hombros para que no se tropezara.
\- ¿Estás listo? -preguntó el castaño de ojos azules, susurrándole a Bonnie al oído. Jeremy estaba emocionado e intrigado por lo que había frente a él. No respondió con rapidez, sólo estaba expectante por lo que era. Se concentró tanto en imaginar qué había en ese lugar que tardó en responder. Luego de un par de minutos el de ojos rojos reaccionó e inclinó su cabeza hacia la de Freddy.
\- Sí, lo estoy -respondió con incertidumbre y emoción. Se estremeció del desconcierto cuando sintió que la venda era removida de sus ojos, y que al fin podría ver lo que había justo frente a él sin ningún impedimento. Alzó su vista hacia arriba de forma instantánea, encontrándose con un enorme y brillante cartel con la imagen de Bonnie, que aún estaba en proceso. Era el cartel que iría en su nuevo puesto de trabajo, el que le daría cuerpo y alma a todo lo que era: alguien que haría todo por todos. El típico chico más bueno que el pan. En él se encontraba Bonnie con una bola de boliche girando en su dedo índice, en una esquina del cartel. Como estaba en proceso, la ilustración del ojirojo estaba en blanco y sin las letras que le darían nombre a su futura atracción.
El de ojos rojos no pudo evitar emocionarse de más con lo que estaba presenciando, sus ojos comenzaron a cristalizarse ligeramente y unas pequeñas lagrimas comenzaron a brotar por sus mejillas, mientras sonreía de felicidad; era normal en él ser muy sentimental y emocionarse mucho por todo. Se acercó al gigantesco cartel, que casi era tan grande como él, se secó un poco las lágrimas y se quedó admirándolo un rato. Deslizó sus dedos por su superficie con admiración y sorpresa, le encantaba a pesar de que le faltaran algunos detalles.
Luego de admirarlo, Bonnie se volteó hacia Freddy y corrió a abrazarlo con fuerza, como era costumbre para ellos.
\- ¡Muchas gracias, Freddy! De verdad, eres el mejor, te quiero -se expresó entre sollozos de alegría, mientras atrapaba entre sus brazos al mencionado. El castaño le devolvió el abrazo, acariciándole levemente el cabello con ternura. Él sonreía complacido de que a Bonnie le haya gustado su regalo, y para ser justos, también le regresó el apretón. Sin que Bonnie lo notara, el oso lo alzó en el aire mientras aún lo abrazaba, dio una vuelta y lo dejó en el suelo nuevamente. En cuanto sintió que sus pies no tocaban el suelo, el conejo se sobresaltó, pero se tranquilizó una vez acabó.
\- No hay de qué, Bon -dice el castaño con modestia, revolviéndole el cabello al contrario-. Y yo también te quiero -afirmó con una cálida sonrisa, ladeando ligeramente su cabeza. Bonnie no respondió a eso, no tenía nada más que decir. Así que, sólo miraba al castaño con una sonrisa. De sus ojitos volvieron a brotar unas cuantas lágrimas, por lo que se avalanzó hacia el de ojos azules y lo volvió a abrazar, llorando de emoción otra vez. Freddy negó con la cabeza mientras reía internamente, acariciando la espalda del de ojos rojos y correspondiendo su abrazo otra vez.
[...]
La banda de Freddy's Fazbear Pizza estaba tranquila cantando la canción favorita de Jeremy, alias Bonnie. Una vez terminó la canción, Frithz les recordó a todos que ese era el día de videojuegos, un día en el que los cuatro, cinco antes de que Golden se casara y se fuera, se ponían a jugar videojuegos para ver quién era el mejor. El campeón invicto era el pirata, con más de 575 victorias consecutivas. Estaba emocionado por volver a ganar, pero Bonnie no se la iba a poner tan fácil esta vez.
