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Capitulo 21

2 de mayo de 1998

Nela miró el calendario de la Sala de Menesteres, llevaban desde Enero ahí escondidos junto a muchos otros alumnos de diversas casas. Ahora el lugar estaba lleno de hamacas, banderines de todas las casas excepto Slytherin y un baño privado. El retrato de Ariana, cortesía de Aberforth y Blaise, apareció con una sonrisa y le hizo una seña a Neville.

—Me llaman, quien sabe de que se trate.—dijo Neville levantándose. Tenía un ojo hinchado y amoratado y varios cortes en la cara. 

—Ve con cuidado, yo ire con Zabini a verificar que no haya novedades, ya debe estar esperándome en el salón de Encantamientos.—dijo Nela, desaliñada.

—Hmmm...ten cuidado.—dijo Neville con seriedad, pues aunque no le agradaba la extraña amistad que tenía su hermana con el Slytherin, tampoco podía decir nada pues los había ayudado mucho.

—Nos vemos pronto.—dijo Nela y besó su mejilla.—cualquier cosa envíame un mensaje por el Galeón.

—Hecho.

Nela sale de la Sala de los Menesteres, no sin antes sacar de su túnica su propia versión del mapa de Hogwarts, la cual recitaba:

"Los mellizos Longbottom están orgullosos de presentar el Mapa del Rebelde"

Sacó su varita, apunto el papel y dijo:

—Juro solemnemente ser de pura intención.

Todos los terrenos de Hogwarts aparecieron ante sus ojos. Aquel mapa había sido creado gracias a Nela y Neville con un poco de orientación de Blaise. Tenía una enorme ventaja por sobre el mapa del merodeador, ventaja que era el hecho de que se actualizaba solo conforme hubiera algún cambio en la estructura. 

A paso silencioso y evitando a los prefectos de Slytherin y los Carrow, llegó hasta el salón de Encantamientos, donde despues de tocar cinco veces, se abrió la puerta, dejándola entrar y despues volvió a ser sellada mágicamente. Nela miró a Blaise, que la veía con una ligera sonrisa sentando en el asiento del profesor. Tomó el mapa, lo señalo y dijo:

—Valentía superada.

—De tus mejores inventos, querida.—dijo Blaise mientras Nela se quitaba la capa, dejandola caer al suelo y se sentaba sobre el escritorio frente a Blaise.

—No solo fui yo, también ayudo Neville...incluso tú.—replicó Nela mientras él acariciaba sus rodillas.

—Yo solo te oriente un poco y Neville ayudo más en las frase que en otra cosa.—se burló Blaise y Nela rodó los ojos.

—¿Ha pasado algo nuevo?—pregunto Nela y el rostro de Blaise se endureció, asintiendo lentamente.

—Sí...creo que...quizá hoy sea la batalla final.

(...)

De las paredes del pasadizo que conectaban a la Sala de Menesteres con el pub Cabeza de puerco, colgaban lámparas de latón y el suelo de tierra estaba liso y erosionado. A través de él, cuatro personas lo recorrían a paso tranquilo.

—¿Cuánto tiempo hace que existe este túnel?—pregunto Ron.—No aparece en el mapa del merodeador, ¿verdad, Harry? Yo creía que solo había siete pasadizos que conectaban al colegio con el exterior.

—Todos esos los cerraron antes de que empezara el curso.—explicó Neville.—Ya no se puede utilizar ninguno de ellos, porque hay maldiciones en las entradas y mortífagos y dementores esperando en las salidas. Pero eso no importa ahora...Oye, ¿es verdad que entraron por la fuerza en Gringotts y escaparon montados en un dragón? Todo el mundo se entero, nadie habla de otra cosa. ¡Carrow le dio una paliza a Terry Boot por contarlo a los cuatro vientos en el Gran Comedor a la hora de la cena!

—Sí, sí es cierto.—contestó Harry y Neville rio con alegría.

—¿Qué hicieron con el dragón?

—Lo soltamos.—dijo Ron.— aunque Hermione quería quedárselo como mascota.

—¡No exageres, Ron!

—Pero, ¿qué han estado haciendo? Muchos decían que habías huido, Harry, pero yo no me lo creí. Seguro que te traías algo entre manos.

—Tienes razón.—dijo Harry.—Pero háblanos de Hogwarts. No sabemos nada.— la sonrisa de Neville se borró.

—Pues...bueno, Hogwarts ya no parece Hogwarts. ¿Sabes lo de los Carrow?

—¿Esos dos mortífagos que dan clases?

—Hacen algo más que eso: se encargan de mantener la disciplina; les encanta castigar.

—¿Cómo Umbridge?

—No; son mucho peores que ella. Los otros profesores tienen órdenes de mandarnos ante ellos cada vez que cometemos alguna falta. Pero, si pueden evitarlo, lo evitan. Es evidente que los odian tanto como nosotros. Amycus enseña lo que antes era DCAO y ahora es Artes Oscuras, nos obliga a practicar la maldición cruciatus con los castigados.

—¡¿Qué?!—exclamaron los tres.

