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— Abuela — Digo cuando regresamos a la sala.

— ¿Si, cariño?

— ¿Podría llamar a mi tía Hermione? Me gustaría decirle la verdad, pero que venga ella sola, por favor — Le pido.

— Por supuesto, ya mismo le escribo una carta — Me dice con una sonrisa.

Nos sentamos en el sillón de hace un rato mientras mi abuela va a escribir la carta a mi tía, Apolo se recuesta en mi brazo mientras abraza el peluche de Ares y Adhara juega con mi collar.

— ¿Y Cissy? — Escucho la voz de mi abuelo.

— Fue a escribirle una carta a mi tía Hermione, le pedí que la llamara para contarle todo — Contesto levantándome, dejando a Adhara encima de Apolo — ¿Ya terminaron?

— Oficialmente están a cargo de sus abuelos — Dice el ministro inglés — Aunque el señor Dupuy también está en el acuerdo, el puede venir a visitarlos cualquier día y pueden salir con el si así lo desean.

— Gracias — Digo con una pequeña sonrisa.

— Listo, ya le escribí a Hermione — Dice mi abuela llegando — ¿Todo bien?

— Así es, señora Malfoy — Contesta el ministro inglés — Ahora sus nietos están a su cuidado.

— Yo debo retirarme ya — Anuncia el ministro francés — Señores Malfoy, les pido que cuiden a estos niños con su vida, solo fui padrino de mi pequeña Athenea, todos son como mis sobrinos y quiero lo mejor para ellos.

— No se preocupe, ministro, nosotros cuidaremos de ellos y usted está invitado a venir a visitarlos cuando desee — Dice mi abuela.

— Muchas gracias, señora Malfoy — Agradece para luego mirarme — Alya, espero puedas superar esto, se que eres una chica muy fuerte y podrás con esto. Si algún día necesitas algo, puedes contar conmigo, y avísame el proceso de Apolo y cualquier cosa que pase con Narcissa, y tu padre.

— Muchas gracias, Tío Keu, y si, yo le mandaré cualquier avance que suceda.

El tío Keu me da un pequeño abrazo y se agacha para despedirse de mis hermanos.

— Muchas gracias por todo, ministro — Le agradezco al ministro inglés.

— No agradezcas, Alya, puedes contar conmigo también — Dice sonriendo — Yo también debo irme, espero tenga un buen día, con permiso.

Los dos ministros se retiran y solo queda mi padrino.

— Yo también debo irme — Dice soltando un suspiro.

— Vendrás a visitarnos seguido, ¿Cierto? — Digo jugando con mis manos con nerviosismo.

— Por supuesto que sí, y también nos comunicaremos por teléfono, no te preocupes — Dice abrazandome — No te esfuerzas tanto, Alya, debes cuidar de ti también.

Asiento levemente contra su pecho y me separo.

— Luego me gustaría ir a la mansión de Francia — Le digo.

— Tu solo dime cuándo quieras ir y listo — Dice con una leve sonrisa.

Se separa de mi y se acerca a mis hermanos, los cuales lo abrazan con fuerza.

— ¿Cuidaras a tus hermanas por mi? — Le pregunta a Apolo.

Apolo asiente rápidamente y levanta el dedo meñique, el cual mi padrino toma con su meñique.

— Ese es mi chico — Dice revolviendo su cabello.

Por última vez, besa la cabeza de Apolo y Adhara y se endereza, volteando a ver a mis abuelos.

— Les encargo a la luz de los ojos de Draco y Alinna, por favor, cualquier cosa que pase, escríbanme — Dice mi padrino.

— No se preocupe, señor Dupuy, nosotros los cuidaremos y lo mantendremos en contacto — Dice mi abuelo.

— Díganme Bastian, soy muy joven para que me digan señor.

— Ejem — Digo con burla.

— Graciosita — Dice rodando los ojos — Afuera está la maleta de Alya, ¿Donde la dejo?

— Vamos, yo lo llevo afuera y la entro — Dice mi abuelo.

Mi padrino asiente y se acerca a darme un último abrazo, junto a un beso en la frente.

— Cuídate — Murmura.

— Lo mismo para ti — Digo correspondiendo el abrazo.

Cuando se separa de mi, sigue a mi abuelo afuera y suelto un suspiro.

— Cuando quieras podrá venir a verte, no te preocupes — Dice mi abuela con una mano en mi hombro.

— Gracias — Le digo con una sonrisa.

— Vengan, les mostraré sus habitaciones.

Tomó a Adhara en brazos y Apolo agarra la mano de mi abuela, en el camino hacia arriba, vemos algunas fotos de mi padre, lo cual hace que Adhara lo apunté.

— Si, es papá, cariño — Digo besando su mejilla.

