[30] ฿‡ ¿ QUÉ SOMOS ? ‡฿
No sabía si eramos desconocidos , amigos o ...


Advertencia : este capítulo contiene momentos que todos hemos estado esperando por mucho tiempo .
Se advierte de que puede producir gritos , así que yo te aviso na más :)
De inmediato me giré y él me miró, sus ojos se veían rojos y llenos de lágrimas. Su pelo apuntaba a todos lados. Y cuando nuestras miradas se cruzaron él soltó un sonoro sollozo.
Antes de que pudiera decir nada me lance a sus brazos y él rompió en un llanto sonoro, aquello me provocó un hueco el corazón, me heló la sangre, me sentía impotente por no saber que hacer.
Jamás había visto llorar a Noah. Y eso me partía el corazón en dos.
Pegó su cara a mi hombro, y comenzó a soltar su dolor, que era algo silenciado por el contacto con mi ropa. No pude reprimir un sollozo y una lágrima se deslizó por mi mejilla. Mi garganta y ojos me escocian al verlo así.
Me giré dejando que él reposará sobre mi cuerpo, rodeé fuerte sus hombros sintiendo el calor de su cuerpo, que ahora quemaba más que nunca. Noah pasó sus temblorosos brazos, que estaban al descubierto, por mi cintura rodeándola como si fuera a desaparecer para siempre y dejó caer su cara sobre mi pecho.
—L-lo siento —balbuceó comenzando a temblar, hacía demasiado frío para andar en tirantes.
—Shh. —le ordené sollozando. Me gustaba el silencio que se había creado. Ese silencio nos hacía pensar mientras nuestros cuerpos estaban juntos. Donde las palabras no habían falta.
Lo tapé hasta donde la gruesa manta me dejó y lo atrajé a mí con más fuerza, dejando un hueco entre mis piernas para que aquello fuera lo más cómodo para los dos.
Mi mano se deslizó por su nuca dejándola reposar ahí, atrapando unos mechones de pelo entre mis finos dedos, Noah comenzó a llorar con más énfasis. Me rompió el corazón verlo de esa forma. Así que deje que se desahogara todo lo que necesitara. En el fondo era lo mejor, esconder tus emociones a veces solo empeoran todo.
—Te amo, Blue —susurró.
Lo miré bajando la cabeza, tan solo pudiendo ver su rostro ladeado pegado a mi pecho. Con los ojos cerrados y mejillas rojas además de húmedas. Respiré hondo y sentía las palabras en mi estómago moviéndose en zig zag por todas partes.
—Yo también, te amo, Noah. —le respondí cerca de su oído, respiré hondo sintiendo las palabras más furiosas que antes. Subí la sábana para taparlo aún más, no quería que muriera de una hipotermia.
Se reacomodó más sobre mi pecho rodeando con más cercanía mi cuerpo. Mi cabeza no asimilaba nada de lo que pasaba, me preocupaba tanto la persona que lloraba en mi pecho que las palabras que salían de nuestros labios.
¿Cuál podría ser la razón de su llanto? Solo esperaba que no sea algo grave. Hoy me había comportado como un auténtico imbécil.
Cuando su cuerpo comenzó a entrar en calor su llanto se fue sustituyendo por los sollozos, y sus cálidas lágrimas pasaron a formar parte de mi pijama.
Por supuesto que mis moratones y golpes dolían por tenerlo encima, pero, no podía dejarlo ahí.
Yo me había apoyado en su hombro cada vez que lo he necesitado. Ahora él me necesitaba a mí.
En aque cuarto sólo se escuchaban sus sollozos contra mi clavícula, sentía como su fatigado pecho subía y bajaba lo suficientemente rápido como para recuperar el aire perdido anteriormente.
