[36] ฿‡ COLIBRÍ NEGRO Y BLANCO ‡฿
Próximo objetivo : encontrar a Colibrí Blanco.
"Ellas son peligrosas."
"Ellas saben demasiado."
"Colibrí Blanco , ella es una bomba."
"Colibrí Negro , en una amenaza."
Eso era todo lo que vi importante de las pocas cartas que había traducido. Básicamente, mi padre se comunicaba con otra persona mediante código morse.
Reconocía sus puntos y vocabulario, pero no el de la otra persona. Además, de que esas cartas no fueron puestas en mi camino gracias a mi padre. Sino por otra persona que también desconocía.
¿De quién se podría tratar?
¿Y de quiénes hablaban mi padre y la persona anónima?
Hice un repaso mental de los pocos nombres de chicas que mi padre había mencionado a lo largo de su vida. Porque solo sabía dos cosa, que eran dos chicas, y que eran un peligro para mi padre por lo que sabían.
Eche mi negro pelo para atrás suspirando mientras el sonido de la lluvia y la comenzante noche me acompañaban.
Triana estaba leyendo en alguna parte del piso, y Noah andaba por ahí, haciendo cosas de Noah.
Fijé mi vista en el ordenador con el abecedario de código morse, y luego a la siguiente carta que me tocaba traducir.
«Allá vamos.»
Me acomodé en el suelo y apoyé mi espalda en el sofá escribiendo, traduciendo sobre la pequeña mesa.
-"¿Hay peligro?" -preguntó la persona anónima.
-"No, ella lo oculta."
-"¿Colibrí Blanco?" -quiso saber el anónimo.
-"Afirmativo."
-"¿Y Negro?"
-"Ella está a buen recaudo." -dejo en claro mi padre.
-"10-4" -«afirmativo.»
-"10-3" -«detener la trasmisión.»
¿Cómo que a buen recaudo? Con mi padre eso no podía significar nada bueno. Nada, de nada, él tenía una forma muy peculiar de llevar el control de las cosas, o mejor dicho de las personas. Y casi siempre acababa manchándose las manos.
Colibrí Blanco, ella lo oculta. ¿El qué? Empezaba a pensar por cada segundos que pasaba, que Dallana podría ser una buena opción de Colibrí blanco. Dado que mi padre me pondría algo así en las narices sabiendo que nunca sospecharía de eso. Pero era imposible. ¿O no?
Apunte en un post it rosa fosforito el nombre en clave de Colibrí Blanco. Ella al menos parecía fácil de localizar, sin morir en el intento. Seguramente en el resto de cartas daban más pistas.
«¿Y si no?»
«Seguro que sí.»
Necesitaba acceder a una de las dos chicas. Si ellas sabían tanto y eran tan peligrosas, era la ficha perfecta contra mi padre.
El sonido de la puerta abriéndose me sobresalto. Giré mi cabeza hacia la derecha y vi a Noah en el umbral. Hacía equilibrios con una taza de cristal enorme y el móvil mientras cerraba la puerta.
—Te he hecho algo. —Se refería a la taza de cristal que sostenía en la mano derecha, tenía un líquido rosa en su interior. Se sentó a mi lado dejando el móvil sobre la mesa y me tendió aquello cruzado de piernas.
Estaba frío y tenía nata por encima, era un batido. Y con lo que había trabajado me rugía el estómago.
—Venga —me animó. —, dime qué te parece.
Sonreí y comencé a sorber por la pajita mientras nos mirábamos fijamente con caras de retrasados. En cuanto aquel batido inundó mi boca hice un sonido de satisfacción y placer. El sabor a frutas y dulce se sentía genial.
Noah soltó una risita de felicidad y peinó mi pelo.
—Creí que algo así te podría dar fuerzas para todo esto.
Lo abracé poniéndome de rodillas para darle las gracias por preocuparse de mí. Cuando nos separamos él dio un sorbo rápido al batido con su brazo aún rodeándome.
Le reclamé con una mirada fugaz.
—La vida es dura azulito —se levantó pero se paró en la puerta. Quise responder a su nuevo apodo pero me cortó señalándome. — . Ah, he logrado convencer a Triana de pedir pizza para cenar, sé que es tu comida favorita. ¿De qué la quieres?
