La primera vez que Mikey vio a Takemichi fue cuando estaba en medio de una pelea clandestina con Kiyomasa que, para ser honesto, parecía una batalla unilateral ya que el pobre estaba siendo tratado como un saco de boxeo por su oponente.

Frunció los labios.

 Las peleas clandestinas eran estúpidas y no quería que el nombre del Toman fuera manchado por una pelea inútil como esta. Estaba a punto de dirigirse hacia allí cuando se detuvo a mitad de camino al escuchar los discursos del joven que estaban llenos de firmeza y determinación.

— ¡La única forma de ganar es matándome! ¡Definitivamente no perderé!

Vaya que le asombro de sobre manera, pero, lo que llamó toda su atención fueron sus profundos ojos azules brillando con tenacidad y valor. Había pocas personas en todo el mundo que poseyeran ese tipo de convicción imprudente pero admirable y, pensando a profundidad sobre ese detalle, no había visto ese tipo de ojos y espíritu de lucha desde su difunto hermano mayor.

Ese día había tomado una decisión, necesitaba tener una persona como Takemichi en su vida.

Hizo una seña a Draken para que hiciera saber su presencia cuando Kiyomasa se estaba volviendo loco y exigía un bate. La multitud se quedó en completo y sepulcral silencio mientras se presentaban y ya estaban golpeando a Kiyomasa después de que brevemente hiciera conocer su existencia frente a Takemichi.

— Oye, ¿Cómo te llamas?

— Takemichi Hanagaki

— Ya veo. Takemitchy

— ¿Eh? ¿Takemitchy?

Disfruto cada reacción del chico a cada movimiento que hizo, como acercarse invadiendo su espacio personal e inspeccionar de cerca la tonalidad de color que le cautivaron y también lo que generaba en el público al golpear con sus propias manos a Kiyomasa ¿Quién demonios se cree?

— Takemitchy. Te invitaré a comer dorayakis luego.— Le lanzó una sonrisa despreocupada antes de darse la vuelta y abandonar el lugar por completo.

La expresión confusa pero ingenua del joven quedó grabada para siempre en su memoria. Sus cándidos iris azules pintaban una textura pura y rica de matices prismáticos en la vida vacía e insípida de Mikey.