[32] ฿‡ TRES TOQUES ‡฿
A fin de cuentas no somos tan diferentes como aparentamos .
Salimos al balcón a tomar el aire, estábamos sentados dejando que nuestros pies colgarán a través de los barrotes, y nuestra cabeza apoyadas en estos.
No pasaban muchos coches, ni personas a esas horas. También nos arriesgábamos a que mi padre nos viera desde la calle, pero no nos importaba.
Noah dejó caer su cabeza sobre mi hombro, y yo sonreí. Me sentía más calmado después de hablar.
Desde aquel cuarto piso no se veía mucho del pueblo. El sitio donde Noah y yo nos habíamos escondido de mi padre, a nuestros lados más pisos no muy modernizados. Y a lo lejos, el horizonte. Lleno de casitas, grandes y pequeñas. Parecía que estuviéramos en otro lugar y época distinto, una que no existía en nuestra consciencia. A lo lejos, las montañas y nubes terminaban de dibujar el místico paisaje.
El ruido de la puerta de la terraza a nuestras espaldas asustó a Noah. Yo ya estaba acostumbrado a ese tipo de sobresaltos.
-Se van a morir de frío en el suelo. -Triana se acercó a nosotros y nos puso una gruesa manta por encima. Luego abrió el amarillento y descolorido toldo para que se sintiera mejor.
Apenas hacia viento o sol, el cielo estaba algo nublado como estos días atrás, y la tarde amenazaba con adentrarse. Aquellas nubes, mismas que había estado viendo toda mi vida. Ahora se veían más grises, más esponjosas en el cielo. Se veían, reales.
-¿Les gusta? -nos preguntó sentándose en un sillón a nuestras espalda con un libro.
Me fijé en el cartel de enfrente nuestra. El que estaba en la acera. Era blanco rectangular con bordes azules, y ponía "Sant Ángora, Ángora." Así se llamaba la isla, y pueblo donde estábamos
Luego otro cartel en forma de flecha señalado a la derecha con el nombre de "Sant Iris." , la otra isla y pueblo. Ambas estaban como a dos horas de distancia en coche y se conectaban mediante un puente natural. Según Triana, ella nos prometió que un día nos llevaría a conocer el otro pueblo. Ángora era la más grande y rural. Sin embargo Sant iris era la más moderna de las dos, pequeña pero un mundo diferente.
-Sí, es precioso no ver un muro por tu ventana. -le respondí. Los atardeceres y amaneceres desde ahí se tendrían que ver genial.
Me quedaría ahí, toda la vida. Viendo nacer y morir al sol, por aquellas verdes montañas. Por primera vez en mi vida. Esos cuadros que tantas veces había pintado. Los iba a poder ver en carne propia.
-Pues yo creo que hay otra cosa más bella cerquita -susurró Noah, pero Triana lo escuchó, o eso creí. Me giré para ver su reacción, rio y cuando vio que la miraba me hizo un gesto de que no había oído nada. Se colocó sus gafas que usaba para leer y siguió con esa tarea, la verdad era algo así como un...
-¿Es un manga? -preguntó Noah echando su cabeza para atrás, mirándola boca abajo.
A ella se le formó una sonrisa pícara en la cara, y dobló las rodillas para esconder el título del supuesto manga.
-Noooo.
Noah chisto gracioso, volviendo a su postura
-Luego me lo dejas, eh.
-¿No tienes vergüenza verdad? -inquirí.
Él negó.
-Oye chicos, algún día les tengo que llevar a la playa, o también podríamos ir a los acantilados, y ríos. Madre mía, tengo tantas cosas pensadas para hacer juntos. Incluso empecé ayer un plan de actividades -se sentó a nuestro lado con las piernas cruzadas y nos miró pensativa. -. ¿Por qué se van a quedar, verdad?
Noah me miró y levanté los hombros, la verdad no teníamos muchos sitios a los que ir, y aquella casa parecía segura. Quería ver todas las noches a mi sol irse, sentado en esa terraza.
Y conocer a esa chica alocada que nos había abierto las puertas de su casa. Quizás se podría convertir en una nueva amiga.
Quizás estábamos empezando una nueva vida por fin.
-Claro rubia. -respondió Noah, le di un empujón, como podía tener ese humor hasta con la gente que conocía de un día.
-¿Le pones apodos a todo? -le regañé.
Triana soltó una risa, arrugando sus mejillas y pecas.