Levanté los hombros algo sonrojado ante la difícil decisión de tener que elegir.
—De lo que te apetezca a ti. A mí no me importa lo sabes, pero... —Bebí un sorbo de batido mientras levantaba las cejas. —, nada de piña.
Me señaló y salió corriendo por el pasillo. Suspire meneando la cabeza con una sonrisa. ¿Azulito? Lo que uno tenía que escuchar.
«Estaba como una cabra.»
En un parpadeo regreso y se tiró al sofá de detrás mía como un misil. Abrí mucho los ojos para mirarlo dándome la vuelta.
—¿Qué te ha hecho el sofá tío?
Soltó una risita con todo el pelo por su cara y dejó caer las zapatillas de ir por casa al suelo. Volví a suspirar y me giré comenzando a recoger todo lo de la investigación, sus brazos se entrelazaron por debajo de mis brazos y sus manos decoradas se clavaron en mi piel sobre mi ropa de forma delicada.
Cogí el batido dándole otro sorbo y pegándome más al sofá para que él me pudiera abrazar mejor. Estaba hecho una bola, y su cabeza estaba completamente pegada a mi espalda.
Revisé la puerta, despejado. Dejé el batido sobre la mesa y me giré un poco con sus brazos aún rodeándome.
Quite el pelo de su oído y él me abrazó más fuerte.
—He descubierto algo —Noah asintió embobado con mi voz. —, pero no quiero involucrar a Triana. Esto se va a volver peligroso. Mi padre no tendrá piedad por nadie.
—Te entiendo, llevas razón. —susurró y nos miramos con los ojos humedos.
Agarré sus mejillas con mis dedos y él sonrió como pudo.
—Más tarde te explico todo. —Mi pelo caía en cascada sobre su frente. Miré sus ojos verdes, y luego bajé a sus labios.
Él se inclinó un poco en mi dirección.
Entonces estampé mis labios con los suyos, levantándome un poco del suelo. Noah echó mi pelo para atrás y con su otra mano se agarró con fuerza a mi cuerpo.
Giré mi cabeza para profundizar el beso iniciando un juego de lenguas, él comenzó a jadear. Cogió mi muñeca y puso mi mano sobre su corazón. Este latía a mil por hora.
«Y yo que antes pensaba que no le molaba.»
Nos separamos y muestras respiraciones chocaban contra nuestros labios.
—Blue —suspiró, puso sus ojos en blanco recuperando el aire —. Deja de mirarme con esos ojazos o me matarás. —me suplicó.
—¿Y si no quiero? —Me acerqué a su oído y su corazón aumentó su velocidad.
Apretó el hueco de mis costillas provocándome cosquillas y un dolor imperceptible. Le solté alejándome chocando con la mesa. Sus carcajadas estallaron y me volví a poner sobre él con mi navaja alzada.
—¡Ya! —gritó cortando su risa —. ¡Era broma! —levantó sus brazos para mantenerme distante, lo miré de pies a cabeza. Bajé mis manos guardando mi navaja de nuevo en mi bolsillo. —. Me das miedo.
—Tú a mí también. —Me giré y seguí bebiendo el batido.
Me volvió a abrazar como antes y besó mi espalda donde estaba mi cicatriz. Luego meneó una de sus manos delante de mí para que se la cogiera. Entrelacé mi mano con la suya y él ensanchó una sonrisa sobre mi piel. Todos sus anillos acariciaban mi piel y aquello se sentía tan cálido.
Miré su muñeca, a través de las pulseras vi aquellas marcas; suspiré. Apreté con más fuerza su cálida mano y él me rodeó con más fuerza acompañado de un sonido de confort.
«Al menos estábamos juntos, ya nada nos podía romper. Al menos no del todo.
Mire todas sus pulseras y entre todas estas me llamó la atención una. La cual era el amuleto que le dí, entrelazado en cuerda para formar una pulsera.
—Viste —Me leyó la mente, giré mi cabeza y le sonreí a un Noah que estaba a punto de dormirse recostado en mi cuerpo. —. Siempre lo guardé.
Me eché para atrás cerrando los ojos. Él se tumbó abrazándome y nos quedamos así hasta que el culo se me comenzó a quedar plano.