\- ¡No me ganarás esta vez, imitación de pirata! -exclamó el de ojos rojos, con una sonrisa competitiva mirando al zorro, convencido de que sus habilidades habían mejorado. Foxy quedó un poco sorprendido por las palabras del ojirojo, pero no se iba a dejar intimidar por nadie, así que le devolvió la sonrisa competitiva, mientras Chica y Freddy los miraban.
\- ¡Eso ya lo veremos, marinero de agua dulce! ¡Yarg! -el pelirrojo natural aseguró, alzando el garfio en señal de reto. Y así, luego de que él dijera eso, los cuatro se pusieron a jugar por un rato, listos para quitarle el título de campeón al de ojos ámbar. Después de unas cuantas partidas llenas de competencia y diversión, llegó Mike, el guardia nocturno, no era de noche, pero les tenía noticias a la banda. Él a veces, y cuando le daba el tiempo, también se unía al día de videojuegos, esas competencias entre ellos eran muy divertidas y entretenidas, y el guardia aprovechaba que se llevaba muy bien con ellos.
Los cuatro fueron a recibirlo con una quitada de oxígeno, o sea, un abracito. Michael les devolvió el abrazo con emoción y amistad, luego de estar de licencia por 2 meses echaba de menos a sus amigos y compañeros de trabajo. Al igual que Vanessa, él deseaba que sus compañeros se llevaran bien con los de la otra banda, aunque el susodicho no tenía que preocuparse mucho, pues ellos eran bastante amigables con todos. Cuando se soltó del abrazo de sus amigos, dio un ligero suspiro para recuperar el aire tras ese apretón, los miró con una sonrisa carismática y fue a sentarse en una silla de la sala de fiestas donde se encontraban.
Los chicos se sentaron en la misma mesa que Mike, ya que querían charlar un rato con él después de tanto tiempo sin verlo. Todos notaron el extraño rostro de Mike, quien tenía una mirada diferente hoy día. Sin previo aviso, una sonrisa satisfecha se dibujó en los labios del guardia, dicha sonrisa desconcertó a la banda Olds, no se les había informado algo sobre si Mike estaría con ellos en el Pizzaplex o si se iría a otro local. Por suerte, Mike tenía esa respuesta, por lo que su sonrisa era de emoción e ilusión. Contempló el rostro asombrado y confundido de sus amigos, por lo que decidió transmitirles sus conocimientos.
\- Les traigo las buenas nuevas, chicos -Mike informó, jugando con sus manos debido a los nervios y a la emoción del momento. A los chicos no les quedaba claro la razón tras el nerviosísmo de Afton (sí, en esta historia es Michael Afton), no solía ponerse así de forma regular, sólo les quedaba especular al respecto. Cuando escucharon que Mike tenía buenas noticias, todos se pusieron expectantes por lo que les diría el guardia nocturno, esperaban que fuera lo que habían pensado desde el principio. Se acercaron un poco hacia él, examinándolo ligeramente con una mirada que denotaba su creciente curiosidad, estaban tan emocionados que casi olvidaron hablar.
\- Suelta la sopa -dijo el de ojitos rojos con un tono ansioso, esperando con paciencia la respuesta del contrario. Mike se tensó ligeramente, respirando para calmarse y poder contarles con más fluidez lo que tenía que decirles. Jugó más con sus manos, trató de tranquilizar sus nervios, pero nada servía. Aun así, siguió respirando, mientras que sus amigos también intentaban que se tranquilice. Freddy fue a buscar un vaso de agua, al rato regresó y se lo entregó al guardia, y que así se calmara. Él, con gusto, recibió el vaso del oso y lo bebió con suavidad, eso funcionó y, después de un último suspiro, pudo continuar.
\- Iré al Pizzaplex con ustedes -informó Mike, con su sonrisa de emoción dibujada en su rostro. Los del grupo se miraron entre sí, como si buscaran saber si todos habían escuchado lo mismo. Permanecieron en un silencio profundo por unos pares de minutos, hasta que sus miradas volvieron hacia al guardia. Seguido de eso, no tardaron en oírse los primeros jadeos de alegría y abrazos hacia Mike, era claro que la noticia les había agradado a todos y cada uno de ellos.
El guardia correspondía los abrazos de los integrantes de la banda con emoción y felicidad. Pasaron así un rato y luego fueron a prepararse para ir a su nuevo lugar de trabajo. Sabían que ese sitio era más moderno de lo que pudieron imaginar, ¡debían asegurarse de encajar con aquel ambiente nuevo y desconcertante! Jeremy estaba visiblemente más nervioso que el resto, una sensación de pánico y pena recorrieron su cuerpo, no sabía cómo debía arreglarse. Debía ser algo extravagante, pero no demasiado. No tenía que ser muy formal, pero tampoco tan informal. Un huracán de dudas se materializó en su mente, impulsándolo a agarrarse la cabeza con indecisión.
Como si del fin del mundo se tratara, salió corriendo hacia el baño y contempló su reflejo, su nerviosismo crecía con cada pensamiento negativo que aparecía en su cabeza. El rechinido lo devolvió a la realidad, obligándolo a observar al emisor de tal sonido. Foxy caminó y se posó junto a Bonnie con una sonrisa calmada. Notó lo tenso que estaba el contrario y alzó una ceja con una ligera confusión. Se lavó la mano y el garfio en el lavabo y volteó hacia el de ojos rojos.
\- ¿Qué ocurre, Bon? ¿Por qué tan tenso? -cuestionó mientras se secaba con unas toallas descartables. Jeremy desvió la mirada hacia el suelo, dejando escapar un suspiro pesado de sus labios. Dejó que su cuerpo cayera contra la pared, terminando sentado en el frío suelo del baño para hombres de la pizzería. Se agarró el flequillo con una de sus manos, pero no lo hizo fuerte. No respondió de inmediato, pues estaba muy nervioso, tan nervioso que ni siquiera podía mirar al contrario a los ojos.
Bonnie mantuvo su vista en algún rincón del baño, sintiendo la mirada del zorro que aún no se apartaba. Sintió algo en su hombro: era la mano de Foxy que se había posado en él y se había sentado a su lado. Aquel movimiento bastó para que sus ojos carmín miraran al contrario una vez más, por más que él quisiera hablar las palabras no salían de su boca, y un dolor insoportable se apoderó de su garganta, como queriéndole obligar a ponerse a llorar en ese instante. Para su suerte, pudo contenerlo a su voluntad y, a pesar de que el dolor permanecía, suspiró para calmarse.
\- Te burlarás si te lo digo... -admitió con la cabeza agachada, apartando su cobarde mirada una vez más. Foxy notó la preocupación del de ojos rojos, y lo único que pudo hacer en ese momento para darle a entender que estaría con él pase lo que pase, fue abrazarlo con suavidad, dándole unas palmadas en el brazo. Posicionó su garfio en la barbilla de Bonnie, haciendo que lo mirara y, sin mediar palabra, lo atrajo más hacia él para juntar sus frentes.
Jeremy se sorprendió un poco, pero no tardó en reconocer lo que hacía Fritz y sin protestar cerró sus ojos y se relajó, dejando que el contrario terminara con lo que hacía. Él no sabía cómo, pero siempre se calmaba cada vez que Foxy hacía eso, eran muy buenos amigos y el pelirrojo solía ser bastante sobreprotector con él, ¡ya tenía suficiente con lo que había pasado con esa estúpida caja! Sonrió. Bonnie sintió como Foxy alejaba su frente de la suya, lo que lo obligó a abrir sus ojos, encontrándose con el contrario sonriendo con satisfacción, sabía que eso había funcionado.
\- ¿Mejor? -preguntó, no esperó una respuesta, de todos modos ya la sabía. Así que, decidió seguir la conversación anterior. Rió con incredulidad-. Escúpelo, prometo que no me burlaré -aseguró el de ojos ámbar, sonriendo de forma carismática mientras acariciaba el cabello del contrario para que se relajara más rápido. Bonnie casi de manera instantánea se recargó en el contrario y soltó varios suspiros para desacelerar los latidos frenéticos de su corazón, y su respiración agitada. Asintió para responder su pregunta.
\- Es que- no lo sé... Estoy preocupado. Cuando me fui con Gabi chocamos con un chico que se veía molesto, no lo entiendo, desde que lo ví no puedo quitarmelo de la cabeza, ¿sabes? Tengo el presentimiento de que lo volveré a ver, pero también siento que algo está mal con él -comenzó su explicación moviendo sus manos de un lado a otro. No sabía bien cómo expresar lo que pasaba, su mente era un tornado en busca de respuestas que sus neuronas eran incapaces de hallar. Fritz lo escuchaba con atención, creía saber lo que pasaba y no tardó en lanzar su sugerencia.
\- No lo sé, yo creo que "alguien" está enamorado -sugirió con una sonrisa coqueta, lo que provocó que el contrario se sonrojara de la vergüenza. La mirada de Jeremy se transformó en una llena de confusión ante las palabras del pelirrojo de ojos ámbar. La confusión creció aún más al ver su sonrisa, tendría que corregirlo de inmediato.
\- No es amor, es sólo que... No sé cómo describirlo, pero algo dentro de mí me dice que ese chico necesita ayuda, no me gustaría que alguien pasara por lo mismo que yo después de, bueno... La caja. Tú sabes -siguió su relato con una clara expresión de preocupación en su rostro, él siempre se caracterizó por hacer todo lo posible porque los demás fueran felices-. Además, ni siquiera sé su nombre, es casi imposible enamorarme de alguien cuyo nombre es desconocido para mí ahora. Estoy seguro de que lo que siento sólo es una preocupación temporal, o eso espero... -añadió murmurando las últimas tres palabras para sí mismo. El de ojos ámbar abrió los ojos por completo ante esa declaración, si hay algo que tenía claro era lo tan dulce que era Bonnie.
De repente, recordó cuando lo conoció en la secundaria, había pasado por un muy mal momento emocional, y mientras se lamentaba en una banca de la cafetería de la secundaria él apareció para animarlo. A partir de ahí, su amistad ha prosperado y volviéndose más cercana con el tiempo, ¡y todavía estaban juntos! Sonrió ampliamente al recordar aquel día en que ganó a uno de sus mejores amigos, un día que jamás reemplazaría por nada. Debido a eso, comprendió perfectamente la preocupación de su amigo por aquel desconocido con el que el destino decidió cruzarlo, no hizo mas comentarios referentes al amor y sólo exhaló como señal de que podía continuar hablando, ya que notó que Bonnie quería decir algo más.
\- Y también me preocupa no saber cómo debería arreglarme para ser del agrado de nuestros nuevos compañeros -admitió algo avergonzado, dirigiendo su mirada hacia el suelo. El de ojos ámbar guardó silencio unos segundos, hasta que comenzó a reír de la nada, lo que provocó la indignación del de ojos rojos, el pirata había prometido no reírse de él. Sin embargo, ahí estaba, carcajeándose en su cara-. ¡Oye, lo prometiste! -exclamó ofendido, en un tono de regaño hacia el contrario. A Foxy le tomó un largo rato recuperarse de su ataque de risa, pero al final lo logró. Limpió una de las lágrimas de alegría que se deslizaba por su mejilla. Volteó a ver a Jeremy.
La cara del mencionado se veía con una notable molestia, lo que provocó que el comtrario soltara otra risa, pero esta vez era una sarcástica y ligeramente juguetona. El de ojos ámbar le dio unas palmadas en la cabeza al de ojos rojos, en un intento de apaciguar la situación. Jeremy sólo apartó la mirada y se cruzó de brazos, estaba molesto. Se levantó, seguido de Foxy, y estuvo apunto de irse, hasta que el contrario lo detuvo con un abrazo. No quería que llegara de mal humor al Pizzaplex.
