El Lamento
El grupo de magos aparecían sobre una colina tras usar unas piedras fluorescentes, no muy lejos de su localización estaba la figura de la ciudadela amurallada, al no haber llegado de inmediato a las tierras del Lord Osmidth irritó a Velvet quien estaba dispuesta a comprar gemas.
—No es momento de hacer una rabieta, debemos separarnos — indico Thomas, quien levantaba a Nadia quien cayó en un charco — debemos tener la zona alrededor de la ciudad controlada así no podrán ingresar, ni utilizar a algún rehén.
—Suena a un buen plan, si logramos limitar sus opciones de éxito — señalaba Lancelot VI aprobando la idea del archimago.
—¡No! ¡No! ¡Esperen! ¡¿Quién lo eligió nuestro líder?! — eso deberíamos votarlo, se negaba Velvet a seguir sus órdenes.
—Yo no tengo ningún problema con que nos mande — respondió Faustus, con esa respuesta se preocupo la maga y miro a Thadeus esperando una respuesta a su favor.
—Realmente no me importa, no soy como mi padre — con ello supo que no podría tener los votos necesarios para un cambio y se limito a escucharlo.
—Bien resolviendo esto nos dividiremos en grupos de dos, si es necesario separarse para tener mayor margen háganlo — dejaba en claro Thomas, para luego dar a conocer con quién iría cada quien — Alicia y Lancelot tendrán la ruta comercial, detendrán toda caravana para asegurarse que no se cuelen.
—¡No! ¡No estoy de acuerdo con tu decisión! — recriminaba al quitarle de su alcance a su nuevo juguete.
—Vienes a cumplir órdenes no a divertirte — indico Thadeus, su comentario solo molestaba a Velvet, quien le regalaba una mirada hostil.
—Es bueno que la lleven tan bien, se encargarán del camino terroso, no suele ser muy frecuentado pero no podemos ignorar este pase — aprovecho la situación para darles a conocer que les tocaría conocerse mejor.
—¿Maestro eso significa que nos quedaremos con Faustus? — le pregunto Nadia aún estando débil tras el transporte.
—Si — respondió sabiendo que tendrían el camino de la realeza, dónde solo las personas adineradas tenían acceso — la ciudad amurallada cuenta con tres accesos dependiendo de tu situación, siendo el único lugar donde se discrimina tan abiertamente.
—Personalmente no me gusta este lugar, pero se lo que tengo que hacer y que las personas dentro no son todos unos pelmazos — murmuró Faustus casi para si mismo, pero fue escuchado por Nadia.
Los tres grupos se les fue entregada una de esas piedras coloridas y tras dejar en claro que sí tenían la aparición de la secta tendrían que dar un aviso para que el resto les acompañará en el enfrentamiento, solo entonces partieron a las rutas asignadas.
—¿Qué clase de magia dominas? — Faustus hizo conversación con la aprendiz de Thomas al ver que su maestro la dejo atrás.
—Yo.. — la joven ponía una cara triste al no existir una respuesta que le llenase de orgullo.
—¿Aun no has conseguido dominar una a plenitud? — adivinaba el mago — no te preocupes, no todos tienen el mismo tiempo.
—Pero yo soy la aprendiz del próximo líder de la Orden De Magos, debo estar a la altura, es por mi culpa que le critiquen — contaba bastante cabizbaja — el no debería avergonzarse de mi, ni yo ser una aprendiz tan horrible, siento que incluso el archimago maestro Colesster sintió pena por mi.
La frustración de la niña era clara cosa que molesto a Faustus al ver tan tranquilo a Thomas quien solo ignoraba a su protegida, sin aguardar ningún segundo tomo del hombro al mago.
—¿Qué sucede? — preguntaba bruscamente, pero recordaba lo concentrado que siempre solía ser el heredero de Stone Mage cambiando a un tono comprensivo — ¿Has visto algo?
—¡¿Sabes cómo se siente tu aprendiz?! — le regañaba Faustus cosa que no le hizo gracia a Thomas.
—¡¿Quién te crees que eres para cuestionarme?! ¡Tu no sabes lo incompetente que es ella y lo mal que me hace quedar ante el resto! — en medio de su encolerada irá recordó un dato muy importante de Faustus — ¡¿O acaso la manera en que tú trataste a Stone Mage es incuestionable?!
Eso último le hizo callar percatándose de no ser la persona indicada para tratar el tema, quedando sin nada más que decir Thomas sigo andando, Nadia le miro preocupada por lo que terminó ocasionando.
—Lo siento — soltó estás pobres palabras y siguió a espaldas de su maestro.