Una vez en el cuarto. Pegué los post it en el medio de la puerta, junto con el sello de cera de un cuervo negro, que había venido con las cartas. Quizás podía significar algo.
—¿Creés que los nombres en clave puedan tener algo que ver con las chicas? Con su vida o pistas de ellas. —preguntó Noah echando su pelo para atrás.
Lo miré y afirmé. Estaba seguro que mi padre no había puesto aquellos nombres en clave al azar. Pero tampoco a la ligera.
—Hmm. —miró pensativo todo aquello intentando buscarle la solución al enigma. —. ¿De nuevo filosofía?
Negué.
—Esto es inútil. —comencé a caminar pero él no me dejó dar un paso.
—No digas eso —acunó mi rostro y solté todo el aire que mis pulmones guardaban abatido —. Vamos, tenemos algo demasiado bueno. Ya sé que te dije que no era buena idea, pero. Solo tenemos que encontrar a una chica y ya. —Señaló la puerta y yo levanté mis hombros.
—Es buscar una aguja en un pajar, Noah —Tragué saliva. —. Ni siquiera sabemos si siguen vivas.
—¿Cuándo han sido las cosas fáciles, Blue, cuándo?
No le veía salida a nada de esto. Sentía que estaba desaprovechado el tiempo. Nada de esto servía te teniendo a mi padre en la nuca.
—Nunca, Noah —suspiré y llevé mis manos a mi cara. —, pero que digo, mi padre...
—Shh —Me cortó. Quité mis manos de mi cara y extendío su mano —, vamos a hacer esto juntos, te lo prometo. Nada será fácil, pero no nos rendiremos —Cogí su mano con más confianza. —. No salté de aquel muro contigo por nada, confío en ti —Sonrió haciendo una cara graciosa. —. Y en la fuerza del Universo.
Emané una carcajada y le abracé rodeando su cintura, dejando que mi cara estuviera pegada a su jersey.
Acarició mi cabeza y también me abrazó rodeándome por los hombros.
Todo estaba demasiado reciente, por lo que el ambiente se veía nublado. Necesitaba tiempo, sólo eso. Y armaría el mejor de los planes.
—Chiflado. —dije contra su pecho.
—Mimado.
Cogió mi barbilla obligándome a que lo mirará, y cuando creí que me iba a besar, me despeinó y en un intento de contraatacar caí al suelo. Noah rompió en risas y me levantó de mi segunda casa. Le lancé un empujón y entré al baño para arreglar mi pelo.
Cuando ya estaba todo en orden salí, pero me encontré a Noah diferente. Sentado en la cama con el peluche en la mano mirando hacia la mesilla de noche. Parecía triste pensando en algo. ¿Tanto tiempo me había ido?
—¿Noah? —lo llamé acercándome sintiendo el dolor en su persona. Me mantuve distante para no agobiarlo, y me quedé de pie junto a él, y levantó la mirada.
—Vaya, creo que es la hora de las confesiones —Su voz amenazaba con romperse —. Te acuerdas de aquella lámpara que proyectaba estrellitas en el cielo. La que tenía en mi cuarto —Recordé cuando nos emborrachamos y él la puso, afirmé —. Pues, después de esto —Movió el peluche en el aire refiriéndose al cambio de vida —. Era lo único que me queda de él —Dejó de mirarme y me tendió el peluche de conejo. —. Se me olvidó cogerla cuando hice las maletas.
Cogí aquel peluche haciendo que nuestro dedos se rozaran, eché sus orejas para atrás y pasé mis dedos por su telaje manteniéndome firme para Noah.
Dejé esto sobre la cama y fui a abrazarlo pero estornudo y quité mi vista por lo que me dijo aquel día.
—No tienes porque quitar la vista, Blue —Estaba delante de mí con los ojos rojos, y dejaba escapar su respiración entre sus labios.
Peiné su ondulado pelo hacia un lado y dejé mi mano sobre su mejilla.
—Recorreré todo el camino de vuelta para ir a buscarla si es lo que te va a hacer feliz...
—No —Negó, soltó una risa apenada —, está bien, yo solo necesitaba soltarlo.
Y se vino abajo, las lágrimas cayeron por sus mejillas y llevó sus manos a sus ojos levantando sus gafas que se quitó dejándolas sobre la cama. Luego dejó caer su cuerpo sobre mi hombro y me rodeo con tristeza.
—¿Te molesto? —balbuceó llorando.
—Tú nunca molestas. —susurré.
—Lo echo de menos. —confesó entre lágrimas y llanto.
Rodeé su cintura respirando hondo temblando, se me rompía el corazón en pedazos al verlo así, y peor aún. No podía hacer nada.
Su corazón latía más de lo debido y su respiración igual. Su cuerpo estaba más cálido de lo normal, temblando sin control.
—Perdón —Me leyó de nuevo la mente —. Es mi enfermedad, se pasará rápido —informó casi sin aire escondiendo su cabeza en mi hombro.
Se me hizo un nudo en la garganta, mi pecho ardía. Esa maldita enfermedad iba más allá de lo de transformarse en un animal cada vez que estornudaba.
« Voy a investigar hasta lo inivestigable para curarte amigo, te lo prometo.»
Nuevo propósito: encontrar la cura a la enfermedad de Noah.
—Él quería viajar al espacio, y se acabó formando parte de él.
No sabía que decirle. No encontraba las palabras exactas y adecuadas. Así que decidí informarme de la mejor forma posible.
—¿Noah —Tomé aire —, está muerto? —La respuesta no me sorprendió, pero si me hizo un hueco en el corazón por la forma en la que lo dijo.
—Sí.
Cogió mucho aire y se separó de mí, sus hermosos ojos estaban completamente rojos y llenos de lágrimas.
Los míos estaban cristalizados.
Con la manga de mi chaqueta limpie su rostro de sus lágrimas y él me sonrió.
—¿Podemos hacer como si esto nunca hubiera ocurrido? —me preguntó.
Afirmé.
—Pero que nunca te de vergüenza hacer algo así de nuevo, yo siempre te escucharé —Le dí sus gafas, se las puso y suspiro —. A veces es peor si te lo guardas para ti.
Rio y movió su cabeza.
—Anda, vamos —Me tendió el brazo para que lo rodeara —. Creo que ya llegó la cena.
Cuando me acerqué él me rodeó por los hombros.
—¿Nos encontraremos a algún Nick o Dallana en la cena de hoy señor Parckson?
Alcé la cabeza pensativo.
—Esperemos que no, Folen.
Inició a andar balanceando nuestros cuerpos, casi me podía sentir en el orfanato, de camino al gran comedor después de haber pasado todo el día con Noah.
Sonreí y me obligué a olvidarme de mis problemas por un tiempo. Y de lo que acababa de acontecer. Al menos por Noah, para él.
Cogí su mano con la mía sintiendo sus anillos y su dedo pulgar comenzó a acariciar mi piel.
Levanté mi cabeza y lo miré risueño.
Una vez en el pasillo una melodía nos detuvo. La fuerte música salía de la cocina, en concreto " What A Felling de Irene Cara " .
Noah y yo nos miramos, él con el ceño fruncido y yo con la ceja alzada. Expectantes miramos en dirección a la puerta de la cocina esperando cualquier cosa.
Entonces Triana salió al pasillo con un papel enrollado en mano a modo de micrófono. Vestía una bata larga rosa, unos pantalones cortos grises junto con una camiseta blanca y unos calcetines arcoiris que le llegaban hasta las rodillas.
Nos echo una miradita y comenzó a cantar el estribillo moviendo sus manos y cuerpo como si estuviera en un concierto.
—What a feeling, being's beliving I can have it all now i'm dancing for my life.
Noah soltó una carcajada y se acercó a ella con un aire de cantante.
Y le siguió la canción.
—Pictures come alive. You can dance night througt your life —Me señaló moviéndose al ritmo de la música. Baje mi cabeza soltando una risita y cuando la levanté estaba frente a mí —. Venga —Me animó —. Now i hear the music close my eyes. I am rhythm
In a flash, it takes hold of my heart.
Evite una carcajada de cerdo y también moví mis hombros al ritmo de la música.
Era incapaz de seguirles el ritmo.
