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ੈ 26♡‧

Los ojos de Hyejoo se abrieron a la mañana siguiente para encontrarse cara a cara con el conejo de peluche de su hermana menor. Ella arrugó la nariz, dando vuelta y cerrando los ojos una vez más. Unos momentos más tarde, sus ojos se abrieron de golpe cuando se dio cuenta de que alguien había desaparecido. Chaewon.

Hyejoo se incorporó rápidamente y se pasó una mano por su cabello despeinado. Recorrió la habitación, no viendo señal de Chaewon. Justo cuando ella se movió para bajarse de la cama, oyó una risa. Levantando una ceja y escuchó en silencio. Podía distinguir la risita suave de Chaewon.

Girando los ojos, Hyejoo bostezó y estiró los brazos hacia fuera. Miró a Marin, que seguía profundamente dormida debajo de las sábanas. Por supuesto, las dos durmientes ​​serían las últimas en despertar.

-Rin- susurró Hyejoo, rodando y empujando el hombro de la pequeña. -Marin, es hora de levantarse- se rió. La pequeña niña parpadeó un par de veces y se sentó.

-¿Ya es por la mañana?- Marin abrazó su conejo a su pecho y miró alrededor de la habitación.

-Sip- Hyejoo asintió, rodando de la cama y peinando con los dedos su cabello en el espejo. -Todos los demás ya están abajo.-

-¡Vamos!- Marin sonrió, saliendo de la cama y jalando de la mano de Hyejoo. La pelinegra estaba prácticamente siendo arrastrada por las escaleras, finalmente liberando su mano de la niña más pequeña una vez que llegaron a la sala de estar.

Ella levantó una ceja al ver a toda su familia apretada en el sofá. Chaewon estaba sentada en el suelo delante del televisor, viendo fijamente. Antes de que Hyejoo pudiera preguntarle qué estaba haciendo, ella fue abordada en un abrazo por Sunwoo.

-Tú ya estabas dormida en el momento en que regresé- Sunwoo puso mala cara una vez que se apartó del abrazo. -Te eché de menos.-

-Yo también te extrañe. Pero estoy aquí ahora - Hyejoo se rió. Ella levantó una ceja al oír a Chaewon y a sus padres reír por algo en la televisión.

-¿Qué están viendo?- Preguntó Hyejoo, mirando hacia abajo a su hermano. Sunwoo rió.

-¿Qué?- Hyejoo se rió nerviosamente, renunciando a obtener una respuesta de él y haciendo su camino en la sala de estar. -Tienes que estar bromeando.-

-Tú eras linda, Oli- Chaewon se rió, saltando sobre sus pies y caminando hacia su novia. -¿Ves? Eras linda- señaló a la pantalla, donde se estaba reproduciendo un video de Hyejoo siendo un bebé.

-Vamos chicos- Hyejoo miró a sus padres, señalando a la pantalla. -¿De verdad?-

-Chaewon la escogió- su padre se rió entre dientes, poniendo sus manos como si se estuviera rindiendo. Hyejoo rodó los ojos.

-Y se supone que debo creer eso- arrugó la nariz, volviendo a Chaewon y arreglando el beanie torcido en su cabeza. -¿Cómo dormiste?-

Chaewon se encogió de hombros y miró hacia abajo a sus pies, sintiéndose incómoda hablando de sus pesadillas delante de alguien además de Hyejoo. La pelinegra captó rápidamente y sacudió la cabeza, plantando un beso en la mejilla de Chaewon.

-¿Qué tal si tomamos el desayuno?- Hyejoo se movió rápidamente hacia el televisor y lo apagó antes de que pudieran protestar. Chaewon puso mala cara, pero Hyejoo la distrajo al tomar su mano y llevarla a la cocina.

Después de que Chaewon hiciera una demostración al resto de la familia de cómo podía romper un huevo, su padre les hizo a todos waffles con chispas de chocolate. Hyejoo notó cómo Chaewon todavía no comía tanto como de costumbre. Esperaba que eso se terminara ahora que no estaba tomando el medicamento.