\- ¡Lo siento! Discúlpame, Bon -se disculpó el pelirrojo natural, notándose arrepentido por haber roto su promesa. Jeremy lo volteó a ver y correspondió el abrazo, dándole a entender que lo había perdonado-. Es sólo que me da risa que te pongas así por ese tipo de cosas, Bon-Bon -añadió con una sonrisa de lado, y haciendo un movimiento con su mano. Bonnie se calmó un poco, al final de cuentas Foxy tenía cierto grado de razón en sus palabras, lo que lo dejó pensando. Soltó un suspiro pesado.
\- Supongo que tienes razón... -afirmó, poniéndose de pie junto a Foxy. El de ojos ámbar se quedó pensando unos minutos, de todos modos tenían que cambiar su imagen, algo que a Bonnie le agradaría. Así que se lo informó y ambos se reunieron con el resto de sus amigos y los cinco se fueron a hacer unas cuantas compras. Los chicos se habíam reunido en la casa de Foxy con unas pocas bolsas, menos Chica, ella tenía como 50. Las dejaron en una de las mesas de la sala y se dispusieron a mostrar sus nuevos looks.
La primera fue Susie, y en lo que la esperaban, se pusieron cómodos. El zorro pelirrojo estaba sentado junto a Bonnie y del otro lado estaba Freddy, Mike estaba justo en frente. Jeremy miraba el suelo, pensando muy seriamente en el chico pelirrojo de ojos rojos con el que había chocado antes, pensaba en qué le pudo haber pasado para estar de ese humor, y a su vez le generaba cierto grado de intriga el hecho de que quizá lo vuelva a ver. Los chicos notaron que Jeremy estaba muy pensativo, por lo que intentaron hacer que reaccione de alguna u otra forma.
\- ¿Estás bien? -preguntó el de ojos azules, acercándose a los oídos de Bonnie para que lo escuchara. El ojirojo reaccionó de repente, algo desconcertado por lo que pasaba. Se apresuró a asentir con una sonrisa nerviosa, todos permanecieron en silencio después de eso. La espera se hacía eterna, ¿acaso Chica estaba fabricando la ropa? Sin que nadie viera cuándo, el de ojos rojos se quedó dormido.
//Algunas horas después//
El de ojos rojos se encontraba despierto, ya estaba arreglado: se había teñido el cabello a celeste y se puso unas estrellas en el outfit. Tomó su guitarra. La banda estaba próxima a salir de una vez por todas hacia el Pizzaplex, estaba más calmado que antes. Al mismo que tiempo que llevaba a cabo lo previamente dicho, Jeremy también decidió pensar un rato hasta que sus amigos lo llamaran para irse. Soltó un suspiro pesado y se recargó en una pared, no era una ciencia saber en quién estaba pensando, pues era muy complicado evitarlo.
Recordó lo que pasó con hace algún tiempo, ese día casi cortaron todos los lazos entre ellos, y entre toda la banda en general. Ese día fue, por mucho, uno de los peores días de su vida, ¿cómo pudo siquiera pensar en hacer tal cosa? Un sentimiento de culpa comenzó a recorrer su cuerpo, mientras su mano se posaba en su pecho. El miedo de que ese hecho nunca lo dejaría en paz lo atormentaba por completo, lo dejaba vulnerable y desprotegido para cualquiera que lo quisiera lastimar. Inhaló y exhaló varias veces de forma lenta, evitando las ganas de llorar en ese mismo instante.
Por suerte, Foxy interrumpió ese tormento avisándole de que ya era hora de irse al centro comercial. Bonnie se comenzó a tranquilizar, respiró profundo para que no notaran lo alterado que estaba, y emprendieron el viaje. Fueron caminando porque estaba relativamente cerca, además le sirvió a Bonnie para pensar durante el trayecto. El de ojos rojos estaba bastante distraído, tanto que se desvió a la calle varias veces en las cuales por poco lo atropellan. Por suerte sus amigos lo cuidaban y evitaban que eso pasara.
