Los siguientes días, Harry y Nela estuvieron más felices de lo usual e intercambiaban miradas furtivas entre clases. Todo parecía ir bien, a excepción del hecho de que Umbridge seguía en el poder. La tercera semana de enero, el Ejercito de Dumbledore volvió a reunirse nuevamente para practicar. Aquel día estaban aprendiendo a realizar un patronus.

Eran pocos los que habían conseguido, como Seamus Finnigan con su zorro, Hermione Granger con su nutria, Luna Lovegood con su liebre, Ernie Macmillan con su jabalí, Ginny Weasley con su caballo, Ron Weasley con su Jack Russell Terrier, Fred y George Weasley con sus urracas, Cho Chang con su Cisne. Los demás solo habían conseguido hacer un espeso humo.

—¡Expecto Patronum!—exclamó Nela en voz alta.

De la varita de Nela aparecieron una bandada de mariposas plateadas que sacaron una exclamación de asombro a todos los presentes. Nela sonrió emocionada y giro el rostro para ver a Harry, quien le sonreía emocionado.

—¡Muy bien hecho, Nela! ¡Excelente!—exclamo Harry con una sonrisa.

—¡Gracias!—dijo Nela emocionada.

—¡Muy bien!—exclamo Harry llamando la atención de todos.—Por hoy es suficiente, los que no lo han conseguido, lo intentaremos la próxima clase. Hay que irnos.

—¡Nela!—dijo Hermione acercándose a ella.—¿Me acompañas a la biblioteca? Tengo que revisar unos libros para el ensayo de Pociones y Transformaciones.

—Claro, yo también pensaba ir. Sirve de que lo hacemos y nos ayudamos.—dijo Nela y Hermione asintió emocionada. Se giro a ver a su hermano, quien ya estaba recogiendo sus cosas.—¿Vienes con nosotras, Nev?

—No puedo, Nelly.—contestó Neville.—Iré con Hannah y la profesora Sprout a ver unas plantas nuevas en el Invernadero.

—De acuerdo, no te preocupes.—dijo Nela con una sonrisa.

Hermione y Nela tomaron sus bolsos y salieron de la Sala de Menesteres con el mayor de los sigilos, no sin antes despedirse de los demás chicos y de decirles a Ron y Harry que irían a la biblioteca, sin embargo, cuando iban a mitad de camino, Hermione se detuvo abruptamente, revisando su bolso.

—¡Ay, no! ¡Olvide el libro de Transformaciones que me presto la profesora McGonagall!—exclamó Hermione asustada.

—¿Dónde lo dejaste?—pregunto Nela.

—En la Sala de Menesteres. Me puse a leerlo en lo que llegaban el resto de los chicos, —explicó Hermione y de pronto exclamo, espantada, tomándose el rostro por las mejillas— ¡oh, no! ¡¿y si la sala ya desapareció y no vuelvo a ver el libro y la profesora McGonagall me odia y me expulsa y...?!

—Calma, Hermione.—dijo Nela tomándola de los hombros.—Yo ire por él, incluso si la Sala ya desapareció, se aparecerla de nuevo, tranquila. Tu mientras busca un lugar en la biblioteca, que ya es casi imposible con esto de los TIMOS.

—¡Muchas gracias, Nela! pero, ¿no quieres que te acompañe?—ofreció Hermione.

—No, tranquila. Tu guarda nuestros lugares y yo vuelvo pronto con tu libro.

Nela y Hermione tomaron distintos caminos. El trayecto hacía la Sala de Menesteres estuvo bastante libre y despejado, por lo que no tuvo problemas en llegar. Paso tres veces por en frente de la Sala y la puerta apareció. Entro con rapidez, haciendo ruido a su paso y se detuvo abruptamente en el marco de la puerta al ver lo que pasaba dentro.

Harry Potter y Cho Chang se separaron rapidamente. Habían estado besándose, pero al escuchar que alguien entraba, rapidamente se separaron. El rostro de Harry empalidecio al ver que la persona que había entrado era nada más y nada menos que Nela, quien los observaba impactada.

—Y-Yo...lo siento,... solo venía por...un libro de Hermione.—dijo Nela entrecortadamente. Agacho la cabeza y pronto visualizo el libro de Transformaciones Avanzadas. Lo tomó y se dio la vuelta.

—No te preocupes, Nela. Pensamos que era alguien importante.—dijo Cho con alivió y Nela se tensó. 

—Una disculpa, me retiro.—dijo Nela suavemente, sin verlos.

—¡Nela...!—exclamó Harry, pero ella ya había cerrado la puerta.

En completo silencio, Nela retomó su camino a pasos lentos y pesados. En su mente se revivía la imagen de Harry besándose apasionadamente con Cho Chang.

Al llegar a la biblioteca, no le sorprendió que esta estuviera repleta de alumnos, principalmente de quinto y séptimo grado, quienes estudiaban arduamente para sus TIMOS y EXTASIS. Nela paso lentamente por el pasillo principal, volteando a todos lados hasta que visualizo a Hermione en una de las mesas más alejadas y más privadas. 

Agradeció internamente el hecho de que hubiera encontrado tan buen lugar. Hermione sonrió al ver que su amiga dejaba el libro sobre la mesa y sin dejar de escribir en su pergamino, dijo:

—Muchas gracias, Nela, ¿Cómo te...—Hermione dejó de sonreír al ver el rostro serio de Nela.—¿Qué paso? ¿Ocurrió algo malo?

—Mmm.—dudó, pero finalmente respondió:—No.

—¿Segura? —Hermione la miró con los ojos entrecerrados.