-Nos vamos en unas dos horas- su madre les informó mientras terminaba de lavar los platos. Hyejoo asintió, colocando ambos platos en el fregadero y agradeciendo a sus padres. Ella dio un codazo a Chaewon hacia las escaleras, lo que resultó en una carrera entre las dos al dormitorio. Chaewon ganó.

-Eres una perdedora- Chaewon bromeó una vez que Hyejoo llegó al dormitorio. Hyejoo le sacó la lengua a la chica, levantando sus maletas sobre la cama y buscando a través de ella hasta que encontró el sencillo vestido negro que había traído para el funeral. Chaewon la observaba con atención.

-Tienes que vestirte en algún momento, boba- Hyejoo se rió, sacando a Chaewon de su trance. La pequeña niña caminó hacia su maleta y sacó su vestido con una amplia sonrisa. Hyejoo casi se atragantó cuando de la nada ella se dio la vuelta.

-¿Usaras eso en el funeral?- Hyejoo se mordió el labio, mirando como Chaewon estudiaba el vestido de verano de color amarillo brillante que Yerim le había regalado para su cumpleaños.

-Sí- Chaewon sonrió con orgullo. -Es un color feliz. ¿Es eso malo?-

Hyejoo se mordió el labio, estudiando el vestido una vez más. -No, está bien- se rió en voz baja, preguntándose lo qué sus padres pensarían. -La gente normalmente viste de negro en un funeral.-

-Bueno, ese es un color triste- Chaewon frunció los labios en sus pensamientos. -El amarillo es feliz, ¿verdad?- Hyejoo asintió. -Está bien, entonces. Amarillo será -Chaewon agarró su bolso de baño de la maleta antes de desaparecer en el pasillo.

Hyejoo se rió en voz baja, cerrando la puerta antes de cambiarse a su vestido. Ella apenas estaba empezando a trabajar en su cabello cuando oyó pequeños pasos detrás de ella.

-Mira, Oli- dijo Chaewon suavemente. Hyejoo dejó su rizador abajo, dándose la vuelta y sintiendo un aleteo en el corazón al ver a Chaewon. La pequeña niña se dio la vuelta una vez en su vestido antes de saltar hacia delante y besar la mejilla de Hyejoo.

-Seguro es tu color- Hyejoo se rió, ayudando a Chaewon a ajustar los tirantes de su vestido. Chaewon se detuvo, tomando y haciendo girar uno de los rizos de Hyejoo alrededor de su dedo.

-¿Puedes hacer mi cabello?- Preguntó ella, quitándose su beanie y sentándose. Hyejoo asintió con una sonrisa suave, prometiendo a Chaewon que iba a rizar su cabello una vez que terminara con el suyo.

Un poco menos de una hora más tarde, Chaewon se paró frente al espejo, pasando los dedos por sus rizos sueltos. Se las había arreglado para poner un poco de rubor y rimel por su cuenta, con un poco de ayuda de Hyejoo.

Hyejoo se levantó del punto en el espejo en el que había estado haciendo su maquillaje y estudió Chaewon. Sus ojos se posaron en el estante de sus viejos muñecos en la parte posterior de su habitación y le dieron una idea.

Alzando un dedo para señalar a Chaewon que esperara, Hyejoo corrió y agarró un moño azul claro de una de sus muñecas. Ella acarició suavemente la mejilla de Chaewon y colocó el moño en su cabello, girándola para que pudiera verse a sí misma en el espejo.

-Yo sabía que algo faltaba- Hyejoo se rió en voz baja. Chaewon aplaudió y levantó la mano para fijar suavemente el moño en su cabello.

-Tienes que decirlo- susurró Chaewon, dándose la vuelta y sonriendo esperanzadamente hacia Hyejoo. La pelinegra se rió y levantó una ceja.

-¿Quién dice?- Bromeó. Chaewon arrugó la nariz, fingiendo decepción y sacando el labio inferior.

