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Al abrir los ojos, lo primero que visualizo es un techo color blanco y un fuerte olor a cloro, cuando bajo la mirada a mis brazos, noto un suero en mi vena.

Los recuerdos me invaden de golpe, lo cual provoca que me vuelva a desesperar, necesito saber dónde está mi familia. Me arranco el suero de la vena de un jalón y me levanto de la camilla con rapidez, aunque me mareo un poco al hacerlo.

Luego de estabilizarme, salgo de la habitación de hospital y miro a mi alrededor, noto varios enfermeros caminando de un lado a otro, atendiendo pacientes, y al fondo del pasillo veo a mi padrino, Bastian Dupuy.

— Señorita Malfoy, ¿Que hace fuera de su habitación? Acaba de sufrir un desmayo y debe guardar reposo — Me dice un enfermero atravesandose en mi camino y tomando mi brazo.

— Me salgo de donde se me de la gana — Aparto mi brazo de la mano del enfermero con una mueca — Y lo mejor será que no me vuelvas a tocar en tu vida o yo me encargaré de que más nunca vuelvas a pisar un hospital como enfermero.

— Alya — Escucho la voz de mi padrino a mi lado — Déjanos solos — Le ordena al enfermero, el cual nos deja solos a regañadientes.

— Dime que todo fue un mal sueño, padrino — Le pido con súplica mientras me abrazo a su brazo.

— Lo siento, princesa — Se disculpa con lastima.

— Al menos dime qué mi familia está bien, que mamá y Abraxas están vivos — Le pido con los ojos cristalizados — Dime que todos estarán bien.

— No me han dado noticias, Aly — Dice abrazandome y besando mi frente — Vamos a sentarnos, cariño.

Me dejo llevar por mi padrino y nos sentamos en las sillas de la sala de espera, recuesto mi cabeza en el hombro de mi padrino y cierro los ojos deseando que todo sea una mala pesadilla.

Luego de un rato, siento como mi padrino habla con alguien y al abrir los ojos, veo a una enfermera, la cual me sonríe levemente y se acerca a mi.

— ¿Puedo revisarte? Necesitamos saber cómo está tu presión luego de que te desmayaras — Me dice con amabilidad.

Asiento levemente y dejo que me revise, al parecer todo estaba bien, mi desmayo fue producido por el shock del momento.

— Ve a preguntar o algo, no puedo esperar más tiempo — Le digo a mi padrino sin dejar de mover mi pierna con impaciencia.

— ¿Familiares de la familia Malfoy? — Dice alguien en voz alta.

Siento un cosquilleo por todo mi cuerpo y me acerco hasta el doctor que nos llamó.

— Yo — Digo.

— Nosotros — Me corrige mi padrino a mis espaldas.

— No les tengo muy buenas noticias — Dice mirandonos con lastima — Primero, la menor Adhara Malfoy está en perfectas condiciones, el igual que el pequeño Apolo, ambos están fuera de peligro, solo que Apolo respiro mucho humo del incendio y ahora está con oxígeno, pero quitando eso, está bien — Dice leyendo el expediente y suelta un suspiro — El señor Malfoy tenia una profunda herida en la cabeza y lo tuvimos que operar con urgencia, luego de eso cayó en coma y no sabes cómo sigue, seguirá en observación hasta que despierte del coma y tengamos un diagnóstico correcto.

"El joven Scorpius Malfoy, al igual que el señor Malfoy, está en estado de coma, no ha despertado desde que llegó. Revisamos sus pulmones y están muy deteriorados por antecedentes de asma, y por el humo aspirado en el incendio"

"La señorita Narcissa también está en coma, le hicimos varios exámenes y no tiene nada malo a primera vista, algunas pequeña quemaduras y heridas pero nada grave. Debemos esperar a que despierte del coma para saber si presenta algún sistema más"

Se queda callado por un momento y nos mira fijamente, en especial a mi.

Me duele la cabeza por toda la información, pero algo me pone muy nerviosa, ¿Que paso con mamá, Ares, Abraxas y Athenea?

— ¿Que sucedió con el resto, doctor? — Pregunto, ignorando el nudo que está en mi garganta.

— Lo lamento mucho, señorita Malfoy, pero fue muy tarde para la señora Malfoy y los jóvenes Abraxas, Athenea y Apolo — Suelta la noticia — Mi sentido pésame, con permiso.

No, no, no, no.

Mi mamá y mis hermanos no pueden estar muertos.

Abraxas no puede estar muerto, el no me pudo dejar sola.

Las lágrimas calientes empiezan a bajar por mis mejillas y siento como el aire abandona mis pulmones.

Esto no puede estar pasando, esto debe ser una maldita pesadilla.

— Alya, cariño, se que esto es muy difícil para ti, pero debes respirar — Me pide mi padrino tomándome por los hombres.

— No puedo — Digo con la voz ahogada — Mi familia está muerta, padrino, muerta.

Siento los brazos de mi padrino rodearme y sollozo con fuerza contra su pecho.

¿Como podré seguir mi vida?

— Lo se, mi niña, pero te recuerdo que aún tienes a Apolo y Adhara, puede que Adhara no entienda mucho, pero Apolo si y el te necesita más que nunca — Dice mientras me acaricia la espalda y deja besos en mi coronilla.

Sollozo con más fuerza pero asiento con la cabeza, debo seguir adelante por mis hermanos menores, pero ahora solo quiero llorar hasta quedar sin lágrimas.

No se por cuántas horas llore en los brazos de mi padrino como una niña pequeña, pero cuando termine de hacerlo, sentía los ojos hinchados y la respiración entrecortada.

— Quiero ver a Abraxas — Pido luego de tranquilizarme.

— ¿Segura? — Pregunta mi padrino con inseguridad.

Asiento con la cabeza y espero a que mi padrino hable con el doctor para que me deje ver a mi hermano. Cuando esté acepta, me llevan a la habitación donde está mi mellizo esperando ser llevado a la morgue.

— Quiero entrar sola — Pido.

— Te espero acá, Aly.

Tomó un bocanada de aire y entro a la habitación, mis ojos se vuelven a llenar de lágrimas al ver a Abraxas en la camilla del hospital, se ve tan pálido y con muchas quemaduras en su cuerpo, en especial en sus brazos.

— Brax — Digo con la voz entrecortada.

Me acerco hasta quedar a su lado y acarició su mejilla con suavidad, la cual está frío.

— Me prometiste que nunca me dejarías sola — Digo con la voz temblorosa — Rompiste nuestra promesa, eso no se hace, Abraxas.

Recuesto mi cabeza en su pecho y sollozo allí por otro rato, recuerdo cada momento a su lado, desde cumpleaños, a cuando hemos estado enfermos, pero en cada momento siempre hemos estado juntos.

Nacimos juntos pero no morimos juntos, no puedo dejar solos a Apolo y Adhara.

Tomó una larga respiración luego de un rato y me enderezó, debo ser fuerte por los niños.

— Espero que descanses en paz, hermanito — Digo dejando un beso en su frente — Te amo, copia.

Le doy una última mirada y salgo con lentitud de la habitación, mentalizandome que más nunca vería a mi mellizo con vida.

— ¿Puedo ver a mis otros hermanos y a mi madre? — Le pido al doctor.

— Si así lo desea, señorita, por supuesto.

Asiento levemente y me llevan a las otras habitaciones, las cuales estaban cerca.

Primero entro a la de mamá, la mujer que me dio la vida y siempre me enseñó a no rendirme, la mujer que es mi ejemplo a seguir.

— Hola mamá — Murmuró cuando llegó a su lado — Estaba tan emocionada de llegar a contarte mi año en hogwarts, pero el destino es una mierda... Lo siento por la mala palabra — Me disculpo acariciando su mano — Te prometo que cuidare de mis hermanos, siempre lo he hecho, pero ahora lo haré más que nunca.

En ese momento me atacan tantos recuerdos con mi madre.

*Flashback*

— Pero yo quiero ir a Hogwarts — Lloriqueo.

Tenía 11 años y quería asistir a hogwarts al igual que mis padres, pero estaban reacios a aceptar.

— Cariño, ya estás inscripta en Ilvermorny  junto a Abraxas — Dice papá por décima vez.

— Pero pueden inscribirme en hogwarts y cancelar la otra inscripción — Digo con un puchero.

— ¿Acaso no quieres estudiar con Abraxas? — Dice papá mirandome.

— No uses esa trampa en mi, papá, no funcionará — Digo cruzandome de brazos.

— Draco — Interviene mamá antes de que papá hablara — Dejame sola con ella.

Papá suelta un suspiro y sale de la biblioteca, yo me limito a mirar a mamá con los brazos cruzados.

— ¿Por qué tan insistente en ir a Hogwarts? — Pregunta mamá sentándome a su lado.

— Me encantan las historias que me cuentan de sus tiempos en hogwarts, yo también quiero vivir igual que ustedes — Digo — Dejame ir, mamá, te prometo que no diré nada que ustedes no quieran, pero déjame ir — Le ruego.

— Te dejaremos ir con una condición — Me dice.

— ¿Cuáles? Lo que sea.

— Nadie puede saber que yo soy tu madre y nada de hablar de tus hermanos, tu solo eres Alya Malfoy, hija de Draco Malfoy y el espíritu Santo, se acabó — Me dice mirándome con seriedad.

Miro a mamá sin decir nada y lo pienso, ¿Valdrá la pena?

— Si me arrepiento y no quiero volver para segundo año, ¿Puedo cambiar de escuela? — Pregunto.

— Por supuesto.

— Entonces lo haré, el que no arriesga, no gana — Digo con una sonrisa.

Mamá me mira sin decir nada pero luego me sonríe, besando mi frente

*Fin del flashback*

Me quedo un rato más viendo a mamá mientras recuerdo más cosa. Antes de irme, dejo un beso más en su frente y salgo de la habitación, ahora yendo a la de Athenea, allí mismo estaba Ares.

Tomó una respiración para calmarme, si ver a mi mellizo así no fue bonito, ver a mis pequeños hermanitos menores muertos debe ser el doble de peor.

— Mis niños — Sollozo contra mi mano.

Athenea tiene muchas quemaduras en su rostro, mientras Ares en sus brazos.

— Mi pequeña princesita, te voy a extrañar tanto — Digo acariciando el cabello de Athenea — Perdón por no estar para ti, debí estar para todos ustedes — Me lamento.

*Flashback*

— Alyaaaaaa — Dice Athenea de cinco años entrando a mi habitación.

— ¿Que paso, Nea? — Digo sin apartar la mirada de mi teléfono.

— ¿Me enseñas a andar bicicleta? Papá está ocupado y mamá está en el médico con los mellizos — Dice con un puchero — Y el resto de nuestros hermanos no quieren.

Aparto la mirada de mi teléfono y veo el tierno puchero de mi hermana menor. Suelto un suspiro y dejo mi teléfono de lado, ahora toca ser instructora de andar bicicleta.

— Está bien, Nea, pero solo por un rato — Le digo tomando su mano.

Athenea asiente con rapidez con la cabeza y salimos de mi habitación. Vamos hasta el patio y buscamos la bicicleta, sacándola a la acera.

Vivíamos en una urbanización no tan transcurrida, era muy tranquilo y era muy pocos autos, lo mejor para aprender andar bici.

— Primero montate y pon tus pies en los pedales, yo te sostengo — Le digo sosteniendo la bicicleta.

Athenea hace lo que yo le digo y me mira con nervios, yo le sonrió para que se tranquilice.

— Agarrate fuerte de acá, trata de mantenerlo siempre derecho, si quieres ir a algún lado, solo lo giras — Le enseño como — Estos son los frenos y está la bocina — Digo tocando una bocina de juguete que traiga la bicicleta, haciendo reír a Athenea — Empieza a pedalear con suavidad, yo me quedaré a tu lado.

Athenea suelta un suspiro con nerviosos y empieza a pedalear con suavidad, yo caminaba a su lado agarrando la bicicleta y a ella. Cada vez pedealaba más rápido, pero no tanto para hacerme correr.

La empiezo a soltar sin que se de cuenta pero sigo caminando a su lado. En un momento, creo que se dio cuenta que la había soltado, y perdió el control de la bicicleta.

Actuó rápido y la agarró, cuando la bicicleta se estaba yendo de lado, provocando que me golpeara la pierna.

Auch.

— ¿Estás bien? — Pregunto preocupada.

— Si, solo me dio miedo — Dice con la voz acelerada.

— Mientras yo este con vida, siempre estaré para todos ustedes, Nea — Digo besando la frente de mi hermanita.

*Fin del flashback*

Beso la frente de Athenea y me doy la vuelta para ir a ver a Ares.

— Mi niño valiente — Digo acariciando su cabello rubio, el cual tenía manchas negras — Te prometo que cuidare a Apolo por ti, campeón — Beso su frente.

Me acerco a la puerta y les doy una última mirada.

— Los amo, niños, y estoy muy orgullosa de ustedes — Les digo para luego salir de la habitación.

Me acerco a mi padrino a paso lento y me recuesto contra a el, ya no tenía lágrimas para llorar, pero me sentía pésimo.

— Mañana por la mañana podrá ver a su padre y a sus otros hermanos, ahora solo puede ver a la pequeña Adhara — Me dice el doctor — La dejaremos en observación está noche, pero los puedo dejar verla unos minutos.

— ¿Quieres ir a verla? — Me pregunta mi padrino — Yo debo ir a rellenar unos formularios y arreglar unas cosas con la... Funeraria — Dice más bajo lo último.

— Gracias por encárgate de eso, Tío B  — Le digo con una leve sonrisa, un poco forzada por la situación — ¿Donde está mi hermana? Quiero verla.

El doctor me lleva hasta el piso de pediatría mientras mi padrino va a hacer las cosas importantes que yo no puedo hacer, por ser menor y por no estar en mis facultades mentales estables justo ahora.

— Hola bebé — Digo viendo a Adhara en una pequeña camilla.

Habían más bebés en la habitación junto a sus padres, los cuales me miraban con lastima.

Creo que ya todos sabían lo que le había pasado a los Malfoy.

Adhara me ve con emoción y estira sus bracitos hacía mi, sonrió levemente y la cargo en mis brazos.

— Estás tan grande — Digo besando su cabeza — Yo me encargaré de ti, princesa, nadie te separa de mi lado.

Me siento en la silla al lado de la cuna y solo acaricio la espalda de Adhara, mientras está juega con el collar de mi cuello, el cual me lo dio Abraxas en nuestro cumpleaños número 13.

*Flashback*

— Feliz cumpleaños, copia — Digo abrazando a Abraxas.

Era por la mañana, siempre nos felicitamos primero antes que otro se nos adelantará.

— Feliz cumpleaños, copia — Corresponde el abrazo — Te tengo un regalo.

— Menos mal, o no te daría el tuyo — Bromeó.

Abraxas ríe entredientes y saca una cajita de su mesita de noche.

— Espero te guste.

Abro la cajita y veo que es un collar con un dije de mariposa, la cual tiene piedritas brillantes de color azul.

— Está hermosa, Abraxas — Digo sacando el collar de la cajita — ¿Por qué una mariposa?

— Se que te encantan las mariposas, la libertad que tienen — Me explica — Y es azul, porque a mí me gusta el azul. El día que me muera, te vendré a visitar en forma de una mariposa azul, lo prometo.

— ¡Abraxas! — Lo regaño.

— ¿Que?

— No digas eso, no me puedes dejar sola.

— Ya, ya, era una bromita.

* Fin del flashback*

— ¿Usted es la señorita Malfoy? — Me pregunta una enfermera sacándome de mi ensoñación.

— ¿Eh?... Digo, si, soy yo — Digo mirándola.

— Escuche lo de tu familia, mi sentido pésame — Dice con lastima — Pero debo decirte algo, cuando trajeron a tu familia, tu madre tuvo un momento de conciencia y me dijo que te dijera "Que era el momento de saber la verdad". No sé qué quiso decir, pero espero que tú si entiendas.

— ¿La verdad? — Murmuró confundida pero caigo en cuenta rápidamente — Oh... Muchas gracias.

— No agradezcas, linda, una lastima lo que le pasó a tu familia, pero debes ser fuerte por esta pequeña — Dice acariciando la mejilla de Adhara.

Le sonrió levemente a la doctora y beso la frente de Adhara.

Luego de un rato, el doctor que atiende a mi familia llega y me pide salirme de la habitación, dejo a Adhara en la pequeña camilla y subo los barandales para evitar que se caiga por si da vueltas dormida.

— Ven, te llevaré al departamento que tengo acá — Me dice mi padrino — Allí dejaremos tus cosas y dormirás, mañana te volveré a traer.

No digo nada y solo lo sigo hasta su auto.

Nosotros residimos en Francia, allí fue donde mis padres se mudaron luego de la guerra y conocieron a mi padrino. Pero igual teníamos una casa acá en Londres, intercalabamos entre las dos de pequeños. Y mi padrino solo tiene un departamento acá, es soltero y no necesita mucho.

Cuando llegamos, me deja en su habitación y sale a atender un llamada. Yo solo me tiro en la cama y abrazo la almohada, me gustaría dejar de respirar en este momento.

──────✧✦✧──────

— Hey, Al — Siento como me sacuden.

— ¿Que paso? — Le pregunto a mi padrino.

— Necesito decirte algo — Me dice con una mueca.

— ¿Fue papá? — Le pregunto con tristeza.

— No, fue Scorpius, le dio un paro cardiorespiratorio — Dice acariciando mi cabeza.

— ¿Que hora es? — Pregunto limpiando las lágrimas que escaparon de mis ojos cuando dijo aquellas palabras.

Lo veía venir, Scorpius tenía los pulmones mal por el asma, y con el humo del incendio se volvieron peor.

— Las 6 de la mañana, perdón por despertarte — Se disculpa.

— No pasa nada, me daré un baño y me llevas al hospital, ¿Si?

— Anda, ve — Me dice y luego sale de la habitación.

Entro al baño y me miró al espejo, mi mirada está vacía y tengo los alrededores de los ojos hinchados, sin omitir las ojeras más grandes que mis ganas de vivir.

Me doy una ducha rápida, tengo la cabeza tan saturado que no puedo pensar en nada, ni nadie. Salgo del baño y me visto con algo rápido, un pantalon negro y una blusa negra con detalles blancos.

Al llegar al hospital, lo primero que pido es ver a Scorpius, lo cual me conceden.

— Tu también me dejaste, eh — Digo viéndolo con los ojos llorosos — Siempre pensé que conocerías a Albus y se harían los mejores amigos, pero el destino es una mierda.

*Flashback*

— ¿Que tal tu primer año? — Le pregunto a Scorpius la noche del día que salimos de nuestros colegios.

— Muy bien, hice varios amigos — Se encoge de hombros — ¿A ti como te fue?

— Increíble como siempre, conocí a algunos amigos más, Rose, es prima de James, también conocí al hermano de James — Digo con una sonrisa — Puedo apostar todo lo que tengo, a que te llevarías increíble con Albus.

— ¿Tu crees?

— Obvio, soy tu hermana mayor y conozco tu tipo de amigos.

— Bueno, espero algún día conocerlo — Dice con una amplia sonrisa.

*Fin del flashback*

— Descansa, Scor — Le digo besando su frente.

Unos enfermeros entran a la habitación y me dicen que ya se llevarán a Scorpius a la morgue. Salgo de la habitación limpiando mis ojos y veo como se llevan a mi hermano menor cubierto con una sábana blanca.

— Mira a quien dieron de alta — Llega mi padrino con Adhara en brazos.

— Hey, bonita — Digo alzandola — Me alegra saber que ya estás fuera de peligro, mi niña.

— ¿Quieres ir a ver a Apolo? — Me pregunta mi padrino.

Asiento con rapidez y nos volvemos a dirigir al área de pediatría. Un doctora rubia estaba hablando con el doctor que nos estaba atendiendo, creo que ese doctor atendía a mi madre en sus embarazos cuando estaba acá.

— Señorita Malfoy, señor Dupuy — Nos saluda — Está es la doctora Adisson, ella se está encargando de el pequeño Apolo.

— Un gusto — Dice la doctora — Debo comentarles que Apolo está en perfectas condiciones, solo que tiene un pequeño problema.

— ¿Que tiene mi hermano? — Pregunto preocupada.

— Mutismo emocional.

— ¿Que es eso? — Pregunto extrañada.

— Sucede cuando vives una situación muy fuerte, como el accidente que tuvo tu hermano, y le queda un tipo de estrés postraumático — Explica la doctora — Nosotros intentamos que hablara y nada lo logro, si te habla a ti, puede ser mutismo selectivo, pero como hemos visto la cosa, es más probable que sea mutismo emocional.

— ¿O sea que mi hermano no ha hablado desde el accidente?

— Exacto, no ha dicho ni una sola palabra.

— ¿Tiene cura?

— En los niños es común que no dure mucho tiempo, sobretodo en la edad que está tu hermano, con el tiempo su dolor sanará y volverá a hablar.

— ¿Puedo verlo ya?

— Claro, adelante — Me dice la doctora apuntando una habitación.

Le doy las gracias y me acerco a la habitación donde está mi hermano menor. Según tengo entendido, ya sabía de la muerte de nuestros padres y hermanos.

— Hey, campeón — Le digo al entrar a la habitación.

Veo como levanta su mirada y sus ojos se cristalizan. Estira sus brazos hacia mi y me acerco a el con rapidez, dejo a Adhara sentada en la camilla entre nosotros y lo abrazo con fuerza.

— Siento no haber estado para ustedes, cariño — Digo besando su cabecita.

Lo dejo sollozar un rato más en mi pecho mientras Adhara lo mira extrañada, no es normal ver a Apolo llorar, Apolo siempre fue más "rudo" y Ares más tranquilo.

— ¿Mejor? — Digo luego de un rato.

Este asiente con la cabeza y se separa de mi, limpio sus lagrimas y sonrió levemente cuando Adhara pasa sus bracitos por el cuello de Apolo.

Un interno entra a checar a Apolo y le pido que cuide a Adhara un momento, que la revise también por si acaso.

Salí rápido de la habitación y vi a la doctora que atiende a Apolo.

— Doctora — La llamo.

— ¿Si, señorita Malfoy?

— ¿Cuando mi hermano se podrá ir?

— Hoy mismo — Me dice — Pero, tu eres menor de edad y no te puedes hacer cargo de dos niños.

— No pienso dejar solos a mis hermanos, doctora — Digo mordazmente — Mi padrino nos cuidara estos días y luego nos iremos con mis abuelos, y tía, no se preocupe.

Me doy la vuelta sin decir nada y regreso a la habitación de Apolo.

— Voy a buscar al tío Bastian, cariño, en un momento vuelvo — Vuelvo a alzar a Adhara y beso la mejilla de Apolo.

Apolo asiente con una mueca y salgo de la habitación. Busco por un rato a mi padrino, hasta que lo encuentro en la recepción hablando con la recepcionista, irónico.

— Padrino — Lo llamo.

— Hey, ¿Que tal esta Apolo? — Voltea a verme.

— Bien, hoy le dan de alta — Le digo acomodando a Adhara en mis brazos — Estaba pensando en que tú te encargues de nosotros estos días, luego del entierro de mi mamá y mis hermanos, quiero buscar al ministro de magia de Francia, al tío Keu, quiero que mis abuelos tomen nuestra custodia — Le digo mirandolo y noto una mueca en su rostro — A mi me encantaría quedarme contigo, pero mamá le dijo a una enfermera en un momento de conciencia que me dijera que dijera la verdad.

Que trabalenguas, Merlín.

— Si eso es lo que quieres y Lianna deseaba, con gusto lo aceptaré, yo igual seguiré estando pendientes de ustedes siempre — Me dice con una sonrisa.

— Y no sólo eso, también te harás cargo de las empresas Malfoy por los momentos, ¿Cierto?

— ¿Yo? — Pregunta sorprendido.

— Bueno, si, eras la mano derecha de mi padre, yo aún sigo en hogwarts, que mejor persona que tú — Le digo con una sonrisa — Si papá llega a despertar del coma, será por un tiempo. O hasta que yo esté preparada para tomar el control, no quiero que el esfuerzo que hicieron mis padres se vayan por un caño.

— No te preocupes, ahijada, yo me encargaré y haré lo mejor que pueda.

— ¿Puedes tratar de que den de alta ya a Apolo? Quiero irles a comprar un poco de ropa para el entierro y que respiren aire fresco.

— Claro, quédate aquí.

Me siento en la sala de espera y le pongo un vídeo a Adhara para que se entretenga.

Por mi mente pasan mis amigos y mi novio, como me encantaría que me abrazara en ese momento. Supongo que sí pasaré vacaciones con ellos después de todo.

En caso de que mis abuelos me acepten.

Siento como unos pequeños brazos me sacan de mi ensoñación y veo a Apolo a mi lado.

— Pero si mi niño ya salió — Digo agachandome para besar su mejilla.

— Afuera los está esperando un auto de la empresa, el se encargará de llevarlos a donde ustedes quieran — Me informa mi padrino.

Salgo con mis hermanos del hospital y Apolo no quería soltar mi mano por nada del mundo, el doctor me comentó que puede que le empiece a tener fobia al fuego y a quedarse solo.

Duramos un rato buscando la ropa para el entierro de nuestra familia, sería mañana en la mañana.

Si estos días han sido largos y dolorosos, mañana serían el doble.

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