Y aquí estoy nuevamente deambulando a tus espaldas.

Recordando aquella vez en que desperté y ya no pude tocarte, pues mi mano traspasó tu mejilla al tratar de limpiar las gotas saliendo de tus ojos.
Tampoco podías verme, y, no importaba cuanto gritara, no podías escucharme. Mis lagrimas, ya no las sentía, ni el frió de aquella temporada en invierno cuando la vida decidió separarme de ti para meses después poner en tu camino a alguien más, ya no podía sentir mi corazón latiendo desenfrenado cuando te mantenía cerca.

Tengo que decirte...yo no lo quise así. Yo no pedí esto.

Pero al final, así se dieron la cosas, tuve que resignarme y ver cómo solo el tiempo pasaba consumiéndome mientras vagaba en soledad, tristeza e incertidumbre. El anhelo de poder sentir una vez más lo que es amarte.

Si no te hubiera conocido...me preguntó "¿Cómo hubiese sido mi vida?"
¿Existiría un mañana? O ¿Me quedaría atrapado en él hoy, pensando en el ayer?

Pues conforme el tiempo pasa, mientras estoy a tu lado observando como rehaces tu vida después de mi inesperada muerte, un vago pensamiento me invade y ocupa la mayor parte de mi mente, haciéndome inquietar.

Si yo no hubiese muerto...¿Habría un mañana para nosotros?

No tienes idea de cuanto desearía que fuese así.

No puedo mentirte a ti. Duele.

Duele ver a la persona que amas sonriéndole con cariño a alguien más, alguien cuyo destino se encargó de atravesarlo en tu camino cuando te quito del mío, ver esa sonrisa que solo me dedicabas a mi, solo a mi, cuando eras mío.
Duele saber, que yo ya no seria más esa luz, aquella causante de tu felicidad.
Sin embargo, duele más verte llorar, verte desvelar mirando una vieja foto, ver cómo destruyes tu estómago gracias al alcohol que consumes en grandes cantidades, duele ver cómo le ruegas al cielo por mi regreso de vez en cuando, duele verte pasar horas frente a mi lapida sentado.

Así que, me atreveré a ser mentiroso y egoísta, y diré que me alegra saber qué alguien más esta dispuesto a hacer por mi en vida, todo lo que yo no puedo hacer por ti en muerte.

Aunque cueste admitirlo...me alivia.
Aunque no estemos juntos, seguiré protegiéndote cuán estrella en ese extenso mar rodeado de nubes.

Me alivia saber que ya no te encuentras solo como en un principio después de mi partida, que tienes un hombro en el cual apoyarte, mientras aún sigues aferrándote a mi.

Yo...la luz que te hacía sonreír, se ha apagado mi vida.

Pero ahora alguien ocupa mi lugar, tratando de hacerla encender cuán vela en una habitación en rotunda oscuridad.

Hubiese deseado que esto fuese para siempre, algo más sencillo que la eternidad.

Pero no seamos ilusos, ni el "para siempre" ni la "eternidad" pueden ser posibles.

El tiempo que pasamos juntos fue inolvidable, se mantendrá incrustado en mi corazón, como en mi memoria.

Y pese a no tener más un futuro soñado, pese a saber que no volverás a verme, seguiré amándote como ese primer instante, miraré tus ojos y me sobrepondré.

Te dejaré ir, como tú poco a poco logras hacerlo.

Nos dejaré ir, después de tanto tiempo.
Para que ambos seamos libres.

Más no sin olvidarte, más no sin prometerte, que en mi próxima vida estaré buscándote hasta dar contigo, porque cuando tú y yo estamos juntos, todo es hermoso...y azul. Y así quiero que permanezca.