— Sus habitaciones están cercas a la nuestra, estarán seguidas para que puedan ir cuando gusten a la del otro — Dice mi abuela — La más grande la puede tomar Alya, que es la que esta al final del pasillo, la que le sigue puede ser de Apolo y por último la de Adhara, que es la que está al lado de la mía y Lucius, ¿Les parece bien?

Apolo y yo asentimos con la cabeza, y entramos primero a la de Apolo, la cual es una habitación común pero bien equipada.

— ¿Cual es el color favorito de Apolo? — Pregunta mi abuela.

— Azul — Contestó.

Con un movimiento de varita por parte de mi abuela, las cortinas, sábanas y algunas cosas más se vuelven de color azul, con distintas tonalidades.

Apolo suelta una risita y corre hasta su nueva cama, acostándose en ella.

— Ve a tu habitación, yo me quedo con los niños — Dice mi abuela tomando a Adhara en brazos.

Le doy una última mirada a Apolo y salgo de su habitación, yendo a la mía. Es casi igual a la de Apolo, solo que más grande y con un balcón, me tiro en la cama y suelto un suspiro de satisfacción al sentir el cómodo colchón.

Escucho un toque en la puerta y levanto la mirada, viendo cómo mi abuelo asoma la cabeza.

— ¿Puedo?

— Claro — Digo sentándome el la cama.

Lo veo entrar y deja mi maleta a un lado del armario.

— ¿Te gusta tu habitación?

— Si, es bastante grande — Digo con una sonrisa agradecida — Gracias.

— No agradezcas, eres mi nieta, esta casa también es tuya — Dice y saca su varita — Dime, cual es tu color favorito.

Suelto una risita y pienso en el verde, aunque también pienso en el azul, ya que era el favorito de Abraxas.

— Azul y verde — Digo con una sonrisa nostálgica.

— Exigente, eh — Bromea.

Con un movimiento de varita, mi habitación toma el color de los colores que elegí.

— Gracias, abuelo, me encanta.

— Descansa un rato, Alya, yo te llamaré cuando llegue Hermione.

Asiento levemente y lo veo salir de la habitación, suelto un suspiro y me vuelvo a acostar en la cama.

No fue tan malo como pensé.

──────✧✦✧──────

— Alya — Escucho una voz que no termino de reconocer.

— ¿Hmh? — Murmuró adormilada.

— Hermione ya llegó.

Abro los ojos con pesadez y veo a mi abuela, la cual está sentada en el borde de mi nueva cama.

— Oh, en un momento voy — Digo rascando mis ojos.

— No hagas eso, te puede hacer daño — Me regaña tomando mi muñeca.

Suelto una risita — Mamá decía lo mismo.

— Las mamás y las abuelas somos sabias — Dice levantándose de la cama.

— No lo dudo — Digo con una pequeña sonrisa — En un momento bajo.

— Estaremos en la sala.

— ¿Y mis hermanos?

— Están dormidos, jugamos por un rato y quedaron agotados luego de comer — Me informa.

Asiento levemente y voy al baño, allí lavo mi rostro para quitarme el sueño. Salgo de mi habitación y cuando estoy por bajar, veo una foto de papá cuando era pequeño, es como ver una foto de Abraxas.

Sacudo mi cabeza y bajo las escaleras con rapidez, allí veo a mi tía junto a mis abuelos.

— ¿Alya? — Pregunta confundida.

— Señora Parkinson — Digo acercándome a ellos.

— ¿Que está pasando? No entiendo nada — Dice mi tía confundida — ¿Estás bien? Las chicas están preocupadas porque no les contestas las cartas.

Un pequeño escalofrío me recorré ante la mención de mis amigas y suelto un suspiro, sentándome a un lado de mi tía.

— Yo estoy bien físicamente, no podría decir lo mismo mentalmente — Digo soltando un suspiro.

— ¿Que paso? — Pregunta mirándome con curiosidad.

— Antes de contarte, debo confesarte algo — Digo mirándola fijamente.

— ¿Que cosa?

— Mi madre es tu hermana, Alinna Granger, tu eres mi tía — Digo suavemente.

— ¿Que? — Dice sorprendida — ¿Donde está mi hermana?

Muerdo mi labio inferior y bajo la mirada, incapaz de decirlo.

— Hermione — Escucho la voz de mi abuela — Lo siento mucho.

— No, no, Cissy, dime qué mi hermana no está muerta — Escucho la voz desesperada de mi tía y me estremezco.

Las lágrimas nublan mi vista y trato de limpiarlas, pero no paran de salir.

Unos brazos de hombre me rodean y me aferró a mi abuelo, sollozando sin preocupaciones, aprovechando que mis hermanos no están.

— Se que es fuerte, Hermione, pero debes escuchar todo — Dice mi abuela consolando a mi tía.

— ¿Y Malfoy?

— Está en coma — Dice mi abuela soltando un suspiro.

— Lo siento, Cissy.

Me separo de mi abuelo cuando me tranquilizo y limpio mis mejillas.

— ¿Mejor? — Me pregunta.

Asiento levemente y regreso mi vista a mi tía, la cual se está secando las lágrimas.

— Siento mucho tu perdida, Alya — Dice mi tía tomando mi mano — Pero si me permites, me encantaría ser parte de tu vida de ahora en adelante.

— A mi me encantaría que así fuera, tía — Digo con una pequeña sonrisa — Pero no solo soy yo, también tengo dos hermanos más, bueno, tenía siete hermanos, ahora dos están vivos y Cissy aún sigue luchando por su vida — Digo con una mueca.

— Oh por Merlín — Murmura mi tía y me jala a sus brazos, abrazandome con fuerza — Lo siento mucho, Alya.

— Yo también lo siento — Digo correspondiendo el abrazo.

— Aceptaré a 1000 sobrino si así fuera — Dice sin dejar de abrazarme.

Duramos un rato más así, hablando del accidente y de mis hermanos.

— ¿Te parece bien que le digamos a los chicos? — Me pregunta mi tía.

— Si, pero me gustaría ver primero a James — Digo mirándolos a los tres.

— Si así lo deseas, así será — Dice mi abuela con una sonrisa.

— ¿Quieres ir hoy mismo? — Pregunta mi abuelo.

— No, mañana mejor.

— Muy bien, debo irme, Pansy debe estar preocupada — Dice mi tía levantándose — Aún no le diré a las mellizas, esperaré hasta que veas a James, ¿Te parece bien?

— Si, gracias, tia — Digo dándole un abrazo.

— Cuídate, sobrina — Dice con una sonrisa, aunque podía notar la tristeza en sus ojos — Espero conocer pronto a Adhara y Apolo.

Cuando mi tía se va por la chimenea, mi abuela me toma del brazo y me lleva hasta el comedor.

— Debes comer algo, ya luego podrás ir de nuevo a dormir — Dice acercándome un plato con pastel de carne y un vaso de jugó de calabaza.

— Gracias, abuela — Le agradezco con una sonrisa.

Empiezo a comer mientras platico con mi abuela, no se dónde se metió mi abuelo, pero aparece cuando termino de comer.

— ¿Quieres helado de postre? — Dice con una sonrisa.

— Siii — Digo con una sonrisa.

Amo el helado.

— ¿Te gusta la fresa explosiva? — Dice caminando hacia la cocina.

— Si — Contesto.

— Está haciendo el esfuerzo por caerte bien, tiene miedo de que sus nietos lo odien — Me dice mi abuela en un susurro.

— Mientras nos trate bien, no hay razón para odiarlo — Digo mirando a mi abuela.

— Es paranoico — Se encoge de hombros.

Suelto una risita y vemos cómo mi abuelo regresa con tres porciones de helado.

Comimos helado los tres mientras mías abuelos me contaban cosas de mi padre, me daba nostalgia y alegría escuchar varias cosas.

— Iré a ver a mis hermanos antes de irme a mi habitación — Digo mientras subimos las escaleras.

— Adelante, nosotros estaremos en nuestra habitación — Me dice mi abuelo.

Mientras yo entro a la habitación de Adhara, mis abuelos entran a la de ellos.

Me acerco hasta la cuna donde está mi hermana menor durmiendo, sonrió al verla tan relajada y dejo un beso en su frente.

Salgo con lentitud de la habitación y me paso a la de Apolo, el cual está dormido abrazando el peluche de Ares con fuerza, también dejo un beso en su frente y salgo de su habitación.

Entro a mi habitación y empiezo a acomodar mis cosas más importantes en su lugar, luego me cambio a mi pijama y me vuelvo a acostar en mi cama.

— Lo hice, mamá — Murmuró antes de caer dormida.

──────✧✦✧──────


— ¿Lista? — Pregunta mi abuelo levantándose del sofá.

Asiento levemente y beso la frente de Adhara, pasándosela a mi abuela.

Iría a ver a James, hable con mi tía y le pedí el favor de que les contara todo, yo solo quería que James me abrazara y no me hiciera preguntas.

— Hazle caso a la abuela y no te metas en problemas — Digo agachándome a la altura de Apolo.

Apolo asiente con la cabeza y besa mi mejilla, sacándome una sonrisa.

— Cuídate y cualquier cosa, le dices a Harry que nos llame y Lucius ira a buscarte — Dice mi abuela dándome un abrazo — Y no te preocupes, nosotros los cuidaremos bien

Le doy una leve sonrisa a mi abuela y me acerco a mi abuelo, el cual me esta esperando a un lado de la chimenea.