Lo abracé más fuerte para que supiera que estaba ahí, y darle mi calor que servía más que mis palabras. Luego acomodé mi cabeza sobre la almohada, cerré mis ojos y me hice creer que estábamos en aquella noche de borrachera en su cuarto, donde la vida me iba relativamente bien. Donde no estaba expuesto a peligro. Y cuando la ignorancia era la mejor anestesia.
Ahora mi padre no parará hasta volverme loco.
Y matarme.
Matarnos.
Día 2
Un rayo de luz proveniente de la ventana me hizo despertar. Me dolía el cuerpo a mares por haber tenido a Noah encima toda la noche.
Pero había sido por una buena causa. Nuestro pelo estaba despeinado y al mismo tiempo chafado. La ropa descolocada al igual que las sábanas.
Su cabeza seguía reposando sobre mí, está vez en mi abdomen más abajo que la otra vez. Sus brazos seguían rodeando mi cintura y su boca estaba algo abierta por el sueño profundo que llevaba encima.
Mi mayor miedo ya no era que él sacar el tema del beso, ni del te amo. Sino que se hubiera resfriado. Sin embargo, no podia negar, que al recordar el momento de decir aquellas palabras, miles de mariposas inundaban mi estómago.
—Buenos días, Bobo. —eso lo despertó, mi voz.
—Aún me sigues robando las frases, Mimado. —dijo con su voz ronca de recién levantado, pegado a mi cuerpo. Se negaba a soltar mi cintura. Solo subió su cabeza un poco más, se quedó por unos segundos así. Luego soltó un sonido de queja y se levantó. Apoyando las manos a cada lado de mi cuerpo, dejando su pelo en cascada.
Se sentó frente a mí entrelazando sus piernas y me sonrió, sus ojos aún rojos se achicaron un poco por eso.
Y sentía que volvíamos a ser el mismo Noah y Blue de siempre. Sin prejuicios. Con nuestros chistes y bromas.
Noah sufrió un escalofrío del frío y rio.
—Joder, que frío. —dijo para romper el silencio. Ensanchó una sonrisa dental y frotó sus brazos.
Meneé mi cabeza y reí, apenas se había separado de mi unos segundos y ya echaba de menos el calor de su cuerpo. Su fragancia y tacto.
Me miró con una sonrisa torcida y acercó sus manos llenas de anillos a mis tobillos. Me atrajo a él y me vi en la obligación de sentarme sobre sus piernas entrelazadas.
Pasó su mano peinando algo mi pelo, yo la verdad ni lo intente con el suyo. Ni el mejor peine podía con ese nido de pájaros.
Primero observé aquellos ojos verdes suyos, y luego a sus gruesos labios. ¿Qué pasaría si lo volvía a besar? Los anteriores besos habían sido tan rápidos, y bajo tanta presión que no había sido ni consciente. Además ya se me había olvidador su tacto.
—¿A qué esperas, Mimado? —pregunto, de seguro había pasado mucho tiempo mirándolo.
Subí mi vista a sus ojos completamente rojo, como mis mejillas. Las mariposas en mi estómago revoloteaban queriendo escaparse por mi garganta.
Si él lo decía.
Aproximé mi rostro al suyo y él a la par, subió sus manos para acercar mi rostro y yo cerré mis ojos. Sentí el calor de su rostro, nuestras narices se chocaron y después sentí que sellaba mi boca lentamente. Sus gruesos labios querían dominar sobre los míos. De forma lenta resbalando por su gloss. Mi aura azul estalló al igual que mi vergüenza, cuando él abrió sus labios.
Rompí nuestro vínculo y ardiendo en fuego azul escondí mi rostro apoyando mi cabeza en su pecho.
Él soltó una risa alegre que se me contagio. Alzando sus manos para dejarlas en mi espalda frotandola.
—Ya sé que eres más virgen que el aceite, Mimado —sentí como movía sus manos, su corazón iba a mil. —. Sin presiones.
Le di un golpecito aún en mi posición y volvió a reír.
—Veo que ya eres el mismo que siempre, se te extrañaba. —dijo con un tono alegre que echaba de menos oír.
