Apenas me he despertado y ya me han llamado de la comisaría. Ahora voy en camino para ver qué es lo que pasa. Me he preocupado un poco por lo que pasa, la gente sigue muriendo y no puedo hacer nada al respecto. James Harrison, Lea McTombs, Arthur Miller ¿ahora quién será? Entro a la oficina y Anne se coloca delante de mí. 

— ¿Supiste lo que pasó anoche? —dice en un tono de sorpresa.

— ¿Qué pasó Annie? —pregunto confundido.

—Mataron a Jack Sandford, vamos  a la escena del crimen, acompáñame —Anne camina al auto y me subo en el asiento de copiloto. 

  —Dicen que es algo horrible de ver.

Bajamos de auto y nos dirigimos a la escena del crimen. Me dispongo a ver el cuerpo de Jack. Su carne está destrozada, en su abdomen está marcada la fecha 2007 con un cuchillo
De verdad es una escena sangrienta y terrorífica. Me acerco para cerrar sus ojos. Los forenses recogen muestras y toman fotos. Hasta que escucho una mujer que grita y trata de acercarse al cuerpo. Liam la detiene..

—Déjala pasar —grito.

Cuando vi su cara, no era la madre de Jack, era Amelie. Gritando, maldiciendo y llorando. Jack yacía en el suelo y esta mujer lloraba como nunca.

— ¡Jack! ¡mi Jack! No tenías que morir de esta manera. Pagará por esto —grita entre sollozos Amelie.

Liam la quita de cuerpo. Voy a verla. Quiero saber cómo se encuentra.

—Amelie, ¿te encuentras bien? —cuestiono en tono amable.

—No, necesito su cabeza. Tengo que tener su cabeza, debe morir. Hagámoslo, por ti, por mí. En memoria de Jack y de Lea.

Llora eternamente y esos dos Ríos escurren por su camiseta. Pensé que ella no sentía nada por él, ahora sé que no es así. Vi el sufrimiento en su rostro. Ese tipo de dolor, no se puede fingir.

Voy de vuelta a la comisaría y me siento en mi escritorio. ¿Quién podrá ser el asesino? Quedan pocos en el pueblo y descartando a Jack. El sospechoso más evidente es Howard. Tengo que arrestarlo, si el planeó todo esto, es hora de que vaya a la cárcel. Es hora de tomar la acción en mis manos. Así que me levanto y voy a la casa de Howard.

—Howard Van Slein queda arrestado pir el homicidio de Jack Sandford, Lea McTombs, Arthur Miller, James Harrison, dos hombres desconocidos, Terrie Winchester y sus seis hijos. No podrá decir nada. Si dice algo la corte de Blue Pines lo juzgará por autorevelación, un crimen castigado.

La autorevelación es una ley tonta. Ley 35: Ningún sospechoso o acusado podrá declararse culpable o decir algo que lo incrimine.

Llevo a Howard hasta una celda.

—Es hora de decirme qué pasó con todos —digo amenazante.

—Eso viola la ley de autorevelación señor policía. Aparte, no he matado a nadie. Soy tan inocente como usted. Créame, estoy aquí injustamente.

—Vamos, Howard. Tú tienes el perfil del asesino.

—Por Dios, Daniel. ¿Has visto a la perra de Aremis? Esa loca tiene más perfil que yo. Aparte la otra opción sería Amelie o Vicky y esas dos son un par de inútiles inofensivas.

—Eres un asco de hombre.

Vuelvo para realizar un poco de papeleo. Tenerlo aquí implica llenar muchas formas. Me recuesto en la silla y Anne me trae una evidencia.

—Toma, es el teléfono de Jack, al parecer grabó algo durante el ataque, ¿quieres escuchar?

El audio se escucha muy poco, pero dice: —Lo hicimos bien, Howard nos pagará muy bien por él —dice uno de ellos.

Lo sabía. Howard es el asesino, esta noche quedará en esta celda y no saldrá jamás. Así podemos evitar los asesinatos. Luego de que ya fueran las 2 pm, salgo de la comisaría y me dirijo a la casa de Amelie.

—Amelie —toco la puerta. Ella me abre y se ve un poco alterada.

Paso y me siento, ella va directo a abrazarme. Le respondo.

—Gracias.

— ¿Por qué? —pregunto.

—Por haber venido. Eres muy lindo.

—No es molestia, venía a avisarte que el asesino de todos, es Howard. Tu exesposo.

Amelie se acerca a mí y me besa. Siento un grado muy alto de confusión. No respondo al beso.

— ¡Amelie! ¿Qué haces? —pregunto muy sorprendido y de sobresalto.

—Pues yo pensé que... Pues tú y yo pasamos mucho tiempo juntos y me gustas Daniel. De verdad.

—Perdóname Amelie, pero yo no siento lo mismo. Eres una mujer hermosa y encantadora, sin embargo no eres mi tipo —digo un poco confundido—creo que debo irme.

— ¡Daniel!

Eso fue lo último que escuché. Amelie está confundida. Lo entiendo. De verdad que lo entiendo. Pero no justifica esto. Jamás.