— Toma un poco de polvos y grita con claridad "Residencia Potter Greengrass", ¿Entendido? — Dice mi abuelo tomando un poco de polvos flu.

— Si — Imitó su acción y agarro el polvo.

— Yo iré primero y luego irás tú — Me avisa y se para dentro de la chimenea.

Asiento levemente y lo veo desaparecer entre las llamas, espero unos segundos y entro a la chimenea.

— Residencia Potter Greengrass — Grito con claridad.

Siento una pequeña sacudida que me hace cerrar los ojos y cuando los vuelvo a abrir, estoy frente a mi abuelo y suegros.

— Alya, cielo — Dice mi suegra acercándose a mi cuando salgo de la chimenea — Siento mucho le que haz pasado, cariño.

Me relajo en los brazos de la mamá de mi novio y correspondo el abrazo, recostando mi cabeza en su hombro.

— Hola señora Potter — Murmuró.

— Alya — Dice mi suegro con una mirada triste — Puedo asegurar que haz escuchado estás palabras un montón de veces, pero siento mucho tu perdida.

— Gracias, señor Potter — Digo con una pequeña — Digo, Harry.

Mi suegro suelta una risita y me da un apretón de en mi hombro.

— James está en su habitación, está un poco ansioso por tu llegado y lo mandamos a tranquilizarse allá — Dice mi suegra separándose de mi — Se vuelve un manojo de nervios cuando se trata de ti.

Suelto una risita con las mejillas sonrojadas y muerdo mi labio inferior con pena.

— ¿Quieres que te acompañe o prefieres ir sola? Ya sabes dónde queda.

— Quiero ir sola, Señora Potter, gracias — Le agradezco.

— Como quieras, Alya — Dice con una sonrisa — Y dime Daphne, ¿Ok? O me enojare, yo no haré berrinche como tu suegro.

— Oye — Se queja su esposo.

— Muy bien, Daphne, muchas gracias — Le digo con una sonrisa y volteo a ver a mi abuelo — ¿Ya te vas?

— Si, iré a pasar el rato con Cissy y los niños, cuando quieras volver, dile a Harry que me llame y te busco — Dice mi abuelo acariciando mi hombro.

— No te preocupes, Lucius, yo la puedo llevar — Dice mi suegro.

Me despido de mi abuelo y subo las escaleras de la casa de mi novio, paso por la habitación de Lily y la noto un poco abierta, dándome la vista de mi cuñada encima de su cama dibujando.

Sonrió levemente y me acerco a la habitación, tocando la puerta levemente. Lily levanta la mirada y sonrie cuando me ve, dejando su dibujo de lado y corriendo hasta donde estoy.

— Al — Dice abrazandome.

— Hola cuñadita — Correspondo el abrazo.

Siempre me he llevado muy bien con Lily, me parece una niña muy linda e inteligente.

— Mis padres me dijeron lo de tu familia — Dice con una pequeña mueca — ¿Como estas?

— Es difícil, pero estaré bien — Digo acomodando un mechón de su cabello detrás de su oreja — Solo venía a saludar, James me está esperando.

— Está vuelto loco, casi corre sin zapatos y en pijama a la casa de los abuelos Malfoy — Confiesa la pelirroja riendo, lo que provoca mi risa — El te ama mucho, algún día me gustaría tener algo como lo que ustedes tienen.

— Y yo lo amo a él — Digo con las mejillas sonrojadas — Algún día encontrarás a alguien, Lils, aún estás pequeña.

— Anda, ve a buscar a mi hermano antes de que huya por la ventana.

Suelto una risita por las ocurrencias de mi cuñada y le doy una pequeño abrazo, para luego irme a la habitación de James.

Cuando estoy frente a esta, suelto un suspiro tembloroso y tocó la puerta con nervios.

Pasan varios segundos y no escucho nada, ¿Será que ya se escapó por la ventana?. Descartó esa idea cuando se escucha como algo cae dentro y las maldiciones de James, lo que provoca una sonrisa de mi parte.

James siendo James.

La puerta se abre, revelando a James con el pelo desordenado y sobándose la pierna derecha, aunque se endereza cuando me ve.

— Rubia — Murmura con delicadeza.

Creo que eso derrumba todas las barreras que he creado todo este tiempo y hago un pequeño puchero.

— Ven, preciosa — James me envuelve en sus brazos y me adentra a su habitación, cerrando la puerta.

Me aferró a James como si mi vida dependiera de ello y sollozo contra su pecho, sin miedo de que mis hermanos me escuchen, simplemente soltado lo que llevaba guardado todo este tiempo.

— Estoy aquí, rubia, no me iré a ninguna parte.

Eso hace que llore con más fuerza, agradezco tanto al mundo poder tener a James junto a mi, es un gran apoyo en mi vida, tanto como novio como amigo es el mejor.

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