—Sí. Este corte me lo gane así. —señalo su mejilla.— porque me negue a hacerlo. Aunque hay gente que lo aprueba; a Crabbe y Goyle, por ejemplo, les encanta. Supongo que es la primera vez que destacan en algo. Alecto enseña Estudios Muggles, la cual ahora es obligatoria. Explica que los muggles son como animales estupidos y sucios, que obligaron a los magos a esconderse porque eran crueles con ellos, pero asegura que ahora va a restablecerse el orden natural. Esto de aquí.—señalo otro corte— me lo gane por preguntarle cuanta sangre muggle tenían ella y su hermano.

—Jo, Neville.—intervino Ron.— hay momentos en que uno tiene que saber callar.

—Eso lo dices porque no la oíste. Tu tampoco lo habrías aguantado. El caso es que ayuda ver que la gente les planta cara; nos da esperanza. Yo lo aprendí viéndote a ti, Harry.

—Pero te han usado de afilador de cuchillos.—dijo Ron con una mueca ante las heridas de Neville.

— Bueno, no importa. Como no quieren derramar demasiada sangre limpia, solos nos torturan un poco si somos demasiado respondones, pero no llegan a matarnos. Los únicos que de verdad están en peligro son esos cuyos amigos y parientes dan problemas en el exterior. A esos los toman como rehenes. El viejo Xeno Lovegood se estaba pasando con sus críticas y por eso se llevaron a Luna.

—Luna está bien....

—...sí, ya lo sé. Consiguió enviarme un mensaje.—enseño el Galeón y Neville sonrió a Hermione.— Nos han ido muy bien, Nela creo más cuando fuimos demasiados. Los Carrow nunca descubrieron como nos comunicábamos. Nos escapábamos por la noche y pintábamos las paredes: «El Ejército de Dumbledore sigue reclutando » Snape estaba histérico. Pero a medida que pasaba el tiempo era más dificil. Perdimos a Luna y Ginny, aunque en realidad los líderes somos Nela y yo, pero los Carrow debían suponer que eramos nosotros quienes estaban detrás de ello así que empezaron a castigarnos más enserio, entonces pillaron a Michael Corner liberando a un alumno de primer año al que habían encadenado y se ensañaron con el. Eso asusto mucho a la gente y nosotros no teníamos derecho de pedirles que pasaran por lo que Michael paso, así que dejamos esas acciones de lado, pero seguimos luchando, trabajando en clandestinidad. Despues de lo de Luna, Nela y yo supimos que irían por nosotros y nos escapamos pero al mismo tiempo fueron por mí abuela, quizá para chantajearnos.

—¡¿QUÉ?!

—Sí. El caso es que con mi abuela les salió el tiro por la culata. Como la vieja vive sola, creyeron que no necesitaban enviar a nadie particularmente hábil. Pues bien.— rió muy satisfecho.—Dawlish todavía esta en San Mungo y mi abuela logró huir. Nos escribió una carta.—se dio unas palmadas en el bolsillo del pecho de la túnica.— diciendo que estaba muy orgullosa de ambos y que éramos dignos hijos de nuestros padres, y nos animo a seguir luchando.

(...)

Nela corría por los pasillos intercalando la vista entre el mapa y los pasillos para no caerse o chocar con algo. Según las palabras de Blaise, Voldemort no estaba feliz con las cosas que Harry había logrado y estaba en un viaje para revisar algunas cosas pero despues vendría a Hogwarts. Con rapidez llegó a la sala de los Menesteres e ingresó, sorprendiéndose ante el hecho de que todos voltearon a verla con una enorme sonrisa.

—¿Pero qué...?

—Nela.

Giró la cabeza con tanta brusquedad que temió haberse lastimado. Ahí estaba, frente al retrato de Ariana, Harry Potter siendo abrazado por el cuello por una ceñuda Ginny que la fulminaba con la mirada. 

Harry separo a Ginny de su lado y a grandes zancadas se acercó a Nela y la beso profundamente. La chica no le correspondió, pero tampoco lo alejó. Estaba demasiado sorprendida. Al separarse, Harry la miraba sonriente.

—¿Q-Qué haces aquí? Quien-Tu-Sabes esta buscándote.

—Lo sé.—asintió Harry, confundido por su falta de alegría.— tengo que buscar algo aquí para derrotarlo. 

—¿Entonces...hoy es la batalla final?—pregunto con el corazón palpitando furiosamente.

—Sí, hoy es la batalla final.

Inmediatamente Neville y Nela empezaron a coordinar a las personas y justo en ese momento, Nela se topo cara a cara con la novia de su hermano, Hannah Abott, quien lucía muy palida y cargaba una pequeña maleta.

—¿No te quedarás a luchar?—cuestionó Nela.

—No.—intervino Neville.—Ella debe irse, no puede luchar esta noche.

—De acuerdo.—dijo Nela y los dejo a solas.

Contempló a lo lejos como Harry salía en compañía de Luna y Ginny y a su mente llegó el recuerdo de Blaise, quien había tenido que ir con sus compañeros debido al llamado de su marca. Cerro los ojos unos segundos y imploró a todas las deidades posibles que todos salieran vivos de aquella tormentosa situación.




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