Nela no estaba segura de cuanto tiempo llevaban luchando, en realidad, ni siquiera recordaba bien cuando se había separado de su hermano y empezado a luchar, incluso su abuela estaba luchando, pero para cuando se dio cuenta, Voldemort había mandado un cese al fuego y dicho que curaran a sus heridos y enterraran a sus muertos.  

Ella no era solo una psicóloga, sino que en realidad era una excelente medimaga y ahora mismo sus dotes en la curación estaban siendo puestos a prueba. Ya había perdido la cuenta de a cuantas personas había curado y a cuantas otras había declarado como muertas. Estaba cansada y temblorosa. Acababa de salvar a Fred Weasley y sentía todo su cuerpo muy cansado. 

A lo lejos vio a su hermano, Neville, cargando en su hombro al fallecido Colin Creevey junto a Oliver Wood, quien cargaba otros dos cuerpos en sus hombros. Un vacio se instalo en su estomago, uno que le recordaba la incertidumbre en la que estaban. De pronto, la voz amplificada por magia de Lord Voldemort resonó en todo el lugar:

—Harry Potter ha muerto.

Los jadeos inundaron el Gran Comedor y Nela, que ya se encontraba a un lado de su hermano, lo tomó de la mano, asustada. Estaba segura de que estaba a nada de tener un ataque de pánico. 

—Lo mataron cuando huía.—prosiguió la voz de Voldemort.—, intentando salvarse mientras ustedes entregaban su vida por él. Les hemos traído su cadáver para demostrarles que su héroe ha sucumbido. Hemos ganado la batalla y ustedes han perdido a la mitad de sus combatientes. Mis mortífagos los superan en número y el niño que sobrevivió ya no existe. No debe haber más guerras. Aquel que continúe resistiendo, ya sea hombre, mujer o niño, será sacrificado junto con toda su familia. Y ahora, salgan del castillo, arrodíllense ante mí y se salvaran. Sus padres e hijos, sus hermanos y hermanas vivirán y serán perdonados y todos se unirán a mi en el nuevo mundo que construiremos juntos.

Neville apretó más la mano de su hermana y salieron del colegio junto a todos los demás. Observaron a Hagrid, sollozando y cargando un cuerpo que pronto reconocieron como el de Harry.

—¡¡Nooo!! ¡¡Harry!!—grito Nela y Neville la sostuvo.

A lo lejos, Bellatrix rio. Todos salían a los escalones de piedra para enfrentarse a sus vencedores y comprobar que Harry había muerto. Voldemort estaba de pie, un poco más adelante, acariciándole la cabeza a Nagini con un solo y blanco dedo.

—¡Nooo!

—¡Nooo!

—¡Harry! ¡¡Harry!!

—¡¡Silencio!! —bramó Voldemort.—¡Todo ha terminado! ¡Ponlo en el suelo, Hagrid, a mis pies, que es donde le corresponde estar!— Hagrid obedeció.— ¿Lo ven? ¡Harry Potter ha muerto! ¿Lo entienden ahora, ilusos? ¡Nunca fue más que un crío que confió en que otros se sacrificarían por el!

—¡Harry te venció!—grito Ron. Sus palabras hicieron trizas el hechizo y los defendores de Hogwarts empezaron a gritar e insultar de nuevo, hasta que otro estallido, más potente, volvió a apagar sus voces.

—Lo mataron cuando intentaba huir de los jardines del castillo.—mintió.—Lo mataron cuando intentaban salvarse.

Pero fue interrumpido. Neville grito, soltándose del agarre de su hermana y embistió a Voldemort, sin embargo cayó al suelo, víctima de un encantamiento de desarme. Voldemort arrojó la varita de su agresor a un lado y rio.

—¿A quien tenemos aquí? ¿Quién se ofreció como voluntario para demostrar que les pasa a quienes siguen luchando cuando la batalla esta perdida?

—¡Es Neville Longbottom, mi señor! ¡El y su melliza han causado problemas a los Carrow! Los hijos de los aurores, ¿se acuerda?—respondió Bellatrix con regocijo.

—¡Ah, sí! Pero tú eres un sangre limpia, ¿verdad, mi valiente amigo?

—¡Sí! ¿Y qué?

—Demuestras temple y valentía, y desciendes de una noble estirpe. Así que serás un valioso mortífago. Necesitamos gente como tú y tu hermana, Neville Longbottom.

—¡Me uniré a ustedes el día que se congele el infierno! ¡Ejercito de Dumbledore!—chilló Neville y la multitud respondió con vítores, a excepción de Nela, que era retenida por el señor Weasley de no salir corriendo a ayudar a su hermano.

—Muy bien. Si así lo quieres, Longbottom, volveremos al plan original. La responsabilidad es tuya.

De repente, un pajaro deforme salió por una de las rotas ventanas del castillo y voló en medio de la penumbra hasta posarse en la mano de Voldemort. Cogió lo que tenía en las patas, que no era más que el Sombrero Seleccionador y dijo:

—Ya no volverá a haber otra Ceremonia de Selección y tampoco casas. El emblema, el escudo y los colores de mi noble antepasado, Salazar Slytherin, servirán para todos, ¿no es así, Neville Longbottom?

Le puso el sombrero en la cabeza a Neville.

—Ahora, Longbottom va a mostrarnos que les ocurre a quienes son lo bastante estúpidos para oponerse a mi.— Y con una sacudida de la varita prendió fuego al sombrero.

—¡NOO!—grito Nela

Mientras ella se soltó del agarre del señor Weasley y corria hacia su hermano dispuesta a ayudarlo, este se libró de la maldición de inmovilidad que lo aprisionaba y el llameante sombrero se le cayó de la cabeza. Acto seguido, sacó de su interior la espada de Godric Gryffindor y de un solo tajo degolló a Nagini, que estaba a punto de atacarlo. Voldemort abrió la boca dando un grito de cólera y justo en ese momento, Bellatrix Lestrange apunto a Neville y grito:

—¡Avada Kedavra!

—¡NEVILLE!

El grito de Nela resonó en el lugar y fue atrapada por Blaise Zabini, quien decidió dejar de fingir apoyar a los mortífagos para ayudarla. Lo último que Nela vio, fue el rostro de su hermano viéndola con una sonrisa triste y cayendo al suelo.

Neville Longbottom había muerto a manos de Bellatrix Lestrange.

Por unos minutos, Nela se desconecto del mundo. Veía las luces de las maldiciones sobrevolar frente a sus ojos pero ella solo podía ver, desde el suelo, el cuerpo asesinado de su hermano, de su mellizo, de su alma gemela. 

—¡Nela, por favor! ¡Reacciona!—grito Blaise poniéndola detrás de él y combatiendo contra un mortífago

—¡Traidor!—grito el hombre.

—¡Púdrete!—grito Blaise, asesinándolo. 

Entonces, los ojos de Nela se detuvieron frente a Bellatrix Lestrange, que estaba a punto de atacar a una desprevenida Ginny. Rapidamente se incorporó y corrió hasta ella, lanzando un protego y posicionándose delante de Ginny y frente a Bellatrix, que sonrió divertida.

—¡Toda la dinastía Longbottom morirá en mis manos!

—¡Voy a matarte, perra!

Nela agitaba incansablemente la varita y la sonrisa burlona de Bellatrix se convertía en una mueca de rabia. De las dos varitas salían chorros de luz. Ambas peleaban a muerte. Cientos de personas observaban el combate. La maldición de Nela pasó por debajo del brazo extendido de Bellatrix y le dio de lleno en el pecho, encima del corazón. 

La sonrisa de la mujer se quedo estática, por un instante fue consciente de lo que había pasado, pero entonces se derrumbó y la multitud bramó. Voldemort soltó un horrible chillido, lanzó un hechizo con Nela pero un protego la cubrió.

—¡Harry!

—¡Es Harry!

Harry Potter estaba vivo y ahora mismo peleaba contra voldemort. Durante unos minutos solo discutieron entre ellos con las varitas en alto. Harry relataba como todo fue un plan fabuloso de Dumbledore para vencerlo y como Severus Snape fue el mayor heroe. Al final, desesperado, Voldemort grito:

—¡Avada Kedavra!

—¡Expelliarmus!

El estallido retumbó como un cañonazo. El chorro verde lanzado por Voldemort chocaba contra el rojo de Harry. La varita de Voldemort salto por los aires y Harry la atrapo al mismo tiempo que Voldemort caía hacia atrás, muerto. 

Hubo un estremecedor instante de silencio en el cual la conmción de lo ocurrido quedó en suspenso. Entonces, el tumulto se desató alrededor de Harry: los gritos, lo vítores y los bramidos llenaron el aire.

Pero Nela no celebro. Se dejó caer sobre el suelo bajo el implacable sol del nuevo día...uno donde su hermano no podría estar.

El resto del día, Nela se dedico en un modo automático a sanar personas mientras Harry iba y veía a todos los combatientes, compartiendo su dolor y siendo su consejero. Al final, despues de muchas horas y de que se llevaran los cadáveres de los mortífagos, Harry se acercó discretamente a Nela.

—¿Podrías acompañarme?—pidió en voz baja, señalando su capa de invisibilidad. 

Con la mirada, Nela busco a Blaise y al no verlo, intuyó que debía estar con sus amigos. Asintió y se metió debajo de la capa junto a el. Luna había creado una distracción para que ellos pudieran irse tranquilamente. Caminaron hasta la torre de Gryffindor, la cual los dejó entrar sin problemas. Una vez ahí, subieron hasta el cuarto de Harry y sin mediar palabra, se bañaron por turnos.

Una vez que estuvieron ambos limpios y cambiados, se sentaron uno a lado del otro sobre la que solía ser la cama de Harry y este tomó la mano de Nela y beso sus nudillos.

—Lamento lo de Neville.—susurró contra su mano. Nela solo asintió.

De pronto, sin decir nada más, Harry tomó el rostro de Nela entre sus manos y la besó apasionadamente. Nela se hizo hacia atrás y coloco sus manos en el pecho de Harry para alejarlo, pero este se apretó más contra ella.

—¡Espera! ¡No quiero!—se quejó removiéndose.

—Nela, por favor...te necesito...—rogó Harry sin hacerle caso.

Nela luchó, pero al final cedió y no por placer, sino porque en realidad, ya no tenía fuerzas de nada y nada le importaba. Una solitaria lagrima broto de su ojo cuando Harry le arrebato la virginidad, pero la verdad es que su cuerpo, mente y alma, no sintieron más que repugnancia por la situación.

Antes de darse cuenta, todo había terminado y Harry se había quedado dormido abrazado a su cintura. Viendo el techo de la habitación, Nela solo pudo pensar en Neville y aún siendo abrazada por Harry Potter, nunca se sintió más sola en su vida.