Una insólita presencia llamo la atención del rezagado mago, descubriendo a un hombre desarmado, pero con una presencia imponente, su cabellera morena era agitada por el viento, contaba con una cicatriz en la boca, parecía que hace tiempo evadió la muerte al parar a su agresor antes de partirle el cráneo, debajo de su abrigo de piel de oso llevaba una armadura liguera, detrás suyo un joven vestido en su totalidad con piel de lobo negro mostraba en su percheros un símbolo del fuego, con el que los hombres de la secta demostraban su devoción al grupo.
—¡Thomas! ¡Ellos están aquí! — advirtió Faustus quien se disponía a liberar a sus golems para la batalla agachándose.
“Levántate mi hermano perdido en el abismo”
Sin mostrar objeción ante el llamado Faustus se quedó quieto, su mirada perdió su propia voluntad quedando únicamente el cascarón vacío en que se volvió, Thomas y Nadia vieron esto quedando atónitos, el maestro detuvo a la niña de ir a auxiliar al otro mago.
—No puedes hacer nada, se trata de un maestro con una bendición bastante irritante — le contaba habiendo estudiado a los portadores de estos “milagros” y las ventajas adquiridas tras poseerlas — el debe ser el maestro de la paz, Octavius.
—Veo que sabes reconocer mi bendición. ¡¿Pero sabes bien quien lo porta?! — extendió sus brazos como si con ello pudiese extender el perdón a sus enemigos — cachorro negro, muéstrales tus fauces a estos desdichados. ¡Que imploren por el perdón!
Con un grito a todo pulmón que logro entumecer los cuerpos de los magos se arrojo en su contra pasando de largo a Faustus. Thomas quien era el más experimentado no pudo evadir el efecto de tan encarnado alarido, miraba sin ser capaz de notar los detalles necesarios para un contraataque.
—¡Vamos reacciona viejo estúpido! — se incitaba a esforzarse hasta el límite para responder, solo así consiguió ver cómo la mano del joven iba por su cabeza.
Su cuerpo con torpeza se echó atrás, pero sintió un corte en la nariz, de forma casi automática sangro, los movimientos del joven no eran normales y prestando atención a sus manos noto las garras que portaba en sus dedos, eran parecidas a anillos.
—El también está bajo los efectos de tu bendición ¿verdad? — preguntaba sabiendo de antemano la respuesta.
—Si, es un prototipo para el resto de Black Hound, el efecto de su rugido es gracias a mi bendición como pudiste suponer — se tomaba la libertad para hablar abiertamente sin preocuparse por lo riesgoso que era contar algo tan importante.
—En pocas palabras, eres una mayor amenaza detrás del escenario, solo debo aprovechar tu arrogancia — diecisiete orbes blancos aparecieron detrás del archimago, junto a dos círculos mágicos chicos pero con un texto bastante complejo.
—¡Si! ¡Muéstrame el poder de los magos! ¡Quiero saber hasta dónde puede llegar esa falsa salvación! — vociferaba extasiado ante la idea del choque entre ambos.
—Nadia, ve a la ciudad a avisar al Lord que debe poner un encierro absoluto, si el llegará con él sería una ruina — confesaba Thomas su más grande temor, intentando aprovechar toda oportunidad de superar la adversidad.
—¡Pero puedo ser útil! — replico su aprendiz demostrando que esa era su meta en esta misión.
—¡Tu solo has lo que te ordenó! — respondió molesto temiendo alguna protesta de parte del maestro, pero no aparentaba preocupación.
—Si, anda ve — le alentaba Octavius, esto le parecía una broma ante la vista de Thomas.
Resignada a su situación actual su aprendiz siguió sus órdenes, dejándole contra uno de los altos mandos de la secta.
—Algo no está bien, su ataque, apareció justo detrás nuestro y al estar separados, es casi como si nos estuviese esperando, lo cual es imposible nuestra respuesta a la misión fue inmediata — se planteaba al no comprender la despreocupación de su enemigo.
—¿Aún no lo entiendes verdad? — se burlaba satisfecho al ver cómo la mortificación del mago era más clara — mi bendición es la respuesta a el actual predicamento, lo que has creído a sido una mentira, la misión de expansión ya fue lograda; Esto es solo una trampa para ustedes.
La revelación hizo estremecer los adentros del hombre, quien entendió que uso su bendición en el noble y ahora ellos estaban en la peor situación posible, sin saber que más des fortunios les aguardaban, miro en dirección a su aprendiz, pero ella ya no estaba hacía mucho que se fue.
—Si, la mandaste a su fin, los guerreros del castillo amurallado están a la espera de atacar a todo mago — contaba disfrutando como todo salía acordé a su plan — pronto descubriré por que no se mueve tu compañero y entonces usaré a su propia gente en su contra.
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