Levanté mi rostro rojo y lo miré aguantandome la risa. Él se relamió los labios y adoptó mi expresión.
—Vale —levantó sus brazos —, empecemos de nuevo, esto no ha pasado. —dejó caer sus manos a mis piernas.
—Perdón. —me disculpé rojo mirando a la habitación. Me daba vergüenza mirarlo, porque sabía como lo estaba haciendo conmigo.
—No te preocupes. El primero siempre es duro, te acostumbras. Vamos, sin miedo, aún no me he comido a nadie.
Lo miré con las manos sobre mis piernas. Cogí aire y me dispuse a acercar mi rostro pero Noah rió, cosa que me freno en seco.
—¡No puedo hacerlo si te ríes! —le regañé con algo de risa. Más rojo que antes. Al menos mi aura azul disimulaba un poco el rubor.
Hizo el gesto de sellar sus labios y suspire. Pero de nuevo rio apartando su cara cambiando de color al rojo.
—Oye... —inicié a quejarme.
Pero cogió mi cara y estampó sus labios con los míos para callarme, mi aura volvió a ser más potente. Noah abrió un poco sus labios para iniciar un juego de lenguas. Esta vez me quedé quieto siguiéndole.
Cogió mis muñecas y puso mis brazos sobre sus hombros, luego paso los suyos por mi cintura.
Giró su cabeza un poco y aceleró el beso, haciendo algo de succión en mis labios. Mi aura parpadeó y ambos comenzamos a jadear, se sentía tan bien.
Enredé mis dedos en su pelo y él apretó con más fuerza mi cintura.
Apresó por última vez mis labios y cortamos el beso porque nos faltaba la respiración, bueno, me faltaba.
Noah se dejó caer a la cama con su pecho bajando y subiendo. Suspiró alegre para luego volver a sentarse. Nos volvimos a mirar, más rojo que antes. Incluso diría que él me ganaba, su rubor estaba por toda su cara y ese brillo en los ojos volvió.
Ladeo su cabeza con sus labios húmedos.
—Nada mal, Mimado.
Me dio la vergüenza y lo empujé de nuevo a la cama. Pero volvió rápido a su posición.
Poso sus manos sobre el colchón, achinando su altura, mirándome alzando la cabeza inclinada con una sonrisa.
—Noah.
—¿Hmm? —preguntó confundido y me prestó todo la atención del mundo.
—¿Qué somos? —No sabía si eramos desconocidos, amigos, conocidos o...
—Novios, ¿no? —Levantó una ceja y se aproximó a mí rostro —. ¿Quieres intentarlo? —me susurró.
Afirmé, no tenía palabras. ¿Esto estaba pasando? La luz de mi aura y rojez subieron mientras lo miraba con la boca medio abierta. Noah mostró toda su felicidad y me abrazó. Aquello fue rápido, pero se sintió bien.
«Disculpen pero, ¡tomaaa! »
Nos miramos pero mi sonrisa ya no estaba. Vi su rostro con ese golpe en su mejilla y recordé lo marcado que estaba mi cuerpo, y no precisamente solo de ayer. Estaba cansado de esconder mis sentimientos, ya que más daba. Él me amaba, todo este tiempo lo había hecho.
—Se acabaron las mentiras. —me levanté la camiseta para mostrarle la situación, Noah me miró confundido, pero sabía lo que decía. La mentira de “me caí de la cama."
Cuando saqué la prenda por completo él no fue capaz de mirar mi cuerpo.
—Mirame. —le pedí al borde de un llanto.
Lo hizo, sus ojos se comenzaron a romper, intento abrir la boca para decir algo pero no le salían las palabras. Quiso acercar su mano a mi brazo vendado pero decidió parar eso por ambos y me puso la camiseta, más la sudadera que se quitó ayer.
Y me abrazó, cogió mucho aire temblando, sentía que me había quitado un peso de encima. Uno muy grande, que me permitía respirar mejor.
—Ahora está conmigo, ese cabrón no te tocará un pelo.
—Pero Noah... —dije viendo la realidad de la situación, que él captó al instante.
—Tendrá que pasar primero por encima de mi cadáver.
Decidí no decir nada, solo disfrute de aquello olvidando todos mis problemas.
—Quiero que sepas que, aunque las reglas y contratos de la relación se hagan con el tiempo. Que siempre me vas a poder contar todo, hasta cuando te moleste algo que haga.
Me separé y lo miré dejando mis manos entre nuestras piernas. Había oído que las relaciones no eran fáciles de sobrellevar. Me daba algo de miedo perder la relación que teniamos entre ambos. Pero sentía que esto era el principio de una nueva era. Donde ahora era cuando nos empezábamos a conocer realmente.
—Yo solo quiero que esto sea algo bueno para los dos. Me gusta... —Moví mis manos, estaba algo nervioso. Y me sentía observado por esa conversación. —, me gusta lo hay entre nosotros.
Afirmó, acariciando mi mano.
—Yo también quiero eso. Todo irá lento y sin presión, lo prometo. Y cada uno su espacio vital. Será mejor si evitamos la dependencia emocional. —Levantó su puño para que se lo chocara. Así lo hice.
—Creo que ya no vas a tener que ayudarme si me gusta alguien. —recordé su oferta en el baño la primera noche.
Levantó los hombros haciendo un mohín. —Una pena, se me da genial ser una Celestina —Frotó mis hombros —¿Quieres ir a desayunar? —preguntó acunando mi rostro.
Afirmé, tenía demasiada hambre.
—Sabes que si no te sientes a gusto... —me recordó.
—Lo sé, tranquilo de verdad, estoy bien. Ahora mejor, mucho mejor.
Sonrió y aplaudió poniéndose en pie, dejándome de nuevo ese vacío. Me fui a quitar la sudadera para devolvérsela pero él me negó.
—Descuida, aguanto el frío. —se sentó en el borde de la cama para que me subiera a su espalda y cuando lo hice nos dirigió a la cocina.
Otra vez en la cocina, esta vez con un sentimiento diferente. Más despejado, tranquilo y con apetito. Mucho, me comería una vaca por las patas.
Noah entró de forma muy ruidosa, y Triana nos sonrió al vernos.
—Buenos días príncipes. —nos saludó con la mano y dejo la sartén para venir a abrazarnos.
A pesar de ser temprano ella ya estaba despierta, y con el desayuno hecho.
Primero abrazo a Noah porque le venía antes y luego él me dejo caer en la silla. Y así ella repitió el gesto conmigo.
Esta nos sirvió el desayuno una vez más rechazando nuestra ayuda. Triana decía que éramos invitados, y que no teníamos que hacer nada. Que en verdad se sentía como si ella fuera nuestra madre.
—Gracias. —dijimos los dos a la vez y a ella le hizo gracia.
—De nada chicos, por cierto Blue. Vi que cuando viniste llevabas maquillaje —Me señalo con la espátula. —. Que ni se te ocurra ponértelo si no quieres que se te caiga el ojo.
Miré a Noah y él hizo un puchero, yo lo imité y reímos. Sin maquillaje y sin poder ponerme mis Jordans creo que no me sentía yo. Vaya creo que ahora somos desconocidos.
—Veamos. ¿Pero quién eres? —preguntó Noah, mirándome de arriba a abajo. —. Lo siento creo que no te conozco.
Alce mi mano y puse expresión de dolor
—¡No! Mi personalidad.
Noah casi escupe la bebida y Triana se sentó enfrente nuestra.
—Serás bobo. —susurró, me lo quedé mirando intentando no comenzar una pelea. Luego él me miró y me sacó la lengua.
Suspiré aguantandome las ganas de darle una colleja. Aún no asimilaba que hubiera aceptado ser mi novio, necesitaba besarlo de nuevo, por favor. Al menos antes de que se acabase este sueño. Sí me ponía a pensar las cosas que habían pasado en el orfato, todo contaba sentido.
—¿Cómo puedes andar por ahí así? —Triana interrumpió mirando a Noah, haciendo referencia a su camiseta de tirantes.
—Eso mismo le dije yo. —la miré fijándome en el vendaje cuadrado en aquella parte de su cuello.
Noah levantó bruscamente los brazos y se levantó.
—Está bien, ya me cambio.
Lo seguí con la mirada hasta que llegó a la puerta, porque yo hipé y solté mi aura con una pequeña chispa de electricidad.
«Mierda.»
En seguida llevé mi mirada a Triana, que nos miraba a ambos esperando explicación.
—¿Tienen poderes? —preguntó sin mostrar ninguna expresión.
Noo, otra vez a huir no, solo pido que no esté relacionado con mi padre.
Afirmé porque nadie más lo iba a hacer. Triana no respondía, y comencé a mover mi pie bueno nervioso.
—¡No me jodas! —exclamó alegre —. Perdón —se disculpó por su grito —. ¿De verdad? —cuando volví a afirmar ella pego un grito interno sonriendo y haciendo que sus mejillas llenas de pegas se arugaran.
Solté todo el aire que había estado reteniendo y Noah volvió a su silla, nos miramos aliviados aún teníamos el susto de ayer en el cuerpo. Sentía que él se pegó un susto más grande que yo por lo del bar.
Triana alternó la vista entre ambos y sus ojos negros oscuros se clavaron en los míos azul claro.
—¿Hijo de Víctor? —concluyó.
Vaya, mi padre tenía su familla, no me bastaba con que la gente en el orfanato solo me conocieran por eso que fuera también.
Pues resultaba que ella se lo tomó bien, no le importó para nada. De hecho se preocupó, nos informo que nos podríamos quedar en su casa hasta que consiguiéramos acabar con el problema de mi padre. El cuál no le contamos, del todo. También nos explicó que la gente ahí sabe o sospecha sobre lo que pasa dentro del orfanato. Pero nadie se atrevía a poner ninguna denuncia.
Ah, y resultaba que ella era auxiliar en el hospital. O algo así.
—Genial —respondí —. Así si mi padre nos parte el cráneo tendremos atención segura. —dije con el peor humor negro del mundo.
—¡Oye cabrón! —A Noah le hizo gracia, no me lo negueis, ha sido bueno. —. Se supone que el del humor negro soy yo.
—Veo que no le agradais. —llegó a la conclusión. Llevó un mechón de su corto pelo rubio claro con reflejos castaños detrás de su oreja, dejando a la vista su parte blanca. Que era la que pegaba con la nuca.
—Es su culpa —señalé a Noah con la cabeza —. Su cara de culo le pone de mal humor. —reprimí una risa para no escupir el delicioso desayuno.
Noah me despeinó y yo ni me moleste en contraatacar.
Aquella chica se debió de pensar que estábamos locos la verdad, en el rato que habíamos estado hablando me sentí muy bien. Ella hablaba calmada y se le veía vasta bastante serena.
Por petición de Triana le habíamos contado cosas sobre nuestros poderes y sobre el orfanato.
Todo maquillado, y eliminando las cosas que le podían hacer pensar que éramos una bomba potencialmente detonante.
—¡No quieras ver más allá de tu campo de visión, observa tus posibilidades y juega las mejor de ellas!
...........
Hola , espero que les haya gustado este capítulo , ya intensito . Contarme por aquí cuanto chillaron cuando Noah y Blue confirmaron su relación .
Ahora que ya hemos conocido a Triana , decirme , ¿ que os parece ?
¿ Y qué creéis que significa esa última frase ?
Nos vemos en el siguiente capítulo , cuídense mimados .
Bye !!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro