2
Jimin estaba más emocionado que nunca. Incluso aún más que cuando había escuchado la historia del chico de ojos azules hace unos años.
Sus manos picaban y su mente no paraba de darle imágenes fantasiosas sobre cómo sería el momento en que encontrará al mítico joven.
Imaginaba que le encontraría posado en un árbol, admirando la magnificencia del bosque, con una sonrisa socarrona surcando los labios y sus ojos prendidos en intensas llamaradas azules.
—Tal vez necesite esto —Murmuró para sí mismo mientras guardaba más comida de la necesaria para un corto viaje de un fin de semana, que era de hecho, el tiempo máximo que tenía antes de volver a clase el lunes.
Para Jimin todo lo planeado era solo una expedición, aun cuando creía en la fascinante leyenda, sus expectativas con el muchacho eran extrañamente positivas.
Cargando su gran abrigo al hombro y cubriendo su indumentaria con cuidado, salió de su cabaña con la cabeza gacha, disimulando la emoción.
Caminando con sutileza, pasó desapercibido el tramo más largo del pueblo antes de chocarse con un cuerpo que conocía demasiado bien.
—Ou— Se quejó sobando su cabeza en el piso por el rebote que dio.
—Jimin, lo lamento, no te vi— JungKook extendió su mano para el castaño, quien temeroso la rechazó con un asentimiento.
—Estoy bien, tampoco te vi— Jimin evitó la mirada un instante, pero al corresponderla, sintió un poco de nerviosismo. Jungkook había dejado de mirarle preocupado por algún daño a dirigir sus orbes a todas las cosas que habían saltado de su mochila y se regaban por el suelo.
—¿Porqué necesitas una brújula y una lámpara de aceite?. ¿Esa no es la pólvora de mi hermano? — Jimin palidecía con cada pregunta. Siendo él un simple joven, con muy pocos recursos para conseguir los materiales que necesitaba para sus expediciones, a veces optaba por robar lo que sabía que sus vecinos no usarían.
—Tal vez tomé un poquito de su pólvora, pero la necesito por si me encuentro con algo— Levantando las cosas con ayuda del moreno, se mordió la lengua cuando vio que Jungkook ralentizaba sus movimientos. Él ya sabía que pregunta vendría….
—¿Vas a volver al bosque? — Su mirada ceñuda hizo que Jimin se sintiera chiquito ante su reproche. —La última vez, te perdiste por una semana, Jimin, fue un milagro que SungNam te encontrara moribundo en el extremo norte del pueblo. ¿No entendiste la lección?.
—Esa vez no iba preparado, ni las veces anteriores. Esto es diferente— Aseguró restándole importancia a todos sus intentos fallidos de adentrarse en el bosque. No era su primera vez, pero estaba seguro que por fin había logrado tener todo previsto para volver con éxito.
— No sé cual es tu necesidad de ponerte en riesgo, pero espero que consigas lo que buscas— Jungkook asintió sin rebatir demasiado, sabiendo por ciencia cierta que el discutir con Jimin no llevaría a ninguna parte. No obstante, jamás espero una sonrisa brillante por parte de quien hace segundos solo le miraba. Jimin le sonreía por lo que había dicho, era como si de alguna forma él siempre hubiese estado esperando un aliento así durante toda su vida.
Que de hecho si lo había esperado.
Despidiéndose, Jimin apuntó su caminar al bosque y justo antes de adentrarse, cerró los ojos, rezando una corta plegaria a la diosa para que cuidara sus pasos y le diera éxito en su viaje.
Sosteniendo las amarras de su mochila, emprendió su travesía a lo que sería, una historia digna de contar.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro