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— HEY, RUBIA — Murmura una voz varonil en mi oído, lo cual me hace sonreir.

— Hey, idiota — Me doy media vuelta y dejo un pequeño beso en los labios de mi novio.

— Que asco — Escucho la voz de mi cuñada, y las falsas arcadas de el resto de subnormales de mis amigos.

— Paren ya, imbéciles — Les digo con el ceño fruncido.

— Que delicada anda la princesa de Slytherin — Bromea Lyra Parkinson, una de mis mejores amigas.

— Que ustedes sean unos inmaduros no es mi culpa — Replicó con los brazos cruzados, pero cierta diversión.

Siento los brazos de James rodear mi cintura y sonrió levemente, este chico me tiene en las nubes, lo que nunca pensé que pasaría tan pronto y mucho menos con un Potter.

— Iré a buscar a Hugo y a Pandora, nos vemos luego — Nos anuncia Lily, mi pequeña cuñada, para luego irse en busca de sus mejores amigos.

— ¿Crees que te dejen pasar algunas semanas de las vacaciones de verano con nosotros? — Pregunta James con su barbilla apoyada en mi hombro.

— Espero que si, Malfoy, o yo mismo iré a buscarte a tu casa — Interviene Blaine.

— Me siento presionada, eh — Bromeó — Le preguntaré a mis padres, seguro que si me dejan ir, al igual que los dos años pasados.

— Haremos una pijamada las tres, será lo mejor del mundo — Dice Jean con emoción.

— Que onda, mocosos — Nos saluda Dominique.

Esta chica me quita lo hetero.

— James, suelta a Alya, no ves que ya llegó el amor de su vida — Bromea el imbécil de Fred, lo que provoca que me sonroje.

Dominique se ríe entredientes y me guiña un ojo, aparto la mirada sonrojada y la maldigo internamente.

— Alya — Escucho la queja de James.

— ¿Que? Yo no he dicho nada — Me excusó.

— Tranquilo, Jamie, no te quitaré a tu linda novia... Si quisiera, ya lo hubiera hecho — Se burla Dom.

Todos nos reímos de las caras de James y este me abraza con más fuerza por la cintura, yo poso mis manos en sus brazos y lo acarició mientras suelto unas risitas.

— ¿Quieres ir a caminar un rato por el lago negro? — Me pregunta cuando los chicos se distraen hablando entre ellos.

— Obvio, quiero ir a nuestro lugar antes de irnos.

Hoy es nuestro último día en hogwarts hasta nuestro próximo año escolar, mañana por la mañana nos iríamos a casa.

Me emocionaba la idea de salir de vacaciones, así podría volver a ver a mi familia. Pero igual estaba el lado no tan bueno, no volveré a ver a mis amigos en un largo tiempo, llevo conviviendo tanto con todos que ya me había acostumbrado a la rutina.

Camino junto a James hasta el lago negro jugando con nuestras manos entrelazadas. El lago negro era nuestro sitio favorito, allí nos conocimos más y descubrí que no era tan idiota como pensaba.

Sigue siendo un idiota, pero aprendí amarlo así.

*Flashback*

Quería leer un libro en paz y no encontraba un lugar en silencio, que colegio tan grande y no encuentras un lugar de paz. La sala común era un desastre de ruido, mi habitación me daba sueño y biblioteca habían varios estudiantes terminando tareas, sin omitir el hecho que la bibliotecaria me miraba feo.

Luego de caminar por un buen rato con mi libro en mano, veo un árbol cerca del lago negro el cual estaba vacío. Sonrió levemente y camino hasta allí, al fin un lugar para estar en paz.

— Hey, Malfoy.

La vida no quiere que tenga paz, por lo que veo.

Levanto la vista de mi libro con enojo y le dedicó una mirada asesina a la persona que interrumpió mi lectura.

— Pero tampoco me tienes que matar con la mirada — Bromea James Potter, el hijo mayor de Harry Potter y Daphne Greengrass.

— Potter, estaba leyendo, por si no lo habías notado — Me quejo con el ceño fruncido.

— Lo siento — Me dedica una sonrisa tímida — Normalmente vengo a este árbol, me gusta la tranquila a veces.

Se acerca más a donde estoy y apunta el árbol, en el estan talladas las letras "J.S.P.G".

— Oh — Murmuró — Si quieres me voy, puedo buscar otro lugar.

No me quiero ir, pero debo ser legal y admitir que James lo encontró primero.

— No, no te preocupes, yo me sentarse aquí y tú sigue con tu lectura, no te molestare — Dice tomando asiento a mi lado, aunque dejando un espacio entre nosotros — Se que es difícil buscar un lugar tranquilo en hogwarts.

Le sonrió levemente y regreso mi vista a mi libro sin quitar la sonrisa de mi rostro.

*Fin del flashback*

Eso ocurrió a mitad de primer año y ya estábamos finalizando el quinto año, el tiempo pasa muy rápido.

Llegamos hasta nuestro árbol favorito y James se sentó primero, abrió un poco las piernas y me senté entre ellas, luego recosté mi espalda en su pecho y mi cabeza en su hombro.

— Aún recuerdo la primera vez que te encontré aquí, nunca olvidaré la mirada asesina que me diste por interrumpir tu lectura — Me recuerda mientras ríe.

— Oh, callate — Río — Tenía mucho tiempo buscando un sitio tranquilo para terminar ese estúpido libro y justo cuando lo encontraba, alguien me hablaba.

Seguimos riéndonos de ese día, y días similares a ese.

— ¿Sabes que recuerdo yo? — Pregunto volteando un poco la cabeza para mirarlo.

— ¿Que?

— Cuando James Sirius Potter se volvió todo un cursi — Bromeó con una sonrisa.

Suelto una carcajada al ver las mejillas de James sonrojadas y el recuerdo de ese día llega a mi mente.

*Flashback*

Estábamos cursando nuestro cuarto año, faltaban algunos días para las vacaciones de navidad y notaba a los merodeadores un poco extraños, en especial a James. Aunque siempre actúan extraño, sobretodo cuando planeando una broma, pero algo me decía que no era por eso que estaban actuando así.

— Hey, Al — Me saluda Lyra con una sonrisa.

Le regreso la sonrisa a mi prima, la cuál no sabe que es mi prima, y la veo tomar asiento a mi lado.

— Me pidieron que te diera esto — Dice dándome un pequeño pergamino.

La miró extrañada y leo el pergamino, solo dice que me espera en el lago negro a las 5 pm y la firma es "J.P", algo me decía ya sabía quién era, pero el perfume de James me lo confirmo.

— ¿Tu sabes que quiere? — Interrogó a Lyra.

La notó ponerse nerviosa y niega con la cabeza repetidas veces.

— Nop, no sé nada — Niega mientras se levanta — Ahora debo irme, suerte.

Sale corriendo de nuestra sala común y la miró con extrañeza, que chica tan rara.

Miro el pedazo de pergamino con duda, tengo algunos días sin hablar con James y eso es un poco raro, somos bastante unidos.

Nuestro grupo de amigos es el mismo, así que no es raro que convivamos mucho. Aunque si he tenido sentimientos encontrados con James, pero no sé cómo manejarlos y sinceramente, no creo ser el tipo de James.

Suelto un suspiro y voy a dejar mis cosas a mi habitación, dentro de poco se hará la hora a la que me había citado. Camino con tranquila hasta el lago negro, estaba llegando a tiempo.

— Hey, idiota — Le digo cuando lo veo recostado a nuestro árbol.

Si, ya lo habíamos proclamado como nuestro árbol.

— Tan tierna como siempre, rubia — Me dice con una leve sonrisa.

— ¿Para que me citaste aquí? — Pregunto con curiosidad acercándome — ¿Me vas a terminar? ¿No eres tú, soy yo? — Bromeo.

Lo veo soltar una risita, aunque lo noto nervioso, ya que juega con sus manos.

— James, ¿Que pasa? Te noto muy nervioso y empiezas a preocupar — Digo un poco inquieta.

¿Y si me va a decir que tiene una enfermedad mortal y se va a morir?

— Ok, ok — Murmura más para el que para mí — ¿Quieres la explicación larga o que vaya directo al punto?

— Ve al punto, Potter.

— Me gustas, y me gustas muchísimo, Malfoy.

Es en este momento cuando mi querido Pietro Maximoff diría, ¿Acaso no lo viste venir?

— ¿Ah? — Digo desubicada.

— Que me vuelves loco, Malfoy, mi corazón casi se sale de mi pecho cada que te veo, siempre que me sonríes o ríes a carcajadas, siento que me derrito cuando me abrazas o besas mi mejilla, estoy enamorado de ti, joder. No sólo me gustas físicamente, aunque claro, eso no quita el hecho que eres una maldita diosa, pero tú personalidad e inteligencia me enamoraron perdidamente. Me encanta verte leer, tu cara de concentración y cuando frunces el ceño cuando no entiendes algo, estoy tan enamorado de ti que no puedo dejar de verte, aunque eso suene un poco acosador de mi parte — Dice casi sin respirar — Y puede que no me correspondas, eres una Malfoy y yo un Potter, eres la princesa de Slytherin y yo el príncipe de Gryffindor, somos personas opuestas pero creo que eso fue lo que más me gustó de ti. Quería decírtelo así arruine nuestra amistad, si no te lo decía, no podría dormir en paz más nunca.