-Tranquilo, Blue. Me agrada -se levantó y paso por encima del sillón hasta llegar a la puerta -. Ahora vuelvo, les quiero mostrar algo -Se adentró en la cocina pero aún así escuchamos lo que nos gritó. - ¡Ah, cuando me quieran decir que están juntos me haré la sorprendida no se preocupen!
La mirada de Noah y la mía se cruzaron de inmediato, ambos estábamos en shock, y eso se dejaba ver en nuestra expresión.
«Plot twis.»
A mí se me escapó la risita tonta y él torno los ojos.
-¿Otra vez?
-Shh, calla anda -Me giré a la puerta rojo y volví a él. -. Pero cómo demonios lo ha sabido.
-Bueno -se acercó a mí para que solo lo escuchará yo. -. Así te podré besar por fin sin tener que escondernos en ningún lado.
Le estampé la manta en la cara todo rojo, y miré a la puerta para comprobar que ella no estuviera ahí.
-Estás loco, no lo digas tan fuerte. -mascullé.
-Parece buena gente, Blue -Revisó la puerta. -. Hablo en serio, se dejó la piel en salvarte.
Alzó sus hombros arrugando sus labios. Su mirada se dirigió a la puerta, y por la oscuridad de la cocina venía Triana.
-A ver. -Apareció de nuevo con una pequeña caja de metal y se chocó de forma torpe con el sillón, luego como si no hubiera pasado nada volvió al lugar donde se había sentado antes. Recogió su corto cabello en un moño mal hecho dejando ver la parte blanca de su pelo.
-¿Es natural? -Quise saber. Nunca había visto a alguien con un blanco tan bonito de pelo.
-Eh -ella me miró confundida. Arrugó su nariz mirando hacia arriba, su pelo -. Ah, el pelo. Por supuesto. -movió sus manos para concentrarse en busca de algo dentro de la caja.
-¿Qué tipo de espía soviética eres? -soltó Noah sin quitarle la vista de encima, haciendo referencia a lo que había dicho antes.
Su respuesta fue clara.
-De tanto consumirlo desarrollas un detector -ella hizo como si su mano fuera uno y nos señaló haciendo pitidos con la boca -. Tranquis, podéis ser abiertos con eso no os voy a mirar mal -ella arrugó hacia un lado sus labios y puso una voz rara. -. Sería hipócrita si lo hiciera.
«Vaya, quién lo iba a decir.»
Desde luego Triana ya no me parecía sospechosa, se veía buena e inofensiva. Una chica joven con mentalidad de pura adolescente. Que acababa de encontrar a alguien de su misma onda.
En concreto a dos chicos. Yo también estaría feliz e eufórico si me hubiera encontrado a alguien de mis mismos pensamientos y estilo en el orfanato.
«Ahora es cuando nos mata mientras dormimos.»
«Perdón.»
Que sería de la vida sin algo de emoción.
-Oye. -Noah rompió el silencio.
-Mande -le respondió dejando de buscar en la caja.
Noah le echo una mirada al manga sobre el sillón y luego a ella.
-No es un manga familiar, verdad.
Abrió los ojos hacia arriba repitiendo el anterior gesto de boca y carraspeó.
-Buenoo -Movió su cabeza y manos. -. Eso que más da. -Miró al manga y tiró un cojín sobre él.
Noah estalló en carcajadas y se chocaron las manos.
-Mejor no pregunto. -miré a ambos intuyendo a lo que se referían.
-Tranqui Mimado, luego te explico.
-¡No! -ella lo señaló y él alzó las manos, lo miró con los ojos entornados asegurándose de cada movimiento de Noah. -¿Mmmm? Bueno, miren está foto.
-¿Serás mayor de edad al menos? -Noah seguía actuando como si conociese a la gente de toda la vida.
Le solté la colleja que ella quería darle y Triana me agradeció sonriendo.
-¡Ah, que ahora os habéis conpinchado en mi contra! -se defendió él.
-Sí -masculló Triana casi en su cara, y se volvió a acomodar en el suelo -, y tengo veinticinco, listo. -sacó la foto y nos la tendió.
Ella nos fue mostrando fotos de la playa, acantilados y ríos. Eran realmente lugares bellísimos, por alguna razón en ninguno de las fotos el día se mostraba soleado, y esos lugares transmitían una paz indescriptible. Con colores azulados y verdosos, bajo la luz de un grisáceo cielo transformando los colores un poco más oscuros.
-Mira Mimado -él me mostró una foto de una playa entre grandes acantilados, el patrón de paisaje era el mismo -. ¿Qué te parece? Nuestra primera vez en una playa a las cinco de la madruga...
-¡Shhh! -le pegué una pequeña patada y él echó a reír, le saqué mi dedo corazón y me tiró la manta sobre la cabeza.
-No hablaba en serio, Blue. ¿Cómo puedes seguir sin captar las bromas? -Estaba a punto de la risa.
No intente ni moverme de posición, fue ella la que me sacó aquello de la cabeza, permitiéndome ver de nuevo, le quitó la foto a Noah y nos tiró una miradita.
-Anda par de dos, dejen de hablar de hacer el frutifantastico en la playa.
Noah se levantó y me cargó boca abajo, como siempre iniciando a caminar hacia nuestro cuarto.
-A la ducha mimado.
-¡Noah! -exclamé teniendo todo mi pelo por mi cara -. ¡Qué no tengo cinco años! -mis gritos amenazantes no le frenaron así que comencé a impulsarme para intentar que la sangre no me baja al cerebro, pero todo intento cayó en vano -. ¡Noah, quiero ver el atardecer!
Entonces sonreí teniendo una idea, hice mi característico gesto con mi mano derecha, todos los dedos semidoblados salvo los dos ante penúltimos, después mi aura dio la cara. Le di un calambrazo en la pierna haciendo que me soltara de inmediato, Noah emanó un grito llevando su mano a la pierna. Pero solo conseguí que ambos cayéramos al suelo de los pies de nuestra cama.
-La madre que te parió. -se levantó con su mano aún en ese lugar.
Obvió que el calambrazo no fue tan fuerte, era peor cuando una persona se terminaba de deslizar por un tobogán y te tocaba provocando un chispazo. O al menos eso nos había dicho Triana que se sentía.
«Exagerado.»
Lo miré con mi rostro cerca suyo con una expresión desafiante.
-Te jodes por romper los huevos. -lo dejé ahí de pie y me dirigí al baño para tomar una ducha. Necesitaba ser rápido si quería ver el atardecer.
Pero él me sorprendió abrazándome por detrás, me giré aguantando la risa al recordar su grito. Rodeé su cintura sintiendo la calidez y suavidad de su ropa y cuerpo, mientras que él rodeó mis hombros en un gesto cercano y cariñoso.
Me deshicé de aquel vínculo y entre al baño cerrando la puerta con mi telequinesis. Al estar solo solté una gran cantidad de aire al recordar que me tenía que ver en el espejo.
«Vamos, no será para tanto, tú padre ya te ha pegado más veces.»
Me dispuse a caminar hasta mi destino, aquello fue una mala idea. La poca expresión de alegría que conservaba mi rostro se desvaneció dejando una línea recta en mis labios.
Mi ojo estaba completamente rojo, al menos no hinchado, por dentro la parte blanca se tornaba rojiza y por fuera mi piel estaba algo morada en un círculo. En mi mejilla también había golpes, solo que menos pronunciados. Levanté mi pelo para encontrarme con aquellos minúsculos puntos en la parte alta de mi frente donde nacía mi pelo.
Tragué saliva fuerte y no deje que aquello me consumiera, de todas formas iba a ser solo temporal. Me obligué a quitar mi vista del espejo, era al fin acabo lo mejor para mí. Así que me dispuse a quitar la ropa de mi cuerpo, pero ahí estaban los cortes en mis brazos, bufé poniendo una mueca de dolor echando marcha atrás a mis acciones.
La ducha podía esperar unas semanas si hacía falta.
Mire la puerta y a través de ella vi mi solución.
-¡¿Noah?! -oculte el dolor en mi tono. También evité sonar alterado para no asustarlo.
No tuve que esperar mucho a que él viniera, a su paso cerró la puerta y se acercó a mí leyéndome la mente.
-Admite que no puedes vivir sin mi. -bromeó para que me soltara de esos malos pensamientos.
Levanté una ceja y miré a mi derecha y luego a él.
-¿Quieres que te ahogue en la bañera? -dejé mis brazos muertos para que él pudiera sacar la sudadera, primero saco uno y luego el otro con sumo cuidado. Más tarde saco mi cabeza, me quedé en una camiseta de manga corta oscura, miré mi brazo.