—What a feeling —siguió ella, con una sonrisa de oreja a oreja toda roja —. Being's believin' I can have it all, now I'm dancing for my life. —Vino corriendo hacia nosotros pero se resbaló y cayó de culo a nuestros pies.
Comenzó a reír como una desgraciada retorciéndose de dolor, Noah también se unió a la causa y comenzó a soltar grandes carcajadas poniéndose de cuclillas.
Le dí un codazo mirándolo con cara asesina, regañandole como si fuera su padre.
—No te rías, hombre. —Le tendí la mano a Triana para que se pudiera poner en pie. Y le ayude a redireccionar su pelo. —. ¿Te hiciste daño?
Ella negó moviendo la mano para quitarle importancia.
—No se preocupen, del suelo no paso.
Noah se calmo y le quitó una pelusilla del pelo. Ella nos agradeció y se quitó el polvo del culo moviendo las caderas de forma graciosa.
—¿Qué les parecen? —Se cogió uno de sus pies y los subió sin mucho éxito —. Yo les llamo gayceltines. —Nos mostró su largos calcetines de arcoíris.
«Que ingenioso nombre.»
Y de pronto tocaron al timbre de la casa haciéndonos saltar del sitio, ella nos señaló con ambas manos achinando su altura.
—Quizás sea tu padre. —susurró muy fuerte.
Moví mi mano.
—Descuida, mi padre no toca el timbre —Abrí mucho mis ojos. —. Él tira la puerta abajo.
Noah llevo sus manos a sus ojos maquillados y rio negando con la cabeza.
—¡Noah! —grité haciendo que ambos se asustaran.
—¿¡Qué demonios pasa!?
—El maquillaje. —me burle haciendo lo que me hizo a mí uno de los primeros días en el orfanato.
—Te voy a... —Intentó abalanzarse sobre mí pero Triana se puso en medio de los dos, con sus brazos extendidos para mantenernos separados.
—¡Hey! No se maten que quiero ir a vuestra boda.
—Me temo que eso no ocurrirá, tendremos que ir a un funeral. —Saqué mi aura y cree una bola de energía azul sobre mi mano.
—Como sea, me piro —Triana se rindió y fue hacia la puerta. —, más pizza para mí.
Noah y yo nos echamos unas últimas miradas desafiantes mientras nos íbamos acercando a la cocina sin dejar de vigilarnos.
—¡Gracias! —Triana se despidió del repartidor dándole propina —. Que tenga linda noche —Cerró con su espalda y nos ojeo. —. ¿Les entra una peli, Mamma mía?
Arrugué las cejas.
—¿Perdón? —pregunté desconociendo aquel título. Nunca lo había oído en mi vida. A ello pareció sorprenderle bastante a juzgar por su expresión.
—¡Pero cómo pueden vivir sin haberla visto!
Noah y yo levantamos los hombros y ella soplo sonriendo. Juntos entramos en la cocina que se sentía cálida e iluminada sentandonos en la mesa para cenar.
La noche ya había caído definitivamente sobre nosotros, la lluvia se había calmado un poco y según la previsión del tiempo no iba a ser una buena semana.
Mire como Noah juntaba sus manos bajo la mesa preocupado. Cuando notó que lo miraba levantó la cabeza y me leyó la expresión.
—Olvídalo —me susurró a propósito de lo vivido en el cuarto. —. Sólo estoy algo chafado, se me pasará.
No podía olvidarlo. Me perturbaba saber que algo así de fuerte le había pasado. La muerte había sido algo tan presente en mi vida en los últimos días que me daba miedo pensar en lo real que podía ser. De pensar que podía perder también a alguien importante para mí se me revolvían las tripas.
Afirmé zanjado el tema y acaricié su muslo por unos segundos para transmitirle tranquilidad.
Sonrió y mordió una porción de pizza, lo imité. Aquello me sabía a gloria después del día de hoy. Desde luego la comida del orfanato era una mierda. Y me daba cuenta ahora.
—Por todos los dioses de la pizza. —dije cerrando mis ojos y disfrutando de aquello.
Noah casi se atraganta con su comida y por poco me vi haciendo una rehabilitación por primera vez.
Luego dejé que aquella comida y aquel musical me distrajeran por un par de horas.
......
Triana alias la mamá del grupo <3
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