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[ 6 ] ฿‡ SE LLAMA AURA ‡฿

Benditos sean los pantalones anchos

De nuevo di un repaso al frente. Para ver si alguien más había visto eso. Al darme cuenta de que nadie más que yo y Noah éramos conscientes de eso, lo miré. Y luego el papel entre mis dedos. Alcé una ceja y lo cogí con una extraña sensación en el estómago.

Deshice los múltiples pliegues y en la parte superior estaba escrita una frase:

" Eso ha molado. "

Le lancé una mirada a Noah apretando los labios. Él se hacía el indiferente, actuando como si no supiera que sabía que había sido él.

¿A qué se refería exactamente? Recuperé mi lápiz y con una mala caligrafía y temblor le respondí.

Y mirando al frente vigilando que nadie nos mirase le devolví su papel, donde había escrito.

" ¿El qué? "

Y por culpa de querer vigilar tanto, mis dedos chocaron con los de Noah. Provocando que me diera un pequeño sobresalto al sentir su cálida piel de nuevo.

Tomé aire y mantuve una postura tranquila sobre ese pupitre.

-Lo que hiciste antes -susurró, mientras se sentaba sobre sus piernas y pegaba su silla a la mía.

Giré la cabeza y lo miré arrugando mis cejas.

-¿Te refieres a...? -señalé mi pelo dudando.

-Sí, tío, eso. ¿Qué es exactamente, es algo sólo tuyo? Porque si es así es alucinante -se dio completamente la vuelta hacia mí sin importarle que el profesor lo pudiera ver. Entonces sus rodillas chocaron contra mis piernas y el tan repentino tacto me cortó la respiración.

Me paralice sin saber qué hacer para salir de entre la espada y la pared. Sólo quería que todo se detuviera por unos segundos. No podía con tanta información a la vez. Sentía que mi mundo iba a trescientos por hora. Y no era capaz de asimilar nada.

Tenía a un chico hermoso delante, que me observaba a la espera de que siguiera su conversación. Con sus rodillas pegadas a mis piernas.

Y esos ojos verdes clavados en mí como miles de alfileres que me provocaban un cosquilleo en cada parte de mi ser.

¡Para Blue! Te estás yendo de madres. Esto no está bien. ¿Qué demonios me pasaba? ¿Y por qué de la nada quería hacer todo eso cuando él estaba cerca o en contacto conmigo?

Apenas lo conocía de hace un día, no habíamos hablado suficiente. Esto no era ni medio normal.

Cada vez que lo miraba o hablaba con él sentía miles de miradas prejuiciosas sobre mí.

-Perdón -Negó moviendo sus manos, y redujo su acercamos.

Entonces pude volver a respirar con normalidad.

-Ahh -me quedé en blanco. Cerré los ojos y busqué las palabras -. No es nada, no te preocupes. Es sólo que me he quedado embobado mirando a esos del fondo -Señalé a un grupo que comía a escondidas -. ¿Crees que nos podrán compartir algo de comida? -Solté una risa tonta y mi voz me tembló tanto que me puse más rojo, pero gracias a la oscuridad esto no se notó.

Noah giró su cabeza por unos segundos hacia el grupo y luego volvió a mí.

Evité su mirada apoyando mi cabeza en mi brazo, mirando al frente disimulando así un poco mis nervios.

Otro trozo de papel cayó en mi mesa provocando una desconexión total de mis pensamientos y un mini espasmo de susto.

El papel doblado en forma de corazón cayó justo sobre el dibujo de la persona que había dibujado antes. Lo agarré a los segundos y deshice las dobleces disimulando mis temblores.

"Perdón : )"

Una sonrisa se dibujó en mi cara y me sentí un poco culpable de hacerle sentir así. Noah de verdad había tenido compasión conmigo, sólo intentaba ser algo cercano para mostrarme esa seguridad.

-Culpa mía. -susurré casi en su oído. Me fijé en su nariz era recta, preciosa.

Subí la mirada a su pelo espeso, ondulado, y color castaño. Sus gruesos labios que se ensancharon en una sonrisa brillaban por el gloss que llevaba. Y su olor se podía percibir desde cualquier parte del planeta llegó a mis sentidos.

De forma casi instantánea dio un bote de la silla y me abrazó haciendo que casi me cayera de la mía.

Me agarré a la mesa para evitar que se moviera más haciendo ese ruido chirriante contra el suelo.

El profesor nos tiró una miradita que fue acompañada por algunos curiosos que se giraron.

-Noah -sus brazos rodeaban los míos, me resbalaba por segundos. -. Vas a tirarnos al suelo. Y créeme, no es cómodo.

-Llevas razón, Mimado -Ahora fue él el que miró a su alrededor -. Parece que nadie lo notó. -Me tendió su mano para que me pudiera incorporar. Y una vez lo hice logró despeinar todo mi pelo. Lo miré a través de los mechones apretando mis labios. Él sonreía con la cabeza ladeada.

Sin pensarlo se lo devolví con un mini empujón.

Para cuando volvió a estabilizarse yo me hacía el loco dibujando la cantidad de cero líneas en mi libreta. Quería soltar una carcajada por la situación. Debía de admitir que había sido gracioso.

Noah se acercó apoyando su cabeza y brazo en la mesa.

-Dibujas bien. -dijo cerca de mi oído. Pasando sus finos dedos por mi dibujo, sus anillos brillaban y me di cuenta de que a parte llevaba múltiples pulseras.

-Ya lo sé -dije arrogante para hacer una broma, al girar la cabeza no calculé bien e hice que nuestras cabezas estuvieran muy pegadas, provocando así una tensión grandiosa entre ambos. Noah sonrió mordiéndose los labios negando con la cabeza mientras me observaba fijamente a los ojos. -. Por cierto se llama aura.

-¿Aura? Me gusta -miró mis labios sonriendo con su sonrisa tan hermosa y se colocó un mechón de pelo detrás de la oreja -¿Y te ocurre siempre que usas tus poderes o qué? -Se echó un poco para atrás cortando la tensión.

-Bueno, también cuando cambio de humor bruscamente, ya sabes...

-Entiendo -Se colocó un boli entre los dientes y sonrió, pero esa curva en su rostro se sentía diferente a las anteriores. Ahí lo denominé sonrisa de: voy a decir la mayor estupidez que se me pase por la cabeza.-. Entonces, en el hipotético caso de que estés manteniendo relaciones, y te corras, ¿cuenta como cambio de humor brusco?

Solté un grito ahogado y me llevé la mano a la boca girándome por unos segundos. Observando a la pared, o como me gusta decirle a esta acción, mirar a la cámara imaginaria.

-¿Qué? -preguntó.

Me giré bruscamente y lo cogí inconsciente de las muñecas.

-¿Por qué tienes que meter el sexo en cada frase que dices? -dije abriendo mucho los ojos.

-La verdad es que no lo sé, supongo que es mi forma de ser.

-Pu-es, contrólate, ¿vale? -Quería reír pero me echarían de clase. Nos echarían, mejor dicho -. Y no -solté en un tono agudo -. No lo sé, soy virgen ya te lo he dicho. -musité.

-Venga hijo, y nunca te has masturbado.

« ¿Qué estaba pasando? »

Abrí mucho los ojos, estaba flipando. Fuera de ser incómoda esa situación estaba escalando de una forma muy cómica, al menos para él.

-¡¿Qué?! -quise susurrar pero me salió un gallo un tanto subido de tono.

Miré a todas partes, pero esta vez nadie lo escuchó porque coincidió con que todos rieron por algo que dijo el profesor. Al menos no se hizo el silencio absoluto cuando Noah había hecho la pregunta. Eran cosas que solían pasar, según Beatrix.

-Que aburrido que eres, eh pero que si quieres te ayudo a comprobarlo.

Se me paró el corazón y sentía que estaba en una caída libre, una muy libre. Sin sitio donde aterrizar o paracaídas a las espaldas. Me puse rojo de nuevo y esta vez no pude ocultarlo a tiempo.

Noah bajó su sonrisa y buscó mi mirada preocupado.

-Era coña -me dio un golpecito en el hombro -. En serio, no te creas todo lo que te digo y menos si es sobre sexo. Y lo siento si te he hecho sentir incómodo. En verdad mola lo de tu aura.

Suspiré -Lo intentaré para la próxima, y tranquilo, no te lo tendré en cuenta para cuando sea el jefe. -reí, y esta vez no pude hacerlo flojo. Pero con suerte el timbre sonó y no nos echaron.

El timbre se juntó con el silbato del profesor que marcó el inicio del partido de fútbol americano. Las pistas, se encontraban en los grandes jardines de comunes, estas estaban rodeadas por una valla, lo suficientemente alta como para que los balones no salieran disparados.

El equipo contrario tenía el balón en su poder, así que salí corriendo para impedirles marcar. Si en algo era competitivo era en esos juegos, y llevaba mucho sin jugar uno.

Me sentía como un pescado en un mar sin rejas.

La verdad es que este sería un muy buen momento para usar uno de mis poderes, pero eso sería hacer trampa.

« Perooo.... si nadie me pilla no es trampa.»

Y vosotros no contáis.

Me paré en seco, recuperando a la vez algo de aire. Una vez recompuesto hice uso de uno de mis múltiples poderes: vista previa.

Me permitía ver cómo desembocaban mis acciones y la de los demás. Poder ver las posibles jugadas, esto en un rango de unos escasos segundos. Y por supuesto que esto no funcionaba con acciones instantáneas como una pelea o una hostia de mi padre.

Agradecí que sólo Noah supiera que mi aura significaba que trataba algo. De igual forma nadie ahí sabía de este poder.

Vi en los paneles azules que solo yo podía ver, que si me decidía a ir por la derecha me bloquearían tirándome al suelo, en cambio por la izquierda no conseguiría nada.