-Está bien, está bien- Hyejoo cedió, descansando los brazos sobre el hombro de Chaewon y besando suavemente sus labios. -Mi chica favorita de mi color favorito.-

Chaewon sonrió ampliamente, tirando de Hyejoo más cerca y dando un beso profundo. Cuando se alejó, Chaewon sonrió tímidamente y dio un paso atrás para estudiar el conjunto de Hyejoo.

-Tú haces que los colores tristes se vean felices- Chaewon observó, dando vueltas en su vestido una vez más y mirándose en el espejo.

-Te ves como una princesa- Hyejoo se rió cuando Chaewon siguió girando.

-Me siento como una princesa- Chaewon asintió, vagando hacia su maleta y sacando sus converse blancos desgastados. Un día en clase, Hyejoo había garabateado sobre ellos con un sharpie por aburrimiento, y ahora tenían pequeñas margaritas que cubrían los bordes. Eso sólo hizo a Chaewon amarlos aún más.

-Oli- tarareó, sentándose en la cama y arrastrando sus pies en la alfombra. Hyejoo no podía dejar de reír mientras se abría camino para ayudar a su novia a atar sus zapatos. Chaewon podría aprender fácilmente si quisiera, pero le gustaba tener sus pequeñas tradiciones con Hyejoo. Significaban algo para ella.

Se dirigieron abajo para encontrarse al resto de la familia de Hyejoo en la cocina. Hyejoo tuvo que morderse el labio inferior para no reírse cuando vio que los ojos de su padre se ensanchan al ver el vestido amarillo de Chaewon. Sorprendentemente, ambos se encogieron de hombros, por lo que Hyejoo estaba agradecida. ¿A quién realmente le importaba si rompían un poco la tradición?

En ell coche hacia la funeraria estaba lleno de Marin haciendo preguntas acerca de a dónde iban. Hyejoo y Chaewon se sentaron en el camino de la camioneta junto a Sunwoo. Chaewon estaba prácticamente en el regazo de Hyejoo.

Chaewon se pasó en silencio detrás de Hyejoo una vez que llegaron a la funeraria. Hyejoo notó el nerviosismo de la pequeña niña y rápidamente la tomó de la mano.

-No hay de qué tener miedo, boba- susurró, besando la mejilla de Chaewon mientras se encontraban fuera de la puerta. La pequeña niña asintió, manteniendo su agarre en la mano de Hyejoo mientras se abrían camino en el viejo edificio.

Hyejoo no podía dejar de reír en voz baja cuando vio cómo muchas cabezas se giraron a observar a la chica en un vestido de color amarillo brillante. Chaewon era, literalmente, la única persona en el edificio que no estaba vestida de negro. Chaewon ni se dio cuenta, ella sólo estudió la habitación con temor de las diversas pinturas en las paredes.

Chaewon ya había conocido a algunos de la familia de Hyejoo cuando los visitaron para Navidad. Saludó a todos con el puño. Mientras tanto, Hyejoo nerviosamente miraba a su tía Seojin. La mujer era muy estricta, y Hyejoo no estaba segura de cómo recibiría a Chaewon.

Esperando que acabara de una vez, Hyejoo apretó la mano de Chaewon y la llevó a la mujer mayor.

-Hola- Hyejoo sonrió suavemente, abrazando a su tía en señal de saludo. -Tía Jin, ella es Chaewon. Mi novia - se rió nerviosamente, levantando sus manos conectadas. La mujer estudió a las dos.

-Es una elección interesante de atuendo lo que tienes ahí- asintió con la cabeza, girándose a Chaewon. Hyejoo contuvo el aliento.

La pequeña niña simplemente asintió con la cabeza y sonrió, soltando la mano de Hyejoo para que pudiera girar en círculo. -Sí, lo es- sonrió. -Es mi color favorito.-

-Sólo está tratando de traer un poco de felicidad a un día triste- añadió Hyejoo, mirando a Chaewon con adoración. Su tía asintió, mirando entre las chicas por un momento antes de hablar una vez más.