Lo miro perpleja y siento las mejillas sonrojadas, me esperaba de todo menos esta gran confección.

— Me odias, ¿Cierto? — Dice con tristeza.

Puedo notar sus hombros caídos y una mirada llena de tristeza, es raro ver esta versión de James.

— ¿Tu naciste idiota o te volviste así con el tiempo? — Esas palabras salen de mi boca sin pensar, lo juro — Lo siento, hablé sin pensar. Y no, James, no te odio, no digas estupideces.

— ¿Entonces por que no dijiste nada?

— Porque estaba procesando la información, fue mucho para mí cerebro — Dramatizo — Pero te tengo malas noticias, Potter — Le digo con seriedad.

— ¿Que? — Pregunta asustado.

— Que tú también me gustas y no te podrás liberar de mi tan fácil — Le digo con una sonrisa.

La cara de James es un poema, pasa de miedo, a confusión y por último a felicidad.

— ¿Y..yo también te gustó?

— Si, eso fue lo que dije, Potter.

James suelta un grito de emoción y me abraza por la cintura, levantándome un poco del suelo. Suelto un carcajada y paso mis brazos por su cuello.

— No puedo creer que yo también te guste — Dice incrédulo bajándome, pero sin dejar de abrazarme.

— Pues créelo — Digo besando su mejilla — ¿No crees que te falta decir algo?

— ¿Decir algo? — Pregunta extrañado.

Idiota.

— Ay Merlín, ¿Con quien me voy a meter? — Murmuró mirando al cielo.

— Oh, ya — Dice avergonzado mientras lo miro con burla — Señorita Malfoy, ¿Me concede el honor de ser su novio?

Puede sonar muy cliché, pero sentí un mundo de mariposas en mi estómago.

— Con mucho gusto le concedo el honor, señorito Potter — Le digo con una sonrisa.

James acerca su rostro al mío y mi corazón se acelera al mil, nunca antes habíamos estado tan cerca.

Así puedo ver cada detalle de su rostro, mi parte favorita son sus ojos, son hipnotizantes.

— ¿Puedo besarte, rubia? — Murmura a centímetros de mi boca.

— No tienes que preguntar lo obvio, idiota — Contesto de igual forma.

James da un impulso hacia delante y estampa nuestros labios en un primer beso, nuestro primer beso de novios y mi primer beso con un chico. Mi primer beso queda entre esa persona, Merlín, Diosito y yo.

— Eres un idiota, pensé que me ibas a decir que morirías pronto — Me quejo.

— Solo a ti se te ocurre eso — Niega divertido — Y si, soy un idiota, pero soy tu idiota.

*Fin de flashback*

— Me volví un romántico pero logré que la chica de mis sueños aceptará ser mi novia — Dice besando mi mejilla.

— Un punto para James Sirius Potter — Murmuró con una sonrisa.

Me encanta mi vida.

──────✧✦✧──────

— No me quiero ir — Dice con una mueca Albus, mi otro cuñado.

Estábamos en la sala común de Slytherin reunidos, nuestro grupo y demás amigos, siempre hacíamos lo mismo cada que terminaba un año escolar.

— Pero al menos a ustedes les quedan algunos años más, este fue mi último año y no volveré más — Dice Dom con una mueca — Voy a extrañar molestarlos.

— Pensé que dirías que extrañarías muestra hermosa presencia — Dramatiza Lorcan.

— Dije que no volveré a Hogwarts, no que morire — Se burla la pelirroja.

— Nosotros también te amamos, Nique — Digo con sarcasmo.

— Ya lo sabía — Dice tirando su cabello hacia atrás.

Seguimos riendo y hablando entre nosotros, hasta que la hora de irnos se acercaba. Cada quien tomó su baul y esperamos a que Dom diera un último recorrido por la sala común.

Diría que está siendo dramática, pero la sola idea de terminar hogwarts y no volver a la sala común, lugar donde han pasado muchas cosas, me da escalofríos.

Salimos todos juntos hasta donde los carruajes nos esperaban, allá nos estaban esperando el resto de chicos. Dejamos los baules y nos subimos en varios carruajes por grupo, yo estaba en uno con James, Jean, Lyra, Lily y Albus.

— Te mandaremos una carta cuando nuestros padres nos den la autorización de que puedas ir, así planeamos que días irás — Dice Lyra viéndome.

— Ok, yo lo iré hablando con mis padres — Digo con la cabeza recostada al hombro de James.

Al llegar al tren, nos montamos en nuestro compartimiento favorito, íbamos todos los merodeadores más las mellizas y yo, éramos un grupo bastante grande.

El camino hasta la estación la pasamos riendo y comiendo muchos dulces, creo que tendré un coma diabético en cualquier momento.

En un momento, noto una mariposa azul pegada a la ventana del tren por fuera, era muy linda, su azul era radiante, me recordaba al collar que Abraxas me regaló en uno de nuestros cumpleaños.

Al bajar del tren, no veo a papá por ningún lado pero no le tomó importancia, debe estar esperándome en el mundo muggle como casi siempre lo hace.

Oh, si, vivimos en el mundo muggle. Luego de la guerra mágica, mis padres se fueron del mundo mágico sin dejar rastros y se instalaron en el mundo muggle, allí tienen varias empresas exitosas.

— Hola Alya — Me saluda la señora Potter.

— Hola señora Potter, ¿Cómo está?... Señor Potter.

— Ya te he dicho que no debes decirme señor Potter, Alya, dime Harry — Dice el azabache de anteojos.

— Ok, seño... Harry — Digo con una sonrisa inocente.

— ¿Y tu padre, cariño? — Me pregunta Daphne Potter, mi suegra.

— Debe estar esperándome afuera, creo que ya es momento de irme — Digo con una pequeña mueca.

Me despido de los chicos con un abrazo y por último de James, el cual me abraza y no me quiere soltar.

— Te voy a extrañar, rubia — Dice contra mi oreja.

— Y yo a ti, idiota — Beso suavemente los labios de mi novio y me separo antes de que sea muy tarde.

James y yo somos muy pegajosos, lo admito, pero es inevitable no hacerlo.

Tomó mi baúl y salgo de la estación, adentrándome al mundo muggle. Entro a uno de los baños públicos y me cambio mi ropa a una más a la moda en el mundo muggle, unos pants negros, un top blanco y una chaqueta negra de cuero, a lo Damon sexy Salvatore.

Salgo a la calle en busca de mi padre y me extrañó al no verlo, ¿Será que se le hizo muy tarde? ¿O llegue más temprano de lo normal?

Saco mi teléfono de mi baúl y me siento en una banca esperando a que prenda, cuando lo hace y agarra cobertura, marco el número de papá pero no atiende, intento con el de mamá y pasa lo mismo, el de Abraxas y Scorpius están apagados y el de Narcissa parece muerto.

Ok, tengo miedo.

Me levanto con rapidez y tomó mi baúl, debo tomar un taxi para llegar a casa lo antes posible. Me asomo a un taxi que está estacionado y le pregunto si está libre, cuando me dice que si, subo mi baúl a la cajuela con ayuda del señor y le doy la dirección de mi casa.

Intento marcas un par de veces más pero en ninguno momento contestan, mi corazón está acelerado y siento un nudo en la garganta, siento que algo malo está pasando.

Cuando faltaba poco para llegar a mi casa, el calor abandona mi cuerpo al oír sirenas de ambulancia, bomberos y de la policía, lo cual hace que me ponga fría como un hielo.

Cuando el señor estaciona el taxi hasta donde la policía lo permite, me bajo con rapidez del auto.

Mi mundo se viene abajo al ver mi casa en llamas, casa en la cual crecí y viví la mejor infancia de todas, casa en la cual debería estar mi familia.

Mis sentidos se apagan por un momento y solo escucho pitidos, mi vista se nubla y todo me da vueltas. Vuelvo en si cuando veo que sacan a alguien en una camilla.

— MAMAAAA — Grito e intento correr hasta donde se están llevando a mi madre, a la cual la están sacando de la casa, tiene muchas quemaduras en su cuerpo, la ropa la tiene quemada y tiene manchas negras.

Unos fuertes brazos me impiden llegar hasta donde se llevan a mi madre.

— No, señorita Malfoy — Escucho la voz de uno de los guardias de seguridad de la casa.

— Dejame — Grito histérica al borde del llanto.

De un momento a otro, todo a mi alrededor se congela al ver como sacan a Abraxas en una camilla, con un montón de quemaduras y sangre por todo su rostro, veo una herida abierta en su cabeza.

Mi cuerpo se debilita al ver a mi mellizo en ese estado, la persona con la que compartí útero por nueve meses y es sangre de mi sangre, sin esperanzas de saber si está vivo.

— Traigan ayuda, la señorita Malfoy se desmayó — Escucho un grito a la lejanía.

Mi vista se empieza a tornar negra y no se de más nada, solo espero que esto sea una maldita pesadilla y cuando despierte, siga en mi habitación de hogwarts.

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