Bonnie aún estaba mal, pero lo ocultaba con su sonrisa, no se sentía con el derecho de estar cerca del castaño, por lo que mantuvo su distancia con él. Freddy no lo notó, o al menos aparentó no hacerlo, después de todo a él también le dolía estar cerca del de ojos rubí, lo quería, pero le hacía daño, por eso no pasaban tanto tiempo juntos como antes. Las pocas veces que estaban juntos se veía que todavía eran muy buenos amigos, la única diferencia ahora es que ya no eran tan cercanos.
El camino hasta el centro comercial se hacía eterno y tortuoso para el de cabello celeste, quien miraba al piso con un dolor insportable en el alma, y la vez que aún pensaba en aquel misterioso desconocido. Suspiró de forma pesada y levanto la cabeza hacia el cielo, en las nubes vio el rostro del pelirrojo con el que se había cruzado, o al menos tenía una forma similar. Al principio creyó que lo estaba imaginando, pero después se dio cuenta de que esa nube realmente adoptó esa forma. Volvió a mirar al suelo.
La mente de Bonnie se había vuelto un tornado de confusión y algo de angustia, comenzando a recordar la noche en que lo arruinó todo. Fue un grave error haber recibido esa llamada, ya que de no hacerlo quizá Foxy no habría aparecido, y tal vez Freddy no los hubiera visto. O quizás, si Chica hubiera sido la que apareciera en lugar del de ojos ámbar se habría ahorrado esa terrible humillación. No, en realidad nada habría cambiado si hubiera pasado algo distinto, pues de todos modos él sabía que acabaría cometiendo el mismo error aunque intentara evitarlo.
Suspiró pesadamente mientras continuaba caminando. ¿Qué debía hacer ahora? Esa era una de las preguntas que rondaban en su cabeza, estaba entre la espada y la pared sin saber cómo seguir, o cómo poder dejar atrás esos hechos que le dan vergüenza admitir. Lo de Foxy fue sólo una mala jugada del destino, una jugada que lamenta desde ese día, ¡pero no había tiempo para eso! Un toque en su nariz lo hizo volver a la realidad, vio que el responsable, Freddy, le señalaba hacia un lado, habían llegado a destino.
Los cuatro hicieron una ronda antes de entrar, llegaron al acuerdo de hacer una entrada triunfal como los campeones que eran. Esas palabras distrajeron a Jeremy de sus pensamientos, y se tomó la libertad de pasar el rato divertido con sus amigos una vez más. Luego de entrar de manera triunfante, los cuatro se hecharon a reír de forma muy aleatoria, mientras eran observados por Vanessa. Tras un pequeñísimo recorrido por el lugar, la guardia de seguridad los llevó al escenario principal, donde los esperaban sus 8 nuevos compañeros de trabajo, aunque uno prefería permanecer en una esquina sin ganas de socializar.
Mientras sus amigos se presentaban con los demás, Bonnie se acercó al chico solitario para hablar con él, pero cuando lo vio más de cerca lo reconoció como el chico con el que había chocado previamente. Se asombró de que su presentimiento fuera cierto, y aún más de que lo vaya a ver más seguido debido al trabajo. A base de eso, tuvo algo de motivación extra para acercarse al contrario, quien lo miró de reojo con algo de fastidio.
\- Hola, mi nombre es Jeremy, pero todos me llaman Bonnie. ¿Usted cómo se llama? -preguntó con entusiasmo y nerviosismo, le daban ligeros escalofríos estando cerca de aquel pelirrojo. El contrario se le quedó mirando un rato al ver la osadía que tuvo al interrumpir su perfecta soledad. Entrecerró los ojos y suspiró, no estaba de humor para este tipo de cosas. Se presentó como "Montgomery Gator" sin mucha gana, ese era su seudónimo, no le gustaba mucho su nombre real.