Aún no lo había visto sin el vendaje, este llegaba de mi muñeca a mi codo tapando el desastre que yo mismo había provocado. Por alguna razón comencé a respirar agitado, y Noah lo noto.
-Hey -susurró tapando mi punto de visión -, mírame -lo hice, sus ojos me trasmitían tranquilidad como su compostura. -. ¿Podrás aguantarlo? No va a ser agradable...
-Hazlo. -le pedí cogiendo aire hipando, necesitaba cerrar esto.
Él asintió y despegó el esparadrapo de mi piel, comenzado a desenvolver mi brazo. Levantó la comisura de mi cara para que lo mirará, y así lo hice. Cada vez sentía menos la venda, hasta que ya no estaba.
Noah cerró los ojos dejando escapar una lágrima y luego me miró dándome permiso para mirar.
Mi corazón se comenzó a acelerar a la vez que bajaba mi mirada, y cuando me fijé en lo que quería, mi pulso se cortó. Mi brazo estaba cubierto de cortes en carne viva, toda la parte interior de mi brazo había salido herida. Las náuseas comenzaron a invadirme, no eran heridas muy profundas pero sí lo suficientemente para que yo tuviera esa reacción.
«¿Qué hiciste Blue...?»
Apreté mis labios mientras múltiples lágrimas caían por mis mejillas, Noah me abrazó de inmediato y mi respiración se aceleró de nuevo.
-No pasa nada Blue, estoy contigo -susurró. Tampoco podía decir mucho, los típicos tranquilo o relájate, no funcionaban en ese tipo de ocasiones.
Con sus presencia ya me bastaba.
Negué dejando mi cuerpo muerto sobre él, que me sujetó con fuerza sentándonos en el suelo junto a la puerta. Puso el pestillo para darnos esa intimidad que necesitábamos.
Palpó mi cabeza nervioso para que lo mirara, primero me negué a que me viera así, y luego cedí. Noah era alguien en quien confiaba.
En cuanto lo mire levantó su manga y pulseras, y las vi. Grandes cicatrices en sus muñecas. Una lágrima de él cayó sobre su brazo. Detuve mi llanto y lo miré pidiéndole que fuera una de sus bromas, pero no.
-A fin de cuentas no somos tan diferentes como aparentamos mimado. -su voz estaba rota, al igual que él.
Hipé sollozando y él me quito las lágrimas de mis mejillas sonriéndome.
«Aquel día me di cuenta de que la persona que creía un ser puro, estaba rota al igual que yo.»
-¿Mimado?
-Hippy chiflado. -susurré con un escozor en mi garganta.
Soltó una risa con algo de llanto y buscó mi mirada.
-¿Ahora yo también tengo un apodo?
Afirmé y volví a esconder mi cabeza en su hombro rompiendo de nuevo en llanto, pero esta vez no era por mí, lloraba por ambos.
Posó su mano en mi espalda y sollozó.
-Ya está, desahógate. Estarás mejor.
Mi respiración se comenzó a acelerar y temía volver a lo de antes, al casi ataque.
-¡Me duele, me duele Noah! -solté un grito ahogado de lo más profundo de mi dolor y él comenzó a temblar -. ¡Me duele aquí! -Llevé mi mano a mi corazón casi sin voz.
-Lo sé, lo sé compañero. No es un momento fácil. -Se forzó a esconder su llanto para mantenerme tranquilo y quitó mi mano de mi corazón, poniéndola sobre su pecho comenzando a respirar profundamente, sereno.
Cerré mis ojos obligándome a relajarme, mi llanto y respiración se empezaron a mostrar entrecortadas en el proceso. Pero la respiración de Noah consiguió que la mía se copiara de ella, y finalmente la respiración serena de Noah era lo único que se escuchaba entre esas cuatro paredes. Su otra mano se posó en mi nuca masajeándola.
-Lo siento -balbucee, me sentía culpable por haberme hecho eso.
-Shh, no pasa nada. Todos cometemos errores -susurró en mi oído. -. Estoy aquí, ¿vale? Todo estará bien. No es tu culpa. Sanará. Te lo prometo, costará, pero lo hará.
Negué y él me abrazó con más fuerza dejando caer un beso en mi dolorida cabeza.
-Te quiero, Blue. -susurró.
-Yo también, Bobo.
Soltó una carcajada alegre. Haciéndola revotar en su pecho provocando un temblor.
-¿Aún me sigues copiando las frases?
Afirmé ensanchado una sonrisa y cogí mi última bocanada de aire temblando. Separándose de él.
Nuestras tristes miradas se cruzaron y él me miró fijamente a los ojos.
-Hola guapo. ¿Estás mejor?
Afirmé limpiando mi mejilla soltando un hipar, la verdad si me sentía mejor.
-Sí, muchas gracias.
-De nada, ojazos. -se levantó y luego me ayudó a mí.
«Si me dieran una moneda por cada vez que Noah decía algo bonito de mis ojos sería rico.»
Me dejó solo después de traerme la estufa y ropa, me pidió que si necesitaba algo, aunque fuera la estupidez más grande, que le avisara. La verdad me daba bastante vergüenza que él me viera sin ropa, no por mis golpes, sino por mi espalda. Quizás después de verla dejaba de gustarle.
Dejé que le agua cayera sobre mí, haciendo que mi brazo escociera de forma infernal. Después el baño se sentía más cálido a comparación con el agua helada que tuve que usar por mis heridas.
Una vez seco y vestido con una camiseta de manga corta y los pantalones del pijama, procedí a secar mi pelo con una toalla, estaba muy cansado para usar mis poderes. Hice esto de forma ruidosa para que él se percatara de que estaba bien, y que no me había pasado nada. En ese momento escribimos una regla sin hacerlo.
Cuando uno estuviera dentro del baño, nada de pestillo y haciendo ruido para que el otro supiera que está bien.
Cogí la navaja tan preciada para mí y la mire apretándola con fuerza sobre mis manos, temblando al recordar aquel día.
Abrí la puerta y un olor a incienso, a aquel incienso me invadió. Las guirnaldas estaban encendidas dando esa sensación de calidez y vi a Noah tumbado en la cama sin camiseta, mientras escribía en su libreta.
Cuando se dio cuenta de mi presencia se levantó y vino a ayudarme. Me di cuenta de que sus ojos estaban rojos, había estado llorando más en mi ausencia.
-Ven mira -me cogió por la cintura y me sentó en la cama, se puso una sudadera y se posicionó junto a mí. Me mostró una de mis muletas -. La he acolchado para que te sea más cómoda de usar en el brazo malo. -Me hizo apoyar mi brazo y si se sentía muy cómoda.
«¿Qué había hecho yo para merecer a este chico?»
Le sonreí y él guardo la muleta.
-Yo...no...sé...
-Tu felicidad es mi felicidad. -cogió un botiquín y me pidió mi brazo, se lo di.
Echó un líquido para ese tipo de heridas y luego lo esparció con pequeños toques con una gasa, suspire apretando mis dientes, dolía pero era por mí bien.
-Para. -le rogué.
-Ya casi esta espera -aceleró su aplicación siendo más cuidadoso para acabar rápido con mi sufrimiento -. Ya -tiró los desechos a la basura y acarició mi mejilla. -. Triana dice que mejor si lo mantienes sin vendar por unos minutos.
-Está bien -suspiré aliviado, me sentía mejor, o eso creía.
-Blue -lo miré prestando atención -. Cuando vuelva a ocurrir, una visión -Dio tres toques en mi pierna -. Tres toques en cualquier parte del cuerpo servirá como señal.
-Noah -agaché mi cabeza y lo volví a mirar -. No va a funcionar, ambos sabemos que te quedas inmóvil.
-Intentémoslo, nunca se sabe. Seremos los primeros en probarlo.
Acabé cediendo, de todas formas era algo que nunca había puesto a prueba. Noah peinó mi pelo y dejó sus manos a los lados de rostro.
-Te mereces a alguien mejor -solté -. Alguien con quien puedas dormir tranquilo sin preocuparte de que su padre... Alguien guapo, sin problemas...
-Blue -Me cortó -, dime una sola vez en la que te dijera feo -No la había -. ¿Entonces? que le den por el culo a tu padre. Te voy a seguir amando, aunque vaya a morir mañana. Yo también he escogido este camino. ¿O a caso no le hice caso a tu carta?
Juntó mis labios con los suyos para que no pudiera responder nada, subió la intensidad de este pero yo me vine debajo de nuevo. Lo abracé para que no me viera llorar.
-Mi padre nos va a matar, ¡nos va a destrozar la vida! -grité llorando a garganta pura.
-No, ahora estás conmigo...
-¡No! Nada de eso funciona. -exclamé asustado.
-Sí.
-No, no, no sirve de nada. Nos va a matar Noah -Mi respiración se hizo acelerada contra su cuello. -. Nuestra muerte será lenta y dolorosa, no va a parar nunca, estamos condenados. Tengo miedo Noah.
-Yo también -admitió susurrando.
Comencé a llorar liberando todo mi miedo, él temblaba -. Moriremos juntos si hace falta. -afirmó.
Me acerqué a su oído y mi voz tembló, él no era consciente de lo que mi padre era capaz.
-Nos va a matar en la forma más cruel en la que alguien puede matar.
-Shhh. -apoyó sus manos en mi cabeza y cerré fuerte mis ojos evadiéndome de la realidad.
-Tenemos que encontrar a mis verdaderos padres. -fue lo último que dije, lo que mi subconsciente me hizo decir.
Noah :
Eché agua sobre mi rostro, había logrado calmar a Blue y que se durmiera un poco. Esta noche no había dormido por mi culpa.
Me sequé los restos de agua de mi rostro y coloqué mis gafas echándole un vistazo a Blue. Quizás nunca se cayó de la cama, pero con lo que se movía cerca estaba.
«Su brazo.»
Al instante atrapé el botiquín de primeros auxilios y me acerqué a él. Si se raspaba con la sabana se podía hacer mucho daño.
Lo digo por experiencia.
Me arrodille en la cama junto a él sacando las gasas. Cogí su brazo y de inmediato él comenzó a balbucear sin vocalizar. Temía que él demonio se plantará junto a mí respondiendo a la llamada de Blue.
Movía su cabeza y cuerpo balbuceando monosílabos sin sentido.
Reí.
—¿Qué dices? —le pregunté a un Blue sonámbulo.
—Shhh. —me respondió.
Volví a reír comenzando a vendar su brazo con cuidado. Estupendo, resultaba que tenía un novio sonámbulo. Eso desde luego iba a ser una aventura.
Miré su rostro volviendo a repetir aquello en mi mente, aquella palabra, novio. Mi respiración tembló y sentía mis dedos arder al tocar su piel.
De nuevo comenzó a balbucear, sacándome de mis pensamientos, y a moverse dificultándome el vendaje.
—Estate quieto, ansia. —masculle.
—No. —frunció el ceño y yo me tragué la risa.
Terminé de vendar su brazo de muñeca a codo cuando él se sentó abriendo los ojos aún sonámbulo perdido. Aquellos ojos azules húmedos por el sueño me miraron.
Aquellos que tanto amaba.
Los que me habían dado luz y esperanza.
Lo cogí de los hombros intentando tumbarlo de nuevo pero recibí un manotazo. Solté una sonora risa ahogada llevando mi mano a mi boca para no romper a carcajadas.
—¿A dónde vas? —lo cogí de nuevo de los hombros porque sus intenciones eran levantarse.
Entonces Blue rodeó mi cintura y lo fui tumbando poco a poco.
—Espero no encontrarte esta noche de pie mirándome.
Balbuceó una respuesta sin sentido y cerró los ojos echándose de nuevo.
«Que agradable.»
«Hasta que te amenaza con su sarcasmo, simplemente Blue Parckson.»
Me gustaba verlo dormir. Se le veía tranquilo y relajado. En paz con sus pensamientos.
Blue no estaba teniendo un buen día. Por lo que una buena siesta antes de cenar le vendría bien.
—Noah. —me llamó entre sueños.
Y mi corazón se acerelo.
—¿Qué Mimado? —no hubo respuesta, solté una risa y recogí todo de sobre la cama. Luego me aseguré de colocar a aquel vivo durmiente. Posicioné un cojín a cada lado. Con suerte eso evitaría que se cayera. Luego lo tapé y eché su pelo para atrás plantando un beso en su mejilla.
—No te vayas. —balbuceó y se abrazó a un cojín.
—No me voy tranquilo.
Sonreí y me dispuse a sentarme en el suelo. Bajó todas las luces de esas amarillas guirnaldas. Apoyé mi cabeza en mis rodillas y un temblor sorprendió a mi cuerpo. A causa de un llanto que quería salir.
Era completamente consciente de que lo de su brazo fue a causa de la disputa en la cena. Que él se lo hizo después de eso.
Si tan solo me hubiera levantado.
Otro temblor y comencé a sentir falta de aire.
Tranquilo Noah, mantén la calma. Respira y piensa fríamente.
Tomé aire absorbiendo el moco de mi nariz.
Escondí mi cabeza en mis rodillas, levantando mis gafas y comenzando a hipar, controlando las lágrimas que caían por mis mejillas.
Todo esto me estaba superando. Demasiadas cosas. Necesitaba relajarme.
Busqué mi vaper dentro de mi bolsillo y lo usé dejando que él humo me rodeará. En una nube de paz mental.
Sabía que era algo psicológico, que aquello no tenía ese efecto por lo que era, sino por lo que había acostumbrado a mi cerebro. Pero de igual forma era nocivo. Me estaba matando a mí mismo poco a poco.
No quería que él me viera fumar, conocía la adición a algo. Y no podía permitir que él cayera en ese pozo profundo y oscuro.
Los nudillos de alguien en la puerta me hicieron elevarme, y abrir esta soltando todo el humo que mi boca había estado guardando.
—Perdón. —Comencé a mover mis manos para que ella no se tragara mi humo. Que yo fumara no significaba que obligará a los demás de esa forma.
—Tranquilo no molestas —Ella también movió las manos hasta que nos pudimos ver, y me dedicó una sonrisa —. ¿Cómo está, Blue? —susurró dándose cuenta de que él dormía.
—Acabando de hacer la fotosíntesis. —solté un sollozo y ella se dio cuenta de mi tristeza.
Arrugó las cejas y cogió mis manos.
—Noah. ¿Qué está ocurriendo?
Nege sin poder mirarle.
—Nada —cerré la puerta dejándonos fuera, y comencé a sollozar. —. Es solo que...
Ella alzó una de sus oscuras cejas, y habló.
—¿Lo de su brazo? —posó la mano en mi hombro.
Tragué saliva y apreté mis labios.
—Carray, ¿no tendrás el poder de leer mentes? —sollocé, y me dejé caer al suelo, ella me imitó. —. Fue mi culpa.
Negó.
—No digas eso, Noah. —respondió firme.
—Sí, nos peleamos por un mal entendido —Tomé aire —. Eso y debió de pelear con su padre. Pero en resumen, yo lo podría haber evitado. Y no hice nada. —Cogí mucho aire hipando y cerrando mis ojos.
—Llámame loca —Ella volvió a coger mis manos —, pero, creo que deberías de olvidar la causa de eso —La miré —. Y pensar en como puedes ayudarlo ahora. Estoy segura de que no fue por eso. Al menos no lo hizo viéndote como el problema —Silencio —. Si no como quizas, el final de su felicidad con tú ida de su vida.
Silencio.
Silencio que me abofeteó en la cara.
Ella siseó frustrada.
—Creo que me explique mal...
—Te explicaste genial Triana —nos miramos, aquellos ojos negros de serenidad y calma me transmitían que todo estaba bien. Que eso es cosa del pasado. Me quedé pensando en todo. A pesar de creer ser el causante. Blue vino a por mí, sólo a por mí. Y me salvo —. Gracias, llevas razón. Debería relajarme un poco. Al menos por él. Así verá el tema más llevadero. —susurré.
—Es un placer. Creo que todos deberíamos relajarnos. —sonrió.
Abrí mis brazos y la rodeé por los hombros, ella lo hizo por mi cintura algo distante.
—¿Tienes hambre? —inquirió ayudándome a levantarme del suelo. —. ¿Algo que se te antoje en especial?
—De hecho te iba a preguntar que si hacíamos la cena —me moría de hambre y no iba a permitir que lo hiciera todo sola de nuevo. —. Solo espera, tengo que hacer algo antes.
—Está bien. Te espero en la cocina. Iré poniendo aperitivo para los dos.
—Oye —la paré con mi voz. Alcé una ceja —. ¿Qué signo eres?
«Sí soy el loco del horóscopo, ¿por qué creéis que le pregunté a Blue su cumpleaños? »
Ella al menos se lo tomó bien.
Sonrió negando.
—Tauro. Acaso no se nota.
Le hice un okey exagerado y entré al cuarto. Ya comprenderéis. Las sorpresas se llaman así por algo.
...
Bueno , bueno . Este capítulo es muy sad lo admito .
Pero bueno , espero no haberles hecho llorar el día de noche buena . So anyways .
¿Qué creen que vaya a hacer Noah ?
Este capítulo va dedicado a todas esas personas que hoy lo necesiten .
Aquí siempre estarán a salvo
Pd : Feliz navidad mimados .
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