-Eso es admirable- ella asintió. Hyejoo suspiró de alivio. -Es un placer conocerte, Chaewon.-

-También es un placer conocerla...- Chaewon miró a Hyejoo nerviosamente.

-Seojin- la mujer se rió en voz baja. -Puedes llamarme Seojin.-

-Seojin- repitió Chaewon, mirando a Hyejoo con una sonrisa pícara en su rostro.

Tomaron asiento en una de las filas de sillas en la parte de atrás. El servicio se prolongó, y Hyejoo casi se quedó dormida un par de veces. Chaewon, por otro lado, estaba sentada con la espalda recta, con las manos en su regazo, prácticamente pendiente de cada palabra.

-Si empiezo a roncar, avísame- Hyejoo susurró en tono de broma. Chaewon frunció las cejas y miró a Hyejoo, sacudiendo la cabeza.

-Shh- susurró. -Tienes que ser re... res... respetuosa -ella asintió brevemente y volvió su atención de nuevo a la parte delantera de la sala. Hyejoo tuvo que taparse la boca para ocultar su risa. La seriedad de Chaewon era adorable.

Después de lo que parecieron horas, el servicio había terminado. Hyejoo estaba adormilada. Ella había estado mirando el suelo y mirando cómo una fila de hormigas se arrastran. Sólo miró arriba una vez que escuchó una conversación comenzando a formarse.

-Bueno gracias a Dios que esto t- se detuvo cuando ella miró a Chaewon, que seguía mirando con nostalgia la parte delantera de la sala. Ella resopló y se secó los ojos, colgando su cabeza.

-Hey, ¿qué pasa?- Preguntó Hyejoo, rápidamente agarrando la mano de Chaewon. -¿Por qué estás llorando?-

-Es triste- susurró Chaewon, pegando su cuello y asintiendo con la cabeza hacia el frente de la sala. -Lo es.-

-Está bien, Wonnie- dijo Hyejoo suavemente. -Ni siquiera la conocías.-

-¿Era una buena persona?- Preguntó Chaewon, inclinando la cabeza hacia un lado. Hyejoo se encogió de hombros.

-Creo que sólo la conocí un par de veces cuando era un bebé- la pelinegra admitió. Chaewon frunció las cejas.

-No hay necesidad de llorar- susurró Hyejoo. -Esta es una celebración de la vida, ¿recuerdas?- Señaló el vestido de Chaewon y pasó los dedos por su brazo. -Está bien, bebé.-

Chaewon asintió lentamente, secándose los ojos y girando para que pudiera estudiar a Hyejoo. -Estas muy bonita hoy- ella sonrió suavemente, pasando los dedos por su cabello. -Y siempre.-

-Vaya, gracias- Hyejoo se sonrojó, pasando su pulgar sobre la parte posterior de la mano de Chaewon. -Y tú también. Te ves como un girasol hermoso -ella se rió. Chaewon arrugó la nariz y se puso de pie, tirando de Hyejoo con ella.

Siguieron a todos afuera y se despidieron. Una vez Hyejoo encontró a sus padres, ella llevó a Chaewon a su coche.

-Vamos a caminar a casa- ella anunció, ganándose miradas confusas de todos. Incluso de Chaewon.

-¿Vamos?- Chaewon inclinó la cabeza hacia un lado. Ella no había sido informada de eso.

-Sí. Hay una razón por la que vinimos aquí, ¿recuerdas? -Hyejoo dijo suavemente, apretando la mano de su novia. Chaewon asintió lentamente, un poco incierta.

-Vamos a estar en casa a tiempo para la cena- añadió Hyejoo. Su madre la miró con curiosidad, pero no cuestionó. Se despidieron y Hyejoo se giró a Chaewon, tomando una respiración profunda.

-¿Lista?-

Estaba por subir esto como hace una hora pero mi gatita se escapó y tuvimos que ir a buscarla 😭 ahora tengo alergia por andar entre los árboles y yuyos jjsjaj. Respecto a la historia, los próximos capítulos están bastante interesantes👀
Lippie ✨

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