Ambos tuvieron una conversación un tanto incómoda, hasta que el de ojos carmesí se marchó donde sus amigos. Los cuales, presentaron a Bonnie con los glamrocks que estaban ahí, o sea, Roxy, GBK, Flower, Mangle, Sun, Moon y Eclipse. Espera, ¿Mangle? Eso fue lo que se preguntó Jeremy con sorpresa, Fritz sonrió y asintió, para acto seguido abrazar a su novia. La noticia inesperada dejó shockeado al de ojos rubíes, después de lo que pasó con la pizzería de los Toys creyó que no volvería a ver a ninguno, y ahora resulta que Mangle trabajaba en Pizzaplex, loco, ¿verdad? Bonnie pensó exactamente lo mismo.
Cuando salió del shock fue a saludar a Mangle para ponerse al día de sus vidas como los demás, y no se olvidó de su primo. Luego de instalarse bien en sus atracciones y camerinos, todos quedaron en encontrarse en el escenario principal, ese gigantesco lugar que unía la entrada de todas las atracciones. Todos estaban allí a la hora acordada, excepto Monty. Era extraño que él decidiera no participar, pues siempre lo hacía, aunque no era raro que de vez en cuando se quedara en su campo de golf, o en su camerino, sin querer hablar con nadie.
Bonnie estaba preocupado, seguía echándose la culpa por no agradarles al pelirrojo, se puso bastante mal. Una vez más, sus amigos trataron de animarlo, pero esta vez nada funcionó, al de ojos azules se le ocurrió algo y se acercó a Bonnie. Lo abrazó con un brazo y le dijo que, si lo hacía sentir mejor, podría comprarle una guitarra nueva porque la suya estaba completamente destruida. El de ojos rubíes no tuvo tiempo de decir algo, porque llegaron Vanessa y Mike con una lista que le dieron a Freddy.
\- ¿Qué es esto? -cuestionó el castaño, alzando una ceja con curiosidad. Ambos guardias cruzaron miradas y después Vanessa soltó un suspiro pesado, estaba claro que era algo grave, o eso aparentaba.
\- Una lista. Necesito que hables con Monty sobre esos arreglos del campo de golf, si no es mucho pedir, claro -pidió la rubia de ojos verdes, con un tono suave y amable. El oso asintió y se marchó, mientras que Bonnie vio cómo se alejaba. Todos actuaban muy extraño cuando hablaban de aquel pelirrojo, pero el de ojos rubíes sabía que él sólo fingía ser malo, y que en realidad necesitaba a alguien que lo apoyara en el momento tan difícil por el que tiene que estar pasando.
No hizo nada por ahora, pero se propuso hacer lo necesario para que Montgomery confesara cuál era su mal, aunque eso implicara unos cuantos sustos por parte del caimán.
En pocas palabras, Bonnie tenía tan buen corazón que, sea como sea, quería que el pelirrojo fuera feliz, quería verlo sonreír aunque fuera una sola vez, una sola. Será difícil, eso él lo sabe, pero no perdería nada con sólo intentarlo, ¿verdad? Quizá lo está juzgando mal muy pronto y debería de conocerlo mejor para saber si él realmente es alguien malo, o alguien bueno. Sólo le quedaba esperar y rezar de que todo saliera bien.
Continuará...
¡Hellouder, Wolves! ¿Cómo están? Espero que bien, el día de hoy he actualizado, por fin, este libro que de seguro ustedes querían leer, pero ya. Y fallé a lo que yo misma dije porque este capítulo dura 5,017 palabras (sin contar estas). Pero, tengo una muy buena explicación, y es que, no pude encontrar más formas de alargarlo, mis disculpas.
Y recuerden, si quieren saber más sobre esta historia vótala, compártela, comentá y guárdala en tu biblioteca. Perdónenme por tardar como 4 meses en actualizar esto, es que no he tenido tiempo (ni inspiración) en estos días, pero al fin lo terminé. :D
Bueno, espero que les haya gustado, ahora sí, sin más que decir, ¡adiós! <3
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