Entonces el único camino era...

-Por el medio. -corrí empujando a un jugador del equipo contrario al cual le iban a pasar la pelota. En cuanto la cogí corrí hacia el lado contrario para marcar teniendo al otro equipo detrás mía.

-¡Blue! -a mi lado corría alguien de mi mismo equipo que quería que le pasará el balón. Puse el objeto bajo mi brazo derecho para así con la otra mano hacer otra cosa. Doblé un poco todos los dedos de mi mano salvo los dos antepenúltimos, mi mano se llenó de una luz azul con una niebla que no iba más allá de la punta de mis dedos.

Me centré tanto en mis poderes que al final acabaron por placar tirándome al suelo, provocando que de mi mano saliera un rayo de energía que dio de lleno a las luces de las pistas.

«Estupendo Blue, a la mierda la poca reputación que te quedaba. »

Suspiré de dolor sobre el césped. Y dejé mi cabeza libre de ese estúpido y robusto casco, haciendo una mueca de dolor intentando no revolcarme del sufrimiento de mis moretones.

-¡Mimado! -Noah recorrió todo el campo y se tiró a mi lado dejando caer su casco junto al mío -. ¿Estás bien?

Lo miré y afirmé mientras ocultaba el dolor en todo mi cuerpo. Tragué saliva y procuré mantener la respiración.

-¡Parckson! -el profesor que era otra persona que al parecer no sabía que me llamaba Blue, silbó y se acercó a nosotros -. Descalificado por el uso de poderes -volvió corriendo al centro del campo donde la gente se reunía y levantó la mano -. ¡Fin del partido!

Soplé poniendo los ojos en blanco y llevándome las manos a la cabeza.

-¡Blue! -Dallana vino casi sin respiración y me tendió la mano -Vamos, el suelo está hecho un asco. -Intentaba recuperar el aire que había perdido en sus palabras y en su carrera poco a poco.

Me levanté con la ayuda de Dallana, y Noah cogió nuestros cascos. Para entonces todo el mundo ya se había ido.

Llevé mi mano a mi costilla sintiendo como la piel me ardía.

-Me cago en la puta. -maldije.

-¿Seguro que estás bien? -él me dio mi casco y puso su mano en mi hombro izquierdo. -. Te puedo acompañar a por hielo.

Negué. -Sí, sí, estoy bien -lo miré y luego sonreí caminando como pude -. ¡Bicho malo nunca muere!

Noah rio y en cuestión de segundos tiró su casco viniendo corriendo hacia mí. Yo también salí corriendo pero la física jugó en mi contra y él me alcanzó cogiéndome en brazos, colgándome en su hombro.

-¡Noah! -exclamé entre risas mientras intentaba bajarme. Todo ocurrió tan rápido que no me dio tiempo a pensar dónde estaba.

Me tiró al suelo sin hacerme daño y se puso sobre mí sin decir nada. Ambos nos miramos recuperando el aire y tan cerca en esa postura en la cual él se aguantaba al suelo sobre mí. Me fui inclinando y cerré los ojos intentando besarlo pero Dallana nos interrumpió.
-Eh, venga, que nos van a echar la bronca.

Un golpe de realidad me azotó, ¿por qué había tenido esa necesidad de besarlo?

Noah se levantó pero yo lo cogí del tobillo impidiendo su levantamiento completo y estrellándolo en el suelo. Me reí mientras me levantaba y cuando vi que él lo hacía también eché a correr.

-¡Estás muerto Parckson!

Le cerré la puerta de los vestuarios de chicos en la cara, pero logró abrirla de un portazo haciendo que todos nos miraran.

Recuperaba el aire mientras me sentía demasiado incómodo en ese escenario. Todos nos observaban con caras largas y de asco. Otros ni se habían dado cuenta.

Por alguna razón me sentí incómodo en ese escenario lleno únicamente de chicos. Así que cogí mi mochila y me acerqué a Noah.

-Estoy fuera.

-Vale -me miró extrañado y confuso -, ahora salgo. -me informó metiéndose en la multitud.

Me había cambiado en el baño normal y le había devuelto el uniforme o equitación al profesor. Ahora me encontraba esperando a Noah sentado en la entrada del campo mientras dibujaba.

Nunca dibujaba nada simétrico o realista. Eran simples garabatos que tomaban forma. Como esos movimientos repetitivos que se hacían sobre los cuadros de las libretas para relajarte.

En este caso no había cuadros, sólo un papel liso, y dibujado en él una persona con unos grilletes la cual quería salir al mundo real pero no podía, un fuego más fuerte le hipnotizaba a quedarse dentro de aquella oscuridad.

Llevaba la música alta en mis auriculares, pero no lo suficiente como para que mi burbuja fuera impenetrable. Era consciente que había momentos en los que estaba tan hermética que no me enteraba de nada. Literal me podría caer una bomba y no me daría cuenta.

Al final esta burbuja acabó explotando por un toque en mi hombro de alguien a mi izquierda.

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