—Encontré a Harry besándose con Cho en la Sala de Menesteres.—informó Nela sentándose frente a ella.

—¿Qué?—dijo Hermione en un tono más chillón de lo usual, en un estado de sorpresa e indignación. —Oh, Nela...

—Estoy bien, no es como que estuviéramos saliendo.—dijo Nela con una sonrisa ligera.— Harry puede salir con quien el guste.

Hermione y Nela regresaron a la sala común de Gryffindor solo hasta que hubieron cerrado la biblioteca. Estaban cansadas y les escocían los ojos de tanto leer. Al entrar, vieron que Harry y Ron estaban en uno de los muebles cerca de la chimenea. Las miradas de Harry y Nela se encontraron y ella le brindo una pequeña sonrisa a modo de saludo.

—Me ire a dar una ducha y despues dormiré, Hermione. —anunció Nela— Te veo en el cuarto, pero si ya estoy dormida para cuando subas, entonces descansa.

—Seguro, Nela. Buenas noches.—dijo Hermione.

Nela subió a su habitación, no sin antes escuchar un «¡Harry James Potter!» de parte de Hermione. Mientras se duchaba, Nela se convencía a si misma de que estaba bien. Harry y ella solo eran amigos y probablemente, aunque ella sintiera que habían tenido una conexión aquella noche en el Lago Negro, quizá Harry no lo había visto y sentido así, y era completamente valido.

Ella no iba a imponer sus sentimientos sobre nadie. Harry y Cho hacían una pareja...bonita, aunque muy dentro de sí, Nela estaba segura de Cho Chang solo quería alguien con quien desahogarse por la muerte de su ex novio y que la comprendiera, probablemente pensaba que Harry era esa persona y eso hizo que Nela sintiera una profunda pena por la chica Ravenclaw.

Los días continuaron pasando, Nela y Harry no se hablaban más que lo necesario, aunque ella actuaba con tranquilidad. El día de San Valentín llegó y Nela se entero, por Hermione, que Harry y Cho habían tenido una cita en la Tienda de Té de Madame Tudipié que no terminó muy bien.

La siguiente semana se programo una reunión del ED en la Sala de Menesteres para practicar, pero Nela, quien tenía lastimada la mano izquierda por una planta en la clase de Herbología, no asistió.

Y todo terminó.

Ese mismo día, miembros de la Brigada Inquisitorial de la profesora Umbridge encontraron la Sala de Menesteres con los miembros del ED dentro. Marietta Edgecombe los había traicionado. La mayoría logro escapar, pero Harry no, quien fue llevado hasta el despacho del director y donde este mismo huyo.

Todos los miembros del ED fueron castigados pero para Nela no quedaba duda que quien recibió el mayor y mejor castigo, fue la propia Marietta Edgecombe, la mejor amiga de Cho Chang, quien ahora tenía toda la frente escrita con granos muy grandes y rojos la palabra "TRAIDORA".

—Eso no se le quitará nunca, ¿cierto?—pregunto Nela, una mañana del mes de Junio, justo despues de haber salido de su primer TIMO. Frente a ellas había pasado Marietta Edgecombe con kilos de maquillaje que no lograban ocultar sus granos y con un gorro que intentaba también cubrirlos.

—No.—respondió Hermione con orgullo.— Se le quitaran quizá en dos o tres años...

—¿...pero..?—Nela enarco una ceja en alto y la sonrisa de Hermione se amplio.

—Pero quedará una preciosa marca que diga "¡Detesto a los traidores!"

Hermione rompió a reír y aunque a Nela también le daba risa, sabía que una agresión así no era justificada ni aunque Marietta se hubiera portado así de mal, por lo que no se rio, solo sonrió con algo de gracia.

Los TIMOS fueron la cosa más estresante que Nela hubiera conocido jamás. Durante todos los exámenes no dejo de desear seguir en Beauxbatons, donde no se realizaban los TIMOS hasta el sexto año. Sin embargo, cuando llegó el último TIMO, el de Historia de la Magia, Nela al fin vio una luz al final de ese oscuro túnel.

—¡Señor Potter!—exclamó uno de los miembros del ministerio, encargados de calificarlos.

Nela no pudo evitarlo, volteó a ver a Harry, quien se había caído de la silla y parecía extremadamente pálido. Mientras el hombre se llevaba a Harry fuera, Nela no pudo evitar pensar que algo malo iba a pasar. Tenía un muy mal presentimiento.

Al termino del examen, Hermione y Ron desaparecieron rapidamente, probablemente para ver como estaba Harry y aunque a ella le hubiera gustado también ir a verlo, consideró que quizá su presencia podía ser incomoda para el chico, por lo que mejor se fue a los jardines, cerca de la casa de Hagrid (quién había tenido que escapar de miembros del ministerio cuando Umbridge mando a apresarlo) a descansar un rato. 

Casi una hora y media despues, se incorporó confundida al escuchar una irritante voz chillona:

—¡Más les vale que no sea una trampa! ¡Ustedes adelante, señor Potter, señorita Granger! ¡Sus amigos nos esperan en mi despacho!

Nela contempló a la lejanía como Harry y Hermione se internaban en el Bosque Prohibido seguidos de la profesora Umbridge. 

—Odio que mis presentimientos se hagan realidad.—suspiró Nela, levantándose y caminando tranquilamente hasta el Castillo.

Ahora tenía que rescatar a quienes estuvieran en el despacho de la profesora Umbridge.

Hola a todos! ¿Qué les pareció el capitulo? Ya estamos llegando a la parte de la batalla en el Departamento de Misterios.

Les comentó que esta historia tendrá tres o cuatro actos, no más:) Los amo!